Hoy es un día grande en el calendario de celebraciones, festejamos a San Francisco de Asís, el que fuera canonizado a los dos años de su muerte ocurrida en 1226. Seguramente en la Villa de Salamanca era una celebración muy sentida, ya que el templo que ahora conocemos como Expiatorio y que fue construido por los franciscanos, se celebraba con solemnidad el día dedicado al Padre Seráfico, al fundador de la Orden de los Menores. El que tenga ese nombre es el certificado de la humildad que practicaba y pregonaba San Francisco, entendiendo por menor a una persona humilde.
Independientemente de las fuentes bibliografías que dan fe de la presencia franciscana en Salamanca, ellos, quienes construyeron el templo de Nuestra Señora de la Asunción, como se llamó originalmente, dejaron el sello, a través del legno crucis que podemos ver en la puerta que da al oriente y que, lamentablemente ha sido cubierta la mitad de esa cruz por el marco de cantera. Como quiera, tenemos dentro del templo, en este caso de la Parroquia del Señor del Hospital una imagen de San Francisco la cual debería representar algo intenso para los católicos mexicanos ya que fueron ellos, los Franciscanos, los primeros en difundir la fe Católica en nuestro país.
Existía una tradición, de la cual nunca había oído hablar, hasta que encontré la Monografía de Salamanca de don Guillermo Razo, publicada en 1977 por Editorial Radar en donde relata lo que sucedía durante el 4 de octubre. No es de extrañarnos que ya no exista este paseo, dado el crecimiento de la ciudad, la contaminación del río y del aire de que es víctima Salamanca, como quiera, es sin lugar a dudas una de las tantas tradiciones que, dadas las circunstancias de la época actual, se han perdido. La considero interesante, razón por la cual la transcribo tal cual la leí:
"Hasta hace unos cuantos años todavía existía la tradición de festejar al Santo Francisco de Asís. Su festejo consistía en el paseo que hacían las familias salmantinas a los campos del municipio, que en esa fecha se encontraban totalmente florecido. Entre este paisaje multicolor, se comían los alimentos preparados con antelación y luego se cortaban flores con las cuales se adornaban los hogares. Muchas personas acostumbraban irse desde un día antes y ver en la madrugada, al despertar, las primicias de San Francisco, es decir, las frescas corolas de las flores recién nacidas llenas de gotas de rocío.
Parte de la festividad consistía en visitar el Templo del Señor del Hospital y se formaban varias peregrinaciones de niños, llamadas “Jardín Seráfico de San Francisco”. Había otra de adultos que era conocida por la “Tercera Orden de San Francisco” Ambos se caracterizaban por traer en la cintura un cordón de color café obscuro. A los adultos que deseaban ingresar a formar parte de la orden mencionada, se les pedía ciertas restricciones, tales como no vestirse ostentosamente, estar casado por la iglesia, no comer en abundancia, no asistir al cine ni a fiestas y mostrar humildad y bondad hacia las demás personas.
Esta festividad también tiene sus matices, y un ejemplo es el poblado de Valtierrilla, en el cual existe la tradición de llevar flores a las muchachas aquellos que sean sus novios o amigos. En la madrugada cuando se lleva el ramo de flores y lo dejan en la puerta de su prometida. También se organizan ceremonias religiosas, kermeses, etcétera. Hoy día esta costumbre está casi completamente desvanecida. Tan solo se singulariza este día por la abundancia de flores que se encuentran en el mercado y otros puestos semifijos. Viendo los quiebraplatos lilas en estos pequeños puestos, sabemos que es el día de San Francisco, 4 de octubre”.
Las fotografías 1 y 5 fueron tomadas en la Parroquia de San Francisco en Pénjamo, Gto. La 3 es el camino a El Bable. En la 6 se puede ver a la izquierda la imagen de San Francisco junto a la espléndida pintura del maestro Candelario Rivas en El Señor del Hospital. La 5 son los quiebraplatos que abundan en la zona en esta época del año.
Las fotografías 1 y 5 fueron tomadas en la Parroquia de San Francisco en Pénjamo, Gto. La 3 es el camino a El Bable. En la 6 se puede ver a la izquierda la imagen de San Francisco junto a la espléndida pintura del maestro Candelario Rivas en El Señor del Hospital. La 5 son los quiebraplatos que abundan en la zona en esta época del año.
En Inglés quiebraplatos se llaman "Morning Glories" o sea "Glorias de la Mañana".
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