Han sido días intensos para mi. Adentrarme en un tema que medianamente conocía y que por la consabida "falta de tiempo" no le había dado la suficiente importancia resultó ser una especie de plataforma para de allí seguir incursionando más en lo acontecido en Salamanca durante la guerra de Independencia que bien lo podemos catalogar como "eslabón" entre el esplendor que hubo desde que se pobló por españoles hasta la crisis ocasionada por la revolución de 1810, para luego retomar su paso una vez esclarecidos un sin número de problemas de tenencia de la tierra, a partir de los convulsionados tiempos previos a la Guerra de la Reforma. Haciendas y ranchos se vieron inmersos en un problema de inseguridad de tal dimensión que muchos de ellos fueron abandonados, otros incendiados, y otros apoderados por las huestes de quien menos podríamos pensar: los realistas.
No me salgo del tema y enfilo a lo que hoy nos ocupa: esclarecer la fecha en que María Tomasa Estéves fue ejecutada pues encuentro una discrepancia, nada del otro mundo, tan solo un día, y dos personas; pero, a sabiendas de que las pequeñas imprecisiones al paso del tiempo van creando dudas en la veracidad de los relatos, creo prudente las aclaremos.
Todos en Salamanca sabemos que María Tomasa Estéves fue fusilada, se dice que junto a dos personas más, otros han dicho que tres. Se dice que ella pidió unos alfileres para colocárselos en las enaguas y evitar que al caer mostrara las piernas, detalle que me parece exagerado pues, independientemente del pudor, creo que a la hora de estar en el paredón de fusilamiento hay mejores cosas en que pensar en esos cruciales momentos y no en si se muestran o no los calzones. Se ha dicho que era bella, que era seductora y, para no seguir abultando el saco de mentiras, diré que en torno a ella se han tejido no mil, pero al menos una media docena de fantasías, todas basadas en lo anotado por Iturbide en su Diario Militar, y por él mismo en el reporte que envió al virrey Calleja y que se publicó en la Gazeta del Gobierno de México.
Se dice que luego del fusilamiento se le cortó la cabeza y ésta fue colocada en una estaca en algún lugar de la Plaza principal, se dice que el paredón estaba localizado a un lado del Templo del Hospital, ese que conocemos ahora por Expiatorio. Lo que no se dice es quién le cortó la cabeza, por cuánto tiempo estuvo expuesta, no sabemos quién la bajó, en fin, hay una enorme laguna que envuelve todo el hecho en un manto de misterio. Lo único que sabemos es lo anotado por Iturbide:
Dice la Gaceta del Gobierno de México: “...Se fusiló también al mismo tiempo a María Tomasa Estéves, comisionada para seducir la tropa, y habría sacado mucho fruto por su bella figura, a no ser tan acendrado el patriotismo de estos soldados...”. Esto del "al mismo tiempo" dio paso para la confusión de que si dos, de que si tres los fusilados junto a Tomasa. Todo indica que ella fue fusilada sola.
Escribe Iturbide en su Diario Militar:
“Viernes 5 de agosto de 1814.- Fueron pasados por las armas los tres reos aprendidos en Valtierra; y como por sus declaraciones se averiguó que una mujer de esta vecindad ha sido la principal agente de procurar la deserción de los patriotas que escandalosamente se ha verificado en el mes anterior, después de aprehendida y sustanciado su proceso, mandé que se pusiese en capilla para que se le aplique la pena ordinaria, en castigo de tan enormes delitos y para escarmiento de las de su sexo.
“Martes 9 de agosto.- Fue pasada por las armas la mujer seductora, cuya cabeza se ha puesto en la Plaza Pública”.
Aquí ya aclaramos que los tres reos fueron fusilados un día y Tomasa en otro, pues, gracias a las declaraciones que hacen de ella se organizaron en su búsqueda y las consecuencias ya las sabemos. Aparece aquí lo de la cabeza, pero, siendo Iturbide uno de los aduladores más grandes que hubo en las tropas realistas, no es de dudar que muchos de sus textos, de sus reportes, de sus partes militares enviadas al virrey eran del tipo: "para quedar bien con el jefe".
Así pues, vemos que Iturbide anota que el viernes 5 de agosto de 1814 fueron pasados por las armas tres personas, en la Gaceta se anotarán sus nombres: Miguel Yáñez, José Esquivel y Eustaquio Hernández. Se sabrá luego (desconozco la fuente) que dos eran soldados desertores y el otro un "paisano". Sí eran soldados, de seguro conocían sus nombres. Difícil sería saber el del paisano.
Al ver el registro de defunción en el Libro Parroquial leemos, en primer término, la palabra "ajustisiados" eso se ve en la imagen de arriba, luego anotarán los nombres, de los tres juntos en un sólo registro: Miguel Yáñez, José Cornelio Esquivel y Toribio Prieto. No aparece el que Iturbide notifica al virrey: Eustaquio Hernández. Al revisar los registros previos y posteriores, no aparece ningún Eustaquio Hernández. ¿Error de dedo? más bien creo es un error de reporte, de los muchos que Iturbide recibía.
Este es el registro completo de los tres ajusticiados. Y hay un detalle más, la fecha anotada es del 6 de agosto, y no la del 5 como lo dice Iturbide. Ahora bien, dando credibilidad a todo, quizá el ajusticiamiento fue, efectivamente el 5, y hasta el día siguiente fue el Cura notificado y esa sea la razón.
Pero las cosas no quedan clara en la defunción de Tomasa Esteves que ahora estamos viendo. Allí dice que ocurrió el 8 de Agosto, Iturbide la anota el 9, al día siguiente. Dice que fue enterrada en el panteón del Hospital, pero no hay la palabra clave de "ajusticiada". Habrá que investigar aun más al respecto...
Dicen que era bella... ¿qué tan bella habrá sido Tomasa Estéves?
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