Estamos viviendo este año que, a nivel municipal, se ha declarado "de Tomasa Estévez" heroína que, sabemos, es oriunda de Salamanca aunque, haya quien diga por ahí que lo es de Villa de Reyes, San Luis Potosí. La lista de mujeres que participaron de algún modo en la Guerra de Independencia es más bien larga aunque solo sepamos el nombre de cuatro o cinco de ellas. Fue, finalmente, durante los festejos del Bicentenario cuando el tema se volvió a tocar: el de la participación de la mujer en el movimiento Insurgente. Muchos fueron los libros que se escribieron tocando el tema casi olvidado del lado femenino de la insurrección, y varias las clasificaciones que se hicieron: amigas, hermanas, esposas, amantes, hijas. Otras que seductoras o adictas palabras de las que hay que hacer un profundo análisis para no confundir la idea que actualmente llevan con las que tuvieron a principios del siglo XIX pues, la palabra y sus conceptos, también evolucionan al paso del tiempo. Unas fueron correos, otras cocineras, enfermeras, unas cuantas, desde su privilegiada posición social, colaboraron en todo lo que pudieron; en fin, si la lista es larga, las clasificaciones que surgieron de ellas lo son también.
De María Tomasa Estévez poco se sabe, de no haber sido por los tres renglones que Agustín de Iturbide incluye en uno de sus partes al virrey Calleja, nunca hubiéramos sabido de ella. Entonces la pregunta surge: ¿realmente se conocieron? yo pienso que no. De que Iturbide supo de ella no hay duda, pero de que la haya conocido no hay posibilidades y que ese concepto (que no es descripción lo que hizo) en torno a su belleza más bien fue de oídas que de vistas y, en eso de la belleza femenina, también debemos aplicar la casi regla de que la belleza más bien de quién, cuándo y cómo la vea.
Iturbide fue asentado en Irapuato en 1811, cuando Calleja había ya mandado fusilar -y decapitar- al cura Hidalgo, cuando ya el movimiento de Insurrección había decaído un poco en su etapa inicial pero estaba recuperando fuerza en la zona central del Bajío, escenario en donde actuaba el salmantino Albino García, del cual había temor por parte de los realistas de que su movimiento creciera; Irapuato era el lugar ideal para instalar cuartel realista y desplazarse con facilidad por la región pero eso no quiere decir que Iturbide estuviera de fijo en Irapuato pues, entere las varias funciones que tenía era la de hacerse cargo proteger las conductas que de las minas de Guanajuato y San Luis Potosí eran enviadas a la ciudad de México. Iturbide tuvo con centro operativo Irapuato durante 4 años, y encontrándose en camino, entre San Luis Potosí y la ciudad de México, es cuando ocurren los hechos en los que pierde la vida Tomasa Estévez, razón por la cual el parte que rinde al virrey el 17 de septiembre de 1814 lo firma desde la hacienda de Villela, de la que estamos viendo una fotografía satelital de lo que fue su casa grande.
Sobre Tomasa Estévez no había una línea de investigación, por lo que se antoja difícil de creer que Iturbide supiera de ella. Todo indica que fue sorprendida portando cartas en las que se manifestaba su tendencia revolucionaria, razón suficiente para que se ordenara su ejecución. Pero aquí lo que hoy queremos analizar es esa "relación", por así decirlo, entre los dos personajes: Itrubide y Tomasa Estévez, Tomasa Estévez e Iturbide. (En la imagen vemos la parroquia de Villela, por la dimensión del templo intuimos que la hacienda era rica).
El parte es muy claro, la información que se da es la de todo lo acontecido en la región del Bajío, se habla de varias haciendas y las poblaciones de Apaseo, Celaya, Santa Cruz, Chamacuero Valtierrilla y Salamanca, pero nunca se enfoca al tema de la detención y muerte de Tomasa Estévez, solo aparece ella nombrada y breve, brevísimamente comentada. Comentado que ha dado pie a docenas de conjeturas. Leamos con atención todo el parte completo:
Exmo. sr. -Acompaño a V.E. el parte original que el 28 del mes próximo pasado (se refiere a Agosto) dio el capitán comandante de patriotas de Apaseo D. Martín de Arritola al comandante militar de Celaya teniente coronel D. Francisco de Guizarnotegui, quien me lo dirige con igual fecha.
Arritola con sus patriotas se ha hecho respetable en su distrito por su decidido valor, y es acreedor por él a la consideración del gobierno.
En carta de 20 de julio que por un accidente llegó con atraso a mis manos, me comunica el teniente coronel D. Francisco de Guizarnotegui que habiendo caído una partida de insurgentes a la hacienda del Tunal el 18 del mismo mes, salió Arritola en unión de los patriotas de dicha hacienda en persecución de los rebeldes: que estos aparentaron presentar acción; pero al emprenderse huyeron dejando 7 muertos en el campo, como 180 bueyes que habían robado, algunos caballos y 4 fusiles.
Con echa 24 del mismo julio me comunica el propio jefe, que había mandado pasar por las armas a José Gregorio Mauricio y a José Tierrablanca, que habían tenido la audacia de introducirse algunas veces a robar a los barrios de Celaya.
Una partida de patriotas de Chamacuero, San Juan de la Vega y algunos dragones de la compañía urbana de San Fernando que pasaron a Salamanca a llevarse pliegos de Celaya a las órdenes del alferez D. Manuel Muñoz en el referido mes de julio, a su regreso encontró en la hacienda de la Tenería 10 insurgentes de la gavilla de Zavala, que fueron perseguidos cogiendo prisioneros a 3 de ellos con armas, con las que intentaron hacer alguna resistencia. Estos presos han sido pasados por las armas, como todos los que se cogen con ellas en la mano.
En el mes de agosto próximo pasado se cogió por una partida que a las ordenes del teniente de dragones de Puebla D. Cayetano Cesarini comisionó al teniente coronel Gurzainotegui, se aprehendió en las inmediaciones del pueblo de Santa Cruz a Mariano Ramírez administrador general de haciendas por Pagola, a su segundo Ignacio Centeno y al asistente José María Olvera.
En el propio mes se pasaron por las armas en Salamanca dos desertores y un paisano que aprehendió una partida que envié al efecto al pueblo de Valtierrilla a las ordenes del capitán de patriotas de la misma villa D. Ignacio Carcía, y en acción recomendable así por el trabajo que sufrió la tropa por la lluvia que duró toda la noche, y el camino tan malo por razón de los arroyos y fangales que desde las siete y media de la mañana siguiente invirtió sin descanso alguno en la operación. La acción repito, que es recomendable por la razón expuesta, e igualmente por la que de los presos que se cogieron Miguel Yáñez, José Esquivel y Eustaquio Hernández eran emisarios de la mayor confianza de los rebeldes, y fueron pasados por las armas. Se fusiló también al mismo tiempo a María Tomasa Estévez, comisionada para seducir la tropa, y habría sacado mucho fruto por su bella figura, a no ser tan acendrado el patriotismo de estos soldados.
Villela, 17 de septiembre 1814. A las ocho de la noche. (1)
Así pues, ¿qué más sabemos de María Tomasa Estévez? pues no mucho, que era casada, que su marido se llamaba Domingo Salas; que lo dejó viudo, eso según el registro de su defunción. Con esto podemos llegar a una conclusión sencilla y nada trascendente, que su nombre no era el de y Salas, sino de Salas.
Iturbide estaba lejos de Salamanca cuando se dieron los hechos, el andaba por San Luis Potosí. En su parte menciona a un personaje, en Apaseo, actual Apaseo el Grande, de apellido Arritola. Al consultar la monografía de esa población vemos el nombre completo: "El capitán de patriotas de Apaseo, el santanderino don Mariano Montero de Arritola da muestras de una sangre fría y determinación que ayudan en mucho a la defensa de Celaya". (2)
Con este pequeño detalle nos damos cuenta de las muchas confusiones en las que podemos caer al averiguar sobre algún personaje, como aquí, que en el parte de Iturbide menciona a Martín de Arritola y en la monografía municipal aparece como Mariano Montero de Arritola.
Otro de los personajes que aparece en el parte dado a Calleja por Iturbide es el teniente coronel Guizarnotegui, asignado en Celaya; al parecer comulgaba mucho con el modo cruel que Iturbide tenía, según lo podemos interpretar en la siguiente lectura:
"El comandante de Celaya Guizarnotegui, que estaba bajo las ordenes de Iturbide, había recibido de éste la orden de incorporarse a él en Irapuato, con objeto de celebrar con un simulacro de guerra (la batalla del puente de Calderón) la vuelta de Fernando VII a España. Terminada aquella farsa, Iturbide dispuso que las fuerzas que habían concurrido, se fraccionasen en varias partidas y marchasen para distintas direcciones, con objeto de sorprender a las fuerzas independientes que se hallasen desprevenidas, dándoles orden para que se reuniesen todas en el valle de Santiago, con los prisioneros que hubiesen hecho.
"Por desgracia tocó a Guizarnotegui marchar por la Hacienda de la Quemada, en la que había una gran reunió de personas de campo, entretenidas en una de las diversiones más frecuentes entre ellos, en un rodeo, (que consiste en reunir todo el ganado de una hacienda en un punto, para poner la marca o distintivo de su dueño, y para cuya operación se invitaron a todos los hombres de las haciendas inmediatas.) Tranquilos permanecían los concurrentes en esta diversión, al entrar Guizarnotegui a la hacienda y seguían distraídos en ella, cuando fueron cercados por la fuerza realista, haciendo a todos prisioneros y acto continuo, mandó pasar a todos por las armas, sin permitírseles que se llamasen confesores que los dispusiesen por no haberlos allí, y sin entrar en ninguna clase de averiguación sobre si eran o no enemigos.
"Puestos todos de rodillas fueron fusilados de la manera más cruel. Acto de tal barbarie podría tenerse por exagerado y como un cargo injusto hecho al partido realista por el independiente, si no estuviese confirmado por Bustamente y Alaman..." (3)
Luego de leer esto me viene la interrogante si a Tomasa Estéve se le abrió juicio o, al modo de los seguidores de Iturbide, solo se les fusiló y ya. Seguiremos adentrándonos más, en medida de lo posible, en la vida de Tomasa Estévez... Lo que vemos en la imagen anterior a la de Calleja es el monumento que a Agustín de Iturbide se le levantó frente a la Cámara de Diputados en la ciudad de México.
Fuentes:
1.- Gaceta del Gobierno de México. Tomo V, Número 635. Sabado 1º de Octubre de 1814. pp.1082-1885
2.- Buenrostro López, J. Guadalupe. Buenrostro Servín, José Antonio. Apaseo el Grande: La primera frontera. Colección de Monografías Municipales de Guanajuato. Guanajuato, 2010. p.98
3.- Castillo Negrete, Emilio del. México en el siglo XIX. Tomo VII. Imprenta del Editor a cargo de Antonio Rosas. México, 1882. pp.241-242.
3.- Castillo Negrete, Emilio del. México en el siglo XIX. Tomo VII. Imprenta del Editor a cargo de Antonio Rosas. México, 1882. pp.241-242.
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