“En 1760, el gremio de platería erigió un obelisco o pirámide, como entonces se decía también, inmediato a la antigua fuente, en el centro de la mitad oriental de la Plaza, con motivo de la exaltación al trono de Carlos III (1759-1788). Según la descripción publicada en 1763, componíase de tres cuerpos. El zócalo de cantería tenía 1 ¾ vara (1,55 m.) de alto y 5 varas (4,2 m.) en cuadro. La base tenía 4 varas (3,4 m.) de alto y 3 varas (2,5 m.) en cuadro con 4 escudos ovalados de tecali con inscripciones en sus 4 fachadas. La altura del obelisco propiamente dicho era de 23 varas (19,3 m.). En su cúspide estaba la estatua pedestre del rey, 2 1/3 varas (2 m.) de alto. La altura total del monumento era de 31 varas (26 m.). Se concluyó el 4 de Noviembre, día de S. Carlos de 1763 y costó $1900. Las inscripciones, compuestas en un estilo ampuloso y obscuro, eran las siguientes:
La inscripción de la fachada Poniente: A Carlos de Borbón, tercero de este nombre, pero a nadie inferior en valor, quien abandonó el reino de las Dos Sicilias y fue proclamado rey de las Españas e Indias, dedican los plateros por su dignidad esta priedra, un testigo de su fidelidad, un testigo de su gratitud, como el amplísimo monumento de su amor, (para aumentar) su fama, honra y gloria. A 4 (o: “3”) de noviembre de 1763”. (Carlos III, quinto hijo de Felipe V (1700-1746), primero fue rey de Nápoles y Sicilia, pero a la muerte de su hermano Fernando VI (1746-59), abandonó esos Estados para recoger la corona española.)
La inscripción de la fachada Norte: “Dedicado a la deidad más noble, para que brille con rayos más nobles, más grande por su nombre, se levanta este obelisco, consagrado a Carlos de Borbón. ¿y por qué no se elevaría? Por cierto, cuanto más alto se levanta, tanto más se acerca a las plantas del rey. Sin duda gusta estar coronado por ellas; con razón alcanza su deseo, como puede verse en la imagen que, colocada encima de su capitel, es su corona de obediencia, congratulación y aplauso”.
La inscripción de la fachada Oriente: “Esta pirámide, vengadora del olvido, testigo de la memoria y una prenda de su amor, la erigieron los plateros. ¡hulla el olvido, y el mudo mármol, con sus letras bien esculpidas, declare esto ante los ojos de todos: ¡Carlos de Borbón, rey de las Españas e Indias!”
La inscripción de la fachada Sur: “Elevase esta obra única del gremio de los plateros, labrada con admirable arte y erigida con admirable liberalidad. Celebra, predica, ostenta y recomienda la mano del artífice, la libertad del gremio, el ornato de la Ciudad y la gloria de Carlos”. (1)
Y si te preguntas que qué tiene que ver lo ocurrido en Puebla con Salamanca, te diré que, sí aquí en Salamanca hubo Exequias Reales para Carlos III, es muy probable que también se le haya levantado a él o a cualquier otro de los reyes españoles un monumento, que regularmente era un obelisco, quizá no de las dimensiones del de Puebla pero algo similar. Quizá fue ese el motivo por el cual en la Plaza de San Agustín había un obelisco, quizá ese obelisco, como todos los que había en México, luego de la Consumación de la Independencia, le fueron borrados los escudos españoles y las inscripciones que tenían del Rey de "las Españas", y se colocaron los escudos de nueva Nación, la mexicana; la posibilidad existe.
Fuente:
1.- Leich, Hugo. Las calles de Puebla. Gobierno del Estado de Puebla. Puebla, 1999. pp.474-176
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