sábado, 4 de abril de 2009

Encomiendas y Estancias

Templo de San Pedro y San Pablo en Jilotepec, allí existe un Cristo blanco, quizá esa sea la copia que se narra en la leyenda del Señor del Hospital.

Fue luego de la caída de Tenochtitlán que comenzó el reparto de tierras en la Nueva España. La zona comprendida de Veracruz a México era ya conocida, ya que por allí fue que Cortés entró a México, se habían logrado ciertas alianzas con algunos pueblos, como el tlaxcalteca que cansado del sometimiento tributario a la Gran Tenochtitlán se une a los españoles en contra de ellos, esto dio en buena medida, como resultado, la caída del Imperio Azteca.

Hacia el norte, y occidente se iniciaron las exploraciones, fue Nuño de Guzmán, quien en su carácter de Presidente de la Real Audiencia, luego de grandes enfrentamientos con Cortés, decide lanzarse en estas nuevas exploraciones. Con singular violencia arrasa con las poblaciones purépechas, continuando más al norte hasta llegar a lo que denominó "Conquista del Espíritu Santo de la Mayor España" y que en verdad obtuvo el nombre de Reino de la Nueva Galicia, asentando la capital en la que nombró Santiago de Galicia de Compostela. Con el paso del tiempo fue calificado como aborrecible y gran tirano. Su perversidad fue tal que se levantó juicio mismo que no le fue favorable y regresó a España esposado, muriendo años mas tarde en la cárcel.

Esto sucedía al sur de Xidóo con la presencia de Guzmán, mientras que, hacia el norte, en el actual San Miguel Allende, antes San Miguel el Grande, el paso de los conquistadores era rumbo a Zacatecas en busca de las preciadas minas de plata, mismas que encontraron además de Zacatecas, en Durango, San Luis Potosí y Guanajuato, dejando si opresión la zona del Bajío de inminente vocación agrícola.

El Encomendero fue claramente reconocido como un personaje que abusó de su poder hacia los indígenas y aprovechó el momento para hacer todo tipo de trinquiñuelas, evitar impuestos y no pagar el denominado "quinto real".

Las Encomiendas se habían ya establecido en la Nueva España, las cuales era la manea de someter a la población y mantener un control de las riquezas que alli se producían. Estas Encomiendas fueron entregadas de algún modo como botín de guerra, ya que fueron asignadas a cerca de 500 españoles que participaron en la guerra contra la Gran Tenochtitán. Una de ellas, de enorme extensión le es dada a Doña Marina, la Malinche una vez que se separa de Hernán Cortés, fue la de Jilotepec, cabecera del asentamiento otomí mas grande y que había sido ya sometido por los conquistadores, creando alianzas con ellos.

Es desde Jilotepec que se inicia la fundación de poblados españoles en lo que actualmente conocemos como El Bajío. Al ser las Encomiendas zonas de enorme tamaño, estas se dividen para un mejor contro en Estancias, las cuales además de tener una función agrícola, desarrollan la ganadería al contar con el terreno suficiente para pastizales.

En lo que actualmente es Salamanca existía ya en la segunda mitad del siglo XVI un pueblo de indios, denominado Xidóo no así un pueblo de españoles, pero sí una Estancia, la de Barahona, propiedad de Sancho de Barahona, personaje que participó junto a Hernán Cortés en la conquista de México y que luego se une a Pedro de Alvarado en la conquista de Guatemala, la cual abarca hasta lo que en la actualidad es Costa Rica. No es de extrañar que al leer sobre la historia Centroamericana encontremos muchas referencias de Sancho de Barahona, ya que fundó un buen número de poblaciones en esos lugares, mientras que su Estancia era atendida por su cuñado, Baltasar López Ledesma, quién tiene un encuentro con Ignacio Cardona, que venía huyendo de Jilotepec con la imagen del Cristo del Señor del Hospital.

Monumento a Sancho de Barahona, levantado en la plaza de Santa Catarina de Barahona en Guatemala.

Según el relato del Dr. Vicente Flores, es en Degñó (actual Cortazar) que se encuentran estos dos personajes, y es cuando Baltasar López Ledesma invita a Ignacio Cardona a refugiarse en la Estancia de Barahona. Este acontecimiento es muy entendible, ya que se menciona que Sancho de Barahona era el propietario de la Estancia, pero no habitaba allí, seguramente lo hacía en algun lugar de Guatemala, mientras que su cuñado atendía la Estancia.

Cabe mencionar que Xidóo era lo que actualmente conocemos como San Juan de los Cántaros y la Estancia de Barahona se ubicaba al oriente en la margen derecha del Río Madonté ("peligroso" en lengua otomí) ó Río Grande, como lo denominaron los españoles en un principio. Sería luego que cambia su nombre por el actual de Río Lerma.

3 comentarios:

  1. HOLA BUENAS TARDES

    TENGO UN PEQUEÑO LIBRO QUE ERA DE MI ABUELITA DONDE VIENEN UNAS ORACIONES QUE CASI NO SE PUEDEN LEER, PODRIAN HACERME EL FAVOR ENVIARME UNA COPIA?
    LAS HOJAS DICEN ASI:
    AL FRENTE DICE:
    CINCO MINUTOS A LOS PIES DE JESUS SACRAMENTADO
    EN LA PRIMER HOJA INTERIOR DICE:
    EL ALMA ATRIBULADA ANTE EL SAGRARIO
    Y EN LA ULTIMA HOJA DICE:
    COMUNION ESPIRITUAL
    Y JACULTORIA.

    SE LOS AGRADECERIA ENORMEMENTE
    DIOS LOS BENDICE

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  2. Hola! hace unos días llegó a mis manos una hoja de: CINCO MINUTOS A LOS PIES DE JESÚS SACRAMENTADO y trae una oración que ya no está completa, me pueden ayudar a completarla? Dice: EL ALMA ATRIBULADA ANTE EL SAGRARIO. Jesús bueno, Jesús compasivo, Jesús misericordioso, dueño de mi alma, mi consuelo, mi amor y el único encanto de mi vida. Veme aquí postrada a tus plantas, arrepentida y confusa, como llegaría el hijo a la casa de su padre... solo que hay algunas parte que por el tiempo ya no existen y me gustaría tenerla completa. Les agradeceré muchísimo.

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  3. Hola! intentando encontrar esta oración y tras el exito no obtenido, tube que transcribirle esta oración a mi madre, y como noté que la estaban pidiendo ps aqui se la dejo a "Joss" ojala la veas y te sirva :D

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    CINCO MINUTOS
    A los pies de
    JESUS SACRAMENADO

    EL ALMA ANTE EL SAGRARIO


    EL ALMA ATRIBULADA ANTE EL SAGRARIO
    Jesús bueno, Jesús compasivo, Jesús misericordioso, dueño de mi alma, mi consuelo, mi amor y el único encanto de mi vida. Veme aquí postrada a tus plantas, arrepentida y confusa, como llegaría el hijo a la casa de su padre.

    Soy un alma cansada y atribulada ¡Oh buen Jesús! Y solo a ti quiero. Solo a ti busco, solo en ti hallo mis delicias y mi bien. Tú, que fuiste en busca de la samaritana; Tú, que tantas veces me llamaste cuando yo huía de ti; tú que hasta ahora has sufrido y disimulado mis ofensas e ingratitudes, ¿me arrojarás de ti ahora que te busco?

    Señor, estoy triste, bien lo sabes; estoy abatida bien lo ves; el mundo me parece un árido desierto; me hallo en lúgubre oscuridad, continuamente turbada y llena de temores e inquietudes por mis pasados extravíos, te busco y no te encuentro, te llamo y parece que no me oyes, imploro tu misericordia, clamo a ti sin cesar y en cada instante se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Jesús mío, que no siento tu presencia? ¿Por qué te haces sordo a mis gemidos? Más no, no me cansaré ni el desaliento vendrá a entibiar el afecto que me impulsa hacia ti, ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que tú me llamabas y yo huía de ti y firme y será, a pesar de las tentaciones y de las dudas, confiaré en tu palabra con fe ciega, esperaré en ti con ilimitada confianza, te amaré con todo mi ser y seré tuya como lo fueron las Magdalenas y las Teresas, los Ignacios y los Franciscos.

    ¡Salvador mío! Dulce esposo, amantísimo padre y amigo incomparable! Cuando el dolor ofusque mi entendimiento y acongoje mi corazón, cuando los hombres me abandonen o miren con indiferencia mis penas, porque no las entienden, cuando el tedio o la desesperación quiera clavar en mi pecho su garra despiadada aquí en tu santa casa, el pie del sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerzas para luchar y vencer.

    No temas que cobarde te abandone. Cuando más lejos me sienta de ti mas te he de llamar y te buscaré y lloraré y gemiré hasta que vengas a mí y reines en mi corazón y yo te posea para siempre.

    Jesús mío, dadme humildad, paciencia, pureza, gratitud, amor… amor porque si llego a amarte deberás todas las virtudes y entrarán en mi alma con la caridad.

    Te dirijo una súplica ferviente por los que amo… Tú los conoces: tú conoces sus necesidades. Socórrelos generosa y eficazmente, te ruego por mis bienhechores temporales y espirituales; que la omnipotente bondad de tu divino corazón les premie lo que mi pequeñez y pobreza no pueden. Acuérdate de los pobres, de los huérfanos, de los tristes, de los enfermos, de todos lo que sufren y sobre todo convierte con tu gracia a los pecadores, para que te conozcan y amen.

    Adiós, Jesús de mi alma; tengo que alejarme durante el día, de tu sagrario; pero ahí te dejo mi corazón y quiero también llevarte conmigo durante este día y todos los de mi vida.


    COMUNION ESPERITUAL
    ¡Oh Jesús mío! Creo firmemente que estas aquí presente en la hostia consagrada, te adoro con suma reverencia desde lo intimo de mi alma y deseo recibirte dentro de mi pecho; pero ya que no puedo hacerlo ahora sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazón; yo deseo unirme a ti para siempre; no insistas que jamás me apartaré de ti. Amén.


    JACULATORIA
    Sea por siempre bendito y alabado el santísimo y divinísimo sacramento del altar.

    100 días de indulgencias una vez al día.
    Señor mío y Dios mío.

    (Siete años y siete cuarentenas cada vez que se diga mirando piadosamente la sagrada hostia durante la elevación de la misa o en la exposición)
    Se suplica un Ave María y un Padre Nuestro por una necesidad muy grande.

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