El tema del Segundo Imperio Mexicano, ese que encabezó Maximiliano, nos ha dado material para ir tejiendo muchas historias, algunas de ellas basadas en fantasías, otras exagerando la nota, unas más sobre detalles no conocidos tanto de su vida como de lo ocurrido en su estancia en México. Y es precisamente de una de esas historias que hoy tratamos en este espacio que si bien no ocurre en Salamanca, sí sucedió en las cercanas Irapuato y Guanajuato capital.
Sabemos que hace siglo y medio en agosto 25 llegó el Emperador a Salamanca, que fue recibido por los rumbos de Valtierrilla y escoltado hasta llegar a la casa del señor cura, don Luis Saavedra y hospedado allí, luego de tres días partiría para Irapuato para luego visitar Guanajuato y llegar a su objetivo: estar presente en en 64º Aniversario del inicio de la guerra de Independencia en Dolores, pero ocurrió que la noche anterior a su partida de Salamanca el Emperador se sintió mal, a Irapuato llegaría en peores condiciones y hubo la necesidad de esperar al médico real para que lo revisara, su estancia en Irapuato se prolongó más de la cuenta, incluso hubo la necesidad de cambiar la ruta de su viaje para cumplir con su objetivo de estar presente el 16 de Setiembre en Dolores, de ese modo, sale de Irapuato por la que entonces era la "via corta" llega a la Hacienda de Doña Rosa en Salamanca, entonces propiedad de uno de los notables de Guanajuato: Pedro Belauzarán, allí come y sigue a la Hacienda de Cerrogordo en donde se hospeda. Al día siguiente continua a San Miguel para llegar a Dolores y cumplir con su objetivo. En la que fuera la casa del cura Hidalgo pronuncia un emotivo discurso.
El Emperador haría una entrada cuasi triunfal a Guanajuato el 17 de Septiembre de 1864, varios días estaría en la ciudad visitando las minas, escuelas y la cárcel, luego regresaría a México. Agradecido y seguramente impresionado por todo lo ocurrido en el estado de Guanajuato durante su visita, Maximiliano I de México manda traer de Florencia tres fuentes, llamadas "de los Delfines", y las obsequia a Guanajuato, una de ellas va a Irapuato, sitio en el que S.M. pasó más de una semana enfermo.
Sobre las fuentes hay tejida ya una historia y varias leyendas. La historia ya te la conté, y de sus leyendas está una que dice que no fueron tres sino dos las fuentes obsequiadas, hay otra que dice que la tercera fuente fue a parar a casa de uno de los principales de la ciudad de Guanajuato. Y a ello agregamos esto que ahora vemos: la fuente que bien podemos catalogar de "imperial" durante algún tiempo estuvo contenida en el Mercado Aquiles Serdán de Irapuato.
Según lo podemos apreciar en esta serie de fotos, vemos, por un lado que la fuente de Guanajuato es de esos monumentos "itinerantes", primero estuvo en la Plaza Mayor, luego pasó al Baratillo. Y esta de Irapuato, no logro identificar bien su ubicación original que es en la tercera foto de esta serie, todo indica que el mercado creció, la fuente no fue movida y quedó dentro del área techada, para luego, antes del Plan Guanajuato de 1964, cuando se hizo la remodelación del centro de Irapuato, la fuente quedó en el mismo sitio pero integrada a la plaza monumental que integraba los portales (actual Sears) con el nuevo Mercado Municipal y el templo de la concepción, actual Catedral de Irapuato.
Vemos, del lado izquierdo, los portales que pertenecieron al Hotel Rioja, para entonces, años cuarenta (nótese el anuncio de los cigarros Argentinos del lado derecho) la fuente estaba en el lugar en que actualmente la podemos admirar.