martes, 29 de julio de 2014

Una joya del Barroco amenazada: La Parroquia Antigua de Salamanca.

   Uno de los grandes misterios que tenemos en Salamanca es quizá la excepción que rompe la regla a aquello de la real Ordenanza en la que determinaba que las fundaciones de villas y ciudades que se dieran en Nueva España deberían tener una plaza central, ocupando un lugar principal la parroquia y las casas reales. En buena medida se estaban basando, o en todo caso fue una gran coincidencia, con lo escrito por Tomás Moro en su Utopía. En la actualidad vemos en todas las ciudades coloniales de México que la Plaza de la Constitución o Jardín Principal son el centro de la población, en una de sus caras está la parroquia, en otra la Presidencia Municipal, y, regularmente, hay portales en las otras dos caras. En Salamanca no ocurrió así.

   En Salamanca, había una capilla denominada del Hospital, lo cual quiere decir que anexo a ella estaba un hospital de indios, se dice que fue mandado construir por el primer obispo de Michoacán, don Vasco de Quiroga en el año de 1562, la capilla, luego de muchas intervenciones sigue en pie y es conocida como Templo Expiatorio. Está, precisamente, en una de las caras de la Plaza de la Constitución, esa que conocemos coloquialmente como "el Jardín". Y, a un costado, desde 1904, está la Casa Municipal. Anteriormente, a mediado del siglo XIX, el local del Ayuntamiento se encontraba en la otra cara, en las esquinas de las actuales calles de Allende y Tomasa Estévez. Sitio en el que hoy día se localiza el banco Banorte.

   El 16 de agosto de 1602 el virrey en turno, que era el Conde de Monterrey, firma la autorización para fundar una nueva villa que llevará por nombre el de Salamanca y agrega, "para siempre jamás". El 1º de enero de 1603, como marcaba la tradición cuando se hacía una jura solemne, luego de oír la misa del Espíritu Santo, que se celebraba solamente en ese día, se hizo la traza de la villa, se dieron las elecciones de regidores y ellos eligieron a los alcaldes. Todo esto ocurrió en la hoy esquina de Allende con Sánchez Torrado. No es de extrañarnos que justo sea esa calle la que lleva el nombre de la persona que encabezó el trámite para solicitar al virrey la merced de fundación, esa que se dio el 16 de agosto de 1602.

   Se asignó el primer terreno, el que ocuparía la parroquia de Salamanca, considerado como el mejor de todos, el privilegiado, por ser la sede de la Iglesia Católica en la localidad, y claro que lo era, pues a pocos metros al sur, estaba la ribera del río Grande de Toluca, y a pocos metros al norte el arroyo, ya desaparecido, que se conocía por el de Socorro. La nueva villa se desarrollaría, como marcaba la tradición, en torno a la parroquia. Cada manzana sería dividida en cuatro solares, uno para cada uno de los treinta firmantes del Acta de Fundación. En apenas 8 manzanas cabrían perfectamente las 30 familias fundadoras, agreguemos a ellas un par de manzanas más, una, asignada a la Parroquia, la otra para las Casas Reales o sede del Ayuntamiento. ¿en dónde se habrán ubicado? Lo desconozco.

   Dice don Pedro González que se piensa que la primera piedra de la Parroquia de San Bartolomé por el obispo Ramírez del Prado, el 14 de junio de 1651 cuando hizo su visita pastoral a la villa. La fecha concuerda, al menos en el año, con el inicio de los registros en los libros parroquiales de bautismos. Para 1680 la obra se encontraba muy adelantada y, para 1690 el Señor Cura y Juez Eclesiástico de la Villa de Salamanca, Bachiller Don José de Solís y Grijalba era quien se encargaba de concluir la construcción; para 1694 se bendice y oficia la primera misa el 24 de noviembre por el obispo Juan Arteaga y Montañez.

  En la interesantísima reseña que hace don Pedro González sobre la Parroquia Antigua, (la puedes leer aquí) no dice cuándo y quién de los Curas que han estado encargados en Salamanca mandaron pintar la fachada principal (la sur) y la lateral (la oriente), me da la impresión de que no fue durante el curato de don Luis Saavedra, pues, quiero pensar, él tenía un gusto, era letrado y, al menos, conocía Guanajuato, dado que allá radicó el año que fungió como Diputado. A su muerte, en 1866, sería otro el cura de Salamanca, luego ocuparía el cargo don Manuel Hinojosa que fue quien mandó construir los altares neoclásicos que ahora vemos en el interior del recinto, esto ocurrió entre 1896 y 1898, un poco antes se tomó una fotografía, que es la más antigua que tenemos de la fachada de la Parroquia, misma que fue incluida por el propio Pedro González en su folleto-libro que entregó por parte de Guanajuato a los participantes en el IX Congreso de Americanistas en la ciudad de México en 1895.

   Estupenda, sin lugar a dudas, es esta fotografía, tomada con la técnica de gelatina de plata, lo cual nos deja ver detalles, pero, en blanco y negro, no sabemos si la moda del siglo XVIII se mantenía en la fachada o fue pintada posteriormente, al comenzar el siglo XX. La moda a la que me refiero es aquella de pintar, de colores, la cantera esculpida para darle mayor lucidez. El 3 de octubre de 1902 fue la ceremonia de consagración de la Parroquia de San Bartolomé en Salamanca pero, en la reseña, no se anota nada sobre la fachada, o sobre los decorados que había en el templo.

   De acuerdo al historiador  David Wright fue en los siglos XVII y XVIII cuando era común pintar la cantera, "fue hasta la época de la independencia, y particularmente durante el porfiriato, cuando los arquitectos usaron la piedra desnuda como acabado final de una manera más o menos generalizada". (para leer el artículo de Wright sobre la costumbre de pintar las fachadas de los templos entra aquí).

   Tenemos, pues, la base para entender mejor lo que hoy día está ocurriendo en Salamanca. Fue apenas este sábado 26 de julio que, caminando por el centro de Salamanca, pasé una vez más frente a la Parroquia Antigua, esa que dejó de ser Parroquia cuando el nuevo templo del Hospital fue consagrado, en abril 1926. La tarde estaba nublada, quizá sea por eso que esta vez noté, mejor que nunca, los vestigios de la pintura con que estaba cubierta la portada de exquisito trabajo que hay en la que fuera la Parroquia de San Bartolomé y que hoy es el Templo de la Santísima Trinidad.

   El 26 de abril de 1965 fue expedido un oficio por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que firma el Sub Director del mismo, Jorge Enciso y que envía al Director General de Bienes Inmuebles de la Secretaría del Patrimonio Nacional, con copia al "Presbítero encargado de la parroquia de Salamanca, Gto." en donde notifica los daños que, luego de un estudio realizado por INAH, detectaron en el inmueble.

   "A continuación enumero a usted el programa de obra de restauración del que este Departamento se hará cargo en la antigua parroquia de Salamanca y que serán supervisadas directamente por el C. Arq. Mario Gutiérrez. La restauración se canalizará a quitar todos los adosamientos, quitar toda la pintura, decoración tanto en fachadas como en interiores que están tapando la cantera. Este programa de obra no incluye presupuesto puesto que deberá aplicarse los precios unitarios y de mano de obra específicos dentro de esa ciudad...

   "Fachada sur.- Limpieza total de la portada, que se encuentra pintada su cantera casi en su mayoría..." La carta continua detallando las necesidades para ser restaurada completamente, pero, nunca se llevó a cabo; quizá hubo alguna respuesta por parte de las autoridades civiles o religiosas en Salamanca en cuanto a la cantidad de dinero a erogar pero no se le da seguimiento hasta que, el 23 de abril de 1974, INAH envía una notificación a través de la Dirección de Monumentos Coloniales de la República, oficio No. 3415. Expediente VIII-2/(724.4)/ en el que notifica que el costo de la restauración es de $ 370,000.00 pesos. Una fortuna para la época.

    Se formaría un Comité, el Señor Cura era don Luis G. Flores, participarían allí el presbítero Rigoberto Méndez, Flavio Flores, Francisco Borjas, Guadalupe Pérez, Octavio Arredondo, José Bravo y Vicente Guerrero; los tes últimos, ex alcaldes de Salamanca. Sería hasta la década de los ochenta cuando se hizo una restauración en el inmueble.

   Pasaron treinta años, en 2011 se hizo una intervención en la que se aplicó, sin autorización de INAH, la pintura exterior, la cual sigue allí, pero, lo grave, es que se aplicó un sellador a la fachada de la Parroquia Antigua el cual, según lo apreciamos en la siguiente fotografía, está causando un enmohecimiento que perjudicará a la cantera.

   Creo, salmantinos, es hora de actuar, pedir al Instituto Nacional de Antropología e Historia que esa intervención sea hecha ya, pues el templo se encuentra en estado crítico, no solo en el exterior, también el interior tiene ya problemas, especialmente en las bóvedas, las cuales ya presentan severos daños por las filtraciones de agua. Las fotografías son lo suficientemente elocuentes. Al final va la carta con la que se promovió en la década de los setenta, la restauración a este inmueble.



















 Aquí notarás como era originalmente la barda perimetral, con la esquina chata, que ya no existe.

   En estas condiciones estaba la Parroquia Antigua antes de la primera restauración que se hizo en los ochenta del siglo XX.




lunes, 28 de julio de 2014

El día en que se proclamó a un Presidente de la República en Salamanca: Sobre la Constitución nada. Sobre la Constitución, nadie.

   Complicado es entender como se fueron dando las sucesiones presidenciales en México a lo largo del siglo XIX. Sabemos bien que Guadalupe Victoria fue el primer Presidente de la República, que hubo un Presidente que once veces fue proclamado como tal, ese fue Antonio López de Santa Anna, el fue apenas el cuarto de la larga lista. Vendría luego Benito Juárez, que fue el Presidente de la República número 26, Porfirio Díaz sería el número 33. Entre estos dos últimos, hubo uno de efímero paso por la silla presidencial, él fue José María Iglesias, que se proclamó Presidente de la República aquí, en Salamanca, en 1876, fue tan corta su presidencia que no encontramos actos sobresalientes en sus dieciséis días de mandato, entre el 20 de noviembre y el 6 de diciembre de ese año. Leemos en José Rojas Garcidueñas que:

   "El Movimiento político “legalista”, que otros llamaron “decembrista” y otros “iglesista”, acontecido en 1876, tuvo estos antecedentes y hechos que, en muy reducida síntesis, fueron los siguientes: el gobierno del Presidente don Sebastián Lerdo de Tejada, en el año de 1876 se mostraba, por muy diversas causas, cada vez más débil y finalmente entró en estado de crisis cuando el Presidente decidió reelegirse para seguir ocupando la Presidencia de la República en el periodo de 1876 a 1880. Entonces se formaron tres grupos políticos: el lerdista, que apoyaba la reelección: el de los militares, encabezados por el general Porfirio Díaz que, por el Plan de Tuxtepec y el de Palo Blanco, desconocieron al Presidente Lerdo de Tejada y se lanzaron a un movimiento armado para substituirlo; un tercer grupo se formó en torno al señor licenciado don José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia el cual, previniendo las irregularidades y vicios que tendrían las elecciones que debían celebrarse en junio y julio de ese año, se preparó a declararlas inexistentes, con lo cual, al terminar el periodo legal de Lerdo de Tejada el 30 de noviembre, por precepto de ley la Presidencia recaería en el presidente de la Suprema Corte Lic. José María Iglesias. Mientras la revolución de Tuxtepec se robustecía y avanzaba desde Oaxaca, y en México había gran agitación y sesiones tormentosas en la Cámara y hasta en la Suprema Corte, el licenciado Iglesias se dispuso a culminar el movimiento que él con sus partidarios preparaba.

   El día 1º de octubre de 1876, salió de su casa y se escondió en la de Guillermo Prieto, en Tacubaya, y al día siguiente ambos se fueron a Toluca; de allí salieron, con el Gral. Felipe Berriozábal el día 15; cruzaron parte de los Estados de México, Michoacán y Guanajuato y la noche del 22 llegaron a Molino de Sarabia, de donde enviaron aviso al gobernador de Guanajuato, Gral. Florencio Antillón, quien apoyaba al movimiento legalista. La siguiente etapa debería haber sido a Guanajuato pero no fue así, sino que el lugar donde tuvo que ir y permanecer algunos días fue Salamanca"

    “Después de una peregrinación de ocho días, en la que no faltaron incidentes de toda clase... llegamos el 22 de Octubre a las doce de la noche al Molino de Sarabia. Aunque al principio habíamos pensado detenernos en Celaya, no lo permitió la presencia allí de una fuerza federal.” “El Molino de Sarabia, propiedad de Don Justo L. Carresse... estaba administrado por Don José M. López... No habiendo tiempo que perder, al día siguiente de nuestra llegada, en la mañana del 23 salieron de Sarabia para la ciudad de Guanajuato, los señores Berriozábal y Alvarez Rul en carruaje particular y con las precauciones propias de una misión reservada. Eran necesario entenderse sin demora con el General Antillón, para saber de una manera definitiva a qué atenerse sobre la cooperación del floreciente Estado que gobernaba.”. “Los viajeros llegaron a Guanajuato en la madrugada del 24. Tuvieron sus dificultades para penetrar en la ciudad, por lo intempestivo de la hora en que se presentaban. Franqueado el paso, Berriozábal habló detenidamente con Antillón, lo encontró dispuesto a formalizar su compromiso, y llevó instrucciones para que de Sarabia nos trasladásemos a la Penitenciaría de Salamanca, donde iría a conferenciar conmigo el Gobernador de Guanajuato.” (1)

   José María Iglesias estaba hospedado en el Molino de Sarabia que entonces era parte de la municipalidad de Salamanca, el que se haya hospedado allí fue caso fortuito, lo hizo debido a que su destino era Guanajuato y, en Celaya se encontraba el ejército federal, su llegada fue el 22 de octubre de 1876, para el día 24 se entrevista en la Penitenciaría de Salamanca con el Gobernador del Estado, Florencio Antillón. El 26 “se expidió el decreto que reconocía como válida la reelección de Lerdo de Tejada como presidente de la República”. El 28 se publica el documento conocido como Manifiesto  “y apareció expedido en Salamanca por ser en realidad en ese día y en ese lugar en donde se expidió con carácter oficial” (Iglesias; 1987:84). El escrito comienza: “Sobre la Constitución nada. Sobre la Constitución nadie”. El 31 de octubre Iglesias sale del Molino de Sarabia rumbo a Guanajuato. En resumen, José María Iglesias estuvo solamente unas horas en Salamanca, en la tarde del 24 de octubre de 1876, su pernocta del 22 al 30 lo fue en el Molino de Sarabia.

   Porfirio Díaz desconocerá la proclamación de Iglesias como Presidente de la República y creará un gobierno paralelo en esos 16 días, y lanzará su Plan de Tuxtepec. Juan Nepomuceno Méndez será nombrado Presidente de la República el 6 de diciembre, el 17 de febrero, de 1877 cederá la silla presidencial a Porfirio Díaz, dando así inicio al periodo de la Historia de México conocido por Porfiriato.

Fuentes:

Rojas Garcidueñas, José. Salamanca. Recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1982.

Guzmán López, Miguel Ángel. La participación del gobierno del estado de Guanajuato en el movimiento decembrista de 1876. Editorial La Rana. Guanajuato, 1999.


jueves, 24 de julio de 2014

Discurso pronunciado al inaugurarse la Refinería en Salamanca. 1950.

Señor Presidente de la República
Señores Miembros del Cuerpo Diplomático
Señor Gobernador del Estado de Guanajuato
Señores Secretarios de Estado
Señoras y Señores:

I

    Llenos de satisfacción y orgullo asistimos a la inauguración de este magno centro industrial. Satisfacción y orgullo, porque este acontecimiento constituye un paso de gran trascendencia en el desarrollo de la Industria Petrolera Mexicana y en la solución del problema de distribución de combustible en el país; por ser esta refinería un nuevo centro de trabajo de gran magnitud, y especialmente porque su terminación significa un legítimo triunfo para Petróleos Mexicanos y para los técnicos y trabajadores a su servicio.
   Debemos recordar aquí un hecho que revela la enorme y bien fundada confianza del señor Presidente de la República  en el progreso de nuestra Industria Petrolera.
   El día 31 de julio de 1947 se tomó la resolución de llevar adelante el proyecto de esta Refinería y de iniciar desde luego la compra de equipo y de los materiales necesarios. Contrajimos por este hecho un compromiso por Quince Millones Quinientos Mil Dólares, sin contar de momento con reservas suficientes para hacer frene a tan grande desembolso, y sin existir en el Presupuesto de egresos de la Institución partida alguna para este fin; no contábamos tampoco con la seguridad de obtener financiamiento, pero palpábamos el resultado de nuestros esfuerzos por aumentar la producción de crudo y derivados.
   El Señor Presidente de la República tuvo fe en el desarrollo de Petróleos Mexicanos y en que el futuro aumento de sus ingresos permitiría hacer frene a los nuevos compromisos y autorizó nuestra resolución, el resultado de este gesto valeroso de nuestro Primer Magistrado se encuentra en la magnífica realidad que constituye la refinería que acabamos de visitar.
   Tenemos a orgullo declarar enfáticamente que la construcción de este centro industrial, de los 450 kilómetros de oleoducto que lo surte de petróleo crudo desde Poza Rica, y de las obras conexas necesarias en aquel campo productor, y que significan en total una inversión de Treinta y Siete Millones de Dólares, han sido realizadas exclusivamente con los propios recursos de Petróleos Mexicanos, sin contar con ninguna ayuda financiera, ni del exterior ni del interior.

   
II

   La Refinería de Salamanca y el oleoducto que la alimenta, constituyen una etapa importantísima en la vida de nuestra industria petrolera nacional, ya orienta primordialmente hacia la meta de la satisfacción y fomento de nuestros consumos, pues en el mercado nacional, con su prodigioso desarrollo será donde encuentre su solidez definitiva.
   Nuestros sistemas de refinación y distribución se encuentran así orientados ahora hacia este fin y no específicamente hacia la exportación de petróleo, como ocurría antes de 1938.
   Dentro de esta política, tuvieron singular importancia la construcción de la Refinería 18 de Marzo de Azcapotzalco y el aumento de la capacidad del oleoducto que la surte desde Poza Rica; obras que llevó a cabo el régimen del señor general don Manuel Ávila Camacho, siendo director de Petróleos Mexicanos don Efraín Buenrostro. La capacidad refinadora del centro de la República ascendió entonces de 12,000 barriles en 1938 a 50,000 barriles diarios en 1946.

  La razón de ser de la Refinería de Salamanca, es la siguiente:

   La producción petrolera mexicana está localizada en su mayor parte en la zona costera del Golfo de México y las antiguas refinerías se encontraban en los puertos inmediatos.
   El consumo de la zona central del país representa el 75% del consumo nacional y el 25% restante corresponde a las zonas costeras de la República.
   Hasta el momento de inaugurarse esta Refinería, es decir, ya contando con la nueva Refinería de Azcapotzalco, la capacidad refinadora de la zona central representaba solo 29% de la capacidad total de refinación, en tanto que la capacidad de la zona costera representaba el 71%. Había en consecuencia, un desequilibrio en la distribución de productos, ya que el mayor volumen de los consumidos en la zona central tenía que moverse por ferrocarril desde la refinería de la costa.
   Por esta circunstancia, la distribución de productos petroleros ha significado una sobrecarga para los sistemas ferroviarios, y son bien conocidas las dificultades que la construcción geográfica de nuestro país ofrece al desarrollo de los sistemas de transporte.
   La producción de derivados del petróleo ha sido siempre suficiente para atender el consumo nacional, pero las dificultades de transporte con frecuencia son motivo de escasez en algunas partes de la República, que lógicamente habrían de acentuarse conforme el consumo aumentara.
   Para eliminar las dificultades del transporte se hacía, pues, necesario instalar una refinería en la zona central de la República, que permitiera efectuar una distribución eficaz, ya no desde las costas hacia la zona central, sino desde y para el centro mismo de la República. La elección de Salamanca como el lugar adecuado para la nueva refinería y la planeación de la misma fueron el resultado de un minucioso estudio sobre la demanda de productos y los medios de transporte, que fue llevado a cabo en el año de 1945. Se adquirieron desde entonces los terrenos necesarios, consistentes en 369 hectáreas y se inició asimismo, la construcción de los edificios.
   Con la operación de esta Refinería de Salamanca, la capacidad refinadora de la zona central subirá al 43% de la capacidad total de la República, y por lo que hace al consumo nacional, se surtirá desde ella aproximadamente el 60%. De esta manera se logrará obtener una proporción equilibrada entre zonas de distribución y zonas de consumo.
    Salamanca abastecerá las plazas de Durango, Zacatecas, Aguscalientes, León, Irapuato, Celaya, Morelia, Querétaro, San Luis Potosí, Uruapan, Zamora, Guadalajara y Tepic. En forma temporal abastecerá también parte del consumo de plazas de Chihuahua, Parral y Torreón.

III

   Esta Refinería tiene capacidad para destilar 30,000 barriles diarios de petróleo crudo y los derivados que se obtendrán serán los siguientes: Mexolina, Kerosina, Casoil, Diesel, Tractomex, petróleo Combustible  y Gas Licuado.
   Se compone de planta de destilación primaria, planta de desintegración térmica, planta desulfurizadora para gasolinas, planta concentradora y purificadora de gases, varias unidades para tratamiento de productos, planta de vapor, planta de fuerza combinada termoeléctirca y de combustión interna, y además planta para servicios conexos y auxiliares, incluyendo laboratorio, talleres, habitaciones, comedores, pista de aterrizaje, y un sistema de llenaderas de auto-tanques y carros-tanques que se complementa con su amplia red de vías y con este grandioso taller de reparación de carros-tanque.
    La construcción de las plantas se inició en el mes de agosto de 1948. Se emplearon 78,400 toneladas de acero y 19,600 toneladas de concreto. La mano de obra para la construcción ascendió a 9.870,400 hombre hora. Los materiales empleados fueron en un 30% de procedencia nacional y en un 70% extranjera. Para llegar a la Refinería los materiales recorrieron un total combinado de 275,000 kilómetros.
   Es conveniente llamar la atención sobre las excelencias técnicas de las instalaciones, pues en todas ellas se han empleado los últimos adelantos, tanto en procesos como en materiales. Permítaseme opinar que además de ser técnicamente moderna, esta Refinería invita al visitante a disfrutar de la belleza de sus líneas y perfiles y de su distribución espaciosa y armónica.
   Para alimentar la refinería fue necesario un oleoducto que partiera de Poza Rica y que recorre 450 kilómetros. La construcción de esta línea duró un año cuatro meses, su costo fue de setenta y seis millones quinientos mil pesos y, teniendo un diámetro de 32 centímetros, su capacidad es de 60,000 barriles diarios, en previsión de futuras necesidades.
   La Refinería y el oleoducto debían terminarse al mismo tiempo y así sucedió en honor a las previsiones de nuestros técnicos.
   Al realizar Petróleos Mexicanos el esfuerzo para concluir esta magnas obras dentro del plazo programado tuvo muy presente la extraordinaria importancia que para México tiene el factor tiempo, cuando bajo el impulso constructivo del régimen del Licenciado Miguel Alemán marcha nuestro país definitivamente por el camino de su industrialización. Consideramos que nunca podrá insistirse lo suficiente sobre este tema.
   El dinero y los bienes materiales deben cuidarse con probidad, sobre todo si se trata de bienes que pertenecen al pueblo porque entonces son sagrados.
   Es una verdad olvidada pero sabida y respetada, que el dinero perdido puede recuperare y que el tiempo, en cambio, se pierde para siempre. Para quienes trabajamos al servicio de Petróleos Mexicanos, ha sido siempre imperioso que esta verdad constituya el principio que gobierna todas nuestras actividades.

IV

   Es necesario insistir sobre los beneficios que la Refinería de Salamanca reportará a nuestro país. Aparte de resolver el problema de la distribución de combustibles, que es su objeto principal, es importante:
   1º.- Por significar una fuerte y provechosa inversión de capital mexicano; por construir una nueva unidad productora de gran capacidad y por ser un nuevo centro de trabajo para obreros mexicanos. La Refinería de Salamanca representa pues un incremento considerable para la riqueza nacional.
   2º.- Porque es lógico esperar que un centro industrial de esta magnitud dará un impulso considerable al desarrollo de la zona donde está ubicado, estimulando el establecimiento de nuevas industrias que, desde luego, tiene asegurado un rápido y económico abastecimiento de combustible. El desarrollo industrial traerá consigo el del comercio  y de otras actividades, económicas y el resultado será el incremento de la producción agrícola e industrial, así como del valor de la propiedad y, en consecuencia, una notable mejoría en el nivel de vida de los habitantes.
   3º.- Al hacer la distribución de productos desde Salamanca, la fuerza tractiva ferrocarrilera que se empleaba para mover desde las costas y desde la ciudad de México, puede emplearse ahora para transportar otros productos industriales, lo que significará una distribución más eficiente.
   4º.- Porque suspenderemos en muy considerable proporción las operaciones de trueque de productos que veníamos haciendo con los Estados Unidos para abastecer de gasolina y combustibles las plazas de Zamora, Guadalajara, Tepic, Acaponeta, Compostela, Ixtlán y Ruíz. La producción de Salamanca nos permitirá reducir las importaciones destinadas a estas plazas, con el consiguiente saldo favorable de divisas por los productos que para compensarlas se explotan.

V

   La Refinería de Salamanca, cuya razón de ser hemos indicado ya, no constituye una obra aislada, sino que forma parte de un programa bien meditado y elaborado, que se orienta hacia el fomento del consumo nacional y a la correcta distribución de los derivados del petróleo.
   México, señores, se encuentra en una etapa de gran importancia para el desarrollo de sus instituciones y para la conquista definitiva de su independencia económica.
   En la obra del régimen, en las orientaciones que el Señor Presidente de la República da a la política de su gobierno, en las aplicaciones concretas que de esta política hacen sus colaboradores, en el espíritu que reina en las actividades de todos los sectores públicos y privados y en la conciencia el pueblo, se manifiesta esa convicción, animada por una fe inquebrantable en el futuro de nuestra patria, que se traduce en un impulso constructivo cristalizado ya en realizaciones magníficas.
   La independencia económica es el complemento indispensable de la independencia política y la mejor garantía de victoria en la lucha contra la miseria.
   Se ha dicho y repetido que la industrialización es uno de los signos que caracterizan el actual esfuerzo histórico de México y uno de los propósitos fundamentales del régimen del Señor Presidente Alemán.
   Pues bien, después de mostrar con satisfacción y orgullo la espléndida realización que es esta Refinería "Ingeniero Antonio Manuel Amor", señalando sus características y haciendo hincapié en su importancia y en los beneficios que reportará a la economía nacional, quiero manifestar nuevamente la fe inquebrantable de todos cuantos trabajamos al servicio de Petróleos Mexicanos, en el futuro de la Industria Petrolera Mexicana, en la importancia de nuestros recursos naturales y en la capacidad de nuestros técnicos y trabajadores para desarrollarlos y para alcanzar las metas que la consolidación económica del país impone a Petróleos Mexicanos.
   Nada ni nadie podrá detener a Petróleos Mexicanos en su marcha ascendente.
   Lo ya realizado, la concentración cada vez más potente de nuestros esfuerzos, y la elevación cada vez mayor de nuestros entusiasmos, nos permite asegurar que cada día veremos crecer el número de campos descubiertos y la producción de aceite ir muy adelante de la demanda; que se construirán nuevos oleoductos y gasoductos; que se instalarán nuevas refinerías y se llevará a cabo la modernización de las existentes; que se mejorarán constantemente los sistemas de distribución y ventas; en una palabra, que Petróleos Mexicanos podrá rendir muy buenas cuentas al Señor Presidente de la República.

VI

   Para terminar, deseo expresar a usted, señor Presidente, en nombre de la gran familia petrolera, compuesta por el personal de técnicos y por los trabajadores sindicalizados y de confianza, nuestro profundo agradecimiento por la fe que ha depositado en nosotros; por su constante ayuda y por su valiosas orientaciones. Muchas gracias, señor Presidente.

   Este fue el discurso pronunciado por el Director de Petróleos Mexicanos, el Senador Antonio J. Bermúdez. Cada quién sacará sus propias conclusiones luego de leerlo, yo solo hago dos puntuaciones, la primera que el discurso viene firmado, según lo vemos en la imagen, por un Senador que habla en plural y se incluye dentro de la "familia petrolera". Esto se debe a que, efectivamente Antonio J. Bermúdez fue elector Senador de la República por su estado natal, Chihuahua, en 1946 pero no entró en funciones debido al nombramiento que hizo Miguel Alemán al tomar la Presidencia de la República el 1º de Diciembre de ese año, tiempo en el que la Refinería de Salamanca estaba ya en proyecto y que, según se dijo en el discurso, el 31 de Julio de 1947 se tomaría la decisión de comenzar a construirla. Este dato nos dice que fueron justo 3 años los que se tardó la obra, pues la inauguración ocurrió el 30 de Julio de 1950. En otra parte del discurso menciona que fue en Agosto de 1948 cuando las plantas comenzaron a construirse, entonces, deduzco que se llevó un año en preparar el terreno y dos en levantar las plantas.

   Hay un detalle, que me parece una mera curiosidad, cuando el Senador-Director dice sobre la belleza del diseño industrial de las plantas de la Refinería de Salamanca y de pronto dice: "...esta Refinería invita al visitante a disfrutar de la belleza de sus líneas y perfiles y de su distribución espaciosa y armónica", quizá sea por eso que en los archivos fotográficos, sean los de ICA que los de la Fototeca Nacional, aparecen fotografías en blanco y negro en donde se aprecia esa linea "funcional" que prevalecía en el diseño de la época. Y algo más que dice el Senador-Director es: "...y con este grandioso taller de reparación de carros-tanque". Al leer la frase dentro del contexto del discurso vemos que habla de algo que, seguramente apunta con la mano en ese momento, y claro es, ya que la comida que se sirvió luego del discurso fue precisamente en el taller que menciona el señor Bermúdez.


Fuente:

Diario El Nacional. Página 4, Primera Sección. México, DF. Viernes 4 de Agosto de 1950.