De lo mucho que se ha dicho y poco estudiado, de la historia antigua de Salamanca, hay un dicho con el cual nunca he estado de acuerdo, por un lado el que el nombre que en la segunda mitad del siglo XVI en una congregación de otomíes era el de Xidoó, por el otro de que recibe el nombre de San Juan Bautista Xidoó por haber sido fray Juan Bautista Moya el que vino a evangelizar esta zona. Lo primero, lo del nombre Xidoó no acabo de aceptarlo porque en las pocas referencias cartográficas que hay de la época, en ninguna se menciona comunidad que lleve ese nombre. La otra, lo del fraile agustino conocido por el mote o título de "Apóstol de la Tierra Caliente", de haber andado por acá, no se hubiera limitado a evangelizar solamente esta comunidad, y, lo más seguro es que hubiera pasado por Yuririapúndaro, en donde existía una fundación de su orden y por Iripuato, que era la única congregación de españoles en la zona.
En la merced de fundación que otorga el Virrey, conde de Monterrey el 16 de agosto de 1602, hace referencia de que la nueva villa de españoles se ubique en el Rincón de Alonso, que para entonces ya se le conocía con el nombre de Rincón de San Bartolomé, y Surummutaro, de haber existido una congregación de nombre Xidoó, creo que se hubiera mencionado en el documento como punto referencial y eso no ocurre. El Apóstol de la Tierra Caliente estuvo un tiempo en Tacámbaro, otro en Valladolid, su salud no era del todo buena, por lo que no creo se hubiera aventurado a evangelizar en tierras desconocidas para él en lo que hoy es el Bajío de Guanajuato. Quizá la confusión creada en torno a él se deba a que por el rumbo de lo que hoy es la laguna de Yuriria había un poblado de nombre Sirándaro y, efectivamente, fray Juan Bautista Moya fundó un Sirándaro, pero en la Tierra Caliente. La confusión se acrecenta en la Goegrafía Histórica de la Nueva España de Peter Gerhard, la poner en duda el nombre que tenía la región en dónde se levantaría la villa de Salamanca, al escribir: Barahona o Sirándaro.
La siguiente es una biografía corta del fraile agustino que, sin caer en detalles, nos dice de las fundaciones que hizo y de los sitios por los que pasó, sin mencionar siguiera algún punto del Bajío guanajuatense:
"Misionero y religioso, fundador de Pungarabato. De la orden de los religiosos agustinos, pasa a la historia como el “Apostol de la Tierra Caliente”, fundador de la mayor parte de los pueblos de la región, pero sin duda el pueblo clave, el punto estratégico para su misión pastoral, lo es, Pungarabato. Hijo de los hidalgos españoles, Jorge de la Moya y Tomasa de Valenzuela, nace en Jaén de Andalucía, España, el 24 de junio de 1504, descendiente de la Casa Solariega de la Villa de Moya. Fue criado en buenas costumbres y en buena doctrina, donde aprendió latín, griego, idiomas en los que era elocuentísimo. ES descrito como varón apuesto, mediano en estatura de cabeza señera, cabello rizado, frente amplia y despejada, rostro ovalado, ojos grandes y zarcos, cejas pobladas y bien arqueadas, nariz recta y levemente aguileña, boca pequeña de finos labios y tez blanca de mejillas sonrojadas. Sus biógrafos lo definen como hombre de clara inteligencia, memoria feliz, voluntad dócil para el bien e inquebrantable ante el mal, corazón sencillo y afectuoso, palabra fácil y juiciosa, voz bien timbrada; cordial, comunicativo, entusiasta, generoso, leal, sincero, prudente, comedido, cortés activo, diligente, más inclinado a lo práctico que a lo especulativo, modesto, benigno y de una simpatía arrebatadora".
"Es ordenado por fray Tomás de Villanueva prior del convento agustiniano un 23 de diciembre de 1521. Empieza a profesar el día de navidad de 1522. Reanuda estudios de filosofía y teología durante un sexenio. Cubre la especialidad en teología positiva y moral y sagrada escritura. Evangeliza a los pobres de las parroquias rurales de 1530 a 1533. En compañía del beato Alonso de Orozco de 1533 a 1536, continúa con su vocación. Se embarca a América en 1536 a las órdenes de fray Juan Francisco de la Cruz. Establecido en México, se ocupa de enviar una pintura de la Virgen de Guadalupe a la catedral de Jaén. Tras permanecer 6 meses en la capital virreinal parte a las tierras tropicales de Chilapa, acompañado de fray Agustín de la Coruña. Después de obtener autorización se lanza a los campos vírgenes en pos de su misión evangelizadora. De 1537 a 1543, evangeliza una vasta región bajando de Tlapa por el oriente, surgen las comunidades cristianas de Teotepec, Zapotitlán, Patlicha, metlatonoc, Quetzalapa, Miahuicinapa, Acapulco, Atoyac, Tecpan, Petatlán, Quetzalapa, Miahuichinapa, Zihuatanejo, Petachalco y Zacatula, y luego por la vertiente del Balsas, Ajuchitlán, Teololapan, Totoltepec, Xochicalco, Tetela, Huatla y Tlacotepec. En cada comunidad levanta una iglesia, según la capacidad del pueblo por él formado, y en los mayores funda también, escuelas y hospitales".
"De 1543 a 1553, hace vida conventual, siendo electo Prior del Convento Máximo de México en mayo de 1543. Es reelecto prior el 4 de mayo de 1545; va a las misiones como prior de Huachinango, Puebla, en la Huasteca se junta con su compañero el célebre fray Antonio de Roa. Renuncia al priorato y pide autorización para misionar la tribu Otomí, recibiendo respuesta favorable a principios de 1546, predicando desde entonces hasta la pascua de 1551, establece la doctrina de Zempoala con varias visitas alrededor, misión donde logra la docilidad de la raza hosca, altiva y escurridiza, enseñándoles además, a labrar la tierra. En 1551 es electo Definidor junto al provincial fray Jerónimo de Santiesteban. Retorna a México como consejero y ahí se enferma de angustia, quizá al sentirse oprimido por las calles citadinas, extrañando el medio serrano. Parte en diciembre de 1551 a Valladolid".
"Sobre la llegada de fray Juan Bautista Moya y Valenzuela a la Tierra Caliente, existen dudas, en tanto que el padre Nicolás P. Navarrete, en su Historia de la provincia agustiniana de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, indica que la entrada de fray Juan Bautista debe fecharse para el tiempo pascual de 1554, algunos otros estudiosos señalan que para marzo de 1553 se encuentra en Tiripitío, tomando después Pungarabato como centro de sus afanes misionales, otros autores plantean la llegada de Moya en 1552. Respecto de su misión evangelizadora en la Tierra Caliente, el padre Navarrete la divide en dos ciclos; el primero hacia los años 1554 a 1560, iniciando en Ario de Rosales, donde crea el Centro Misional de la Huacana; después se carga hacia occidente por la Cuenca del Tepalcatepec, organizando Zicuirán, Parácuaro, Santa Ana de Amatlán, Buenavista, Tomatlán, Apatzingan, Tepalcatepec, Coacolmán y Aguililla".
"El segundo ciclo se va de 1560 a 1567, su misión se caracteriza por ser más fecunda y más heroica. Su partida de Tacámbaro se da el lunes 2 de junio de 1560, emprendiendo su ruta por la margen izquierda del río Tacámbaro, y el primer pueblo importante que fundó por ahí fue Turicato, obra que le llevó un año. Para mediados de 1561, se encuentra en la región sureste en los límites de Michoacán y Guerrero. Establece su cabecera misional en Pungarabato, pueblo al que funda antes que a los demás; de 1562 a 1563, surgen Carácuaro, Nocupétaro, Huetamo y San Lucas. De 1564 a 1565 recorrió evangélicamente toda la cuenta del río Balsas hasta su desembocadura en Costa Azul, fundando muy al principio muy al pueblo de Zirándaro, que le fue tan querido. Por la costa sur estableció centros de cristiandad hasta Coahuayana, regresa tierra adentro y levanta los pueblos de Aquila y Aguililla. Después baja a la mar, llega a Zacatula, dejando de paso organizados la cabecera y varios poblados de la actual Villa de Arteaga. De Zacatula se dirigió a Pugarabato para después marchar a Zirándaro por algunos meses, librando al pueblo de las desastrosas inundaciones que lo asolaban. De 1565 a 1567, se establece definitivamente en Pungarabato, ya que fue el último de su existencia misionera".
"En 1567 es notificado por fray Juan Medina de Rincón de la entrega de las misiones a Antonio de Morales, ordenándose su cambio a Tacámbaro. Ya enfermo renuncia al priorato y solicita parar el resto de su existir en Valladolid, a donde es trasladado en noviembre de 1567 por los mismos indios en una camilla tejida de mimbre en estado deplorable de salud. Muere un sábado de las témporas de adviento, 20 de diciembre de 1567, con cerca de 64 años y 46 de hábito".
"En conclusión, la mayoría de los historiadores coinciden en que Pungarabato es el principal centro misional de fray Juan Bautista Moya en la región de Tierra Caliente, pueblo que funda antes que a todos. El Dr. J. Guadalupe Romero en su obra La estadística del obispado de Michoacán en la página 142, refiere que fray Juan Bautista Moya, escogió Pungarabato como centro de sus misiones, enseñando la religión, las letras y las artes, abrió caminos, fundó el hospital de La Concepción y planteó una escuela de música y coro en cuya labor le ayudaron unos catequistas que llevó de Tacámbaro, fincó, asimismo, convento e iglesia con paredes de cal y canto –una de las mejores, según refiere, el autor- cubierta con una enorme tijera, cuyas maderas trajeron los indios en hombros desde partes muy remotas; hecha la iglesia, trazó la plaza, calles y solares a la manera con que estaban trazadas las de Tiripitío. Fray Juan Bautisma Moya y Valenzuela, fundador de Pungarabato y último apóstol de la Tierra Caliente de Guerrero y Michoacán". (1)
Así pues, el que fray Juan Bautista Moya haya obtenido, al poco de su llegada a Nueva España, autorización para misionar en la zona otomí, no quiere decir que la anduvo toda y mucho menos en la zona de peligro y de enfretamientos continuos con los pueblos de la Gran Chichimeca, el documento menciona solamente a Cempoala, eso es por el rumbo del actual Estado de México, nada se dice de su andar por el Bajío, y su presencia es tan fuerte en la Tierra Caliente que, prácticamente, todas los pueblos por él fundados están dedicados a San Juan Bautista, una razón más para seguir confundiendo la idea de que San Juan de la Presa fue fundación del padre Moya. Dudo que él haya pasado por estos rumbos, más aun, que haya hecho una fundación.
Aquí descansan los restos de Fray Juan Bautista Moya, en el Templo de San Agustín en Morelia. Al fraile, hace mucho se le inició la Causa para elevarlo a los altares, pero solamente ha llegado al segundo nivel, el de
Venerable. Y, ahora que lo pienso a profundidad, en caso de que hubiera él estado en eso que insisten en llamar Xidoó, creo que en el templo agustino de Salamanca se le hubiera colocado, al menos, una placa.
Fuente:
1.- Espinoza Quiróz, José de Jesús; Arias Catillo, Víctor Manuel. Monografía del municipio de Pungarabato. H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Guerrero.Chilpancingo, 2002 pp. 159-164