Esta imagen de San Homobono está en el Templo de San Felipe en Zaragoza, España. Fotografía cortesía de Kelkian.
Hoy 13 de Noviembre celebramos a San Homobono santo que a fuerza de trabajo logró acumular una gran fortuna en el negocio heredado de su padre en el comercio de telas. Su riqueza fue siempre utilizada en hacer obras pías el bien a sus semejantes, vivía en la ciudad de Cremona, Italia en la época medieval, cuando las comunidades estaban formadas en torno a una familia, la suya no era del todo bien vista por apoyar a los necesitados y llevar una vida mesurada. Homobono asistía a misa el 13 de noviembre de 1197 cuando en el
Gloria in excelsis, abre los brazos en forma de cruz y cae de bruces. La gente pensaba estuviera en estado de éxtasis pero en realidad había muerto. Dos años más tarde es canonizado por el Papa Inocencio III, el mismo que autorizara la creación de las ordenes Franciscana y Dominica.
A México llegó el culto a San Homobono en los primeros años de la época colonial, siendo él el Santo Patrono de los sastres, y siendo la sastrería una actividad fundamental, era muy bien conocido, especialmente porque en las festividades gremiales, su palanquín era de los más ornamentados. En la actualidad es poco conocido este santo, sus atributos, es decir, los elementos que lo identifican son las tijeras y la vara, vestido con atuendo medieval pero, dado que su culto es poco difundido, es difícil encontrar una imagen de él.
San Homobono fue un rico comerciante de telas en Cremona, Italia.
En el interesante libro
Las devociones cristianas en México en el cambio de mileno de Mariano Monterrosa y Elisa Talavera, Editorial Plaza y Valdes, 2002. Encontramos que
“tan extraño es hoy en día San Homobono que por ello destaca que aun se le venere en el templo conventual del Carmen en la Ciudad de Puebla… lo curioso es que este San Homobono no es San Homobono pues es probable que los sastres poblanos nunca vieron una representación de su santo patrón y aprovecharon la escultura de un Cristo, imagen que con seguridad estaba desempleada, ya no tenía cabida en el templo o quizás se encontraba abandonada en algún rincón”.
La deducción anterior la sacan a raíz de los goznes que tiene la escultura, es decir, esos ligamentos, especies de articulaciones que los escultores virreinales ponían a las representaciones de Cristo para poderlo mover de acuerdo a la representación que se buscaba, como el Ecce Uomo, o cualquier otra requerida para las procesiones, especialmente durante la Semana Santa.
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El Santo, como lo podemos ver en la fotografía tomada en Puebla, está vestido con esos atributos que la fe de los sastres poblanos le han ido creando, el traje, la corbata, los zapatos de charol y calcetines negros. Sin lugar a dudas la fe mueve montañas.