1882, año en el que estaba el pleno auge de las construcciones de estilo Neoclásico es la fecha que vemos en la parte alta de la fachada de la Parroquia de Santa María en la población de Amealco, Querétaro. Al centro arriba de la ventana que ilumina al coro vemos una delgada silueta, es la de Nuestra Señora, la Virgen María.
Sorprendente es encontrar en un pueblo tan tranquilo y de clima más bien fresco, un templo en cuyas características resalta la fuerza de la sencillez de la línea que, sin mayores decorados, esculturas o monumentales lienzos nos dejan entrar en esa comunión, tan necesaria, que necesitamos entre cuerpo, alma y espíritu. Aquí creo que sí la hay.
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