domingo, 30 de agosto de 2009

Oración al Señor del Hospital

Ho, buen Jesús que desde ese altar sagrado, donde con los brazos abiertos esperas a todos los que te invocan, mírame postrado ante tu imagen bendita conociendo tus innumerables beneficios e implorando las gracias para mis presentes necesidades.

Dios mío amorosísimo, Señor del Hospital, a tus plantas llego con lágrimas en los ojos y fatiga en el cuerpo, los cuales te ofrezco en agradecimiento de tus bondades y como hijo pecador, te pido, Jesús mío me concedas un sincero arrepentimiento de mis pecados y tu ayuda para dejar de ofenderte, y así haciéndome digno de tu Santo amor, me concedas por los méritos de tu preciosísima sangre, las gracias que en este día todo corazón imploro. (Súplica)

Benignísimo Señor que quisiste dejarnos en esta venerable imagen una copia exacta de tus padecimientos y dolores por ellos espero que me concedas la gracia que te pido, la tranquilidad de mi casa, el perdón de mis pecados y mi salvación eterna.

Amén.

(Texto tomado de las oraciones que entregan en la mesa de entada a la Parroquia).

jueves, 27 de agosto de 2009

Dos magníficas pinturas Novohispanas en la Parroquia del Señor del Hospital

La evangelización en México fue tarea ardua llevada a cabo por las órdenes religiosas que llegaron al país. Franciscanos y Agustinos tuvieron enorme influencia en toda la zona del Bajío, los Jesuitas también influyeron en algunas regiones, solo que ellos fueron expulsados en 1768. La labor evangelizadora en un principio implicó aceptar varios sincretismos para asociar las ideas religiosas arraigadas entre los nativos y fundirlas con la idea europea del Catolicismo. Para ello se sirvieron, entre otras cosas, de las representaciones teatrales que en México se manifestaron de manera única en las "Pastorelas", donde se narraban escenas desde la Anunciación hasta la Navidad.

Se colocó este lienzo siendo Cura de esta Parroquia el Señor Licenciado Don Antonio del Cos y León, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, Cura propio y Juez Eclesiástico de ella y Mayordomo Don Ignacio Caruacha, Notario de dicho Santo Oficio y Receptor del Juzgado Eclesiástico. Año de 1744.

La pintura fue utilizada también como un medio de catequesis, mostrando en escenas, desgarradoras los suplicios a los que se enfrentarían aquellos que no lograran redimir sus pecados a través de la penitencia. De allí que la parte visual juega un papel sumamente importante para transmitir las ideas de infierno, purgatorio y paraíso. En El Señor del Hospital contamos con dos magníficos lienzos pintado uno en 1744, el otro en 1800 en donde se nos muestran, de forma tradicional los tres niveles que toda pintura del siglo XVII y XVIII nos reeflejan el tránsito que el alma debe llevar desde el purgatorio hasta la gloria para cumplir con el concepto pecado-penitencia-remisión. Esta pintura, la que vemos en la primera fotografía, cuelga en el lateral derecho, muchos que asisten a la Parroquia no la han notado pues se ubica en la pared norte.

Al iniciar el presente año, otra de las magníficas pinturas, esta de 1800, fue retirada de su lugar original en el Expiatorio, debido a los trabajos de remodelación del Templo. Esa pintura es una bellísima obra que muestra esos tres niveles de forma tradicional, el purgatorio en la parte baja, haciendo mención a los símbolos de tiaras papales, mitras obispales y pelucas y otros símbolos que identifican a esos pecadores con actividades humanas, para luego seguir a un segundo nivel en donde se muestra a San Francisco de Asis y a San Lorenzo, al centro una escena de la crucifixión y la Divina Sangre, flanqueada por los Arcángeles San Miguel y San Rafael. Los doce Apóstoles aparecen, siendo bien claras las representaciones de San Pedro y San Pablo. La Virgen María se incluye en la escena.

En los cielos la representación de la Gloria con el Padre Eterno en el concepto de la Santísima Trinidad corona la escena. Esta pintura es de una delicadeza única, los colores siguen sólidos y definidos, sin embargo el paso del tiempo ha hecho su estrago en el lienzo, razón por la cual la Parroquia del Señor del Hospital está en busca de un patrocinador, alguien que quiera adoptar la obra para preservarla y colocarla nuevamente dentro del recinto ya restaurada y dignificada.

Mas nos adentramos en los detalles que guarda la Parroquia del Señor del Hospital y nos damos cuenta de que contamos en Salamanca con un par de obras que nos permiten apreciar como fue evolucionando la pintura religiosa, primero con la escena plasmada en 1744, siguiendo con la de 1800, la cual, por cierto, no está en exhibición hasta no ser restaurada completamente.



lunes, 24 de agosto de 2009

El Apóstol San Bartolomé, Santo Patrono de Salamanca

Al lado izquierdo del altar mayor podemos ver la escultura del Apóstol San Bartolomé.

Hoy 24 de Agosto es un día grande en Salamanca, aunque durante algún tiempo pasó desapercibido, pues no se sabía que el Apóstol San Bartolomé, Natanael para algunos, era el Santo Patrono de Salamanca. Es indudable que ante la monumentalidad del Cristo Negro en el pueblo fue creciendo la devoción hacia él. Y no se tomó en cuenta que desde la fundación de la Villa de Salamanca, se determinó que San Bartolomé sería su Patrono. Quizá siguiendo la tradición Andaluza, que en muchas de sus pequeñas poblaciones se tenía como patrono al Apóstol fue que se decidió nombrarlo también para la Villa de Salamanca, o quizá sea que fue el 24 de Agosto de 1603 cuando se haya establecido con la tradicional "siembra de la Cruz" el lugar en donde se levantaría el templo de la Villa recién fundada, solo que, aquí ya existía uno, levantado por los Franciscanos y erigido como Curato por el Obispo de Michoacán, Tata Vasco en 1563, allí se veneraba a la Virgen María en su Advocación de la Asunción, cediéndole su lugar al Cristo Negro del Señor del Hospital una vez que se dio el milagro de que él mismo indicara, al inclinar su cabeza, que era aquí, en Salamanca, el lugar donde se quedaría.

En este pendón que cuelga fuera del Baptisterio del Señor del Hospital podemos ver que la Parroquia está dedicada en la actualidad tanto al Cristo Negro como al Apóstol San Bartolomé.

La que en la actualidad conocemos como Parroquia Antigua fue en su tiempo nombrada la Parroquia de San Bartolomé Apóstol, venerándose, evidentemente al Santo Patrono de la Villa, que desde entonces ya había sido pasado a una especie de segundo plano, opacado por el culto y veneración que se le fue dando cada vez más al Cristo Negro. Fue hasta finales del Siglo XIX cuando se determinó construir una nueva parroquia, la del Señor del Hospital, que inicia la tradición de nombrar a la que fuera de San Bartolomé como “la Parroquia Antigua”. Finalmente justo honor se le hace a lo determinado hace más de cuatrocientos años y la estatua de San Bartolomé está en el lugar que le corresponde, en el Altar Mayor a la derecha del Cristo Negro.

Interior de la que fuera la Parroquia del Apóstol San Bartolomé, lo que actualmente conocemos como Parroquia Antigua, por cierto, su fachada es una auténtica joya del Churrigueresco.

"A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo. Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios") Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael".

A la izquierda en el Altar Mayor, que es a la derecha del Cristo Negro del Señor del Hospital se ubica la estatua del Apóstol San Bartolomé, Santo Patrono de Salamanca.

El encuentro más grande de su vida.

"El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuándo me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43 ). (Tomado de http://www.ewtn.com/)

jueves, 20 de agosto de 2009

Dioecesis Irapuanensis

La estructura de la Iglesia Católica.


Como sociedad estructurada, la Iglesia Católica está organizada y gobernada especialmente en base a jurisdicciones correspondientes al Papa y a los obispos.

El Papa es la cabeza suprema de la Iglesia. El tiene la primacía de jurisdicción así como el honor sobre toda la Iglesia.

Los obispos, en unión y subordinados al Papa, son los Sucesores de los Apóstoles para el cuidado de la Iglesia y para continuar con la misión del Señor Jesús en el mundo. Ellos sirven al pueblo de su propia diócesis, o iglesias particulares, con autoridad ordinaria y jurisdicción. Ellos también comparten con el Papa, y entre ellos, la común preocupación y esfuerzo por la buena marcha de toda la Iglesia.

Los obispos de estatus especial son los patriarcas del Rito Pascual, que dependen sólo del Santo Padre, son cabezas de los fieles que pertenecen a estos ritos alrededor del mundo.

Los obispos son responsables directamente ante el Papa, por el ejercicio de su ministerio al servicio de su pueblo en varias jurisdicciones o divisiones de la Iglesia alrededor del mundo.

Pueden ser: Arzobispos residentes y Metropolitanos (cabezas de arquidiócesis), Obispos diocesanos (cabezas de diócesis), Vicarios y Prefectos Apostólicos (cabezas de vicarías apostólicas y prefecturas apostólicas), Prelados (cabezas de una Prelatura) y Administradores Apostólicos (responsables temporales de un jurisdicción). Cada uno de estos, en sus respectivos territorios y de acuerdo a la ley canónica, tienen jurisdicción ordinaria sobre los párrocos (que son responsables de la administración de las parroquias), sacerdotes, religiosos y laicos. (Texto tomado del sitio: http://es.catholic.net, fotografía de la Catedral, cortesía de Jesús Rivas.)


La Catedral de Irapuato es la nombrada Nuestra Señora de la Limpia Concepción de María es sufragánea de la Arquidiócesis de León y de ella depende la Parroquia de El Señor del Hospital de Salamanca. Foto cortesía de I.quixote.


La Diócesis de Irapuato, es una de las 68 existentes en México. Fue erigida el 3 de febrero del 2004 por el Papa Juan Pablo II. La Diócesis cuenta con 61 parroquias. El número actual de los sacerdotes diocesanos es de 116, hay además 39 sacerdotes religiosos. La Diócesis cuenta con 11 religiosos profesos, 160 religiosas profesas, efectúa un promedio de 30,120 bautizos y celebra un promedio de 21,655 matrimonios por año. El territorio diocesano comprende 61 parroquias conformada por nueve municipios del Estado de Guanajuato, que son: Abasolo, Cuerámaro, Huanímaro, Irapuato, Jaral del Progreso, Pénjamo, Pueblo Nuevo, Salamanca y Valle de Santiago. El territorio que actualmente pertenece a esta diócesis pertenecian unas parroquias al Arzobispado de Morelia y otras al Obispado de León. (Texto tomado de Wikipedia.)

Mapa de la parte suroeste del Estado de Guanajuato, en donde se ubica la zona correspondiente a la Dioecesis Irapuatensis.

martes, 18 de agosto de 2009

Los vitrales en El Señor del Hospital

Mas analizamos el diseño del Templo del Señor del Hospital y mas detalles encontramos en su riquísima arquitectura y, sobre todo, en su profuso decorado. Los vitrales que, según la hora del día difunden la luz dentro del sacro recinto. Esos vitrales localizados a siete metros de altura en ocasiones pasan desapercibidos, pero, dándonos el tiempo suficiente y poniéndoles atención, especialmente a determinadas horas veremos como la luz nos deja ver a cada uno de los personajes que allí existen, son 40, en número redondo los vitrales que ornamentan el templo, considerando los que hay en la base de la cúpula y en la sacristía. En cada uno de los ubicados dentro del cuerpo del templo hay la representación de un Santo, mientras que en la Sacristía son símbolos de Jesús los que se representan. El trabajo es en verdad delicado, verdaderas obras de arte, elaboradas al detalle y con precisión.

La tradición de los vitrales es antigua, inicia en el siglo XII cuando se construyen las primeras enormes catedrales, en plena edad media, edad del oscurantismo cuando florece el arte gótico que se va enriqueciendo con sus coloridos vitrales, trabajos excepcionales que al paso del tiempo van evolucionando, la Catedral de Chartres, la primera que incluye este tipo de trabajo está considerada como una obra maestra, sus vitrales se conservan aun en perfecto estado. Poco a poco el arte del vidrio se va difundiendo en otros países europeos, Francia e Inglaterra son los que mas lo desarrollan.

Ya para mediados del siglo XIX en Londres se crea una verdadera proeza de la construcción al levantar el célebre Cristal Palace o Palacio de Cristal para se sede de la Exposición Universal. Por primera vez en la historia un edifico es levantado totalmente en hierro y vidrio, en buena medida influye esta construcción en lo que años mas adelante se transformaría en el delicado arte del Art Nouveau.

Si consideramos que fue un inglés quién realizó el diseño del Templo, él, Ernest Barton, con la influencia que trajo de Londres a México, específicamente a Salamanca, seguramente buscó engalanar mas aun los detalles de decoración, desconocemos quién habrá sido la casa elegida para dicho trabajo, tomando como punto de partida que fue la Marmolería Ponzanelli, la mejor que había en México en la época, para realizar el trabajo de los barandales, escalones, altar y esculturas de mármol del templo, es fácil deducir que eligieron a los mejores vitralistas que había en el país a finales del XIX, para decir esto me apoyo en un interesante reportaje Víctor Jiménez en México en el Tiempo No. 37 julio / agosto 2000: "Claudio Pellandini, quien llegó a México en 1868, se dedicó a la importación de los célebres cristales franceses de Saint Gobain y de espejos venecianos, para especializarse después en vitrales, vidrios biselados y esmerilados. A Pellandini se deben los emplomados de numerosos templos, edificios públicos y residencias. A fines del siglo XIX, la casa Pellandini tenía grandes talleres en México y una sucursal en Guadalajara, lugares en que también se producía vidrio plano. A semejanza de lo que ocurría en Europa y en los Estados Unidos, donde el Art Nouveau había traído un renacimiento del arte del vitral, la arquitectura porfiriana fue un soporte muy adecuado para el empleo profuso del vidrio".

Así pues, unamos los nombres de Erest Barton, diseñador; Yves Grall, decorador; Candelario y José Rivas, pintores; Octavio Ponzanelli, marmolería y Claudio Pelladini, tal vez el diseñador de los vitrales del Señor del Hospital. A este punto solo nos faltaría averiguar quien fue el maestro cantero que dio forma a los diseños de piedra que engalana el recinto de El Señor del Hospital de Salamanca.





lunes, 17 de agosto de 2009

El Beato Fray Bartolomé Díaz Laurel de Acapulco, Gro.

Esta fotografía del Beato Fray Bartolomé Díaz Laurel fue tomad en la Catedral de Toluca. El texto fue tomado del sito www.catholic.net

Nació en la ciudad de los Reyes y Puerto de Acapulco, en el Barrio del Pozo de la Nación, aproximadamente en 1599. En la primitiva Iglesia de Acapulco recibió los sacramentos de la iniciación cristiana. Fue hermano lego de los Descalzos franciscanos de la Provincia de San Diego de México. En el Convento de Nuestra Señora de Guía en Acapulco, surgió su vocación religiosa.

Ingresa para su formación al Noviciado del Convento de San Buenaventura, en Valladolid (hoy Morelia, Michoacán) donde recibió el hábito por vez primera el 13 de mayo de 1615 y por segunda ocasión el 17 de octubre de 1616; profesó como Hermano Lego el 18 de octubre de 1617. Misionero, catequista y enfermero en México (1617-1619), en Filipinas (1620-1623), y en Japón (1623-1627).

Murió quemado vivo a fuego lento el 17 de agosto de 1627 en la colina de Nishizaka, en Nagasaki, Japón. Sufrió el martirio en grupo junto con él otros 14, entre laicos y un presbítero, dominicos y franciscanos. Bajo el poder del cruel y sanguinario Daifusama, Shogun del Japón, quien desató una cruenta persecución contra la fe católica.

Fue Beatificado por el Papa Pío IX junto con 204 mártires del Japón, encabezados por el dominico Alfonso Navarrete, el 7 de julio de 1867 en la Patriarcal Basílica de San Pedro en Roma.


Si te interesa profundizar en la vida y legado del Beato Díaz Laurel, lo puedes hacer en este interesante sitio:
http://beatobartolomedias-laurelacapulco.blogspot.com/

sábado, 15 de agosto de 2009

La Asunción de la Santísima Virgen María

Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, acabado el curso de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos. Esta verdad de fe, recibida de la tradición de la Iglesia, fue definida solemnemente por el papa Pío XII en 1950.

Un ángel se aparecía a la Virgen y le entregaba la palma diciendo: "María, levántate, te traigo esta rama de un árbol del paraíso, para que cuando mueras la lleven delante de tu cuerpo, porque vengo a anunciarte que tu Hijo te aguarda". María tomó la palma, que brillaba como el lucero matutino, y el ángel desapareció. Esta salutación angélica, eco de la de Nazaret, fue el preludio del gran acontecimiento.

Poco después, los Apóstoles, que sembraban la semilla evangélica por todas las partes del mundo, se sintieron arrastrados por una fuerza misteriosa que les llevaba a Jerusalén en medio del silencio de la noche. Sin saber cómo, se encontraron reunidos en torno de aquel lecho, hecho con efluvios de altar, en que la Madre de su Maestro aguardaba la venida de la muerte. En sus burdas túnicas blanqueaba todavía, como plata desecha, el polvo de los caminos: en sus arrugadas frentes brillaba como un nimbo la gloria del apostolado. Se oyó de repente un trueno fragoroso; al mismo tiempo, la habitación de llenó de perfumes, y Cristo apareció en ella con un cortejo de serafines vestidos de dalmáticas de fuego.

Arriba, los coros angélicos cantaban dulces melodías; abajo, el Hijo decía a su Madre: "Ven, escogida mía, yo te colocaré sobre un trono resplandeciente, porque he deseado tu belleza". Y María respondió: "Mi alma engrandece al Señor". Al mismo tiempo, su espíritu se desprendía de la tierra y Cristo desaparecía con él entre nubes luminosas, espirales de incienso y misteriosas armonías. El corazón que no sabía de pecado, había cesado de latir; pero un halo divino iluminaba la carne nunca manchada. Por las venas no corría la sangre, sino luz que fulguraba como a través de un cristal.

Después del primer estupor, se levantó Pedro y dijo a sus compañeros: "Obrad, hermanos, con amorosa diligencia; tomad ese cuerpo, más puro que el sol de la madrugada; fuera de la ciudad encontraréis un sepulcro nuevo. Velad junto al monumento hasta que veáis cosas prodigiosas". Se formó un cortejo. Las vírgenes iniciaron el desfile; tras ellas iban los Apóstoles salmodiando con antorchas en las manos, y en medio caminaba san Juan, llevando la palma simbólica. Coros de ángeles agitaban sus alas sobre la comitiva, y del Cielo bajaba una voz que decía: "No te abandonaré, margarita mía, no te abandonaré; porque fuiste templo del Espíritu Santo y habitación del Inefable". Acudieron los judíos con intención de arrebatar los sagrados despojos. Todos quedaron ciegos repentinamente, y uno de ellos, el príncipe de los sacerdotes, recobró la vista al pronunciar estas palabras: "Creo que María es el templo de Dios".

Al tercer día, los Apóstoles que velaban en torno al sepulcro oyeron una voz muy conocida, que repetía las antiguas palabras del Cenáculo: "La paz sea con vosotros". Era Jesús, que venía a llevarse el cuerpo de su Madre. Temblando de amor y de respeto, el Arcángel San Miguel lo arrebató del sepulcro, y, unido al alma para siempre, fue dulcemente colocado en una carroza de luz y transportado a las alturas. En este momento aparece Tomás sudoroso y jadeante. Siempre llega tarde; pero esta vez tiene una buena excusa: viene de la India lejana. Interroga y escudriña; es inútil, en el sepulcro sólo quedan aromas de jazmines y azahares. En los aires una estela luminosa, que se extingue lentamente, y algo que parece moverse y que se acerca lentamente hasta caer junto a los pies del Apóstol. Es el cinturón que le envía la virgen en señal de despedida.

Esta bella leyenda iluminó en otros siglos la vida de los cristianos con soberanas claridades.

Nunca la Iglesia quiso incorporarla a sus libros litúrgicos, pero la dejó correr libremente para edificación de los fieles. Penetró en todos los países, iluminó a los artistas e inspiró a los poetas. Parece que resurgió, una vez más, en el valle de Josafat, allá donde los cruzados encontraron el sepulcro en el que se habían obrado tantas maravillas y sobre el cual suspendieron tantas lámparas. Como la piedad popular quiere saber, pidiendo certezas y realidades, la leyenda dorada aparece con los rasgos con que el oriental sabe tejerlos entre el perfume del incienso y azahares, adornada con estallidos y decorada con ángeles y pompas del Cielo. Se difunde en el siglo V en Oriente con el nombre de un discípulo de San Juan, Melitón de Sardes, Gregorio de Tours la pasa a las Galias, los españoles la leen en el fervor de la reconquista con peregrinos detalles y toda la Cristiandad busca en ella durante la Edad Media alimento de fe y entusiasmo religioso.

Ni fecha, ni lugar. ¿Cómo fue el prodigio? Escudriñando la Tradición hay un velo impenetrable. San Agustín dice que pasó por la muerte, pero no se quedó en ella. Los Orientales gustan de llamarla Dormición con ánimo de afirmar la diferencia. ¿Tránsito? Separación inefable. Ni el Areopagita, ni Epifanio, ni Dante acertaron a describir lo real indescriptible, inefable: el último eslabón de la cadena que se inicia con la Inmaculada Concepción y, despertando secretos armónicos, apostilla la Asunción con la Coronación que el arte de Fra Angélico se atreve a plasmar con pasta conservada en el Louvre. La Iglesia celebra, junto al Resucitado Hijo triunfante, a la Madre, singularmente redimida, Glorificada desde la Traslación.


Las fotografías fueron tomadas en la majestuosa Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Lagos de Moreno Jalisco. El texto viene del sitio en Internet:

http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=552


viernes, 14 de agosto de 2009

San Maximiliano María Kolbe

Esta es la imágen de San Maximiliano María Kolbe en su parroquia de Las Veredas en San José del Cabo, BCS.

En ocasiones pensamos que los santos son personajes que vivieron en la antigüedad, que eso es cosa histórica y del pasado, pero olvidamos que la santidad se sigue dando en cada uno de los días en que vivimos, lamentablemente las características de vida en las que ahora nos encontramos inmersos nos opacan la visión para hacer un alto, reflexionar y pensar a profundidad que una vida serena, ahora que se puede, la podemos gozar, el futuro es incierto cada vez mas, es conveniente mirar atrás no irnos siglos, sino años y descubrir que hay personajes que hace apenas seis décadas ofrendaron su vida en pos de un ideal. Hoy 14 de Agosto lo estamos recordando.


SAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE, del latín, "el mayor de los emilianos" (1894-1941). Mártir. Oriundo de Zdunska-Wola, Polonia, fue bautizado con el nombre de Raimundo. Ingresó en la orden franciscana, en la que recibió la ordenación sacerdotal. Su vida se enmarca en tres características: la consagración a la Inmaculada Concepción de María, la utilización de los medios de comunicación para la evangelización y la entrega de su propia vida al ser martirizado en forma voluntaria e Auschwitz, a, cambio del sargento polaco Francisco Gajowniczek. Ocupo el cargo de superior en el monasterio de Niepokalonow, en Varsovia y destacó como administrador. Instituyó, para atender al pueblo, las "Haciendas de la Inmaculada", una radiodifusora para extender la Palabra de Dios fundó "El Pequeño Diario", y "El Caballero de la Inmaculada". Cuando los nazis lo capturaron se despidió de sus fieles diciendo: "No se alarmen, voy a servir a la Inmaculada en otro campo de misión". En las celdas del campo de concentración, administró el sacramento de la penitencia, bendijo y consoló a los cautivos. Murió al aplicarle los nazis una inyección letal. Juan Pablo II 1o elevó a los altares en 1982. (En la ceremonia de canonización estuvo presente Francisco Gajowniczek, a quien salvó de ser asesinado por los nazis).

miércoles, 12 de agosto de 2009

La Arquitectura de la Fe

Primer plano de la escultura en pasta de caña de maíz de El Señor del Hospital de Salamanca.


El Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato publicó en 2004 un libro por demás interesante enfocado a estudiar a detalle todo lo relativo a la espléndida Arquitectura del Templo de San Agustín, el que oficialmente se llama Templo Agustino de San Juan de Sahagún, pero que, por tradición popular nos referimos a él como Templo de San Agustín. En dicha publicación, la cual es obra de Ediciones la Rana, escrito por José de Santiago Silva. El autor hace un especial énfasis en el agradecimiento que da a Juan Diego Razo Oliva, en quién basa mucha de la información vertida en el libro. Menciona en los agradecimientos al Cronista de Salamanca, Juan José Rodríguez y hace una mención especial a Antonio Cevallos. Un capítulo de la obra está titulado "El Cristo de Acualmetzli", en el que se hace un profundo análisis de la obra por muchos conocida del manuscrito encontrado en Nativitas de Alonso Marañón, el cual fuera autorizado por el entonces Cura de Salamanca, don Luis Saavedra. Se deduce que el escrito fue realizado entre 1845 y 1865.

Ruta que, según la crónica de Alonso Marañón, siguió el Cristo de los Agonizantes desde su salida de Xilotepec en el actual Estado de México, diagrama tomado del libro que se menciona aquí.

No hay autor o historiador interesado en las raíces de la historia de Salamanca que no conozca dicho manuscrito, (la cual se vende, ya mecanografiado, en la pequeña tienda de objetos religiosos en la entrada de la Parroquia del Señor del Hospital), Pedro González en 1904, José Rojas Garcidueñas en 1984 y ahora José de Santiago Silva en 2004, toman ciertos datos del manuscrito y en especial, este último, De Santiago, nos da un muy objetivo análisis del que se duda si sea un documento con validez histórica, pero que, siendo tan completo, haciendo tantas referencias que encuadran en lo que es la historia de México del siglo XVI, dando los pormenores de una ruta perfectamente clara y lógica que siguió la imagen en su peregrinar para llegar a quedarse en Salamanca que es, en efecto, algo digno del análisis que De Santiago Silva hace. Dice, entre otras cosas que "sin embargo, la argumentación de nuestra Historia tiene rasgos inéditos e insólitos como la legitimación de la resistencia armada de los indígenas, que si no se elogia abiertamente, es, por lo menos, vista con simpatía".

Portada del libro de Ediciones la Rana del Gobierno del Estado de Guanajuato.

Sigue el estudio interesantísimo de De Santiago Silva diciendo que "primero se asienta que , en su origen, la imagen es bandera de una causa indígena, histórica y legítima, que exalta la figura de un combatiente contra la conquista, ciertamente bravo y rebelde pero al mismo tiempo ferviente cristiano, conocedor del dogma, la moral y el culto, revestido de virtudes extraordinarias, taumaturgo que finalmente sucumbió pero dejó la herencia de su Cristo, el Cristo de Acualmetzli, como símbolo anfibológico de fe católica y resistencia Chichimeca". Un dato mas que sobresale en este análisis es el que refiere a los personajes que huyen de Xilotepec llevando con ellos al Cristo de los Agonizantes en donde comenta que Juan Cardona el, digámoslo así, custodio de la imagen, "se dispuso a cumplir la orden, vendió sus propiedades y arregló todo para salir a hurtadillas, al amparo de la noche, sin ser notado; iban con él su hijo Ignacio Cardona, Francisco de la Cruz, Juan Crisóstomo, José María Miñó y Cristóbal Buti." Estos personajes son enlistados en el relato de Alonso Marañón como los que llegan a la Estancia de Barahona cargando al Cristo y perseguidos por los Xilotepecanos, de lo cual De Santiago hace esta interpretación sutil: "También llama la atención la carga emblemática del nombre propio de algunos protagonistas: San Juan Crisóstomo fue doctor de la Iglesia griega; Lucas Evangelista, según antiquísima tradición, fue pintor y ejecutó el retrato de la virgen María; san Buenaventura, fraile Franciscano, también doctor de la Iglesia, contemporáneo de San Francisco.”

Medallón del recientemente remodelado Templo del Expiatorio, el que anteriormente se denominara Templo de Nuestra Señora de la Asunción.

Este libro es una auténtica joya para todo aquel interesado en conocer a fondo la Historia de Salamanca, el libro se puede adquirir en la Librería Educal en Salamanca, ($ 400.00 pesos en Agosto 2009) por si alguien que lee esto y vive en otra zona del país, la ficha completa es:

El Templo Agustino de San Juan de Sahagún en Salamanca
Apoteosis Barroca
José de Santiago Silva
Ediciones la Rana
Serie: Arquitectura de la Fe
Guanajuato, Gto. 2004
ISBN es 970-724-005-9

martes, 11 de agosto de 2009

Los milagros en el Señor del Hospital de Salamanca

Tradicionalmente se le han llamado milagros a estas pequeñas representaciones en metal dorado de parte del cuerpo o reproduciendo un Sagrado Corazón, las de la foto son recientes, aun conservan su brillo y esplendor.


Han sido muchas las tradiciones orales que se han ido pasando durante estos más cuatro siglos en torno a la llegada del Cristo Negro del Señor del Hospital, al que estas mismas tradiciones nos han dado el nombre, siendo el original el Cristo de los Agonizantes, o el Cristo de Acualmetzli, hay una sola versión, la que el Padre Marañón rescatara de esa tradición oral que ubica al Cristo en Tlatelolco para luego llegar a Xilotepec y de allí a Salamanca. Habrá necesidad de profundizar aun más, de consultar más libros y de investigar en antiguas relaciones si el Cristo Negro fue creado en Pátzcuaro o, como se presume, vino de España con los primeros Franciscanos.

Esta representación del Cristo Negro del Señor del Hospital la encontramos hecha de todos esos milagros que fueron acumulándose en el Templo del Expiatorio a lo largo del siglo XX, tal vez desde el XIX.

Sea una cosa o la otra, la devoción que se fue creando en Salamanca irradió a toda la región. Muchas peregrinaciones llegaban de poblaciones cercanas, sobrevive aun la que puntualmente visita en los días de Semana Santa procedente de Irapuato, con la misma puntualidad gente de las comunidades rurales del municipio de Salamanca llegan a visitar al Señor del Hospital el Martes o Jueves Santo, según lo marca la tradición.

He sido testigo de los frecuentes pagos de mandas, de cómo algunas personas, fieles devotas, entran de rodillas a lo largo del templo para agradecer alguna intervención en la que seguramente el Señor del Hospital actuó benevolentemente.

Son tres los cuadros que cuelgan actualmente de las paredes del Baptisterio en donde se concentran una buena cantidad de los milagros que se fueron colectando al paso del tiempo y ahora forman representaciones significativas de los elementos de la crucifixión.

Hace poco me contaban de que hubo en los años sesenta, aunque la fecha no es precisa, una colecta entre la gente de Salamanca con el fin de cambiar la campana principal, hubo quién donó monedas de plata, mismas que fueron fundidas junto con todo lo colectado para darle un baño a la campana y mejorar su sonido, este comentario vino en relación a la duda que hay del paradero de los ex votos que adornaban las paredes del Templo del Expiatorio, no solo eso, sino también eran cientos de los llamados “milagros” esas pequeñas piezas doradas que la gente con devoción coloca en la imagen del Santo elegido en señal de agradecimiento por la sanación de alguna mal del cuerpo, un brazo, una pierna, se pensaba que esos “milagros” habían sido fundidos junto con las monedas de plata, pero no creo haya sido así, ya que en el actual Baptisterio hay una buena cantidad de ellos, que han sobrevivido al paso del tiempo, quizá sea la costumbre de entrar a la Parroquia sin poner mucha atención a lo que allí existe, pero esos cientos de milagros son testimonios de la enorme devoción que el Cristo Negro del Señor del Hospital de Salamanca tiene.

Se dice que la fe mueve montañas. Esa fe la podemos corroborar día a día con los fieles que llegan a Salamanca a visitar al Señor del Hospital. Un testimonio de esta veneración la tenemos con los cientos de milagros que aun quedan en la Parroquia.

lunes, 10 de agosto de 2009

San Lorenzo Mártir, año 258

Hoy 10 de agosto, recordamos a San Lorenzo en su día. Esta espléndida pintura del año 1800 fue pintada específicamente para el Templo del Expiatorio, en ese tiempo era la Parroquia de Salamanca. El lienzo, un poco maltratado por el tiempo está en busca de un patrocinador para su restauración. Si estás interesado, favor de dejar un comentario.

Su nombre significa: "coronado de laurel". Los datos acerca de este santo los ha narrado San Ambrosio, San Agustín y el poeta Prudencio. Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los siete hombres de confianza del Sumo Pontífice. Su oficio era de gran responsabilidad, pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres.

En el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución en el cual ordenaba que todo el que se declarara cristiano sería condenado a muerte. El 6 de agosto el Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa en un cementerio de Roma cuando fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por la policía del emperador. Cuatro días después fue martirizado su diácono San Lorenzo.

La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que al Sumo Pontífice lo iban a matar le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?" y San Sixto le respondió: "Hijo mío, dentro de pocos días me seguirás". Lorenzo se alegró mucho al saber que pronto iría a gozar de la gloria de Dios.

Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos los dineros y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres. Y vendió los cálices de oro, copones y candeleros valiosos, y el dinero lo dio a las gentes más necesitadas.

El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, llamó a Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices y patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen candeleros muy valiosos. Vaya, recoja todos los tesoros de la Iglesia y me los trae, porque el emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar".

Lorenzo le pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de la Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con sus limosnas. Y al tercer día los hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de la iglesia. Le aseguro que son más valiosos que los que posee el emperador".

Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente, pero Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los tesoros más apreciados de la iglesia de Cristo!"

El alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora lo mando matar, pero no crea que va a morir instantáneamente. Lo haré morir poco a poco para que padezca todo lo que nunca se había imaginado. Ya que tiene tantos deseos de ser mártir, lo martirizaré horriblemente".

Y encendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron al diácono Lorenzo. San Agustín dice que el gran deseo que el mártir tenía de ir junto a Cristo le hacía no darle importancia a los dolores de esa tortura.

Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor hermosísimo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban. Los paganos ni veían ni sentían nada de eso.

Después de un rato de estarse quemando en la parrilla ardiendo el mártir dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo. Cuando sintió que ya estaba completamente asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden comer". Y con una tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, y exhaló su último suspiro. Era el 10 de agosto del año 258.

El poeta Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió mucho para la conversión de Roma porque la vista del valor y constancia de este gran hombre convirtió a varios senadores y desde ese día la idolatría empezó a disminuir en la ciudad.

San Agustín afirma que Dios obró muchos milagros en Roma en favor de los que se encomendaban a San Lorenzo.

El santo padre mandó construirle una hermosa Basílica en Roma, siendo la Basílica de San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad Eterna.




Leyenda de las lágrimas de San Lorenzo

La lluvia de estrellas, las Perseidas es un fenómeno muy conocido que se repite cada verano. Las Perseidas son también conocidas como "Lágrimas de San Lorenzo" porque la leyenda relaciona esté fenómeno con las lágrimas de un mártir. El 10 de agosto, día dedicado a San Lorenzo, es uno de los de mejor visibilidad para dicho fenómeno astronómico. Y fue en la Edad Media y en el Renacimiento cuando se asoció esta lluvia de estrellas con las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera.

Datos tomados de www.churchforum.org

viernes, 7 de agosto de 2009

Padre Nuestro en Tarasco

La fotografía fue tomada en la Ex Hacienda de Corralejo, Gto. Es de cantera en una sola pieza.

Tata Juchari

Tata juchari,t'ungui auandarhu jaka,eski chiiti jakangurhikua jananarhinaakaeski t'u juramuaka ini parhakpeni.ka eski chiiti uandakua ukurhiaka ixu echerindueski na ukuarhini jaka auandarhu.


Intskujtsïni iasï juchaari t'irekua pauani pauani anapu.Puachintajtsïni juchari k'amanarhintskuechani ka juchajtu isïpuakuantaaka iamindu ts'ïmangijtsïni no sesi uchejka.Kuajpentajtsïni eska jucha no ambe ukuarhenchaaka.Ka ni jucha nosesi uni ambe.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Las ofrendas en El Señor del Hospital

Mateo 5

5:23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tú hermano tiene algo contra ti,

5:24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Esta fotografía fue lograda el día del Sagrado Corazón de Jesús cuando los Agrigultores tuvieron asignado el día que por tradición es el que cierra la Octava de Corpus. Y como marca la tradición, hubo la ofrenda de lo que se tiene, en este caso, una abundante cosecha de chiles amarillos.

“En todo os mostré que así, trabajando debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hch.20:35). La palabra Ofrenda viene del hebreo Taruwmah que significa regalo, ofrecer, contribución y del griego Doron que significa regalo o presente. Un regalo no tiene estipulado un mínimo o máximo para ofrecerlo o recibirlo. Su característica fundamental es la espontaneidad de su entrega, su voluntariedad. Nadie está obligado ni debe sentirse obligado a darla.

Durante las celebraciones de Jesús Eucaristía, se compartió como ofrenda lo que las manos de los panaderos producen. La tradición se mantiene viva en El Señor del Hospital de Salamanca.

En un acto de fe y convicción, los creyentes hacen su ofrenda en medida de las posibilidades de cada quién.

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Uno de los íconos más hermosos que existen es sin duda el de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de los Padres Redentoristas cuya festividad se celebra en Junio 27. El de la fotografía fue tomado en la Parroquia del Señor del Hospital, ubicado en el crucero derecho.

El icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a la Madre con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura pasión. Se agarra fuerte con las dos manos de su Madre Santísima quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro nos recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte. Hoy la Virgen cuida de todos sus hijos que a ella acuden con plena confianza.

En el siglo XV un comerciante acaudalado de la isla de Creta (en el Mar Mediterráneo) tenía la bella pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Era un hombre muy piadoso y devoto de la Virgen María. Cómo habrá llegado a sus manos dicha pintura, no se sabe. ¿Se le habría confiado por razones de seguridad, para protegerla de los sarracenos? Lo cierto es que el mercader estaba resuelto a impedir que el cuadro de la Virgen se destruyera como tantos otros que ya habían corrido con esa suerte.

Por protección, el mercader decidió llevar la pintura a Italia. Empacó sus pertenencias, arregló su negocio y abordó un navío dirigiéndose a Roma. En ruta se desató una violenta tormenta y todos a bordo esperaban lo peor. El comerciante tomó el cuadro de Nuestra Señora, lo sostuvo en lo alto, y pidió socorro. La Santísima Virgen respondió a su oración con un milagro. El mar se calmó y la embarcación llegó a salvo al puerto de Roma.

Si te interesa leer toda la historia, la podrás encontrar aquí:
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=18008