lunes, 29 de julio de 2013

1943: Algunos registros de oficios varios en Salamanca, Guanajuato.

    1943 y, en general toda la década de los años cuarenta del siglo XX fueron años difíciles, el mundo estaba en guerra, en México el movimiento Bracero iniciaba y cientos de personas se iban a trabajar a los campos de los Estados Unidos. Aquí en Salamanca el Ayuntamiento era encabezado por don Carlos Espinoza Partida quien, entre otras cosas, fue el encargado de construir un mercado municipal, el primero que como tal hubo en nuestra ciudad y que se localizaba frente al templo de San Agustín en eso que ahora conocemos como la Plazoleta Hidalgo. Algo que se implementó en esta administración fue el registro con fotografía de varios de los oficios que entonces se ofrecían, tales como el de Cargadores, Boleros, Ministros de Culto Religioso, Aguadores, e, incluso, de locales que contaban con Sinfonola.

   Si eres de aquellos que gustan de las cosas viejas, del pasado, de las antigüedades, seguramente encontrarás interesante las fotografías que aquí te comparto.























viernes, 26 de julio de 2013

La imagen tocada de la Virgen de Guadalupe en su Santuario de Salamanca, Guanajuato.

   Encuentro un dato que me parece excepcional para todos quienes vivimos en Salamanca y gustamos de la Historia y el Arte. Podemos ahora afirmar que la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es una que, independientemente del valor que, como imagen religiosa tiene, su valor artístico es aun mayor dado que entra dentro de la categoría de vírgenes tocadas promovidas a mediados del siglo XVIII. Sucedió que Nuestra Señora de Guadalupe fue jurada patrona de la ciudad de México en 1737, diez años después, en 1747 fue nombrada Patrona de toda la Nueva España.


  "Fue en aquél año en que se mandó a que en los calendarios eclesiásticos se señalara el 12 de diciembre como fiesta de precepto, "hasta que la Santa Sede Apostólica no conceda oficio y misa propios". Benedicto XIV  fue quien, en 1756, oficialmente sancionó estas peticiones, a la vez que otorgó los usos litúrgicos propios que se habían requerido para Guadalupe. Pero el culto comenzó a salir de México, pues en 1743 se había producido la Real Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe de México, cuyo primer firmante fue el rey Felipe V de España". (1)


  La autora de este texto anota la fecha de 1756 como oficial para el oficio propio a la Virgen de Guadalupe, pero la mayoría de los autores lo anotan como 25 de abril de 1754 y fue cuando el Papa mencionado expresó aquella frase que se volvió lema de la Guadalupana: "Non fecit talier omni nationi", tomada del Salmo 147.20, esto cuando la vio, por cierto, era la primera vez que la imagen de Guadalupe se conocía en El Vaticano y fue precisamente una copia realizada por el pintor mexicano que se volvió el mejor copista de la venerada imagen: Miguel Cabrera de quien vemos su autorretrato en la imagen.


  "El 30 de abril de 1751, otro grupo de pintores vuelve a examinar la pintura. Entre ellos se encuentra el conocido pintor mexicano Miguel Cabrera, transcribimos lo que se ha escrito sobre aquel examen: "..."en compañía de José de Ibarra, Patricio Morlete Ruiz y Manuel Osorio, que entonces figuraban entre los pintores de más crédito, pudo estudiar detenidamente, sin el embarazo del cristal que la cubría, la imagen de la Virgen del Tepeyac (...) el 15 de abril del año de 1752, Cabrera, ayudado por José de Alcíbar y José Ventura Arnáez, hizo tres copias de la Guadalupana. Arnáez escribe que la primera fue para don Manuel Rubio y Salinas (Arzobispo de México de 1748-1765); la segunda para el Padre Juan Francisco López, de la Compañía de Jesús, quien estaba para marchar de Procurador a Roma, en donde presentó al papa Benedicto XIV (esta pintura se encuentra actualmente en la Capilla del Pontificio Colegio Mexicano en Roma), y el tercer lienzo es el que 'Vmd. -dice Arnáez a Cabrera- mantiene en su casa para beneficio de que se logren otras copias por la que salió la original". (2)

  Con todos esos antecedentes pasaba algo sumamente curioso en toda la Nueva España, esto era que cada población, ciudad o villa, quería tener un templo dedicado a la veneración de Nuestra Señora de Guadalupe. Franciscanos y Jesuitas se habían avocado a difundir su culto. La villa de Salamanca no sería la excepción y en el último cuarto del siglo XVIII la capilla que había sido levantada en honor a San Juan Nepomuceno, santo, por cierto, muy asociado a los Jesuitas sin que él haya pertenecido a esa orden; fue cambiada su dedicación a la virgen de Guadalupe, creándose así el Santurario de Gaudalupe en la Villa de Salamanca.

   Este es San Juan Nepomuceno, una imagen que se encuentra en la Parroquia de la Asunción en Lagos de Moreno, Jalisco. Aquí en Salamanca existió una imagen a él dedicada pero se desconoce cual sea su paradero. Estaba en lo que era su capilla, la que fue transformada en Santuario Guadalupano. Y algo que sí podemos apreciar en la actualidad es una obra de arte excepcional, una de las llamadas "tocadas" que adquieren una relevancia e importancia especial.

  Para esa segunda mitad del siglo XVIII si de algo hubo demanda en exceso, estas fueron imágenes de la Virgen de Guadalupe, los más pudientes pudieron hacerse de las más costosas que había, pues eran consideradas copias files: las de Miguel Cabrera, los que no tenían los fondos suficientes para hacerse de una copia, lo más fiel posible, acudían a pintores de precios más accesibles pero que igual estaban autorizados para realizar copias "fieles". Tal es el caso del pintor, posiblemente queretano, Ignacio Rivas Estrada. Es así como sabemos ya con certeza que en Salamanca existen una imagen Guadalupana tocada en su Santuario, el dato nos lo confirma don Pedro González en un libro que nunca ha sido publicado y cuyo manuscrito es un verdadero tesoro para Salamanca. Es por esta razón que me atrevo a transcribir todo lo escrito por él relacionado al Santuario de Guadalupe.

  "Alguien ha dicho que "los pueblos se forman al rededor de una cruz. Sus recuerdos, sus santos, aspiraciones que se vinculan en el tiempo". Pues bien, nuestros indígenas antepasado, observando en parte las mismas leyes y costumbres de los pueblos cristianos, levantaban en cada barrio un templo o una capilla cuando menos. En el barrio de San Juan Nepomuceno, nombre con que fue designado éste, casi desde la fundación de la Villa, se levantó una capilla en la cual se le daba culto al Santo del nombre que lleva el barrio. Ya en el siglo XVIII fue dedcada la capilla de San Juan Nepomuceno a la Santísima Virgen de Guadalupe; a la sazón era Obispo de Michoacán el Illmo. Sr. Dn. Fray Antonio de San Miguel. Cuyo Gobierno fue desde el 15 de diciembre de 1783 hasta el 16 de diciembre de 1804.

  "El V. R. de N. Sra de Guadalupe que hoy se venera en su Santuario, fue tocada a su original a devoción del Br. D. Luis María Fernando de Cos y León por mano del R. P. Fray Antonio de San Juan Bautista, carmelita descalzo; y quien lo ejecutó fue el Br. D. Cristóbal de Medina, Sacristán Mayor de la Colegiata de la Santísima Sra.; siendo testigos al verla tocar el Sr. Lic. D. Francisco Ruiz Castañeda. canónigo de la referida Colegiata, el Sr. Dr. Gorostiaga; el Sr. D. José Garaicochea y el Dr. D. Manuel Villaseñor el día 23 de octubre del año de 1791. Al calce del hermoso cuadro de la Sma. Virgen, está el nombre de: Ygnacio Rivas Estada. Es de suponerse que fue quien la pintó.

  "En la Sacristía de éste Santuario se conserva un retrato del Br. Ygnacio Muñoz de Ahumada, clérigo Pbro. capellán que fue de éste mismo templo. Nació en Guanajuato el día 31 de julio de 1769 y murió en la misma ciudad el día 7 de diciembre de 1826. Quizá fue el primer capellán que hubo en dicho Santuario.

  "Después de algunos años se pretendió fabricar al lado izquierdo del templo actual, y en el amplio solar o cementerio, otro templo de la Santísima Virgen de Guadalupe; los cimientos fueron abiertos y se levantaron nada más a flor de tierra. Este templo iba a ser amplísimo, quizá tan grande o más que el templo nuevo del Señor del Hospital. = No hay memoria o noticia que se diga a que capellán tocó empezar aquel templo que no pudo llevarse a debido efecto. Solo se sabe que unos señores Santana, empezaron los cimientos de dicho templo.= Se supone que en esto haya tenido parte el Sr. Pioquinto Olvera, quien tuvo bajo su cuidado mucho tiempo el Santuario; a él se le atribuye que quitó todo el techo de vigas que tenía el templo, sustituyéndolo con las bóvedas que hoy tiene.

  "El capitán d. Cayetano Martínez (español) fue otro de los benefactores del Santuario de Guadalupe  pues también tomó mucho empeño porque se fabricaría el nuevo templo, no se sabe por que causa no se llevó a debido efecto su construcción pero es de suponerse que por la falta de recursos se quedó solamente empezado. El capitán Martínez fabricó el segundo cuerpo de la torre del templo viejo del Santuario por los años de 1854 a 1855. El albañil que trabajó en dicha obra fue D. Alejo Naba. =Hizo también una bóveda que da al lado de la Sacristía; dos arbotantes de calicanto para sostener por el lado izquierdo las paredes del templo; la portada del atrio y una reformada al altar mayor.

  "El Sr. Pbro. D. Benito Natera, hizo la portada de la puerta mayor del templo; formó el presbiterio y una parte del templo le puso pavimento con losa de Guanajuato. Mandó hacer los altares del Patriarca Señor San José  y del Sagrado Corazón de Jesús; compró la custodia y estableció el depósito de Jesús Sacramentado, compró algunos paramentos y vasos sagrados así como también algunas imágenes de Santos como Sr. Sn. José, Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen de la Soledad. =Al Padre D. Anastacio Alcalá se debe la hermosa imagen de la Purísima Concepción.

  "Por el Santuario de Guadalupe han pasado muchos capellanes, se hace memoria de Fray Gregorio García, Pbros. Alcalá, Morín, Padilla, Ramírez hsta el actual capellán Sr. Pbro. D. toribio Muñiz, sacerdote que ha embellecido mucho el templo. En el año de 1839 reconstruyó de nuevo el altar mayor; reedificó la sacristía, puso el pavimento de madera, formó los jardines del atrio del templo; compró el solar donde ahora tiene el vía crucis; está fabricando actualmente una casa para ejercicios. En octubre de 1907 comenzó a hacer los cuatro camarines que hoy tiene el templo y en agosto de 1908 empezó a decorarlo todo, habiendo terminado en diciembre del mismo año. Puso igualmente los barandales del presbiterio y el de dos altares laterales, así como también el púlpito, cambiándolo al lado del evangelio. =Ha comprado muchas imágenes de Santos y mandado retocar otros. Él estableció también las peregrinaciones de los fieles al Santuario, entre todos los habitantes de la jurisdicción parroquial. Como devoto de la Santísima Virgen, ha levantado mucho su culto. (3)

Efectivamente, en Salamanca tenemos el privilegio de tener una Virgen de Guadalupe Tocada de la original.

Fuentes:

1.- Camacho de la Torre, María Cristina. Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. CONACULTA, México, 2001. p.75

2.- González Fernández, Fidel. Guadalupe, pulso y corazón de un pueblo. Ediciones Encuentro, Madrid, 2004. p 151.

3.- González Gasca, Pedro. Apuntes históricos de la ciudad de Salamanca. Obra inedita. Salamanca, 1908. pp. 31-33

martes, 23 de julio de 2013

Tres autores que nos explican ligeramente el proceso histórico de Salamanca en el siglo XVIII.

  Por fortuna tenemos acceso, especialmente por vía electrónica, a una buena cantidad de libros que hablan del Bajío y que, es cosa habitual, que mencionen cosas relacionadas a la Villa de Salamanca o, en todo caso, al irnos describiendo el entorno, podemos bien asociar lo que leemos con lo que fue, una vez, Salamanca. Aquí tres autores (Brading, Tutino y Rionda) que han estudiado esta parte de México a profundidad en textos que arduamente he seleccionado:

  "Para 1600, pues, medio siglo de guerras y de colonización habían echado los cimientos del moderno Bajío. Querétaro, puerta de entrada a la región desde el centro de México, ya era una ciudad comercial en auge con una industria textil en expansión, rodeada de Haciendas que cultivaban cereales y criaban ganado. Entre tanto, en torno a las ciudades menores del Bajío como Celaya, Salamanca y León iban surgiendo nuevas haciendas, a menudo con tierras de riego, bajo el impulso de dinámicos terratenientes regionales. En los albores del siglo XVII el Bajío ya había producido la amalgama regional de agricultura comercial, minería y fábricas textiles que Eric Wolf encontró única en su género al estudiar los acontecimientos del siglo XVIII en aquella región.

  "Por los años 1630 había más de 300 haciendas en el Bajío que producían grandes cosechas de trigo y maíz, y también criaban ganado, con lo que surtían no solo a los mercados locales sino a los centros mineros situados al norte. Los cultivos más intensos se hacían en las llanuras de la cuenca oriental al rededor de Celaya y ciudades aledañas. Ahí había 157 grandes haciendas que levantaban grandes cosechas de maíz y solo un poco menos de trigo, con el complemento de pequeños rebaños de ganado los confines más occidentales de la cuenca al rededor de Irapuato, León y Silao seguían menos desarrollados dando preferencia a la producción maicera y a un reducido pastoreo. Las tierras altas del nordeste en torno a San Miguel y San Felpe albergaban hacia 1630 a muchos campesinos en pequeño dedicados al maíz , apretujados bajo la presión de un pequeño número de ganaderos en gran escala. Las tierras altas del sureste todavía estaban apenas colonizadas. (1).


  "La nueva riqueza aportada a la élite terrateniente del Bajío por los beneficiarios del auge minero en Guanajuato se extendió más allá de León. La familia Septién lucró enormidades tanto con la minería como con el comercio en Guanajuato, y luego invirtió en extensas haciendas en el Bajío oriental. El clan reivindicó con presteza la jefatura de la oligarquía terrateniente de Querétaro. Don Juan Antonio de Santa Ana sacó las ganancias de sus acciones en la gran mina de la Valenciana y adquirió en los alrededores de Salamanca, ciudad del Bajío, propiedades que valían 450 mi pesos. En la segunda mitad del siglo XVIII vivió allí como un patriarca invirtiendo aun en la minería y en el comercio en Guanajuato y explotando allí una refinería de plata, a la vez que vigilaba las florecientes operaciones comerciales de sus fincas.

  "La transformación empezó en los sectores orientales de la cuenca, en los que hacia 1785 las haciendas sembraban tres veces más trigo que maíz. El artículo de consumo indígena seguía siendo entonces la cosecha principal en la cuenca occidental y en las tierras altas contiguas. En la zona de Salamanca del Bajío oriental, en 1785 todavía superaban las siembras del maíz a las del trigo. Pero en las once haciendas de los siete mayores cultivadores de la zona las siembras de trigo superaban considerablemente a las del maíz, y la mayor parte del maíz estaba al cuidado de arrendatarios, probablemente en las tierras menos fértiles e las haciendas. Eran quince cultivadores más chicos de Salamanca quienes hacían del maíz el cultivo principal de esa zona, y aun ellos mismos habían trasladado a arrendatarios gran parte de esa cosecha. Incluso en los lugares en que parecía predominando el maíz, es evidente que hacia 1785 el artículo de consumo básico de los pobres quedaba relegado a suelos más pobres y a labradores más pobres. (2)


  "En el siglo XVIII el Bajío salió de su condición de frontera para convertirse en el marcapaso de la economía mexicana. Para entonces ya se había transformado en una zona intermediaria próspera, muy distinta tanto del lejano norte con sus terrenos para ovejas y sus campos mineros dispersos, como de los valles centrales con su mezcla de pueblos de indios profundamente enraizados y de haciendas. En cambio, el Bajío se caracterizaba por un alto grado de urbanización poco usual para una sociedad tradicional, igualado por una estructura compleja de producción agrícola. Los motores gemelos que impulsaron este cambio fueron el aumento sorprendente en la producción de plata y el singular crecimiento de la población. Guanajuato sustituyó a Zacatecas como cabeza de la industria minera y hasta superó a Potosí en Perú, convirtiéndose así en el primer productor de plata en toda América. La producción registrada subió de un promedio de 1.173,542 pesos en el quinquenio de 1716-20 a un poco probable de 5.267,284 pesos en 1790-94 -cifras que comprendían entre un cuarto y un quinto de la acuñación consignada en la Nueva España. En 1792, la ciudad de Guanajuato y el anillo de pueblos mineros que formaban sus suburbios alojaban más de 55,000 personas. como operarios de minas eran la aristocracia laboral de la Colonia, tanto ellos como los artesanos, quienes abastecían sus necesidades, constituyeron un próspero mercado amplio para los productos del campo circundante.

  "La industria interna demostró también ser una fuente de crecimiento económico. En 1790 Querétaro, con una pobalcion cerca de 30,000, se había convertido en una importante ciudad textil, ya que la industria empleaba, por lo menos, 3,300 trabajadores divididos en 18 fábricas (obrajes) que producían finas lanas, ponchos y cobijas y 327 talleres (trapiches) que en su mayoría tejían algodones burdos. Además San Miguel el Grande, a solo un día de viaje, era famoso por sus tapetes y alfombras y Celaya y Salamanca también producían una variedad de tela barata de algodón. Está claro que el surgimiento de esta industria en parte se debió a la estratégica posición geográfica del Bajío, situado cerca de las fuentes de provisión y de la localización de los mercados. El algodón en rama venía de Michoacán y la lana de Coahuila y Nuevo León. Los mercados no solo se encontraban en Guanajuato sino en todo el norte, en donde el resurgimiento de Zacatecas y los descubrimientos de Bolaños y Catorce transformaron la industria minera y, por lo tanto, extendieron al poder de compra de los trabajadores. Las minas de plata no eran ya mero enclave económico, generaban empleo para los trabajadores textiles y los artesanos urbanos, así como para los labradores agrícolas". (3)


  "En la intendencia de Guanajuato había 448 haciendas, 360 ranchos independientes y 1,046 dependientes. 37 pueblos y 29 estancias; donde, entre todos, laboraban cerca de 54,000 trabajadores del campo.

  "Las haciendas en cuanto a extensión eran las más chicas de la Nueva España, más en el Bajío que en la montaña; estas haciendas de la planicie estaban, algunas, muy bien organizadas, eran 'verdaderas unidades de producción'; otras eran tierras bajo un solo dueño, trabajadas por diversos inquilinos; en las primeras vivía el patrón en ellas o por lo menos el administrador; en las segundas, los dueños estaban siempre ausentes; las primeras estaban bien irrigadas por vasos de captación y acueductos o canales, divididas sus tierras para las diversas siembras, de regadío, de temporal, intermedias, agostaderos, de leña, etc.; las haciendas bien organizadas y trabajadas eran autosuficientes; las segundas, aunque ricas, no tenían una economía agrícola definida, pues cada inquilino producía lo que le convenía, pero al dueño le brindaban muy buenas rentas.

  "Las pocas tierras comunales de que fueron dotados los indígenas que se avecindaron en algunas partes de Guanajuato en el siglo XVI, para la segunda mitad del XVIII ya casi habían desaparecido, se habían convertido en ranchos de propiedad particular o habían pasado a engrosar las haciendas.

  "La mano de obra era suficiente en el campo, pero siempre existía la amenaza de que abandonar la labranza para pasarse a la minería, por lo que los hacendados y rancheros tratando de asegurar los brazos que necesitaban para atender sus tierras, hacían lo posible por sujetar a la peonada, acasillándola por medio de deudas con la hacienda, aunque aquí no llegó a los extremos que hubo en otros lugares.

  "En general las haciendas y ranchos abajeños se dedicaron en el siglo XVIII, más a la agricultura, mientras que las situadas en la zona montañosa lo hicieron a la ganadería. El Bajío era de tierras ricas, la montaña de suelo pobre. A medida que la tierra se cultivó y produjo más, éstas subieron de valor, al grado que fuera de las situadas en la periferia de la ciudad de México, fueron las más caras y codiciadas.

  "La población de la Intendencia era numerosa. La segunda de la Colonia en cantidad, la primera era el Valle de México. La Intendencia de Guanajuato, la más chica en extensión territorial, para 1803 tenía una superficie de 912 leguas cuadradas, poblada por 517,300 habitantes, os ea 568 por legua cuadrada, donde había tres ciudades: Guanajuato, Celaya y Salvatierra; cuatro villas: San Miguel, León, San Felipe y Salamanca; 47 pueblos; 33 parroquias; y como ya dijimos 448 haciendas y múltiples ranchos". (4)

  "Como en el caso de Martín de Septién, su éxito atrajo mucho más allá de su familia a unirse con él en Guanajuato. Un sobrino, Francisco, vino de su pueblo natal, luego otos dos "sobrinos" más distantes, nativos de los valles que no eran Vallecarreido, también migraron. Felipa actuaba como su cajero y Agustín Pérez marañón pidio prestados 12,000 pesos a su tío para empezar lo que resulto ser una sólida carrera de negocios.

  "En contraste con estos sobrinos, ninguno de los hijos de José Pérez Marañón mostró deseo alguno de entrar al negocio. Fernando, el mayor y más distinguido, oficiaba como abogado, obteniendo el puesto honorario de Vice Rector del Colegio de Abogados de México. en Guanajuato compró el puesto de Regidor y Alférez Real y pronto surgió como líder efectivo del Cabildo de la ciudad. Impresionado por su talento, el Intendente Riaño frecuentemente lo empleaba como su consejero en asuntos públicos y litigios y recomendó su nombramiento como Teniente y asesor legal de la Intendencia. Supuestamente, dichas labores intitucionales no ofrecían mucha recompensa monetaria, sin embargo, como Péerez Marañón aun conservaba la empresa de su padre que estaba manejada por otro gallego, esto no representaba problema alguno.

  "De los tres hermanos restantes, todos evitaban el comercio. Antonio se unió a la Iglesia; Marcos ejerció como oficial menor en el servicio postal. Alonso llegó a ser el que dirigiera el monopolio del tabaco en Salamanca; también compró una pequeña hacienda allí valuada en 20,000 pesos. Así, esos hijos criollos de primera generación, escogieron las profesiones clásicas de la Colonia: la Iglesia, la Ley y la burocracia fiscal. Entretanto las hermanas casaban, una con un mercader vasco, otra con un abogado criollo, el Lic. José María de Septién". (5).

Fuentes:

1.- Tutino, John. De la insurrección a la Revolución en México. Las bases sociales de la violencia agraria 1750-1940. Ediciones Era. México 1999.  p. 55

2.- Ibid. p. 64

3.- Brading, David A. Haciendas y ranchos del Bajío. León 1700-1860. Enlace-Grijalbo. México, 1988. pp. 58-59

4.- Rionda Arreguín, Isauro. Capítulos de Historia colonial guanajuatense. Situación de la Intendencia de Guanajuato antes de iniciarse la revolución de independencia. Universidad de Guanajuato. Guanajuato, 1997. pp. 212-214.

5.- Brading, D.A. Miners and Merchants in Bourbon Mexico 1763-1810. Cambridge University Press. New York, 1971. pp. 317-318.

lunes, 22 de julio de 2013

La historia completa de la Parroquia Antigua de Salamanca. Documento inédito.

   Sobre don Pedro González hemos hablado mucho en este espacio electrónico de El Señor del Hospital, él fue uno de los primeros salmantinos -creo fue el primero- en enfocarse a la Microhistoria, es decir, a la historia regional pues tuvo la posibilidad durante el último cuarto del siglo XIX de conocer a profundidad una buena cantidad de poblaciones del Estado de Guanajuato en donde fungió como Jefe Político (equivalente al cargo actual de Presidente Municipal), además que, interesado en la geografía y botánica, conoció las demás regiones del Estado, aquellas en donde no ostentó el cargo político. Finalmente, dado el nivel de conocimientos que tenía es llamado por el Ministerio de Cultura para ocupar primero el cargo de bibliotecario en el recién creado Museo Nacional de Anrqueología y luego sería nombrado profesor de Etnología en la Escuela de Antropología.

  Don Pedro González, que nació en Salamanca el 28 de junio de 1853, publicó en 1904 uno de los libros que lo hizo famoso y que es la base para todo estudioso de la Historia de las poblaciones del Estado de Guanajuato, la Geografía Local del Estado de Guanajuato, antes, en 1891, escribió sus Apuntes históricos de la Ciudad de Dolores Hidalgo, en 1895 su Monumentos, algunos de ellos desconocidos, del Estado de Guanajuato; varias obras más publicó don Pedro González, una de ellas, disertación relacionada al inicio del Siglo XX, otra sobre el Calendario Azteca.

   Don Pedro González, miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, escribió un libro más, uno que no ha sido publicado aun y que a gritos reclama que lo sea, en él don Pedro nos narra en su ameno estilo, característico de una persona educada que quiere dejar constancia de todo lo que él vio en su lugar de origen. He tenido el enorme gusto, el privilegio de haberlo leído y de él comparto la historia completa de la Parroquia de Salamanca por considerar inminente que los datos que don Pedro concentra, sean conocidos por todos aquellos que gustan de la historia de esta ciudad:

  "Se cree que fue bendecida y colocada la primera piedra de la actual Parroquia, por el Illmo y Rmo. Sr. D. Fray Marcos Ramírez del Prado, Obispo de Michoacán, en 14 de Junio de 1651 que hizo la Santa Visita Pastoral, siendo Cura y Juez Ecco. de esta Villa el Lic. D. Fray Domingo Pérez de Santoyo; aunque hay más probabilidades de que la bendijo y colocó el Illmo, y Rmo. Sr. D. Fr. Francisco Sarmiento y Luna, en la Santa Visita que hizo a esta Villa, el día 4 de Enero de 1671, siendo Cura el mismo Sr. Pérez de Santoyo, pues como dice el Dr. y Canónigo Romero al hablar de este Obispo, que, "gobernó la diócesis cinco años con mucha paz y quietud; la visitó toda, predicando el Evangelio y haciendo construir a sus expensas, algunas parroquias pobres".

   "En la Santa Visita que hizo a ésta Villa el Illmo. y muy Rmo. Sr. D. Francisco de Aguiar y Seijas, Obispo de Michoacán, el 14 de Junio de 1680, siendo Cura y Juez Ecco. el Br. D. José de Solís y Grijalba, ya se hallaba muy adelantada y debido al celo y constancia del mismo Sr. Cura Grijalba, se concluyó su fábrica material el año de 1690, aunque parece fue bendecida y dicha la primera misa Pontifical por el Illmo. y Rmo. Sr. D. Juan Arteaga y Montañez, en la Santa Visita que hizo el día 24 de Noviembre de 1694, siendo todavía Cura y Juez Ecco. de ésta Villa el Br. D. José de Solís y Grijalba.

   "En 6 de Marzo de 1708 hizo su Visita Pastoral el Illmo. y Rmo. Sr. D. Manuel Escalante Colombres y Mendoza, Obispo de Michoacán, siendo Cura y Juez Ecco. de esta Villa el Sr. D. José Bruno de Salas y Garnica. Este prelado era originario del Perú, de donde vino muy joven a México con su padre que había sido nombrado Fiscal de la Real Audiencia. Al hablar el Sr. Romero de éste Prelado dice: "Aunque su gobierno fue muy corto, se hizo amar y respetar de todos por la caridad sin límites que lo distinguió hasta el extremo de haber empeñado su pastoral para socorrer a los pobres". Pocos días después de haber hecho aquí su Santa Visita murió en Salvatierra haciendo también la visita a aquella Parroquia".

   "La Parroquia está construida con solidez: es sencilla en el exterior; el Sr. Cura D. Luis Saavedra por el año de 1864, intentó reformar los altares, lo que no llevó a cabao. El Sr. Cura D. Manuel Hinojosa por los años de 1896 a 1898, construyó el altar mayor, cuya decoración no terminó por haber pasado a la Catedral de Morelia como Canónigo, siendo en la actualidad, Gobernador de la Sagrada Mitra, tocando terminar la decoración de dicho altar y de toa la Iglesia, al virtuoso y caritativo Sr. Cura Párroco de ésta Ciudad sr. Prbro. D. Gregorio Navarrete, (actualmente Prebendado de la Catedral de Morelia), cuyos trabajos de decoración dieron principio en el mes de Noviembre de 1901, y concluyeron en el de Septimbre de 1902.

   "La consagración del altar mayor, se dignó hacerla el Illmo y Exmo, Sr. Arzobispo de Michoacán Sr. D. Atenógenes Silva, con todas las solemnidades prescritas en el Pontifical Romano y se dedicó a Ntra. Sra. de Guadalupe y al Santo Apóstol San Bartolomé Patrono de la Ciudad; fueron depositadas en el sepulcro del dicho altar las Reliquias de los Santos Mártires Inocencio, Lorenza y Adeodata, bendiciendo además cuatro altares dedicados a los Sagrados Corazones de Jesús y María, a Ntra. Sra. de la Soledad y Santa Cecilia. Se solemnizó esta consagración  y el magnífico decorado del templo el día 3 del mes de Octubre de 1902,

 habiendo apadrinado el acto los Sres. Lics. D. Indalecio Ojeda, D. Julián de J. Soto, D. Rafael Partida, D. Ramón Garcilita, D. Jesús Espinoza y Sres. José D. González, Primitivo Soto, Enrique Santa María, José Cornejo, Apolonio Garcidueñas, Antonio y Regino Gamiño, Domingo G. García, José D. Flores, Santos y Juan García, Gregorio Oros, Toribio Orozco, Eduardo Flores, Jesús R. Zavala, Federico Garma, Jesús Álvarez, Cástulo Acosta, Tomás Razo, J. Refugio Jaime y Madrinas las Sras. Josefa González Vda de Aguinaco, Sara González Vda. Domenzáin, Refugio P. de García, Felipa P. Vda. de Garcilita, Luz G. Vda de Orozco, Refugio R. de Acosa, Jacoba M. Vda de Hernández, Ascensión G. de Rojas, Elena H. de Páramo, Socorro J. de Ochoa, Marina G. de Garcidueñas, Berola Solís Vda. de Lara y Sritas. Carmen Morales, Concepción Ojeda, Refugio Saavedra, Jacinta García, Marina Flores, Ana Domenzáin, Leonarda Salgado, Candelaria Rojas, Irene González, María Galindo, María Saavedra y Jesús Montaño.

  "Se solemnizó la consagración del altar y el magnífico decorado del templo, con cuatro funciones, habiéndose dignado predicar el Illmo. Sr. Silva en la primera que tuvo lugar el día cuatro en la cual celebró el Santo Sacrificio de la Misa el Sr. Pbro. D. Eucario Frías Herrera, cura de Angangueo, en la segunda que se verificó el día cinco se dignó celebrar de Pontifical el Illmo. Sr. Arzobispo y predicó en ella el expresado Sr. Cura de Angangueo; el día 6 celebró la Santa Misa el Sr. Pbro. D. José Dolores Sandoval, y predicó el Sr. Pbro. D. José María Soto, Catedrático del Seminario Conciliar y en la última en la cual celebró el Santo Sacrificio el Sr. Pbro. D. Eusebio García, ocupó la Cátedra Sagrada el Sr. Cura D. Ignacio M. Torres.

   "Asistieron a la consagración del altar y a las dichas solemnidades los Sres. Pbros. D. Juan de Dios Laurel, Secretario de Visita, D. Jesús Solórzano, D. José D. Sandoval, D. JoséTrinidad Cruz, D. Manuel M. Hernández, D. Luis G. Laris y Diac. D. Luis Aldayturriaga que acompañaba al Illmo. Sr. en Santa Visita y además el Sr. Cura del Valle de Santiago D. José M. Meza y el clero de esta ciudad Pbos. D. Vicente P. Hinojosa, D. Toribio Muñoz, D. Camilo Rendón, D. José Ma. Flores, D. José C. Figueroa, D. Eusebio García, D. Benedicto Medrano, D. Juan M. Hernández, D. Manuel Arredondo y Rdos. Padres Fray Macario Cerralvo y Gregorio Gallardo.

  "Se levantó el acta de la referida solemnidad el día 8 del mismo mes de Octubre y año de 1902, firmándola el Illmo. y Rmo. Sr. Arzobispo de Michoacán, el Párroco del lugar, el Venerable Clero y los Padrinos y Madrinas del acto.

   "La fachada de el frente de esta parroquia, que mira al Sur, es muy notable y hermosa por lo recargada de su estilo, perteneciendo a la orden del célebre Arq. José Churriguera del siglo XVIII. El P. D. Victoriano Rodríguez con asentimiento de los Sres. Curas Pbros. D. Tomás García Basurto y Dr. D. Manuel Ramírez que fueron Curas respectivamente el uno de 1832 á 1835 y el otro de 1835 á 1839, construyó el atrio de la Parroquia y fundó en el último año de 1832 el cementerio de San Pedro para sepultar a las víctimas del tifo que se desarrolló e hizo muchos etragos en ese mismo año. Igualmente cooperó para la construcción de la Escuela Nacional de Niñas que estaba frente a la Capilla del Rosario, cuya finca es ahora casa habitación y propiedad de la Srita. Lucía Domenzáin.

  "El Sr. Cura D. RAmón Fuentes estuvo al frente del curato del 12 de Diciembre de 1878 al 3 de mayo de 1890, quien había prometido dedicarle una capilla a Ntra. Sra. del Rosario y establecer la Asociación de la misma Santa la que procedió a edificar no viéndola terminado por haber muerto antes pero encomendó a su hermano Leónides y al Sr. Anastacio Páramo su conclusión, quienes cumplieron su disposición mandando construir el altar y pavimento que le faltaba, habiendo terminado la obra el año de 1891. La fábrica de dicha capilla, fue estrenada con fondos de su propio peculio. Al morir fueron colocados sus restos en la misma capilla, igualmente los de su hermano Leónides". (1)








Fuente:

1.- González, Pedro. Apuntes históricos de la Ciudad de Salamanca. Salamanca, 1908. pp. 16-20. Obra sin imprimir. Manuscrito en AHMS. Caja 260. Templos. Leg 3.