miércoles, 31 de mayo de 2017

La Ascensión del Señor manifiesta en la cúpula del Señor del Hospital

  Bien sabemos que fue el pintor zacatecano Candelario Rivas quien de 1920 a 1924 quien realizó todo el trabajo de pintura del Santuario del Señor del Hospital, lo hizo con la ayuda de su hijo José y no hubo capricho alguno en la ejecución de cada uno de los siete lienzos de gran tamaño que manifiestan la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, sino un conocimiento profundo de los Evangelios y, seguramente, de la abundante literatura religiosa del siglo XIX en la que se manifiestan las razones y las simbologías que encierran cada uno de los momentos que se desarrollan a lo largo de la Misa.

   Lo más seguro es que conozcas el templo del Señor del Hospital y que, como acostumbramos en la actualidad, no ponemos atención a todo lo que nos rodea, vemos el todo y no la parte. Vemos un recinto sumamente decorado con el estilo característico de los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX pero no nos atrevemos a interpretar lo que el decorado, en este caso las pinturas, nos están diciendo. 

  Sobre el discurso que Candelario Rivas desarrolla en los murales ya hablamos anteriormente y vimos que se basa en el Evangelio según San Lucas 24 y eso lo logramos identificar debido a la frase en latín que aparece en el arranque de la cúpula.

   Siendo este un templo dedicado a Cristo, lo que el pintor atinadamente plasmó fue el tránsito a la muerte, el cual termina al frente, en el altar mayor con la imagen del Cristo negro, en manifiesta muerte pero el discurso se complementa pues en la cúpula lo que se plasma es la Ascensión del Señor. Habrá que recordar que en Salamanca, hasta mediar el siglo XX la fiesta del segundo jueves “grande” del año era de nutrida afluencia, llegaban muchos peregrinos y la vendimia de trastes de barro y dulces era grande. En algún momento ese peregrinar para visitar al Señor del Hospital se prolongó un poco al norte, pues se incluía una visita a San Gonzalo.

   Actualmente la Iglesia, que se ha ido adecuando al ritmo de vida actual, ha trasladado la fiesta del Jueves al Domingo, esto como una consecuencia más del Concilio Vaticano II. Al entrar al templo y poner atención a lo que el discurso pictórico nos dice está más que claro, al centro en el octavo “gajo” de la cúpula esta Nuestro Señor ascendiendo a los cielos, a su trono. En los otros “gajos” aparecen siete ángeles, que en este caso no representan a los arcángeles, no hay atributos que los puedan identificar, dos de ellos portan una leyenda en latín, uno sostiene la Cruz y los otros dos suenan la trompeta y dos más levantan hojas de palma, todo encierra un fuerte simbolismo.

  La palma es el símbolo de la victoria, las trompetas nos dicen del triunfo, están anunciando que el Señor ascenderá. Uno de los ángeles porta la leyenda: “Ascendit Deus in Jubilatione”, el otro: “et Dominus in Voce Tuba”. Rivas se está basando en el Salmo 46. Todo esto queda englobado, además, en la llamada “Composición del símbolo por los 12 apóstoles” el cual está asociado justamente con San Bartolomé, el Santo patrón de Salamanca, el cual, dentro de la composición incluida en el Creo, tiene asignada la parte: “subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso” (1).




 
Fuente:

1.- Lobera y Abio, Antonio. El porqué de todas las ceremonias de la Iglesia y sus misterios. Librería de A. Mezín, París, 1846, p. 601


viernes, 26 de mayo de 2017

Hay que llorar: La arquitectura civil perdida en Salamanca

  De entrada digo que no puedo afirmar que estas imágenes correspondan a Salamanca, así están clasificadas en la Medioteca de la Secretaría de Cultura, el único dato que dan es el del fotógrafo, de apellido Smithers y el año, 1950, año en que fue inaugurada la planta refinadora de Pemex en el que muchos medios llegaron a retratar a Salamanca. 

  Las imágenes son iguales en cuanto a cromías se refiere, de algunos sitios bien reconocidos de Salamanca, y se asienta el mismo autor y la misma fecha, pero el sitio que ahora vemos, que era una maravilla, lo tengo idea de cuál habrá sido. 

  Por el tipo de piedra usada en el recubrimiento de las paredes puedo pensar que es igual al de la única casa relevante que nos dejaron, la de la esquina de 5 de Mayo con Allende. Pero no logro identificar esta magnífica ventana, no digamos la puerta. De que está desaparecida, lo está.

  Por último vemos este inigualable portón,  el cual, para comenzar, muestra la peculiar forma de la puerta de personas, el portón se abría completo para dar paso a un carruaje, mientras que la caprichosa forma de la parte alta de la hoja izquierda de la puerta, daba paso a las personas.  Sí estás pensando que este portón es el de 5 de Mayo... te equivocas, no lo es... ese portón y la puerta y ventana se ha perdido... al menos nos quedan estas imágenes que nos dicen de las maravillas de arquitectura civil que hubo en Salamanca.

  Esta es la que pensé sería... pero no, no lo es.

Nota: Las cuatro primeras imágenes las obtuve en la Medioteca de la Secretaría de Cultura y no las estoy usando con fines comerciales, solamente para la difusión del pasado colectivo de Salamanca, Guanajuato.

lunes, 22 de mayo de 2017

De como era el templo de San Agustín al comenzar el siglo XX

  Esta era la Plaza de la Penitenciaría que, para 1950, cuando tomó la fotografía un señor de apellido Smitters, ya se conocía mejor como la Plaza de San Agustín, sitio en el que estaba el pozo artesiano que surtía de agua potable a las casas del centro, aquellas que no contaban con su propio pozo. Dicen que el agua brotaba caliente, ideal para el baño. El pozo se alcanza a ver en la parte de la derecha, abajo. Alcanzamos a ver algunas de las bancas que habían sido donadas por algunos ciudadanos y sus nombres aparecían en los respaldos.

 Las siguientes fotografías, en blanco y negro, son anteriores, tomadas, aparentemente, en las dos primeras décadas del siglo XX. La que vemos ahora corresponde a la puerta lateral. Vemos al lado izquierdo una construcción que desconozco cuál era su uso.

  Así quedó el claustro mayor luego del paso de las tropas Villistas y Carrancistas.

  Al ver con atención los retablos del lado oriente, notamos, entre ellos los confesionarios, muy elaborados, al modo barroco de todo el conjunto.

  El altar de crucero de lado oriente, que ahora tiene al centro la imagen de Guadalupe, que se dice es obra de Miguel Cabrera, no está ahí, en su lugar vemos una Dolorosa.

  Cuando el órgano funcionaba, estaba colocado del lado poniente.

  Las bancas desaparecieron durante la Revolución, quizá se convirtieron en leña.

 El retablo del crucero poniente, dedicado a San José. Notamos la ausencia de bancas, solo una sillería colocada de forma peculiar.

Nota: Las imágenes las obtuve de la Medioteca de la Secretaría de Cultura, las estoy usando sin fines de lucro y solamente para difundir lo que era el patrimonio material que había en Salamanca, Gto.

sábado, 20 de mayo de 2017

La placa que tal vez nunca se colocó en San Agustín

  En este espacio hemos dado cuenta de la desaparición y robo de muchas placas en Salamanca, placas en su mayoría de bronce que, en tiempos actuales, sea por perversidad, por vandalismo, inconsciencia, desconocimiento, que por interés económico al venderlas como "fierro viejo"  han sido objeto de hurto. 

  Hubo una placa que se mandó hacer cuando existía la Inspección General de Monumentos Artísticos e Históricos, esto significa que fue al poco tiempo de haberse creado el INAH, el 3 de febrero de 1939. Quizá la placa nunca se envió a Salamanca, quizá nunca fue colocada y se perdió como tantas otras cosas se han perdido en San Agustín. Quizá fue robada o, como recién ocurrió con el escudo de la SRH que había en la "bola de Agua" de la calle Guerrero, por desconocimiento fue destruida.

  Sea lo que sea, esta placa se une a la ya larga lista de placas desaparecidas en Salamanca.

viernes, 19 de mayo de 2017

Las quesadillas dulces de Valteirrilla

   Un buen amigo de Valtierrilla un día me invitó a probar las quesadillas de su pueblo. Cuando me hizo la invitación imaginé esa masa que hacen ahí a la que agregan nopal y que serían las tradicionales quesadillas que por todos lados hemos comido, pero no fue así.

   Me llevó directamente al lugar en donde las elaboran. Una casa en la que varias mujeres están formando esos panes que dan la apariencia de un sope, le añaden algo que le dicen "atole" que es lo mismo que un atole pero espeso, cuando lleva piloncillo adquiere ese color oscuro.

 Así se ven antes de agregar el "atole"...

  Les añaden queso fresco...

 Y entran al horno...

  Salen del horno evidentemente calientes y están listas para ser consumidas.

Es el desayuno tradicional de Valtierrilla... especialmente los domingos.

jueves, 18 de mayo de 2017

La importancia de los Estandartes del Señor del Hospital de Salamanca

ESTANDARTE. Se llama tambien el que usan las Comunidades Religiosas y Cofradías, el qual es más largo que ancho, y se suele guarnecer de almenillas y llevar borlas pendientes. Hacese de varias telas y colores, pintando en él la imagen de su Comunidad o Cofradía. De este modo definía el Diccionario de Autoridades en 1732 el significado de la palabra y justo es en ese año que en Salamanca ya había una tradición que desde entonces se le denominaba como "ancestral" de sacar el Estandarte del Señor del Hospital en la procesión del Martes Santo.

   En Salamanca tenemos hoy en día que durante la Octava de Corpus salen los pendones o estandartes encabezando cada procesión que los diferentes Gremios hacen a lo largo de la Semana, eso lo podemos calificar como ya lo mencionamos, "ancestral" y bien lo podemos establecer en 1703 pues se dice, aunque yo no he visto aun el documento, que fue entonces que se organizó por vez primera la celebración que por siglos se ha arraigado en Salamanca. Pero lo que hoy nos ocupa es otro estandarte, por el cual hubo un pleito que duró 20 años, comenzando el 29 de marzo de 1779 cuando, el entonces Cura de Salamanca, Br. Salvador Sebastián Nieto, recibe del Gobernador del Pueblo de indios de Nativitas, Miguel Jerónimo González,  la solicitud de que sea él quien porte el estandarte el la procesión del Martes Santo. Para ello notifica que fue en 1736 que el Rey de las Españas, don Pelipe V les había dado la autorización de ser el Gobernador de la República de Indios quien encabezara la mencionada celebración.

   Cuando el pleito inicia era el Dr. Dn. Juan Ignacio de la Rocha el Obispo de Michoacán y el Mayordomo de la Cofradía del Santo Cristo del Hospital era quién alegaba tener tal privilegio. Son varios los documentos que van de Salamanca a Valladolid y regresan, son varios los Curas que intervienen en la solución del pleito, en su momento el Br. Pedro José Fernández de Agreda recibe de parte del Gobernador de Nativitas, de nueva cuenta la solicitud de que sea él quien lo porte, arguyendo una vez más que "desde inmemorial tiempo" es el Gobernador en turno quien lleva el Estandate. Para 1772 el Gobernador era José Martín Ramírez y será el 1° de abril de 1792 que se llegue a la salomónica solución.

  Como los documentos presentados al Cabildo catedralicio no eran del suficiente peso y el pleito continuaba, tocó al Cura Br. Eduardo Espinoza de los Monteros y Plata, decidir, por encargo del Obispado de Michoacán, que ambos tienen el derecho y que el estandarte se portará alternativamente, la mitad de la procesión por el Gobernador y la otra mitad por el Mayordomo. El problema fue solucionado.

  El documento parecerá simple y sin mayor importancia, pero yo veo ahí un poderoso sustento para afirmar que desde siempre, por aquello del "tiempo inmemorial" la festividad del Señor del Hospital ha sido el Martes Santo, de que era una de las celebraciones más importantes de la Villa y podemos intuir que mientras estuvo el construcción el templo que hoy conocemos como Expiatorio, la imagen del Cristo negro estuvo depositada en Nativitas, pues era el único templo que estaba terminado de ahí que el Gobernador del pueblo alegara el privilegio de portar el estandarte. Felipe V reinó del 16 de noviembre de 1700 al 9 de julio de 1746.

  El caso se vuelve "cosa juzgada", lo cual quiere decir que el expediente es cerrado previo a la Semana Santa de 1792 y correspondió a Vicente García de León, Alguacil Mayor de la Villa, dar por terminado el asunto. Vemos ahí, pues, la importancia y antigüedad que las celebraciones en torno al Señor del Hospital tienen, pues, según lo vimos en el Martes Santo de este 2017, son los Estandartes los primeros en entrar al Santuario.


miércoles, 17 de mayo de 2017

De cuando había siete obeliscos en Nativitas

  Muchas han sido las transformaciones que ha tenido la Plazoleta Hidalgo a lo largo del tiempo. En el último cuarto del siglo XIX se le conocía como "Jardín de la Penitenciaría", luego fue ahí el pozo artesiano, quizá los pobladores se referían al lugar como "el pozo", después se conocerá como la "plaza del Mercado" hasta que se convierte en "Hidalgo" debido a que ahí se colocó el monumento de cuerpo entero del Padre de la Paria, esa escultura será luego trasladada a la glorieta de Hidalgo y Héroes de Cananea.

  Sin estar totalmente seguro, creo que fue en la primera administración de Rogelio Gutiérrez que se hizo la remodelación del jardín de Nativitas, lugar en el que poco antes se habían colocado los siete obeliscos que recordaban a los siete personajes principales o, en todo caso, notorios, de la historia salmantina. Esa idea quizá fue tomada en base al escrito de Pedro González en el cuadro que había en la presidencia y que fue luego enviado a la Escuela de Minas en Guanajuato en donde se anotaban a las Personas Ilustres de Salamanca, que no eran siete, sino una buena docena.

   ¿Por qué se escogieron precisamente a 7? ¿Quién determinó los que serían? ¿cuándo ocurrió esa decisión? son interrogantes que aun no logramos resolver, lo que sí logro documentar gráficamente es que, efectivamente, hubo una vez 7 obeliscos en el jardín de Nativitas, pues allá se acostumbraba hacer la ceremonia del 1° de Enero en la que se recordaba la fundación de Salamanaca, asegurando que ese había sido el lugar llamado Xidóo.

  La ceremonia se dejó de hacer en Nativitas a la par de que fueron eliminados los obeliscos en ese lugar y levantados en donde ahora los vemos en la Plazoleta Hidalgo y, finalmente se logró el entendimiento de que el peor día para hacer ceremonia alguna es el 1° de enero a las 9 de la mañana, cuando todo mundo duerme luego de la larga fiesta de año nuevo y se realiza el 31 de diciembre a una hora razonable.

Y estos eran los siete obeliscos que estaban en Nativitas. Década de los setenta del siglo XX.

domingo, 14 de mayo de 2017

El Cristo negro de Carácuaro (El Señor de Carácuaro)

   Hace algunos años, luego de la celebración del 450° Aniversario de la llegada del Cristo negro del Señor del Hospital a Salamanca, comencé una serie de artículos llamada Cristos con Historia en la que hacía una relación de aquellas imágenes de Cristo, especialmente las de color negro, con la idea de concentrar en este espacio electrónico las historias que la fe y devoción han ido tejiendo al paso del tiempo en México. El tema lo dejé a un lado y nuevamente lo retomo, esta vez con la historia del Señor de Carácuaro.

  De los Cristos que hemos dado cuenta, tenemos en el estado de Guanajuato al Señor de Ojo Zarco en Ixtla. El Señor del Socorro, en Salvatierra. El Señor de Esquipulitas en Moroleón. El Señor de la Conquista en San Felipe.  El Cristo de la Capilla en Saltillo, Coahuila. En el estado de Michoacán: El Señor de la Lámapra en Charo. El Señor del Perdón en Villa Morelos. El Señor de la Piedad. El Señor de Araró. El Señor de la Tercera Orden en Pátzcuaro. El Señor de las Aguas en Guadalajara. El Señor del Veneno en Ciudad de México y El Señor de Chalma. Si te interesa verlos, entra en este enlace. Me faltan muchos más por documentar.

   Del que hoy nos ocupa no tenemos una historia clara, son varias las versiones sobre su llegada a la Tierra Caliente en Michoacán, casi todas refieren al llamado Apóstol de la Tierra Caliente, Fray Juan Bautista Moya como el personaje que llevó a Carácuaro la imagen de un Cristo negro, hecho en la antigua técnica de pasta de caña de maíz. Al leer las Noticias del padre José Guadalupe Romero, no vemos ninguna referencia al venerado Cristo:

Nocupétaro y Carácuaro.

  Eran antes de la conquista dos miserables aldeas de indios, que fueron convertidos al cristianismo por los padres agustinos Fr. Juan de San Román y Fr. Juan Bautista: el curato fue elegido por el Illmo. Sr. Morales en 1567. Estos dos pueblos se hallan situados uno al frente de otro en las orillas del rió de Tacámbaro á tres cuartos de legua de distancia, mediando el río: las iglesias son antiguas y pobres: en la de Carácuaro se conserva un cáliz de filigrana de mucho mérito artístico que donó el Sr. D. José María Morelos y Pavón, cuando fue cura de esta parroquia: su peso no excede de un marco de plata: el patrón de esta parroquia es S. Agustín. 

  La población de ambos no llega á 1,500 vecinos, pero en sus inmediaciones hay haciendas de labor y de caña bien pobladas, que hacen subiré! censo del curato á 5.000 feligreses. Carácuaro tiene ayuntamiento y una escuela de niños: sus fincas urbanas son de aspecto triste y miserable: de este retiro salió el Sr. Morelos el año de 1810 á unirse con el Sr. Hidalgo. Los recursos de estos pueblos consisten en la cría de ganados, en la sal que se saca de las cercanías del pueblo de Acuyo, y en el cultivo de las abejas ceríferas." (1)

  Vemos, pues, que no hace mención el padre Romero sobre el Señor de Carácuaro, por lo que se nos complica saber cuál es el origen de su veneración, la cual ocurre el Miércoles de Ceniza de cada año. Para ver sobre algunas de las versiones que hay en torno a la imagen, entra en este enlace.

  Una breve reseña de cuando visité ese lugar la puedes ver aquí.