Para todos aquellos que están interesados en la Historia de Salamanca, en su rescate y difusión les tengo muy buenas noticias pues encontré varios patrones levantados al comenzar el siglo XIX, uno del año de 1808, otro de 1809, uno más de 1821 y otro de 1824. Algunos están completos, otros son solamente partes, como quiera, una vez que los haya revisado en su totalidad tendremos mayores datos sobre nuestra población justo entre el inicio y el final de la Guerra de Independencia. Esto que ahora te comparto corresponde a los datos de 1824. El contar el número de personas registradas, sobre todo el entender la manera en que se hizo el registro me llevará varios meses, lo que ahora veremos son ciertas curiosidades solamente.
Aquí, en lo que era la una calle del lado poniente que hacía esquina con la Calle de las Carretas, actual Aldama, aparece el registro de una familia marcada con el número 18, en donde vivía Deciderio Moreno, hombre casado; vivía también Miguel Balencia, escrito con B, casado; Salomé Tapia, casada; Pedro Balencia, casado; Francisco Ochoa, Patricio Valencia, casado; Guadalupe Xaymes, casada; Dolores y Tecla Balencia, ambas marcadas con una D, lo cual quiere decir que eran solteras y la D corresponde a la palabra Doncella. Indudablemente que se trata de la familia Valencia que poseyera luego los telares más grande de la población.
Aparece en el mencionado Padrón, es decir en ese Censo de 1824, apellido sumamente curiosos, como es el caso que ahora vemos, el de Nicolás Serro Gordo. Hay otra familia de particular apellido, llevaban el de Nopalero.
Siguiendo con las genealogías, encontramos a varios miembros de los Butanda, en este caso José Butanda, cuyo segundo apellido o apelativo no lo puedo entender, y, al parecer, Tiburcia Butanda, que es doncella, es su hija. Sobre el origen de los Butanda, recordarás, ya habíamos publicado toda una investigación al respecto.
Y tratándose de curiosidades, creo que este caso merece una mención especial, se trata de Lorenza y Gregorio que por apellido llevaban el de Garambullo.
Habrá que recordar de que el hecho de anotar a una persona en algún documento oficial, como es el caso que hoy nos ocupa, con el título de "Don", esto quería decir mucho, sea por su alcurnia o por su capital, en este caso aparece como "Casa de Tavera" la de Don Nicolás Tavera, al parecer casado con Doña Rafaela Villafaña, por cierto, en lo poco que he podido estudiar el padrón de 1809 el apellido Villafaña aparece continuamente, tanto en la población como, evidentemente, por el rumbo norte en la Joya de Villafaña. Los Tavera eran propietarios de haciendas hacia el sur de Salamanca, una de ellas la de La Batea.
Otro personaje importante que vivía en la villa de Salamanca era Don Alonso Pérez de Marañón, de encumbrada familia de la capital de Guanajuato y propietario del rancho que aun sigue llevando su nombre, al rumbo nor-poniente de Salamanca.
Barroso es otro de los apellidos que continuamente aparecen en ese padrón. Incuso había una calle y un callejón que llevaba por nombre el de Barroso. En este caso vemos que se registra un Mezón, escrito con z, como era el costumbre en esa época, propiedad de esa familia.
Y claro es que uno de mis intereses está en identificar a mis antepasados y estos son algunos de los muchos Arredondo que aparecen tanto en la población como por el rumbo de La Labor de Baltierra, que se conocía también por Labor el Grande.
Seguro estoy que una vez que termine de estudiar todos estos registros, cosa que me llevará tres o cuatro meses, tendremos abundante información sobre Salamanca durante el periodo de la Guerra y la Consumación de la Independencia.
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