lunes, 28 de noviembre de 2011

A cada capillita le llega su fiestecita.

Con esta imagen que capté en San Felipe del Progreso, Estado de México, queda más que claro lo que reza el dicho de que "a cada capillita le llega su fiestecita". Uno de los refranes más usados y antiguos que tenemos en México; el cual quiere decir que en ocasiones uno se siente insignificante, pero aun, por insignificante que uno sea, tiene al menos un día, o una temporada de gloria, eso que también se dice que son los "cinco minutos de fama".

domingo, 27 de noviembre de 2011

Se me fue el santo al cielo.

En repetidas ocasiones cuando acordamos son ya las dos o tres de la tarde, el tiempo pasó volando, ni nos dimos cuenta; es entonces que decimos "se me fue el santo al cielo", un recurrente dicho en esta parte del país en donde se sigue haciendo uso de éste y muchos otros dichos o refranes populares en donde va implícita la imagen religiosa.

Es indudable que a esta mujer que cumple su manda vistiéndose como la virgen de Guadalupe se le fue el santo al cielo y está dando alguna instrucción por el celular pues era ya la hora de la comida...

sábado, 26 de noviembre de 2011

Qué culpa tiene Pedro de que San Pablo esté pelón.

Este refrán me lo hizo llegar Marta Zamora, a quién agradezco la atención. Me causo sorpresa y gracia, pues nunca lo había oído y me parece muy atinado. Continuamente estamos en busca del culpable de algo que nos sucedió y no somos capaces de aceptar las cosas tal cual son, como, en este caso la alopecia de San Pablo.

La fotografía fue tomada en el templo de San Agustín en Acolman, Estado de México. En la portada plateresca vemos en los nichos las imágenes de San Pedro, a la izquierda, y San Pablo a la derecha.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Santo que no es visto no es adorado.

Este refrán está basado en un principio básico de la mercadotecnia, la presencia del producto en el exhibidor causará la necesidad al cliente de comprarlo. En este caso, si ese santo no se da a conocer con su efectividad para interceder a las peticiones no será solicitado, o como ahora se dice, no tendrá "seguidores".

Y a propósito de "seguidores", en la actualidad los Santos están ya en Facebook. Por ejemplo San Charbel Makhlouf ya tiene 1011 seguidores al día de hoy, 25 de noviembre de 2011.

La fotografía fue tomada en la Parroquia Antigua de Salamanca y ese santo que aparece en penumbras, ese que no es visto, es San Joaquín.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Traigo el santo de espaldas.

No es privativo de México el tener "dichos", más propiamente nombrados refranes populares, por todos lados y en todos los idiomas existentes. Traer el santo de espaldas es uno de los tantos dichos que tenemos en México en los que, en buena medida, por no decir que totalmente, hacen referencia a una época ya ida, ya pasada, a un siglo XIX en el que aun existía cierta candidez en el idioma y en las costumbres, todas ellas matizadas de un fervor hacia lo que, en ese entonces, representaba la Iglesia Católica.

Traer el santo de espaldas no es otra cosa que decir que uno no anda en su momento, que las cosas están saliendo mal. Así como en México, que desde hace unos... digamos 5 años, traemos el santo de espaldas.

La foto fue tomada en el extraordinario templo del ex convento agustino de Yuriria, Guanajuato; es un San Judas Tadeo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Las vísperas de Santa Cecilia, santa patrona de los músicos en Salamanca, 2011.

Mañana 22 se estará celebrando una vez más a Santa Cecilia, patrona de los músicos. Se dice que ella, cuando estaba siendo martirizada cantaba alabanzas a Dios y de allí su asociación a la música, por ende al patronazgo de los músicos. No se sabe cuando llegó a Salamanca el culto a Santa Cecilia pero, si su imagen se encuentra en la Parroquia Antigua, quiere decir que hace más de tres siglos y medio se eligió para estar allí.

En este templo existen altares laterales a San Francisco, a la Virgen María, a San José, a la Virgen de Guadalupe, al Sagrado Corazón de Jesús, a la Dolorosa, a Nuestra Señora del Rosario y a Santa Cecilia la cual, desde hace muchos años tiene el honor de ser trasladada de su nicho a ocupar el lugar relevante que toda imagen tiene al ser colocada del lado derecho del altar mayor. Y hoy, 21 de noviembre, comenzó ya su víspera, ya una banda hizo su peregrinación, creo que desde Nativitas, para llegar a "saludar" a Santa Cecilia y tocarle a ella eso que, de acuerdo a la tradición, ella hacía, cantar para alabar a Dios.

Dentro de todas las festividades patronales que hay, una para cada oficio o profesión, en México son dos las que destacan y siguen vigentes: el gremio de los albañiles el día de la Santa Cruz y el gremio de músicos el día de Santa Cecilia. Hay patronazgos que pasan desapercibidos como el de San Crispín, patrono de los zapateros o el de san Homobono, patrono de los sastres. Si bien estos dos oficios están casi desaparecidos por la alta tecnificación, quizá pudiera ser esa la causa que ya poca gente lo recuerde, pero, en el caso de los músicos, aun con los teclados electrónicos y las luces estroboscópicas, su fe y devoción a Santa Cecilia no ha cambiado en nada, al contrario, cada vez es más la gente que participa de este festejo.

La música dentro de la Iglesia Católica ha sido de lo más importante, especialmente desde que se implementó el uso del órgano como instrumento oficial para las celebraciones, para marcarle la debida solemnidad a los oficios. Esto ocurrió desde el siglo VII, es decir, hace ya muchos años, tantos como 14 siglos. Ya en el México antiguo la música era algo esencial en todos los ritos, en esas 18 festividades que a lo largo del año se conmemoraban estaba siempre presente la música y los cantos. Con la llegada de los españoles y la nueva religión la música se volvió, junto a otras artes, parte viva de la evangelización.

La música era tan importante en los oficios divinos que uno de los cargos de mayor trascendencia que había además de los oficiantes era el que ejecutaba el Chantre, pues era él el encargado de la música, y más específicamente, de los coros que realzaban las misas que en ese entonces llegaban a ser, normalmente, de dos horas. En nuestro entorno el Chantre fue importantísimo ya que don Vasco de Quiroga, fundador de la diócesis de Michoacán, a la que Salamanca perteneció los primeros cuatro siglos desde su fundación, daba una relevancia por demás elevada a su Chantre, al grado tal que es él incluido dentro de su testamento para asegurarle su función de por vida.

Sabemos bien que en Salamanca tenemos tres siglos de tradición en la Octava de Corpus, festividad de Jesús-Eucaristía, en la cual los distintos gremios que aun existen, se organizan a lo largo de esa semana para ofrendar la cera al Señor del Hospital, de esos gremios no hay un día en que sea dedicado a los músicos pues ellos, tienen su día muy particular que es el 22 de noviembre. Si bien durante la Octava de Corpus, todos los días los músicos están presentes, desde la alborada a las seis de la mañana, durante la misa del medio día y en la entrada de la cera por la tarde.

En las fotografías que aquí te presento podrás ver la fiesta de las vísperas de Santa Cecilia. Dentro de poco será la media noche, se entonarán las mañanitas para luego, desde las cinco de la mañana iniciar la alborada y ya por la tarde el centro de Salamanca, especialmente la calle Juárez y el Jardín Principal se convertirán en salón de fiesta pues, siendo el día de los músicos, no hay mejor manera de celebrarlo que con la música que ellos interpretan, mañana en Salamanca será un largo día de fiesta.









jueves, 17 de noviembre de 2011

Joshua Norton, el protector de México. Recordando a José Rojas Garcidueñas en su 99 aniversario.

De don José Rojas Garcidueñas hemos ya dado cuenta de su vida, un poco de su obra, incluso hemos transcrito algunos capítulos de esos relatos que para él en sus ediciones de "La Paloma" obsequiaba a sus amigos. Creo que nosotros, los salmantinos, no acabamos de entender la grandeza que él encierra. Es José Rojas el único nacido en esta ciudad del Bajío, más específicamente, nacido en Salamanca, "la criolla" como el le decía a la Salamanca mexicana, que ha llegado a un nivel de cultura tal, que llegó a ser miembro de número de la Academia Mexicana. Su ingreso fue el 22 de junio de 1962 y en contestación a su discurso, Antonio Gómez Robledo, dijo de él: "Una de las más puras emociones que le es dado al hombre en esta vida, es el cumplimiento de la justicia. De esta emoción participamos todos nosotros esta noche, al abrir sus puertas la Academia Mexicana al ilustre jurista, historiador y hombre de letras, al delicado pensador y artista que es, en plenitud de cada uno de estos atributos, don José Rojas Garcidueñas". (1)
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Tratando de entender lo que la Academia Mexicana significa, anotamos aquí los nombres de sus Académicos Honorarios: Victoriano Agüeros, José María Bassoco, Enrique Cárdenas de la Peña, Antonio Caso, Erasmo Castellanos Quinto, Alí Chumacero, Salvador Elizondo, Margit Frenk, Federico Gamboa, Joaquín García Icazbalceta, Carlos González Peña, José Gorostiza, Andrés Henestrosa, José López Portillo y Rojas, José Luis Martínez, Carlos Montemayor, Salvador Novo, Edmundo O'Gorman, Manuel José Othón, Anselmo de la Portilla, Emilio Rabasa, José Rojas Garcidueñas, Manuel Romero de Terreros, Juan Rulfo, José Vasconcelos. También destacan como Académicos Honorarios Antonio Alatorre, Rubén Darío, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Octavio Paz y Luis Villoro entre otros.
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Creo que con este listado, entendemos ahora el alcance que don José tuvo al ser admitido en la Academia. Pensaba, no se por qué razón, que hoy, 17 de noviembre era su aniversario, solo que, no es así, fue ayer, día 16 que se cumplieron 99 años de su nacimiento, será para el siguiente, el cabalístico 2012 que José Rojas Garcidueñas cumpla el primer Centenario de su nacimiento. Ojalá que para entonces le demos el justo reconocimiento que merece pues, insisto, son pocos los salmantinos que han llegado al nivel que él llegó.
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De lo mucho que tenemos que aprenderle a don José, sin atrevernos a incursionar en el tema que él dominaba y que era el teatro español del siglo XV y XVI, sino a las cosas de la cotidianidad y de esa bendita curiosidad que, nos conduce a momentos de la vida de la humanidad que se antojan increíbles, como este que obsequió a sus amigos en alguna de las ediciones navideñas de La Paloma y que, la Academia, en justo homenaje, le publicó en 1983. En este relato, Rojas Garcidueñas nos lleva a un episodio en San Francisco, California, justo cuando era la época que se denominó la fiebre del oro.

"La sorpresa me asaltó en el primer minuto, cuando no tenía de la ciudad de San Francisco más idea que la visión confusa de lo entrevisto, al correr del taxi, desde el lejano aeropuerto hasta que el coche se detuvo. La sorpresa me asaltó al ver en un sobrio letrero, casi junto a la puerta del hotel, un nombre para mí totalmente extraño seguido de dos títulos, el segundo de ellos "Protector de México", ¿A quién se refería?, ¿de qué se trataba? Las letras negras en fondo blanco solamente decían, en inglés, "Norton I Emperador de los Estados Unidos y Protector de México".
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En plena "fiebre del oro", cuando los hombres más diversos invadían la región; cuando los rostros distintos, procedentes de todos los lugares del mundo, aparecían y desaparecían; cuando los marinos abandonaban los hogares recién construidos, cuando todos se iban a buscar el oro en las arenas de los ríos y en las vetas de las rocas... y algunos encontraban y regresaban a gastarlo en juergas inacabables o procuraban multiplicarlo en negocios fantásticos, que a veces lograban realizar. Al San Francisco hirviente de vida y de pasiones en el que ondeaba la bandera califoniana del Oso Dorado, llegó en 1849 Joshua Norton, apenas con treinta años de edad pero ya con algunos miles de dólares ganados, según decía, traficando en África, en Sudamérica, quién sabe dónde y quién sabe cómo.
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En cuatro o cinco años más hizo negocios fabulosos, pero ¿qué no era fabuloso en el San Francisco de esos días? Norton alardeaba mucho de que estaba formando un "imperio" mercantil y parece que socios y amigos comenzaban a llamarle "emperador" en las horas alegres, entre los comentarios de las altas y bajas del oro o de los encantos de Lola Montes cuando bailaba su "danza de la araña".
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Una especulación fallida dejó a Norton en la pobreza, pero como esas cosas sucedían a tantos y tan frecuentemente, nadie paró en ello mientes y el traficante quebrado pudo haber caído en el más competo olvido, como otros muchos, en el torbellino de aventuras y desfortunas de esa época.

Norton I, Emperador de los Estados Unidos y Protector de México. Foto de Wikipedia.
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"Pero años después, en 1859, un señor muy serio, con un atuendo medio militar y un poco raro, entregó en la redacción del San Francisco Bulletin un escrito cuyo autor se proclamaba a sí mismo Emperador de los Estados Unidos y convocaba a representantes de toda la Unión para modificar las leyes, en beneficio del país; firmaba Norton I. Poco más tarde se declaró Protector de México, como un puro acto de gracia y generosidad, y ambos títulos figuraron siempre al pie de sus proclamas. Así empezó -dice Curt Gentry, en su sabroso libro guía de San Francisco- un reinado nunca oficialmente reconocido por el Estado de California, pero, cosa más importante, aceptado por sus subidos con ánimo de diversión y cordialmente.
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De tanto en tanto el Bulletin insertaba en sus páginas proclamaciones y decretos de Norton. Algunas veces contenían ideas descabelladas, mas en ocasiones proponían cosa que la gente tomaba a broma, pero que cincuenta o sesenta años depués han llegado a ser grandes realizaciones: así, todo el mundo vio cuando Norto propuso hacer un puente de Oakland a San Francisco y más risa causó el proyecto de conectar, de igual modo San Francisco y Sausalito. Hoy día el Bray Bridge, mejor conocido por puente deOakland (con sus dos tramos: de San Francisco a la Isla Yerbabuena y de ésta a Oakland) y el gigantesco puente de Godlen Gate, son orgullo de la ciudad.
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Otras ideas de Norton, menos ambiciosas, fueron muy bien acogidas, como mejorar los pavimentos y el alumbrado de gas de las calles. Seguramente una de sus mejores proclamaciones fue aquella en la que declaró que la Navidad debe ser fiesta para todos los niños y ordenó que se pusiera un gran árbol de Navidad, con sus velas y adornos, en Union Square -esta plaza hoy sobrepoblada de palomas comelonas y confianzudas- : así se hizo, por cuenta de la ciudad, y desde entonces se sigue haciendo lo mismo todos los años.

El árbol de Navidad que se colocó en Union Square para 1920.
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"Con muy buen humor la gente aceptaba y quería a su divertido Emperador: en muchos restaurantes le servían gratis y él les dispensaba su patrocinio; iba a Sacramento a presentar mociones y proyectos ante la Legislatura del Estado y el ferrocarril Sud Pacífico le regalaba el pasaje hasta con derecho al carro-comedor; en los estrenos teatrales los empresarios solían enviarle tres localidades de palco, que ocupaba Norton y sud dos amigos inseparables: Bummer y Lazarus, dos perros callejeros que él había rescatado del maltrato y del hambre y cuando lograron tanta popularidad como su dueño; cuando el Emperador y sus amigos aparecían en el palco el público se ponía de pie y los aplaudía. Norton the First saludaba con gran dignidad y los tres ocupaban sus sitios, los acompañantes sin duda dormían durante el espectáculo pero naturalmente nadie tomaba eso a mal.
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Puesto que los ciudadanos aceptaban tal imperio era lógico que las autoridades hicieran lo mismo. (Es claro que la lógica política cambia con las latitudes, porque aquí... pero eso es otra cosa.) En efecto, muchas veces Norton, ataviado con sus grandes charrateras, su sombrero emplumado y su gran sable, pasó revista a la guarnición del fuerte del Presidio. También tomaba parte en reuniones políticas, y se cuenta que alguna vez disolvió un mitin feminista diciendo que las mujeres debían irse a limpiar la casa y a cuidar a sus niños y dejar a los hombres hacer las leyes; en otra ocasión apaciguó un violento mitin anti-racista, cuando los "pogroms" contra los chinos eran frecuentes y terribles.
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Un día el Bulletin se burló del raído traje de Norton, aludiendo a que el mal estado del trasero de sus pantalones implicaba un grave riesgo para el imperio. Norton se enojó -tenía el genio vivo y la reacción pronta-: desde luego transfirió otro periódico, el San Francisco Examiner, el derecho a publicar las procalamas imperiales y, además, declaró que el Bulletin hacía causa común con los traidores que atacaban "nuestro Imperio de los Estados Unidos y Protectorado de México" por lo cual "nosotros, Norton I por gracia de Dios", le imponía una multa de dos mil dólares que sería aplicada a favor del "real guardarropa". Los demás periódicos corearon y prosiguieron la guasa y acabaron por aprovecharla para decir que los funcionarios de la ciudad tenían la culpa de aquello; entonces el Alcalde, con lo que aquí denominaríamos el Ayuntamiento, hizo una pequeña colecta y declaró que el Emperador Norton recibiría cada año la suma de treinta dólares para nuevos uniformes "como regalo de sus súbidots, el agradecido pueblo de San Francisco".

Lola Montez, la bailarina española hacia 1851.
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Todo esto solamente fue posible en una ciudad como aquella, con tal sentido del humor y de la broma, probablemente por su alegría, su vitalidad y su riqueza en aquellos años.
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Norton murió repentinamente, se desplomó en la calle California, en el corazón de su ciudad, en el invierno de 1880. Su entierro fue el más grande y concurrido que allá se había visto. Bien puede decirse que San Francisco no ha olvidado a su Emperador, pues cuando en 1934 se cambió el viejo cementerio, el Alcalde de la ciudad tributó en su homenaje y se puso en la tumba nueva lápida con esta inscripción: Norton I Emperor of the United States and Protector of Mexico. Joshua A. Norton 1819-1880.
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Muchos escritores, algunos tan ilustres como Robert Louis Stevenson y Mark Weain trataron en diversas ocasiones de aquel curioso personaje. En San Francisco todavía se hace con sonrisas que demuestran diversión y simpatía.

Los zapatos de éste, el Emperador Norton I.
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"Espero que con iguales sentimientos hayan leído mis amigos este relato al que no quiero poner punto final sin dejar planteadas algunas cuestiones, por si hubiere alguien que las resuelva: ¿por qué el título de Protector of Mexico?, ¿había estado Norton aquí en México en los años de su aventurera juventud?, ¿habrá cartas o referencias suyas en algunos de nuestros archivos? Digo esto porque el Emperador Norton solía escribir al Presidente Lincoln, a la Reina Victoria, al Zar de Rusia, ¿por qué no habría escrito alguna vez a Juárez o a Lerdo de Tejada? Lincoln le contestaba siempre siguiéndole la corriente; Juárez no habría hecho otro tanto, él tomaba muy en serio a los emperadores y mucho más a sí mismo, pero creo que don Sebastián sí tendría humor para contestar al Protector de México. Pero yo sé muy poco de nuestra historia del siglo pasado, de modo que habré de quedarme con mis preguntas si no es que alguno de mis amigos historiadores me dan más información acerca de aquel pintoresco personaje que, entre todos los "protectores" y "amigos" que dizque han querido ayudar a México (desde los que invocaban las bulas alejandrinas hasta los que enarbolaban la alianza para el progreso), creo que del único de quien no tenemos "nada que sentir" es de Norton the First, quien tras de su aire de dignidad pomposa y su carácter fácilmente irritable, parece haber sido un hombre generoso, notable, imaginativo y, gran cualidad, amigo de los perros". (2)
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Fuentes:
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1.- Discurso de ingrso a la Academia Mexicana leído el 22 de julio de 1962 por José Rojas Garcidueñas. Contestación al anterior discurso por Antonio Gómez Robledo. UNAM, México, 1962.
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2.- Rojas Garcidueñas, José. El erudito y el jardín. Anécdotas, cuentos y relatos. Introducción y selección de José Luis Martínez. Academia Mexicana. México, 1983.

martes, 15 de noviembre de 2011

Esquivel y Vargas, una de las familias principales de Salvatierra con influencia en el Bajío.

Estamos viendo el escudo que supongo es el de los Esquivel, o, en todo caso de los Esquivel y Vargas, este aparece en los retratos de las tres señoritas Esquivel y Vargas - Serruto y Nava, de los que hay noticia: María Francisca, María Manuela Josefa y Ana María Isabel; las tres nacidas en Salvatierra y pertenecientes a la encumbrada familia formada por don Antonio José Esquivel y Vargas, del que se dice era Teniente de infantería, y de Ana María Serruto Nava. El escudo aparece en esos retratos del lado izquierdo. Si recordamos, en aquellos tiempos, estaba establecido que lo masculino iba al lado izquierdo y lo femenino a la derecha. Esto lo marcaba esa diferencia de sexos que antes se daba al asistir a misa, los hombres se sentaban a la izquierda.

Consecuentemente las mujeres, lo femenino va del lado derecho y a la derecha del cuadro de las tres encumbradas señoritas vemos otro escudo, el cual debería pertenecer a los Serruto Nava, solo que, al compararlo con el que aparece en un cuarto retrato, el del canónigo Agustín Francisco Esquivel y Vargas notamos que no hay coincidencia con ninguno de estos, siendo que provienen del mismo tronco familiar. La única coincidencia que existe es la del segundo cuartel del que ahora vemos en donde aparecen "cinco órdenes de cinco". De heráldica no sé nada y ese significado lo desconozco, pero es lo único que ve que coincida entre una rama de la familia salvaterrense y la otra.

Vemos ahora un antiguo dibujo que nos muestra a San Andrés de Salvatierra, la primera población que obtuvo el título de ciudad en la Intendencia de Guanaxuato; este plano de la ciudad es de mediados del siglo XVIII, cuando las familias Esquivel y Vargas estaban en lo más alto de su poderío económico y social en toda la región, años después lo tendrían en la ciudad de México.

Vemos ahora a doña María Francisca Josepha Ygnasia Asempsion Ynes Esquivel Seruto, cuarta hija legítima de don Antonio José Esquivel y Vargas y doña Ana María Serruto Nava, le antecedieron: Ygnacio Joseph Blas, nacido el 4 de febrero de 1764, quien fue el primogénito. Luego sigue María Josefa nacida en 1765, casada ya un poco "mayorcita" para la época, a los 24 años. El tercero fue Joseph Manuel Mariano Agustin Ygnasio Matheo, nacido el 21 de septiembre de 1767, nacería luego la que vemos en la fotografía. Es curioso ver que comienza a aparecer la constante del nombre Ignacio en cada uno de ellos, seguramente la familia Esquivel y Vargas eran profundos devotos a San Igancio de Loyola. Menudo problema para un salvaterrense tener ligas con los jesuitas, a sabiendas que el fundador de la ciudad de Salvatierra fue precisamente el virery conde de Salvatierra, el que fuera enviado al Perú por sus problemas con (el ahora beato) Palafox y Mendoza, precisamente por que el virrey apoyaba a los Jesuitas, cosa que disgustaba a Palafox. Debemos anotar que la dama en el retrato, muy galana, por cierto, entró en el convento de las Recoletas de Santa Brígida de la ciudad de México.

Vendrían luego más descendientes en los Esquivel-Serruto, el quinto de ellos nacido en 1769 muere a los 3 años de edad y llevó por nombre Marianno Joseph Ygnasio del Corazón de Jesús. Sigue Manuel Mariano, luego el séptimo: Jospeh Joachin Marianno Juan Ygansio Eugenio, nacido el 14 de noviembre de 1771, después está Secundino, seguramente tenía más nombres, de él se sabe que casó con María Josefa Sánchez de la Barquera Iturbe; la familia es bastante numerosa, 14 en total son los hijos. Vendrían luego José María (1774), Antonio José María (7 de marzo de 1775), María Manuela Ana (1776). La doceava descendiente es la que vemos en el retrato: María Manuela Josefa, nacida el 12 de febrero de 1777.

Una treceava miembro de la familia fue María Antonia, nacida en 1779, finalmente la prole termina al nacer la señorita que vemos en el retrato, doña Ana María Isabel, nacida el 5 de octubre de 1781. Encontramos que don Antonio José Esquivel y Vargas hizo una gran fortuna en el comercio, la agricultura y la compraventa de terrenos, más específicamente de haciendas. Son al menos tres las ramas de familias Esquivel y Vargas las que vivieron en Salvatierra. Hay un Joseph Esquivel y Vargs casado con Juana de Figueroa. Un Gerónimo Esquivel y Vargas casado con María Ana Tamayo de Contreras Villaseñor; en esta última dama encuentro una interesante relación genealógica ya que ella desciende del Capitán de Caballos Corazas, don Blas García Botello, personaje que al parecer fue propietario de grandes extensiones en lo que hoy es el municipio de Valle de Santiago.

Dentro de todas estas familias de apellido Esquivel y Vargas aparecerá luego un personaje muy importante, el canónigo Agustín Francisco Esquivel y Vargas, (1714-1771), hijo de Nicolás Esquivel y Vargas y de María García del Valle y Leyva, nieto de Antonio Tamayo, el fundador del pueblo que ahora conocemos como Rincón de Tamayo, y nieto de don Blas García Botello y de Lorenza del Valle y Leyva.

Toda esta genealogía se me vuelve un poco confusa al no existir más referencias, como quiera, nos dice de lo importante que llegó a ser esta familia en toda la región.

Alarmante en verdad la baja en el caudal del río Lerma . Noviembre, 2011.

Este que vemos es el puente de Batanes, construido por fray Andrés de San Miguel en 1649, finaniciado por la orden carmelita, el puente fue indispensable debido a que era por aquí que se comunicaba Salvatierra con el resto de la intendencia de Guanajuato y de la de Michoacán, cruzando el río Lerma, el cual, en esos ayeres era caudaloso y de aguas limpias.

Con esta serie de fotografías que apenas tomé el domingo pasado, 13 de noviembre, te podrás dar cuenta de que, debido a la sequía que azota a casi todo el país, el nivel del río es casi nulo.

Hasta donde tengo memoria el Lerma nunca había estado tan bajo como se ha visto en este año, todo debido a las escasas lluvias que han caído en la zona del Bajío.

Para que tengas una mejor visión de lo alarmante que es esta baja en su caudal, podrás comparar el río Lerma en dos fotografías tomadas exactamente en el mismo punto, la que vemos ahora la tomé a mediados de abril de 2010...

Y esto es ahora, el 13 de noviembre de 2011... alarmante en verdad.