miércoles, 30 de abril de 2014

Manuel de Iruela y Zamora, el Comandante Militar y Político de la Villa de Salamanca que no se menciona en la ejecución de Tomasa Estéves.

    Difíciles y complicados han sido los últimos artículos que he publicado en este espacio. De los personajes que estamos viendo, fuera de Iturbide y Calleja (de quien vemos un retrato), los demás se vuelven complicados para rastrear pues no se les ha estudiado cabalmente a pesar de que, el que hoy nos ocupa dejó, al igual que Iturbide, una buena cantidad de documentos que se conservan en bilbiliotecas especializadas, como las de Carso y Condumex. Nos referimos al comandante Manuel de Iruela y Zamora.

   Para la Historia de Salamanca Iruela y Zamora se vuelve un personaje importante debido a que fueron varios los años que vivió en la Villa siempre ostentando cargos importantes. El llegó a Salamanca en 1812 a ocupar el cargo de Comanante de la demarcación. En un "Acta de la Villa de Salamanca, publicada en la Gaceta del gobierno de México se especifica mejor su cargo: "En la villa de Salamanca a 2 de agosto de 1815: el muy ilustre cabildo, justicia y regimiento compuesto de los seres. presidente teniente coronel D. Manuel de Iruela Zamora comandante militar y político de ella y su jurisdicción..." (1)

   Gran relación guardaba Iruela con Iturbide, eran conocidos de tiempo atrás. En el peculiar estilo adulatorio que Iturbide mantenía en su correspondencia se refiere a él en estos términos: "Nada tengo que añadir a dichas partes, sino que Zamora es uno de aquellos oficiales que tienen más celo y empeño por el bien de la patria y cumplimiento de sus deberes". Esto lo anota en uno de los partes que rinde al virrey Calleja, fechado en Apaseo, el 3 de abril de 1814. Todo indica que se entendían muy bien entre ellos, y que él, Iruela, protegía los intereses de Iturbide. Salamanca era un destacamento importante por ser el cruce de caminos y por ser el primer descanso que las conductas, en ocasiones cientos de mulas, que llevaban la plata de Guanajuato a México.

  Las cosas en Salamanca no eran nada fáciles: "En materia administrativa el caso de la Villa de Salamanca también nos muestra como el mando militar adquirió importancia durante los años de la guerra, modificando un serie de rutinas y dificultando la aplicación de las reformas constitucionales. Durante el mes de diciembre de 1813 Iturbide, atribuyéndose una vez más, funciones que no le corresponden, se encargó de designar  al administrador de alcabalas de esta Villa (I). El hecho en sí no tendría mucha importancia de no ser porque el funcionario, que al parecer tenía todo el apoyo del jefe de armas de Salamanca para que ocupara el cargo a título de propietario tenía muy poca idea de lo que debía hacer como administrador de alcabalas y ni siquiera se había preocupado por hacer el pago de sus finanzas. Para corregir estos contratiempos, el jefe de armas Manuel Iruela debió darle permiso para que pasara a Irapuato a hacer el pago de su finanza; por otro lado, a finales de diciembre de 1813, el promotor fiscal de la intendencia de Guanajuato debió comunicarle, vía el intendente, todas las contribuciones que estaba obligado a cobrar, aquellas que en ese momento estaban exentas y la forma de llevar la contabilidad".(2)

   Sabemos que dentro del proyecto de Iturbide para proteger las poblaciones del Bajío de ataques insurgentes, planeaba fortificarlas, en relación a la que se pensaba construir en Salamanca, los documentos nos dicen que ya había ciertos manejos de los recursos que no eran del todo claro y se comenzaban a dar ciertos visos de prepotencia pues "En enero de 1814, el jefe de armas de Salamanca, citando solamente una orden verbal de Agustín de Iturbide, solicitó al intendente de Guanajauto la remisión de 8,000 pesos "para la fortificación de esta villa, la de las tropas que estoy levantando y vistiendo, y las regladas que tengo para su defensa" (II). (3)

    El temor de la gente, especialmente de la pudiente, era grande en la villa, muchos preferían vivir en zonas más seguras, se había dado la orden de la proclamación de la Constitución de Cádiz, Salamanca no era la excepción, al respecto, Iruela anota: "Me hallo de comandante de armas de esta villa con el gobierno político mientras que se reúnen los vecinos más principales que están viviendo en diversos pueblos de esta provincia mandados venir para publicar la Constitución y poner en práctica los superiores decretos. (4) (III)
 
   Escribe Iturbide en su Manifiesto: "En el año de 1816 mandaba la provincia de Guanajuato y Valladolid y el ejército del Norte; todo lo renuncié por delicadeza, retirándome a vivir según mi natural inclinación, cultivando mis posesiones". Esa era su versión, lo que sucedió fue que: "Las denuncias acumuladas en su contra, sumadas a nuevas protestas de los comerciantes de Guanajuato, llevaron al virrey Félix María Calleja a destituirlo en 1816, acusado de malversación de fondos y abuso de autoridad" (5). En Salamanca los allegados a Iturbide seguían ocupando la Alcaldía, tocaba el turno a Plácido Sodevilla; quien lo haría en 1816, 1818  y 1819, sin embargo él estaba sujeto a las órdenes de Iruela..

  Ya para los últimos meses de la guerra de Independencia, Manuel Iruela Zamora ocupaba el cargo de Comandante para la región de Oaxaca, una vez dada la Consumación, es nombrado Comandante General e Intendente de ese Estado. Le fue otorgado el título de Caballero de Número por el Imperio Mexicano tanto a él como a su hijo ¿o era su hermano? Célso Iruela Zamora, quien, por cierto, también vivió en Salamanca.

   En resumen y en función al acontecimiento de la detención y fusilamiento de Tomasa Estevez ocurrido en Agosto de 1814. Iturbide no se encontraba en Salamanca, sino en San Luis Potosí. Celaya era, militarmente, el punto más importante de la región oriente de la Intendencia de Guanajuato, era una Comandancia a cargo del teniente coronel Francisco de Guizarnotegui. El capitán de patriotas de la Villa de Salamanca era Ignacio García, él fue quién aprehendió a los dos desertores y a un paisano. Se ha interpretado que fueron pasados por las armas junto a Tomasa Estévez. Pero ellos fueron ejecutados el 6 de agosto y ella el día 8. Las discrepancias en estos registros las veremos más adelante, ahora lo que nos interesa es ver los personajes que estaban encargados de la parte realista en la región de Salamanca.

   Según se anota en la Monografía de Salamanca (6) en 1814 hubo dos períodos de Alcalde Ordinario, uno encabezado por Manuel Iruela Zamora, seguramente fue un cargo interino, pues luego se anotan a dos alcaldes: el Primero lo fue Tomas Agapito Machuca, el Segundo Alcalde era José María Fonseca; no se especifican las fechas de cuando ostentaron el título. Lo más seguro es que esto sea otra confusión pues, al final, quien estaba encargado de lo político y lo militar era Iruela. Sin embargo ninguno de ellos se menciona en el caso de la ejecución de Tomasa Estéves. ¿Por que?, la pregunta me la dejo de tarea para profundizar aun más en el tema.


Fuentes:

1.- Gaceta del gobierno de México. Volumen 11. p.46

2.- Jáurgui, Luis. La real hacienda de Nueva España: su administración en la época de los intendentes, 1786-1821. Facultad de Economía. UNAM. México, 1999. p.316

3.- ibid. p.314

4.- Ibid.

5.- Wikipedia.

6.- Monografía de Salamanca. Comité del Bicentenario del Estado de Guanajuato. Guanajuato, 2010. p.236

Las siguientes referencias las da Luis Jauregui en su libro de La real hacienda de Nueva España:

I.- Manuel de Iruela Zamora a Fernando Pérez Marañón, Salamanca, 6 y 22 de diciembre, 1813. CEHM, XXXVIII-I, E.R. carp. 1-3 dctos. 5, 7.

II.- Manuel de Iruela Zamora a Fernando Pérez Marañón, Salamanca, 3 de enero de 1814. CEHM ,XXXVIII-I, E.R. carp. 1-3, docto. 5.

III.- Manuel de Iruela Zamora a Manuel Abad y Queipo, Salamanca, 5 de noviembre de 1813. CEHM, XXXVIII-I, E.R. carp. 1-3. docto. 5.

lunes, 28 de abril de 2014

El "Manifiesto" de Agustín de Iturbide.

    Hay personajes en la Historia, sea la de México que la Universal, aun en la Regional, que nos son atractivos, que nos son interesantes y averiguamos más sobre su vida, su obra, su pensamiento. Hay otros que nos son totalmente ajenos, o poco atractivos y, claro es, otros que nos son antipáticos. El interés que tengo en el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo, creo lo he mostrado en el blog Cabezas de Águila, esto incluye el capítulo inicial de la Guerra de Independencia, ese que queda marcado con la Ruta de Hidalgo. El resto, esos 10 largos años de lucha, habrá que estudiarlo con calma, no sé si tendré la oportunidad de hacerlo. Y sucede que, ahora, que estamos en busca de datos sólidos para darnos una idea de lo acontecido en Salamanca en los años 1812, 13 y 14, hay un personaje que, perteneciendo a la tercera clasificación que hago, me ha ido sorprendiendo su persona, más aun, porque él es uno de los que dejó constancia de su pensamiento por escrito. Es en esa base que me permito transcribir los primeros párrafos del Manifiesto de Agustín de Iturbide:

  "No escribo para ostentar erudición; quiero ser entendido por todas las clases del pueblo. La época en que he vivido ha sido delicada; no lo es menos en la que voy a presentar al mundo el cuadro de mi conducta política. Mi nombre es bastante conocido, mis acciones lo son también; empero, éstas tomaron el colorido que les dieron los intereses de los que las transmitieron a regiones distantes. Una nación grande y muchos individuos en particular se creyeron ofendidos y me denigraron.

  Yo diré con la franqueza de un militar lo que fui y lo que soy, lo que hice y por qué; los imparciales juzgarán mejor aun la posteridad. No conozco otra pasión que la de la gloria, ni otro interés que el de conservar mi nombre de manera que no se avergüencen mis hijos de llevarlo.

  Tengo por puerilidad perder el tiempo en refutar los libelos que se escribieron contra mí. Ellos están concebidos del modo más a propósito para desacreditar a sus autores -parecen inspirados por las Furias-, venganza y sangre solamente respiran y, poseídos de pasiones bajas sin reflexionar, caen en contradicciones. ¡Miserables! Ellos me honran, ¿cuál fue el hombre de bien que trabajó por su patria a quien no le persiguieron enemigos envidiosos?

   Di la libertad a la mía. Tuve la condescendencia, o llámese debilidad, de permitir que me sentasen en un trono que crié destinándolo a otros, y ya en él tuve también valor para oponerme a la intriga y al desorden; éstos son mis delitos, no obstante ellos, ahora y siempre me presentaré con semblante tan sereno a los españoles y a su Rey, como a los mexicanos y a sus nuevos jefes; a unos y a otros hice importantes servicios; ni aquéllos ni éstos supieron aprovecharse de las ventajas que les proporcioné, y las faltas que ellos cometieron son las mismas con que me acriminan.

    "En el año de 1810 era un simple subalterno. Hizo su explosión la revolución proyectada por don Miguel Hidalgo, cura de Dolores, quien me ofreció la faja de teniente general. La propuesta era seductora para un joven sin experiencia, y en edad de ambicionar; la desprecié, sin embargo, porque me persuadí de que los planes del cura estaban mal concebidos, no podían producir el objeto que se proponía llegara a verificarse. El tiempo demostró la certeza de mis predicciones. Hidalgo y los que lo sucedieron, siguiendo su ejemplo desolaron al país, destruyeron las fortunas, radicaron el odio entre europeos y americanos, sacrificaron millares de víctimas, obstruyeron las fuentes de las riquezas, desorganizaron el ejército, aniquilaron la industria, hicieron de peor condición la suerte de los americanos, excitando la vigilancia de los españoles a vista del peligro que los amenazaba, corrompiendo las costumbres; y lejos de conseguir la independencia, aumentaron los obstáculos que a ella se oponían.

   Si tomé las armas en aquella época, no fue para hacer la guerra a los americanos, sino a los que infestaban el país.

   Por octubre del mismo 1810, se me ofreció un salvoconducto para mi padre y para mi familia, e igualmente que las fincas de éste y mías estarían exentas del saqueo y del incendio, y libres de ser asesinados los dependientes destinados a su servicio (cual fuera entonces la costumbre) con sólo la condición de que me separara de las banderas del Rey y permaneciese neutral. Tuvo igual suerte esta segunda proposición que la anterior. Siempre consideré criminal al indolente cobarde que en tiempo de convulsiones políticas se conservase apático espectador de los males que afligen a la sociedad, sin tomar en ellos una parte para disminuir, al menos, los de sus conciudadanos. Salí, pues, a campaña para servir a los mexicanos, al Rey de España y a los españoles.

   Siempre fui feliz en la guerra; la victoria fue compañera inseparable de las tropas que mandé. No perdí una acción. Batí a cuantos enemigos se me presentaron o encontré, muchas veces con fuerzas inferiores en proporción de uno a diez, o de ocho a veinte.

   Mandé en jefe sitios de puntos fortificados, de todos desalojé al enemigo, y destruí aquellos en que se fomentaba la discordia (8). No tuve otros contrarios que los que lo eran de la causa que defendía, ni más rivales que los que en lo sucesivo me atrajo la envidia, por mi buena suerte. ¡Ah! ¿A quién le faltaron cuando le lisorijeó la fortuna?

   "En el año de 1816 mandaba la provincia de Guanajuato y Valladolid y el ejército del Norte; todo lo renuncié por delicadeza, retirándome a vivir según mi natural inclinación, cultivando mis posesiones. La ingratitud de los hombres me había herido en lo más sensible, y su mala fe obligado a evitar las ocasiones de volver a ser el blanco de sus tiros; por otra parte, deshecho el mayor número de partidas disidentes y casi en tranquilidad el país, ya estaba libre del compromiso que seis años antes me obligó a tomar las armas. La patria no me necesitaba, y podía sin faltar a mi deber descansar de los trabajos de la campaña.

   "Restablecióse el año de 20 la constitución en las Españas. El nuevo orden de cosas, el estado de fermentación en que se hallaba la península, las maquinaciones de los descontentos, la falta de moderación en los nuevos amantes del sistema, la indecisión de las autoridades y la conducta del gobierno de Madrid y de las cortes, que parecían empeñadas en perder aquellas posesiones, según los decretos que expedían, según los discursos que algunos diputados pronunciaron, avivaron en los buenos patricios el deseo de la independencia; en los españoles establecidos en el país, el temor de que se repitiesen las horrorosas escenas de la insurrección; los gobernantes tomaron la actitud del que recela y tiene la fuerza, y los que antes habían vivido del desorden se preparaban a continuar en él. En tal estado, la más bella y rica parte de la América del Septentrión iba a ser despedazada por facciones. Por todas partes se hacían juntas clandestinas que trataban del sistema de gobierno que debía adoptarse: entre los europeos y sus adictos, unos trabajaban por consolidar la constitución, que mal obedecida y truncada era preludio de su poca duración; otros pensaban en reformarla, porque en efecto, tal cual la dictaron las Cortes de Cádiz era inadaptable en lo que se llamó Nueva España; otros suspiraban por el gobierno absoluto, apoyo de sus empleos y de sus fortunas, que ejercían con despotismo y adquirían con monopolios. Las clases privilegiadas y los poderosos fomentaban estos partidos, decidiéndose a uno y a otro, según su ilustración y los proyectos de engrandecimiento que su imaginación les presentaba. (1)

   Iturbide llegó a Livorno el 2 de agosto de 1823. Se alojó en la casa de campo de Paulina Bonaparte e intentó trasladarse a Roma pero no se le permitió. También se entrevistó con el ex cónsul de España, Mariano Torrente, quien mostró su interés por conocer la historia del ex emperador. Por su parte, Iturbide escribió en Livorno, Toscana, su Manifiesto al mundo —fechado el 27 de septiembre de 1823— pero no pudo publicarlo. Debido a persecuciones y acosos, viajó por Suiza, la ribera del Rin y Bélgica hasta llegar a Ostende. Posteriormente cruzó el canal de la Mancha para llegar a Londres, en donde se estableció el 1 de enero de 1824. Mediante la ayuda de un amigo suyo, llamado Quin, pudo publicar su Manifiesto. Los movimientos de Iturbide fueron observados e informados por el padre José María Marchena, espía mexicano, que puntualmente mantuvo informado al ministro de Interior y Relaciones Exteriores Lucas Alamán. Durante su estancia en Londres, el ex emperador recibió cartas de México, en la que sus partidarios le animaban a regresar. El 13 de febrero, Iturbide envió mensaje dirigido al Congreso, en el que notificó su salida de Italia, así como su deseo y disposición para prestar sus servicios al gobierno de México, pues consideraba que la independencia la nación corría peligro por los esfuerzos que hacía España con ayuda de la Santa Alianza para reconquistar los territorios americanos. (Wikipedia)

El 19 de julio de 1824 Iturbide fue fusilado, sus últimas palabras fueron: «¡Mexicanos!, en el acto mismo de mi muerte, os recomiendo el amor a la patria y observancia de nuestra santa religión; ella es quien os ha de conducir a la gloria. Muero por haber venido a ayudaros, y muero gustoso, porque muero entre vosotros: muero con honor, no como traidor: no quedará a mis hijos y su posteridad esta mancha: no soy traidor, no». Al día siguiente, fue sepultado en Padilla.

Fuente:

1.- Iturbide de, Agustín. Manifiesto. Lo he transcrito de la Biblioteca Virutal Antorcha. Lo puedes ver completo aquí.

domingo, 27 de abril de 2014

Se antoja como leyenda, pero ocurrió en la realidad: Cuando el Señor del Hospital sudó.

  La estampa que vemos la hizo el gran José Guadalupe Posada, seguramente conocía bien la imagen del Señor del Hospital de Salamanca pues, viviendo en León, estaba dentro del área de influencia del culto hacia el Cristo negro; pero debemos tener muy en cuenta que si alguien sabía de imaginería religiosa de finales del XIX y principios del XX era precisamente él, pues buena parte de su trabajo se concentraba en la reproducción de todo tipo de imágenes religiosas en boga en aquel tiempo.

  Son varias las veces que me han preguntado sobre leyendas de Salamanca, más veces me han hecho preguntas sobre los túneles de San Agustín; en ambos casos siempre respondo lo mismo: no tengo datos porque son temas que no me atraen en lo mínimo.

  Cuando supe sobre esto que ahora te comento, pensé se trataba de una leyenda, pero, al ver los personajes, las circunstancias y, sobre todo, la referencia de quien lo estaba platicando, es decir, quien lo escribió, me confirmó que los hechos fueron reales, que sucedieron en la Villa y que gracias a la pluma de Lucas Alamán, nos quedó para que se sepa de lo que en Salamanca ocurría durante los aciagos años de la guerra de Independencia.

  Son pocas las poblaciones que se mantuvieron atentas, temerosas, participativas o, repulsivas, según sea el caso, durante los once años que duró el movimiento de insurrección. La guerra de Independencia fue regional, de pronto había enfrentamientos en una zona, luego seguían en otra, pero en Salamanca y Valle de Santiago permanentemente hubo encuentros, enfrentamientos, choques, ataques, asaltos, incendios...

  Fueron muchos los personajes que participaron en los muchos hechos ocurridos, poca noticia tenemos, localmente, de ellos. Para 1811 podemos anotar al brigadier Torcuato Trujillo y al coronel Antonio Linares, entre otros. En Salamanca el cura que atendía la parroquia era Mariano Páramo. Todos ellos fueron partícipes de esta anécdota de cuando, ante los inminentes fusilamientos que harían los realistas, el cura no encontró otra cosa para distraer la atención de los jefes realistas y evitar así la muerte de estos, seguramente, inocentes, cuando mandó repicar las campanas gritando que !El Señor del Hospital está sudando! ¡Milagro! ¡Milagro!.

  En realidad lo que había hecho el cura era embadurnar la imagen con un cierto ungüento que, al calor de las velas, producía un efecto de sudoración. Todo indica que sí pudo salvar a estos insurgentes, aunque fuera por unos poco días...

  Sobre el coronel Linares leo en la Historia de Méjico de Niceto Zamarcois (T-9,p.20): "Había quedado de comandante de la ciudad desde la salida de Trujillo, el teniente coronel D. Antonio Linares, hombre que reunía al valor y la pericia, la humanidad y más nobles sentimientos".

La historia y sus referencias las puedes leer completa aquí.

sábado, 26 de abril de 2014

De cuando Iturbide quiso fortificar a Salamanca. 1813.

   Dentro de los personajes que podemos incluir en la clasificación de Héroes y Villanos a la vez tenemos al que fuera el primer Emperador de México. El que se proclamara como Agustín I, don Agustín Cosme Damían de Iturbide y Aramburu, (Agustín de Iturbide)  Personaje que, curiosamente, habiéndonos dejado tanto, pero tanto documento escrito (o dictado) por él, aun no logramos tener una imagen completa de su personalidad. Al parecer es él el más prolijo en escritura, pues contamos con su correspondencia y diario militar que, para 1923, tal vez como tardía conmemoración al Centenario de la Consumación, la Secretaría de Gobernación publicó en varios tomos, creo tres. Y es en el primero de ellos, en donde encuentro un documento de lo más interesante para la Historia de Salamanca con datos que, si analizamos concienzudamente, nos dará una idea de lo que acontecía en la villa de Salamanca en el año de 1813, cuando Iturbide había asentado su cuartel en Irapuato y extremaba la vigilancia en Salamanca. No hago mayor comentario por dos motivos, uno es bastante claro el documento, otro que son muchos puntos los que allí se desarrollan. Es cosa de leerlo con calma, visualizar lo que allí dice y adentrarnos en ese capítulo del que no estamos del todo familiarizado en lo mucho que ha ocurrido en Salamanca y que por motivos varios desconocíamos:

Excelentísimo Señor:


   Para contar con una fuerza disponible, capaz de sí de proteger a los pueblos fieles y recorrer el territorio que infestan las gavillas, impidiéndoles su incremento, y el que se fortalezcan en algún punto; y para poder establecer otra fuerza capaz de trasladar con seguridad los comboyes, contando solo con la tropa reglada que tengo hoy, me ha parecido indispensable establecer en los pueblos que se hayan a mi cuidado, un nuevo sistema de defensa, que celebraré merezca la superior aprobación de V.E. El en mi concepto abraza y concilia la seguridad de los lugares, con la cooperación cómoda del vecino, y economía de la Hacienda pública; al mismo tiempo que tomando mayor extensión de terreno las divisiones pueden sacar de los pueblos malos mucha parte, o tal vez todo lo que necesitan para subsistencia, haciendo que las pensiones las sufran también los malos que paguen las alcabalas y demás derechos justos que hoy usurpan. Sobre este particular también propondré a V.E. un pensamiento luego que pueda ponerlo en orden, para que se sirva mandarlo practicar, si le pareciese de adaptable utilidad.


   Acompaño a V.E. una copia de las instrucciones que he dado al comandante militar de esta Villa, para que tenga V.E. una idea general del nuevo sistema de defensa que le he indicado; que aunque en todos los lugares hay circunstancias que exigen la variación de algunos artículos, la mutación no es esencial, y por esta causa, solo envío a V.E., copia del establecimiento de Salamanca y no de Guanajuato, Celaya, etc. por evitarle molestias que no pueden producir utilidad. Si logro, como me propongo, que todos los pueblos de esta provincia se defiendan por sí, protegidos de las tropas regladas que deben obrar constantemente en sus en rededores estaré contento, pues se conocerá por la práctica lo que ni aun se han atrevido a intentar en algunas partes, por parecer de absoluta imposiblidad: acaso Guanajuato, dentro de muy pocos días, dará un testimonio inequívoco de lo que he propuesto; de los demás pueblos de la Provincia casi puede darse ya hoy por establecido el sistema.


   Dios guarde a V.E. muchos años.- Salamanca, 10 de Octubre de 1813.- Excelentísimo Señor Agustín de Iturbide.- Excelentísimo Señor Virrey, D. Félix María Calleja.

Instrucción de lo que debe ejecutar el Comandante Militar de la Villa de Salamanca.-


 1.- Mandará construir, con toda prontitud, los parapetos y fosos, en orden y modo que tengo delineado y explicado, así en las azoteas como en las calles.


 2.- Hará un alistamiento de los vecinos como está prevenido, y procederá al arreglo de dos Compañías; las primeras con las fuerza posible, y las segundas con setenta plazas cada una, debiendo hacer el servicio por pagar permanentemente sólo ochenta hombres y los demás lo verificarán graciosamente, haciéndolo solo de noche para que en el día pueda atender cada uno a sus intereses particulares; el sueldo que se asignará a los de paga será de cuatro reales a los sargentos, tres y medio reales a los cabos y tres a los voluntarios y a todos estos, un caballo mantenido: los de paga, permanecerán siempre acuartelados.


 3.- En el día solo habrá empleados doce hombres, cabo y sargento, que darán una centinela para los cañones y otra para el parque y para las armas otra: cuatro hombres y un cabo estarían permanentemente en la torre del Convento de San Agustín para observar los en rededores y evitar cualquiera sorpresa que intentaren los enemigos.


 4.- Se señalará a todos el foso o punto que han de ocupar en caso de ataque, cuidando de que el Comandante de cada uno, sea individuo de confianza y habrá además gran cuidado de que los sujetos que hayan sido malos algunas vez o que su conducta no sea calificadamente buena, ocupen los puestos en que haya otros de entera satisfacción.


 5.- La señal que se de para que ocurran todos a sus respectivos destinos, ha de ser de aquellas que se perciban en toda la Villa y aun fuera de ella si es preciso, y que no puedan equivocar o confundir con otras: el cañón o la campana, son sin duda las mejores.


 6.- Los indios deberán también alistarse y formar sus compañías, que se les dará denominaciones que les sean gratas; como Compañía del Señor del Hospital de Naturales, de San Fernando, etcétera.


 7.- Se señalará por barrios el desmonte de la circunferencia de la Villa, y las casas que se hallan destruidas y sin habitantes extramuros, se quitarán del todo para que no sirvan de abrigo a los bandidos en caso de ataque.


 8.- Después se construirán dos baluartes en ángulos opuestos: entre tanto se colocará en la azotea del Convento de San Agustín y de la Parroquia, un pedrero para cubrir con más facilidad aquellos rumbos.


 9.- Tendrá el Comandante la mayor escrupulosidad en que cada uno desempeñe la fatiga que le toque, no permitiendo que se cambie, ni que por paga la haga uno por otro: el que por enfermedad se halle impedido, se dará de baja por el tiempo  que lo estuviese, precediendo licencia del Comandante de la Villa, en virtud del informe del Capitán de la Compañía a que corresponda el enfermo.


 10.- Todos los días festivos se unirán las Compañías de Infantería y Caballería en el lugar o lugares que el Comandante estime por convenimiento para que se ejerciten en el manejo de armas y evoluciones, y se verá con la mayor escrupulosidad la asistencia de todos, castigando con rigor al individuo que falte, lo que deberá entenderse a toda la extensión de la proposición, pues el sujeto de honor nunca dará lugar para ello; y al que fuese poco delicado, es preciso obligarle con la fuerza.


 11.- No concederá licencia a individuo alguno de los que se hallan en el servicio militar, para que se introduzca sin tropa en los parajes insurreccionados, y de que se averigüe haberlos hecho, se le castigará fuertemente con proporción a las circunstancias, hasta aplicarle la pena ordinaria si fuese necesario.

 12.- La licencia que s de a todo individuo, deberá constar por escrito.


 13.- Impedirá en su jurisdicción la introducción y venta de efectos robados, y a los individuos que sin pasaporte del Gobierno legítimo se introduzcan en ella, los castigará con arreglo al bando de la materia.


 14.- Los días nueves de cada mes, o cuando llegue la correspondencia pública a Irapuato, la dirigirá a la Ciudad de Celya, y cuando venga de esta Ciudad lo hará a Irapuato sin pérdida de tiempo y con la escolta necesaria, más o menos fuerte conforme a las noticias con que se halle del estado del camino y de las gavillas de insurgentes en sus inmediaciones de lo que cuidará averiguar siempre con empeño; y variará si fuese necesario el día y hora de la marcha del correo (retardándola el menor tiempo posible) para que les proporcione la sorpresa de la partida e interceptación del correo, ciñéndose en lo demás a lo que previene el Exmo. Sr. Virrey en el reglamento expedido al efecto con fecha 26 de agosto último de que acompaño ejemplar. Cuando se sepa que hay alguna gavilla con idea de interceptar el correo, sin aventurarlo se saldrá a batirla, pidiendo auxilio en caso necesario a Iraputato o Celaya o a ambos puntos si exigiese el caso.


 15.- Todos los meses se me remitirá a Yuriria, Valle de Santiago, San Miguel, o al punto donde me encuentre, estado de fuerza con nota de los enfermos y de los que se hallen con licencia, si hubiere alguno con ella.


 16.- Si de Irapuato, Celaya u otro punto se me dirigiesen cartas sin recomendación particular, se me remitirán por correo de a pie, aprovechando la ocasión para escribirme las ocurrencias y noticias que de todos rumbos tengan en esta y de que no se siga un perjuicio aun cuando caigan en poder de los bandidos. Cuando en las cubiertas de las cartas vena la nota de importante, se esperará conducto seguro para dirigírmela: cuando tenga la de urgente podrá detenerse a lo más ocho días, y cuando la de urgentísimo se me remitirá en el momento sin la menor demora, como escolta.


 17.- Usará también de las notas indicadas en el artículo antecedente en las cartas que por mi se escriba, para que con arreglo a ellas procedan en su curso los Comandantes a quien toque el dirigírmelas no aventurarando nunca con un mozo, cosa cuya reserva sea interesante.


 18.- Semanalmente se me dará noticia de las que se tengan de todos puntos de los bandidos, y de las ocurrencias de la Villa, y esto se hará por medio de un mozo a quien se pague sólo lo necesario para su manutención de ida y de vuelta; y para que ninguno sea gravado particularmente rolará esta pensión por los indios de los barrios de la Villa en el orden que el comandante militar, como subdelegado, tenga conveniente establecer.


 19.- Se publicará el bando de única contribución expedido por la superioridad en 26 de Agosto del año próximo pasado, y se nombrará quien lo cobre inmediatamente.


 20.- Luego que lleguen los vecinos de esta Villa que se hallan en Guanajuato, Querétaro y Celaya, se procederá a hacer juramento de observancia de la Constitución de la Monarquía Española, y al siguiente día la elección del Cabildo constitucional, presidiendo el Comandante miliar la junta, si no estuviese yo aquí, como Subdelegado interino, y como tal se arreglará en el Gobierno Político a las instrucciones del Sr. Intendente de la Provincia.


 21.- El encargado del cobre de la contribución, lo será también del Ramo de Alcabalas y demás derechos y propios de la Villa.


Esto es lo que deberá practicarse por ahora, reservándome hacer algunas adicciones con oportunidad, y alguna variación si fuese conveniente.

Salamanca, 10 de Octubre de 1813.
Es copia.- 
Iturbide. (1)

Lo que vemos en la imagen es el cráneo de Iturbide que, como reliquia, se exhibe en uno de los altares laterales de la Catedral Metropolitana.

   Son muchas las dudas e inquietudes que me causa el leer y volver a leer este documento. La primera es el saber si realmente se construyeron los fosos, parapetos, si se colocaron los cañones o pedreros en los sitios mencionados. Pienso, sin asegurar nada, que dentro de lo construido para proteger a la Villa de esos ataques que se daban continuamente por parte de los insurgentes a los realistas, estaba ese que se llamaba El Fuerte de Cruces, actual Hacienda del Fuerte. Me parece sumamente interesante lo que menciona en el segundo punto, relativo a una lista de habitantes de la población; si realmente se hizo y se conserva, sería una valiosísima fuente para corroborar varios datos de los nombres y apellidos de los que tenemos como héroes locales. Me sorprende sobremanera la propuesta de Iturbide para que se organice una Compañía del Señor del Hospital, más aun que especifique "de Naturales. Mucho nos deja ver cada punto, el uso de pasaportes, las revisiones que seguramente había en el camino, más aun entre Salamanca y Guanajuato, punto de conflicto constante. Y eso del manejo de la correspondencia me parece digno de hacer todo un análisis a profundidad. Me "brinca" el punto número seis, en donde habla de los barrios limítrofes de la Villa, estos eran: San Antonio y Santa María al norte. El del Señor de Roque, y San Pedro, al poniente. El sur estaba delimitado por el cauce del río Lerma; al oriente creo que solo se consideraría Nativitas, pues, para la época San Juan de la Presa estaba muy retirado de lo que era propiamente la Villa y de allí era en donde los ataques se daban con mayor frecuencia, hasta Valtierrilla, quizá la calma se daba hasta llegar al Molino de Sarabia.

   En resumen: tenemos mucho que estudiar sobre lo acontecido en la Villa de Salamanca durante los años en que Iturbide tenía asentado su cuartel en Irapuato y mantenía estricta vigilancia de la villa, sabedor de que allí, los asaltos eran continuos...

Fuente:

1.- Correspondencia y Diario Militar de don Agustín de Iturbide, 1810-1813. Tomo I. Secretaría de Gobernación. Imprenta de Manuel León Becerril. México, 1923. pp.216-220.

jueves, 24 de abril de 2014

Arrebatos histórico-goegráficos. Cuando dijeron que Tomasa Estévez era potosina.

   Un potosino me comentó que no hay que creer mucho de lo escrito en el primer tomo de la Historia de San Luis Potosí que escribió don Manuel Muro Rocha. Buscando datos de su vida, encuentro lo siguiente en la bibliografía comentada de libro Breve Historia de San Luis Potosí, publicada por FCE: "La Historia de San Luis Potosí, de Manuel Muro, en tres tomos (San Luis Potosí, Sociedad Potosina de Estudios Históricos, 1973), pertenece a esta misma escuela. El primer tomo contiene mucha información basada en las fuentes secundarias de la época que carecían de base documental, pues no había de dónde tomarla. Los tomos II y III, que cubren el siglo XIX, son la parte más interesante y valiosa. Muro fue testigo presencial de muchos de los acontecimientos que relató". En buena medida confirma lo dicho por mi amigo al ver que ese primer tomo no tiene una base documental y se basa en otros autores o, peor aun, en "oídas" o en deducciones.

   Sigo buscando más datos del personaje y encuentro que: "Nació en 1839 y murió en 1911 en San Luis Potosí, San Luis Potosí. Abandonó sus estudios para combatir en la Guerra de los Tres años y después, como liberal, luchó en la Guerra de Reforma y contra la intervención y el Imperio. Presidente municipal de San Luis Potosí. Diputado. Gobernador interino de su estado. Historiador. Colaboró en los principales diarios potosinos y de la Ciudad de México". 

   Tenemos ya una leve idea de quien es el personaje que aparece en esta fotografía, don Manuel Muro. Su libro de Historia de San Luis Potosí se edita, como tal, en 1910, pero el libro es consecuencia de un estilo de publicación reinante en el último cuarto del siglo XIX, el llamado "entregas" que era una especie de suscripción que el lector hacía con el editor, para tener asegurada mensual, quincenal o semanalmente una "entrega", es decir, un fascículo que al completar la colección se formaría un libro completo. De esta manera sale a la luz su Historia en 1894, don Manuel lo menciona así en su exordio: "Hace diez y seis años que imprimí el primer tomo de la Historia de San Luis, y lo publiqué por entregas semanarias. El gasto fue muy superior a mis recursos, pues por haber empleado papel ministro y buenas láminas de litografía, entonces muy caras, me costó ese primer tomo más de mil pesos. La aceptación que tuvo la obra fue satisfactoria, pues pasaron de quinientas las subscripciones que se vendieron en todo el Estado, pero perdí tres cuartas partes del valor de aquellas, porque no pude cobrarlas de algunos de los corresponsales..."

   Se vuelve interesante para todo salmantino que gusta de la historia regional, de esa llamada Microhistoria, pues hay un punto en la obra de don Manuel en la que asegura que Tomasa Estéves es potosina y no salmantina.Sus motivos habrá tenido para hacer semejante afirmación, al final de este artículo anotaré cual es mi punto de vista; veamos el texto:

    "Iturbide en las Provincias de Guanajuato y Michoacán llegó a adquirir la triste y repugnante celebridad de Calleja. Se declaró el mayor enemigo de la independencia y su paso era marcado por huellas de sangre y exterminio. Reunidos algunos jefes insurgentes en Rincón de Ortega fueron allí batidos todos los que cayeron. Perseguidos los dispersos fue alcanzada por una parte de ellos en el rancho de Redondo inmediato a Villela cayendo en poder del perseguidor el jefe Rosas, tres oficiales y 20 soldados. Por orden de Iturbide el brigadier Rosas y los oficiales fueron conducidos a San Luis donde los fusilaron en la plaza principal y todo los soldados lo fueron igualmente en la misma hacienda de Villela.

   Por esos días había vuelto Iturbide a San Luis para conducir otro convoy, tomó el camino de Santa María del Río y al pasar por Villela dio parte oficial al virrey, no sin mandar fusilar antes a otros prisioneros que habían llegado allí, y entre ellos una mujer llamada María Tomasa Estévez, único ejemplo de esta naturaleza, que se dio en aquella guerra desastrosa. Un escritor conservador, y por ende decidido partidario de Iturbide y enemigo acérrimo de la insurrección, hablando de este suceso y pintando el carácter de Iturbide, no puede menos que expresarse así:

   "Inexorable (Iturbide) para con los prisioneros casi todos eran fusilados, sin que el sexo débil lo eximiese de esa pena y antes bien el buen parecer fue alguna vez motivo para imponérsela. En el parte que dio al virrey desde la hacienda de Villela, entre la multitud de personas que dice haber fusilado por diversos puntos de la Provincia agrega "haberlo sido también Tomasa Estévez, comisionada para seducir la tropa por su bella figura, a no ser tan acendrado el patriotismo de estos soldados".

   Esta heroína, Tomasa Estévez fue potosina nativa del Valle de San Francisco. Andaba en la campaña con su marido y acusada de que se pasaba al campo enemigo a seducir soldados realistas para que se pasaran con los insurgentes, fue aprehendida y fusilada en Salamanca por orden de Iturbide". (1)

   Lo que vemos en la foto son las ruinas de la Hacienda de Rincón de Ortega, en el actual municipio de San Felipe. Menciona de la Hacienda de Villela, en el actual municipio de Santa María del Río, San Luis Potosí, así como el rancho de Redondo, próximo a la misma. Quizá sea esa la razón por la cual, en un arrebato histórico-geográfico ubica a Tomasa Estévez como originaria de Villa de Reyes en el Valle de San Francisco, población que se ubica al norte de San Felipe, a unos escasos 20 kilómetros de la Hacienda de Jaral de Berrios. Si a todo esto agregamos que Calleja, casado con la potosina Francisca de la Gánadara y Cardona vivía en la Hacienda de Bledos, todos sitios en la periferia de Villa de Reyes y de ahí que ubique a la salmantina Estévez como nacida allí. Arrebato que luego de algunas décadas sería aclarado y certificada la salmantinidad de Tomasa.


Fuentes:

1.- Muro, Manuel. Historia de San Luis Potosí. Tomo I. Imprenta Litografía y Encuadernación de M. Esquivel y Cía. San Luis Potosí. 1910. pp.163-165.

martes, 22 de abril de 2014

1813: Cuando había bosques en Valtierrilla.

   Es de extrañarnos, y no, el leer que hubo una vez un espeso bosque por el rumbo de Valtierrilla; no lo es porque habíamos ya visto anteriormente, que en las haciendas de la parte nor-poniente de lo que ahora es el municipio de Salamanca, una de las actividades que desarrollaban era la de producir carbón, mismo que elaboraban con la tala del bosque que había en las faldas de la sierra de Codornices en la cual abundaba el hizache, mezquite y madroño. Ese carbón era consumido en las muchas fraguas que había en el real de minas de Guanajuato, el cual, de la zona norte de Salamanca, está a corta distancia si vamos en línea recta.

  De la existencia del bosque de Valtierrilla, contamos con un interesante documento, elaborado el 4 de mayo de 1813, tiempo en el que la guerra de Independencia se desarrollaba intensamente en dos frentes, uno, al sur, con Morelos a la cabeza; el otro en el Bajío, con los sobrevivientes del grupo de Albino García, como El Giro, entre otros. El Bajío era zona insegura para todos, razón por la cual el gobierno virreinal transportaba la plata de Zacatecas y Guanajuato, que pasaba por Salamanca, en conductas y convoyes que iban fuertemente custodiados y es en uno de esos informes al virrey que mencionan la existencia de ese "bosque", veamos:

   "El Exmo. sr. virrey, deseoso de que el público se entere de cuanto pueda se satisfactorio, ha mandado insertar el siguiente oficio del Sr. coronel D. Cristoval Ordoñez:


  -Exmo. sr. A las cinco del día de la fecha he llegado a esta ciudad sin la mas leve pérdida de las platas y demás efectos pertenecientes a la hacienda pública y particulares que la bondad de V.E. se sirvió poner a mi cuidado a pesar de los extraordinarios esfuerzos que a cosa de legua y media de Salamanca en el espeso bosque que cubre el paso del paraje llamado Baltierrilla opuso una reunión de más de cuatro mil rebeldes acaudillada por los Rayones, Salmerón, padre Torres, Hermosillo, Segura, Rosales y Najar, que con arrojo y tenacidad manifestaron la desesperada resolución de apoderarse a toda costa de mi interesante comboy.


   La serenidad de las tropas de mi mando auxiliada oportunamente por la siempre benemérita sección del loable y valeroso Iturbide, a quien las noticias fundadas de la turbonada que me esperaba, me hicieron traerlo en mi compañía, burló los esfuerzos vanos del enemigo, que no sacó otra ventaja que la de su confusión y escarmiento.


   He tenido dos muertos y quince heridos incluso el teniente coronel graduado de Frontera Don Ignacio Herniquez y el teniente de San Carlos D. Vicente Velez; mas puedo asegurar a V.E. que el enemigo quedó bien escarmentado. En ocasión oportuna elavoré a sus superiores manos el detall por menor, haciendo la justa recomendación de todos aquellos que se han distinguido.


   El estado deplorable en que las continuas marchas, fuertes calores y lluvias, han puesto a mi apreciable tropa, me ponen en precisión de hacer presente a V.E. ser indispensable para su reparación, calzado y demas justas necesidades, detenerme el espacio de dos o tres días en esta ciudad.


   El comboy saldode esa capital con dirección a Guanaxuato, Guadalaxara y otros puntos fue tambien atacado a su introduccion a Salamanca por la retaguardia, y lo mismo el siguiente día a su salda, siendo rechazado una y otra vez el enemigo sin más pérdida que la de dos heridos; llegando todo su cargamento sin el mas leve estravío.


   El sr. comandante de brigada me avisó ahora que son las diez de la noche haber despachado a V.E. un correo con escolta luego que tuvo noticia con mi venida, y me ha parecido oportuno repetir este alcance para la mejor instrucción de V.E.


   Dios guarde a V.E. muchos años. Querétaro 4 de mayo de 1813. -Exmo. sr. Cristoval Ordoñez. -Exmo. sr. D. Félix María Calleja. (1)

   Es en esta serie de documentos, llamados originalmente Gazeta de Mexico, que luego cambiaron el nombre al de Gaceta del Gobierno de Mexico y que hoy conocemos como Diario Oficial de la Federación, que encuentro este dato. Son varias las cosas que vemos allí relativas a Salamanca; una de ellas que la guerrilla era intensa, así lo demuestra ese "ataque por la retaguardia" que tiene la conducta que llevaba Ordóñez. Menciona de una reunión, bastante grande, de 4,000 personas, y menciona, entre otros a los Rayones, habrá que pensar que, pocos días antes, en el Puente de Batanes en Salvatierra, tuvieron un enfrentamiento del que salieron derrotados por Iturbide, quizá estaban reunidos en las inmediaciones de Valtierrilla planeando la estrategia a seguir, luego de la derrota. Y, por último, lo que hoy nos ocupa, un dato sorprendente que nos dice mucho del deterioro ambiental que se fue dando en el Bajío a lo largo del tiempo pues la misiva hace referencia al "espeso bosque que cubre el paso del paraje llamado Baltierrilla"... Reflexionemos, hoy es el Día de la Tierra, y en Salamanca, y en el Bajío, y en México en general, lo que hemos hecho con la tierra es devastarla. ¿Para donde vamos?

Es en estos términos que Iturbide lo anota en su Diario, el  30 de Septiembre de 1813; como "el monte de Baltierrilla..."

Así se ve en la actualidad la zona por donde estuvo el bosque mencionado.

Fuente:

1.- Gaceta del Gobierno de México. Volumen 5. Tomo !V. Número 398, del Sábado 8 de Mayo de 1813. pp. 472-473.

lunes, 21 de abril de 2014

¿Realmente conoció Iturbide a Tomasa Estévez?

   Estamos viviendo este año que, a nivel municipal, se ha declarado "de Tomasa Estévez" heroína que, sabemos, es oriunda de Salamanca aunque, haya quien diga por ahí que lo es de Villa de Reyes, San Luis Potosí. La lista de mujeres que participaron de algún modo en la Guerra de Independencia es más bien larga aunque solo sepamos el nombre de cuatro o cinco de ellas. Fue, finalmente, durante los festejos del Bicentenario cuando el tema se volvió a tocar: el de la participación de la mujer en el movimiento Insurgente. Muchos fueron los libros que se escribieron tocando el tema casi olvidado del lado femenino de la insurrección, y varias las clasificaciones que se hicieron: amigas, hermanas, esposas, amantes, hijas. Otras que seductoras o adictas palabras de las que hay que hacer un profundo análisis para no confundir la idea que actualmente llevan con las que tuvieron a principios del siglo XIX pues, la palabra y sus conceptos, también evolucionan al paso del tiempo. Unas fueron correos, otras cocineras, enfermeras, unas cuantas, desde su privilegiada posición social, colaboraron en todo lo que pudieron; en fin, si la lista es larga, las clasificaciones que surgieron de ellas lo son también.

   De María Tomasa Estévez poco se sabe, de no haber sido por los tres renglones que Agustín de Iturbide incluye en uno de sus partes al virrey Calleja, nunca hubiéramos sabido de ella. Entonces la pregunta surge: ¿realmente se conocieron? yo pienso que no. De que Iturbide supo de ella no hay duda, pero de que la haya conocido no hay posibilidades y que ese concepto (que no es descripción lo que hizo) en torno a su belleza más bien fue de oídas que de vistas y, en eso de la belleza femenina, también debemos aplicar la casi regla de que la belleza más bien de quién, cuándo y cómo la vea.

    Iturbide fue asentado en Irapuato en 1811, cuando Calleja había ya mandado fusilar -y decapitar- al cura Hidalgo, cuando ya el movimiento de Insurrección había decaído un poco en su etapa inicial pero estaba recuperando fuerza en la zona central del Bajío, escenario en donde actuaba el salmantino Albino García, del cual había temor por parte de los realistas de que su movimiento creciera; Irapuato era el lugar ideal para instalar cuartel realista y desplazarse con facilidad por la región pero eso no quiere decir que Iturbide estuviera de fijo en Irapuato pues, entere las varias funciones que tenía era la de hacerse cargo proteger las conductas que de las minas de Guanajuato y San Luis Potosí eran enviadas a la ciudad de México. Iturbide tuvo con centro operativo Irapuato durante 4 años, y encontrándose en camino, entre San Luis Potosí y la ciudad de México, es cuando ocurren los hechos en los que pierde la vida Tomasa Estévez, razón por la cual el parte que rinde al virrey el 17 de septiembre de 1814 lo firma desde la hacienda de Villela, de la que estamos viendo una fotografía satelital de lo que fue su casa grande.

   Sobre Tomasa Estévez no había una línea de investigación, por lo que se antoja difícil de creer que Iturbide supiera de ella. Todo indica que fue sorprendida portando cartas en las que se manifestaba su tendencia revolucionaria, razón suficiente para que se ordenara su ejecución. Pero aquí lo que hoy queremos analizar es esa "relación", por así decirlo, entre los dos personajes: Itrubide y Tomasa Estévez, Tomasa Estévez e Iturbide. (En la imagen vemos la parroquia de Villela, por la dimensión del templo intuimos que la hacienda era rica).

   El parte es muy claro, la información que se da es la de todo lo acontecido en la región del Bajío, se habla de varias haciendas y las poblaciones de Apaseo, Celaya, Santa Cruz, Chamacuero Valtierrilla y Salamanca, pero nunca se enfoca al tema de la detención y muerte de Tomasa Estévez, solo aparece ella nombrada y breve, brevísimamente comentada. Comentado que ha dado pie a docenas de conjeturas. Leamos con atención todo el parte completo:

    Exmo. sr. -Acompaño a V.E. el parte original que el 28 del mes próximo pasado (se refiere a Agosto) dio el capitán comandante de patriotas de Apaseo D. Martín de Arritola al comandante militar de Celaya teniente coronel D. Francisco de Guizarnotegui, quien me lo dirige con igual fecha.


   Arritola con sus patriotas se ha hecho respetable en su distrito por su decidido valor, y es acreedor por él a la consideración del gobierno.


   En carta de 20 de julio que por un accidente llegó con atraso a mis manos, me comunica el teniente coronel D. Francisco de Guizarnotegui que habiendo caído una partida de insurgentes a la hacienda del Tunal el 18 del mismo mes, salió Arritola en unión de los patriotas de dicha hacienda en persecución de los rebeldes: que estos aparentaron presentar acción; pero al emprenderse huyeron dejando 7 muertos en el campo, como 180 bueyes que habían robado, algunos caballos y 4 fusiles.


   Con echa 24 del mismo julio me comunica el propio jefe, que había mandado pasar por las armas a José Gregorio Mauricio y a José Tierrablanca, que habían tenido la audacia de introducirse algunas veces a robar a los barrios de Celaya.


   Una partida de patriotas de Chamacuero, San Juan de la Vega y algunos dragones de la compañía urbana de San Fernando que pasaron a Salamanca a llevarse pliegos de Celaya a las órdenes del alferez D. Manuel Muñoz en el referido mes de julio, a su regreso encontró en la hacienda de la Tenería 10 insurgentes de la gavilla de Zavala, que fueron perseguidos cogiendo prisioneros a 3 de ellos con armas, con las que intentaron hacer alguna resistencia. Estos presos han sido pasados por las armas, como todos los que se cogen con ellas en la mano.


   En el mes de agosto próximo pasado se cogió por una partida que a las ordenes del teniente de dragones de Puebla D. Cayetano Cesarini comisionó al teniente coronel Gurzainotegui, se aprehendió en las inmediaciones del pueblo de Santa Cruz a Mariano Ramírez administrador general de haciendas por Pagola, a su segundo Ignacio Centeno y al asistente José María Olvera.


  En el propio mes se pasaron por las armas en Salamanca dos desertores y un paisano que aprehendió una partida que envié al efecto al pueblo de Valtierrilla a las ordenes del capitán de patriotas de la misma villa D. Ignacio Carcía, y en acción recomendable así por el trabajo que sufrió la tropa por la lluvia que duró toda la noche, y el camino tan malo por razón de los arroyos y fangales que desde las siete y media de la mañana siguiente invirtió sin descanso alguno en la operación. La acción repito, que es recomendable por la razón expuesta, e igualmente por la que de los presos que se cogieron Miguel Yáñez, José Esquivel y Eustaquio Hernández eran emisarios de la mayor confianza de los rebeldes, y fueron pasados por las armas. Se fusiló también al mismo tiempo a María Tomasa Estévez, comisionada para seducir la tropa, y habría sacado mucho fruto por su bella figura, a no ser tan acendrado el patriotismo de estos soldados.

   Villela, 17 de septiembre 1814. A las ocho de la noche. (1)

   Así pues, ¿qué más sabemos de María Tomasa Estévez? pues no mucho, que era casada, que su marido se llamaba Domingo Salas; que lo dejó viudo, eso según el registro de su defunción. Con esto podemos llegar a una conclusión sencilla y nada trascendente, que su nombre no era el de y Salas, sino de Salas. 

  Iturbide estaba lejos de Salamanca cuando se dieron los hechos, el andaba por San Luis Potosí. En su parte menciona a un personaje, en Apaseo, actual Apaseo el Grande, de apellido Arritola. Al consultar la monografía de esa población vemos el nombre completo: "El capitán de patriotas de Apaseo, el santanderino don Mariano Montero de Arritola da muestras de una sangre fría y determinación que ayudan en mucho a la defensa de Celaya". (2)

  Con este pequeño detalle nos damos cuenta de las muchas confusiones en las que podemos caer al averiguar sobre algún personaje, como aquí, que en el parte de Iturbide menciona a Martín de Arritola y en la monografía municipal aparece como Mariano Montero de Arritola.

   Otro de los personajes que aparece en el parte dado a Calleja por Iturbide es el teniente coronel Guizarnotegui, asignado en Celaya; al parecer comulgaba mucho con el modo cruel que Iturbide tenía, según lo podemos interpretar en la siguiente lectura:

   "El comandante de Celaya Guizarnotegui, que estaba bajo las ordenes de Iturbide, había recibido de éste  la orden de incorporarse a él en Irapuato, con objeto de celebrar con un simulacro de guerra (la batalla del puente de Calderón) la vuelta de Fernando VII a España. Terminada aquella farsa, Iturbide dispuso que las fuerzas que habían concurrido, se fraccionasen en varias partidas y marchasen para distintas direcciones, con objeto de sorprender a las fuerzas independientes que se hallasen desprevenidas, dándoles orden para que se reuniesen todas en el valle de Santiago, con los prisioneros que hubiesen hecho.

  "Por desgracia tocó a Guizarnotegui marchar por la Hacienda de la Quemada, en la que había una gran reunió de personas de campo, entretenidas en una de las diversiones más frecuentes entre ellos, en un rodeo, (que consiste en reunir todo el ganado de una hacienda en un punto, para poner la marca o distintivo de su dueño, y para cuya operación se invitaron a todos los hombres de las haciendas inmediatas.) Tranquilos permanecían los concurrentes en esta diversión, al entrar Guizarnotegui a la hacienda y seguían distraídos en ella, cuando fueron cercados por la fuerza realista, haciendo a todos prisioneros y acto continuo, mandó pasar a todos por las armas, sin permitírseles que se llamasen confesores que los dispusiesen por no haberlos allí, y sin entrar en ninguna clase de averiguación sobre si eran o no enemigos.

  "Puestos todos de rodillas fueron fusilados de la manera más cruel. Acto de tal barbarie podría tenerse por exagerado y como un cargo injusto hecho al partido realista por el independiente, si no estuviese confirmado por Bustamente y Alaman..." (3)

  Luego de leer esto me viene la interrogante si a Tomasa Estéve se le abrió juicio o, al modo de los seguidores de Iturbide, solo se les fusiló y ya. Seguiremos adentrándonos más, en medida de lo posible, en la vida de Tomasa Estévez... Lo que vemos en la imagen anterior a la de Calleja es el monumento que a Agustín de Iturbide se le levantó frente a la Cámara de Diputados en la ciudad de México.


Fuentes:

1.- Gaceta del Gobierno de México. Tomo V, Número 635. Sabado 1º de Octubre de 1814. pp.1082-1885

2.- Buenrostro López, J. Guadalupe. Buenrostro Servín, José Antonio. Apaseo el Grande: La primera frontera. Colección de Monografías Municipales de Guanajuato. Guanajuato, 2010. p.98

3.- Castillo Negrete, Emilio del. México en el siglo XIX. Tomo VII. Imprenta del Editor a cargo de Antonio Rosas. México, 1882. pp.241-242.

jueves, 10 de abril de 2014

Algunos datos estadísticos de la población del Estado de Guanajuato en el siglo XX.

   Encuentro este comparativo poblacional histórico publicado por el INEGI en el que se muestra como al paso del tiempo la población va aumentando en general en todo el país y, específicamente, en el caso del estado de Guanajuato vemos los siguientes números. La estadística se divide en poblaciones de 15 000 a 49,999; de 50 000 a 99,999, de 100 000 a 499 999 y de 500 000 en adelante. Los números se refieren a un consecutivo de las poblaciones del país teniendo en cuenta un orden alfabético, primero por estado y luego por población.

Año de 1878

a).- de 15 000 a 49 999
6.- Acámbaro
7.- Dolores Hidalgo
8.- Salamanca
9.- San Felipe
10.- San Miguel de Allende

b).- de 50 000 a 99 999
47.- Guanajuato
48.- León

Año de 1900.

a).-
8.- Celaya
9.- Guanajuato
10.- Irapuato
11.- San Francisco del Rincón

b).-
28.- León

Año de 1940

 a).-
15.- Acámbaro
15.- Celaya
17.- Guanajuato
18.- Irapuato

b).-
44.- León

Año de 1960.

a).-
22.- Acámbaro
23.- Guanajuato
24.- Moroleón
25.- Salamanca
26.- San Francisco del Rincón
27.- Silao
28.- Valle de Santiago

b).-
4.- Celaya
5.- Irapuato

c).- León

 Año de 1970

a).-
27.- Acámbaro
28.- San Miguel de Allende
29.- Cortazar
30.- Dolores Hidalgo
31.- Guanajuato
32.- Moroleón
33.- Salvatierra
34.- San Francisco del Rincón
35.- Santa Cruz de Juventino Rosas
36.- Silao
37.- Valle de Santiago

b).-
9.- Celaya
10.- Salamanca

c).-
35.- Irapuato
36.- León

Año de 1980.

a).-
6.- Pénjamo
7.- San Luis de la Paz
8.- Uriangato

b).-
98.- Acámbaro
99.- San Miguel de Allende
100.- Cortazar
101.- Dolores Hidalgo
102.- Guanajuato
103.- Moroleón
104.- Salvatierra
105.- San Francisco del Rincón
106.- Silao
107.- Santa Cruz de Juventino Rosas
108.- Valle de Santiago

c).-
44.- Celaya
45.- Irapuato

d).-
81.- León

Año de 1990

a).-
Abasolo
Apaseo el Alto
Apaseo el Grande
Comonfort
Romita

b).-
San Miguel de Allende
Cortazar
Dolores Hidalgo
Moroleón
Pénjamo
Salvatierra
San Felipe
San Luis de la Paz
Santa Cruz de Juventino Rosas
Uriangato
Yuriria

c).-
Acámbaro
Guanajuato
San Francisco del Rincón
Silao
Valle de Santiago

d).-
Celaya
Salamanca
Irapuato

e).-
León.

Fuente:

1.- Estadística Histórica, Tomo I. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Aguascalientes, 2000. pp.909-945.

lunes, 7 de abril de 2014

Salamanca, la australiana.

    Buscaba la ubicación de un rancho de Salamanca, el de Loma de Flores y, por algún motivo que desconozco, el buscador me manda al mapa de Hobart, ciudad de Tasmania, en la isla al sur de Australia. Quizá lo de Tasmania te es familiar por la famosa caricatura. Resulta ser que allí existe una calle llamada Salamanca Place. Había leído algo sobre las muchas Salamancas que hay en el mundo, además de la del Bajío, la de España, la de Chile, la de Nueva York, y, creo, la de Sir Lanka, una por allá, por Australia, pero que era más bien una roca, un punto de referencia cartográfico.

   Más adelante nos dedicaremos a buscar esa referencia, esa roca, lo que ahora me atrae es ver esta moderna zona que, dicen, es muy popular en el verano, pues está llena de tiendas, restaurantes y, sobre todo, mucho arte. 

    El lugar comienza en la década de los treinta del siglo XIX, cuando en México apenas nos estábamos organizando como República Federal, cuando aun no perdíamos California, Texas, Arizona y demás; por allá, por Australia, los exconvictos se habían ya avecindado en este punto sur de la isla de Tasmania, y lo habían convertido como próspero puerto de distribución de aceite de ballena. El sitio creció y fue fuente de riquezas durante varios siglos hasta que, sea el abuso, se la no previsión, sea el cambio de las conductas del mercado, el aceite de ballena dejó de ser negocio, entonces sucedió que el puerto cayó en el semiabandono.

   Su historia es curiosa, pero lo más curioso, creo yo, para todos nosotros salmantinos, de la Salamanca del Bajío, es enterarnos que en tan lejanas latitudes hay un punto de referencia llamado igual Salamanca, ahora bien, ¿cómo se pronunciará en inglés con acento australiano? creo será aun más curioso oírlo.




 Para leer la historia de ese lugar, en inglés, entra aquí.