No sabemos cuándo comenzó a celebrarse a San Gonzalo en Salamanca, incluso no sabemos cuando cambió de nombre la capilla en donde se le honra pues esa capilla estaba dedicada originalmente a Santa María de San Juan, quizá a se refería a San Juan de los Lagos, pues justo por un lado pasa la vía del tren que, en 1880 se comenzó a construir y que iba a dar, justo a Lagos de Moreno, Jalisco. Quizá por allí pasaron algunos de los peregrinos que entonces le dieron la advocación, pero la cosa se complica cuando vemos que el nombre no era de San Juan de los Lagos, sino de San Juan Chihuahua. Lo de este otro nombre es fecha que no acabo de asimilar, mucho menos de aceptar. Los documentos mencionan barrio de Santa María, nada de Chihuahua.
Se cree que esta capilla se levantó en el último cuarto del siglo XVIII, esto debido a que allí era originalmente uno de los varios panteones de Salamanca, los cuales se localizaban junto a los templos. Sabemos que había panteón junto al templo de Nativitas, junto al Señor del Hospital, junto al Santuario de Guadalupe, todos ellos del siglo XVIII, ya entrado el XIX se ubicaría otro en San Antonio. Y, cuando cuando se exhumaron todos los restos que había en ese panteón a un lado de la capilla de San Gonzalo, la fecha más antigua que se encontró en las tumbas fue la de 1780.
En Salamanca, y en general en el estado de Guanajuato, presencia de la Orden de los Predicadores, es decir, de los Dominicos no la hubo, y fueron ellos quienes trajeron a México el culto a San Gonzalo pues el perteneció a esa orden religiosa. Una fecha concreta de cuándo llegó el culto de San Gonzalo o quién lo trajo a Salamanca, es un misterio.
Por costumbre le decimos San Gonzalo, pero él no fue santo, nunca fue canonizado, solamente fue beatificado. Su muerte ocurrió el 10 de enero de 1259 en plena Edad Media. Se le conoce como Gonzalo de Amarante por ser originario de ese pueblo y es allí en donde hay una Romería, a la usanza ibérica en el sentido de Iberia la península pues Amarante es en Portugal. "Esta es una fiesta emblemática. San Gonzalo, santo portugués del siglo XIII, fue consagrado por el pueblo como el santo casamentero, y su culto se asocia a la fertilidad. En Amarante, se mantiene la costumbre de que las mozas solteras abracen al santo y le pidan un marido. Se realiza, a la vez, una feria anual, un festival de folclor, un concurso de bombos, una corrida, un concurso pecuario, una verbena y fuegos artificiales". (Tomado de Lifecooler.)
Para nosotros, en México, y en buena parte del mundo católico, entendemos que el "santo casamentero" es San Antonio de Pádova y no San Gonzalo, ambos de origen portugués, por cierto San Antonio muere el 13 de junio de 1231, 28 años de San Gonzalo, pero uno estaba en Portugal, el otro en Italia, y nunca coincidieron.
Y ocurre, además, dentro de todo el misterio que hay en torno a San Gonzalo, que el no es santo, es solamente beato, su beatificación ocurrió en 1560, y fue el papa Pío IV quien le otorgó ese título de Beato, pero la causa no se siguió. La causa significa seguir todo lo que El Vaticano establece para llevar a una persona a los altares como Santo, en cambio lo que sí ocurrió fue que el 10 de junio de 1671 el papa Clemente X le otorga oficio propio, eso quiere decir que se le asignó una misa para él. Pero no fue canonizado. El misterio sigue, desconozco la razón.
Y sucedió que a México se introdujo con la idea, misma que hay en Portugal, de que siendo él un santo casamentero, al organizar bailes en los que muchachos y muchachas participaban de él, se conocían y luego se formalizaba un matrimonio. Y, siendo México un pueblo netamente festivo, la idea del baile pervive a nuestros días pues al santo se le suele bailar el día de su festividad, eso ocurrió este 10 de enero, como marca la tradición en la capilla de San Gonzalo en Salamanca, Guanajuato.
Esta vez había en el reducido atrio de la capilla un conjunto musical del tipo "norteño" y ellos tocaban y la gente bailaban, claro es que no en pareja, sin le bailaban al santo. Lo que no vi en esta ocasión era lo que la celebración al mediar el siglo XX marcaba en Salamanca: la venta de zanahorias, rábanos y lechugas que, en las huertas en rededor de la capilla de San Gonzalo había. Las huertas desaparecieron hace mucho tiempo, por lo tanto aquella arraigada tradición de comprar y comer lo que las huertas producían en el día de San Gonzalo, eso quedó en la memoria solamente. Yo recuerdo, siendo niño, ir a ver bailar a mi mamá ante San Gonzalo y luego salir a comprar lechugas, rábanos y zanahorias... tiempos ya idos.
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