miércoles, 6 de marzo de 2013

La influencia de Jilotepec en Salamanca, la antigua Xidóo.

    Decir que Jilotepec tuvo gran influencia en Salamanca es poca cosa, en realidad la influencia fue en todo Guanajuato... en Querétaro también. Al adentrarnos en la historia de Jilotepec vamos viendo como su presencia va creciendo rumbo al norte, una vez que se iba abriendo el Camino Real de Tierra Adentro, los ñhañus iban siendo desplazados a congregaciones norteñas, una de ellas, -se dice-, fue la que llevó por nombre Xidóo, ubicada en la margen norte del río Madonté o Grande en lo que ahora conocemos como San Juan de la Presa. Al leer sobre los orígenes de las encomiendas en Jilotepec, sobresale un nombre bien conocido en Salamanca, el de Juan de Cuéllar.

    "Hernán Cortés, una vez consumada la conquista, realizó los primeros repartos de encomiendas entre sus campitanes y soldados como recompensa a los servicios prestados en la conquista de México-Tenochtitlan. El primer "tenedor" de la encomienda de la provincia de Xilotepec  fue el conquistador Juan Jaramillo, esposo de la célebre Malintzin, "la Malinche" o Doña Marina. Algunos autores afirman que tal encomienda había sido dada en un principio, en partes, a Hernando de Cantanilla, Francisco de Quevedo y Juan Nuñez Sedeño, pero como no tomaron posesión de ella se entregó la misma a Jaramillo. Lo cierto es que, de las 253 encomiendas que existían en la mesa central, según la relación que consta en los libros de gobernación de la Nueva España de 1564, la de Xilotepec era "de muy buen repartimiento", tanto por su extensión como por el número de pueblos que comprendía.

    "Como era costumbre entre los encomenderos, Jaramillo nunca residió en el pueblo de Xilotepec, ni menos Doña Marina, a quien se había dado otra encomienda por el rumbo de Oaxaca. De este matrimonio nació la hija única, llamada María Jaramillo. Un año después del fallecimiento de Doña Marina (1531), Juan Jaramillo contrajo segundas nupcias con doña Beatriz de Andrada, mujer rica y distinguida de la ciudad de México, los cuales no procrearon hijo alguno. A la muerte de aquel (1550), quedó como encomendera de Xilotepec la viuda de Jaramillo, quien se unió en nuevo matrimonio con Francisco de Velasco -medio hermano del segundo virrey e Nueva España- adjudicándose a éste las dos terceras partes de dicha encomienda.

   "La encomienda de Xilotepec fue objeto de varios litigios ante la Audiencia de México, por los derechos imprecisos que sobre la posesión de los pueblos encomendados pretendían tener tanto Luis Quezada, esposo de María Jaramillo, como Beatriz de Andrada. El pleito pasó al Consejo de Indias, con sede en España, resolviéndose que la mitad de la encomienda se entregaría a Quezada y la otra a Doña Beatriz de Andrada como heredera de los bienes de su marido. El matrimonio Quezada continuó en posesión de la encomienda hasta 1604. No habiendo sucesión alguna, la parte que correspondía a la viuda de Velasco pasó más tarde a Pedro Cadena, hasta su extinción por la incorporación definitiva de dicha encomienda a la Corona Española"

    "Las encomiendas, en principio, no conferían a su tenedor la propiedad de las tierra de los pueblos encomendados, pero con el tiempo, ya fuera por medios violentos o argucias legales, los encomenderos se apoderaron de las mejores tierras que pertenecían a los nativos y en el caso de Xilotepec, Jaramillo y sus descendientes Luis y Pedro Quezada se preocuparon, más que por la catequización de los encomendados, para acaparar enormes superficies de tierra, establecer grandes extensiones y extensas estancias de ganado, así como imponer pesados tributos y extenuantes servicios personales.

   "Este acaparamiento de tierras tiene su origen en las "mercedes reales" (títulos sobre tierras que el rey concedía gratuitamente), otorgadas a los encomenderos como Juan Jaramillo, quien, en la provincia de Xilotepec, entre 1542-1545, recibió varias estancias. Lo mismo sucede con Jerónimo Ruiz de la Mota, encomendero del pueblo de Chiapa (Chapa de Mota), Alonso de Villa Seca, Gonzalo Cuadrado Jaramillo, Cristóbal de Benítez y Juan de Cuéllar y otros que, sin ser encomenderos, recibieron en esa provincia mercedes reales. Todas las grandes extensiones de tierras que poseyeron en Xilotepec los encomenderos derivaron tanto de las mercedes reales como de compras ilegales de predios y de las famosas composiciones, consistentes en el apoderamiento y despojo de las tierras del pueblo de Xilotepec.

    "Los primeros repartos de tierras que entre sí se hicieron los conquistadores, sin consentimiento de los monarcas, fueron confirmados más tarde por éstos. Así adquirieron un carácter legal los primeros actos de apropiación privada de la tierra, realizados en nuestro país a raíz de la conquista española. La peonía y caballería representaron los primeros repartos de tierra. la primera fue una porción de tierra asignada a un soldado de pie. La caballería constituía una porción territorial correspondiente a cinco veces una peonía, la cual fue asignada a los soldados de caballo. Con el tiempo, estas superficies sirvieron como medidas agrarias.

   "En 1589 quedaron fijadas definitivamente las medidas agrarias, representadas desde entonces por: caballería de tierra (42 hectáreas y fracción); fanega de sembraduría de maíz (3 hectáreas y fracción); sitio de ganado mayor (1,755 hectáreas y fracción); criadero de ganado mayor (438 hectáreas y fracción); sitio de ganado menor (780 hectáreas y fracción); criadero de ganado menor (195 hectáreas y fracción).

   "Las anteriores medidas estuvieron vigentes hasta finales del siglo pasado (XIX) y, en el presente, todavía son consultadas". (1)

Fuente:

Huitrón Huitrón, Antonio. Jilotepec. Ayuntamiento ConstitucionJilotepec de Molina Enríquez. Sin fecha de publicación.

2 comentarios:

  1. Tuvieron luis y pedro de Quetzada jaramillo descendientes?

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    1. Marione, todo indica que no hubo descendencia. En el portal oficial de Jilotepec encuentro que: "Luis de Quezada, esposo de María Jaramillo, peleó la posesión de la Encomienda a Beatriz de Aranda, llegando el litigio hasta el Consejo de Indias en España, que resolvió otorgar a cada personaje la mitad de la Encomienda. Tiempo después, ante la falta de sucesión, la Encomienda pasó a Pedro Cadena hasta su extinción, pasaría luego a manos de la Corona española.

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