domingo, 30 de marzo de 2014

El Rancho de Barrón, parte que fuera de la Hacienda de Marigómez, Salamanca, Guanajuato.

    Esta serie de fotos que vemos ahora las tomé viniendo del entronque de la carretera Guanajuato-Santa Cruz de Juventino Rosas, cuando sigues rumbo a Salamanca hasta llegar al otro entronque, el de la Ordeña. Vemos, del lado izquierdo lo que fueran los terrenos del Rancho de Barrón, y del lado derecho lo que fue la Hacienda de Marigómez; de la cual no queda nada, fuera, quizá de un grato recuerdo, especialmente con el de las frutas que Marigómez producía pues en la actualidad es otro rancho de Salamanca. Pero eso, lo de las frutas y lo que producía Marigómez lo veremos en otra ocasión, lo que ahora nos ocupa es del sitio llamado Barrón, evidentemente en función a que alguien, en algún tiempo, llevaba ese apellido y era la referencia a su propiedad, misma que no aparece registrada en ninguno de los documentos verificados del siglo XVII ni del XVIII.

    Tampoco aparece registro alguno en el libro de bautismos de la parroquia de la Villa de Salamanca a lo largo del siglo XVI, el cual comprende documentos de 1650 a 1699. Ya para el siguiente siglo, el XVIII, las propiedades que hay hacia la parte nor-oriente de Salamanca no incluyen ninguna propiedad de nombre Barrón, solo se mencionan las de Cerrogordo, Guadalupe, Ancón, Marigómez, La Compañía, Doña Rosa, Loma de Granados y Sardinas, eso me hace pensar que en ese tiempo la zona de Barrón estaba comprendida por Marigómez, quizá algo, lo menos, por Ancón, los documentos los veremos más adelante.

   Casi para terminar el siglo XVIII se realizó una 'Relación de Pueblos, Haciendas y Ranchos pertenecientes a la Intendencia de la ciudad de Real de Santa Fe de Guanajuato y su Provincia', (1) esto el 16 de noviembre de 1792 y tampoco hay mención de sitio alguno que tenga por nombre el de Barrón, los nombres de las haciendas vuelven a ser los mismos arriba mencionados y en la lisa de ranchos no hay ningún que se parezca al que buscamos, sería muy arriesgado decir de uno o de otro rancho pudiera ser el origen de Barrón, pues solo va una lista de nombres, pero sin ubicaciones, podemos entonces, asegurar que tampoco en el siglo XVIII existió el sito de Barrón, como quiera su "tetilla" siempre ha estado allí.

    Entrado el siglo XIX, luego de los once años de Guerra de Independencia, luego de la inestabilidad que siguió al conflicto, ya para cuando Antonio López de Santa Anna se había proclamado como Su Alteza Serenísima, en Octubre de 1853 se hace un registro de todas y cada una de las propiedades rústicas del partido de Salamanca, en ella aparece, Barrón y en ese documento comprobamos que Barrón fue desprendimiento de la Hacienda de Marigómez. Barrón nunca fue Hacienda, era un Rancho y se conocía con el nombre de Rancho de Barrón de Marigómez.

    El rancho era propiedad de Rafael Aboytes, constaba de 11 Caballerías, esta medida se entiende en la actualidad de 42.79 hectáreas, por lo tanto la dimensión original de Barrón, para 1853, era de 470 hectáreas y estaba valuada en $3,794.00 pesos. Los terrenos, salta a la vista, no eran precisamente de los mejores, pues más que para la agricultura, eran para el pastoreo. Si ves con atención las fotografías, o lo observas cuando pases por ese rumbo, notarás que la deforestación que hubo allí fue brutal. No fue reciente, sino en la época virreinal. Todo eso eran bosques de mezquites, huizaches, y en las zonas altas, de madroño y pino, todo terminó alimentando las fraguas de las haciendas de beneficio de Santa Fe de Guanaxuato, sí, todo eso se convirtió en leña.

   Barrón se componía de 2 caballerías de tierra "barrialosa", tierra del tipo barrial, que no era la más apta para el cultivo, como quiera, en ella se sembraba; cada caballería se cotizaba en 500 pesos cada una. Tenía además 9 caballerías de tierra del tipo cerril, la cual es pedregosa, como lo son en toda la región los cerros, nada aptos para el cultivo pero buenos para el pastoreo. Las caballerías del tipo cerril se valuaban en 250 pesos cada una. La propiedad incluía 7 yuntas de 30 pesos cada una; 15 vacas de cría de 10 pesos cada una; 6 burras de cría de 4 pesos cada una y 160 borregos de cría, valuados a peso cada uno. Para darnos una idea, las mejores tierras eran las del tipo "aventurera" que se cotizaban en 1,400 pesos cada caballería. (1)

   Cuando comienza el porfiriato, una de las cosas que se implementaron entonces fue el manejo de la estadística para facilitar la promoción del país a los inversionistas extranjeros, el primer Censo que se levanta fue el publicado en 1887 por el Ministerio de Fomento, en él para la Municipalidad de Salamanca se cuentan: 1 villa,  2 pueblos, 24 haciendas, y 90 ranchos. Había una población total de 32,200 habitantes. Barrón estaba catalogado como el doceavo más poblado de los ranchos y se le conocía como Barrón o Zapotillo, contaba con 254 pobladores. (2)

   Previo al gran Censo de Población de 1900 y como base a la información que México presentó en la Exposición Universal de París, la Delegación Guanajuato de la Comisión para la Exposición, realizo un registro de todas las propiedades, allí aparece el rancho de Barrón, nuevamente como Zapotillo, cotizado en $3,718.00 pesos. (3) Y el Censo de ese año, 1900, arrojó una población de 265 habitantes, divididos en 143 hombres y 122 mujeres. (4)

Lo comento una vez más, no sigo con la historia luego de 1900 pues, sabemos que a raíz de la Revolución, años más tarde, entre 1925 y 1935 hubo el reparto agrario y la tenencia de la tierra cambió de manos, situaciones que se vuelven un poco confusas para documentar. Hay algo que no he podido aun interpretar al caminar por estos ranchos, no solo los de Salamanca o los del Estado de Guanajuato sino, prácticamente los de todo México. Es esa forma laberíntica en la que se van desarrollando los ranchos luego del reparto agrario, parece ser que se regresaba a un sistema feudal en el que cada pueblo, cada rancho quedaba encerrado por un canal y dentro el laberinto era confuso en verdad. Quizá se implementó eso en los ranchos buscando una protección, esperemos dar un día con la respuesta.



Fuentes:

1.- Castro Rivas, Jorge Arturo. Rangel López, Matilde. Relación histórica de la Intendencia de Guanajuato durante el periodo de 1878-1809. Universidad de Guanajuato, Guanajuato, 1998. pp.162-163.

2.- Archivo Histórico Municipal de Salamanca. Gobierno, Censos y Padrones 1818-1873. Caja 84. leg.5

3.- Peñafiel, Antonio. Estadística General de la República Mexicana. Ministerio de Fomento, México, 1887. pp.141-154.

4.- Archivo Histórico Municipal de Salamanca. Estadísticas. Caja 272.

5.- González, Pedro. Geografía local del Estado de Guanajuato. Tip. de la Escuela Industrial Militar. Guanajuato, 1904. p.198

lunes, 24 de marzo de 2014

Las joyas barrocas de Salamanca vistas por el historiador de arte J.A. Baird. 1953

   Joseph Armstrong Baird, Jr. nació en Pittsburgh, Pennsylvania en 1922. Comenzó sus estudios de Historia del Arte en el Colegio Oberlin en donde concluyó su bachillerato para luego asistir a la Universidad de Harvard en donde obtuvo su maestría para luego doctorarse en Historia de la Arquitectura en 1951. Dio claese en la Universidad de Toronto (1949-1953) antes de llegar a la de Davis en 1953. Comenzando como conferencista en el Departmento de Arte y retirándose como profesor de tiempo completo de Bellas Artes en 1985. Continuó como asesor hasta su muerte ocurrida en 1992. (1)

   Efectivamente, se trata de otro de los grandes Historiadores de Arte del siglo XX que, impactado por la belleza del templo de San Agustín de Salamanca, dedica una cuartilla en el en su obra Los retablos del siglo XVIII en el sur de España, Portugal y México. En la obra hay un capítulo que habla sobre los retablos del Bajío, realizados en Querétaro, ciudad en la que José de Rojas elaboró dos para el templo agustino de Salamanca, vamos:

SALAMANCA, (Guanajuato).

La Parroquia.


   Es un fino ejemplo de fachada retablo (cuatro medias muestras salomónicas, en el primer nivel, cuatro erizadas estípites en el segundo, con dos etípites y dos columnas cariátide sobre el centro del tercer nivel, las últimas empujadas por curvas semicirculares formadas por el levantamiento de la cornisa) casi totalmente cubiertas con variantes locales del ornamento foliado. La articulación decisiva de columnas y nichos, con nichos entre las columnas de los extremos y puertas y ventanas o nicho en el centro (muy seguido con el tercer nivel como aquí), previene la incoherencia que podía tener el patrón, las delgadas hélices de las salomónicas del primer nivel pueden compararse a aquellas de la iglesia del Hospital de Irapuato. Hay una sola torre a la derecha de la fachada.

San Agustín.

   Fundado en 1616 y parcialmente reconstruido en 1771 (especialmente los claustros). De acuerdo al sacerdote local Reginaldo Vega, el convento se fundó en 1540. La construcción de la iglesia comenzó el 26 de mayo de 1615 (fray Juan de San Nicolás y fray Francisco de la Anunciación fueron los padres fundadores). La consagración ocurrió en 1706. El convento se abrió (iniciación) en 1750 bajo fray José de Ortega. (Ver también Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, México, no. 17, pp. 46-51).

   Hay algunos historiadores locales que dicen que el retablo mayor fue llevado a Rouen por los franceses, actualmente se piensa que quizá se destruyó mucho antes para colocar el actual retablo neoclásico que, se dice, fue hecho por Tresguerras.

   La fachada es muy sencilla, con pequeña portada y dos finas torres con azulejos azules y púrpura en las agujas. En el interior hay una brillante serie de retablos que se discute completamente en el texto. Las modalidades notables en el interior incluyen un púlpito taraceado (marfil, latón y varias maderas) con las divertidas pinturas escalonadas de los cuatro elementos; la quijotesca mesa de la sacristía con su remate en una taraceada y las poco comunes puertas de madera, en patrones mujéjares con un elaborado dosel rodeado de yeso policromado. 

   "Los cuatro pequeños retablos del lado occidental de la iglesia de San Agustín son notables, especialmente por la manera en que presentan el repertorio manierista ornamental de Rodíguez (guardamalleta y espirales); el estípite aparece solo en estos retablos y está combinado con cintas o gallardetes ondulantes de rocaes planos y pequeños acentos de forma rocae. (Las dedicaciones de estos retablos se han cambiado en casi todos los ejemplos, en los últimos cien años)". (2)

   Hasta aquí lo escrito por Baird sobre la Parroquia Antigua y el templo de San Agustín de Salamanca. En la obra original, publicada en inglés, aparecen una serie de fotografías tomadas en el interior del templo que son las que aquí estás viendo, a excepción de la que corresponde a la fachada de la Parroquia, la cual fue publicada por Pedro González en su Algunos puntos y objetos monumentales, que fuera la presentación del estado de Guanajuato durante el IX Congreso de Americanistas en 1895. En las fotografías de Baird, aparecen unos detalles que creo son sumamente curiosos, seguramente fueron tomados durante la Semana Santa pues, como se aprecia en la cuarta fotografía, está una escena del Vía Crucis en un juego de luz y sombra.

  Este es uno de los detalles, primeramente que la imagen de la virgen de Guadalupe está cubierta, lo cual me afirma eso de la Semana Santa, pero, lo que me llama la atención es ese cuadro que parece ser un espejo y está colocado justo debajo de la mencionada imagen. Quiza sean la estaciones que se rezaban en esos días en el interior del templo, pues, para entonces aun no se había iniciado la Procesión del Silencio que ahora la vemos como cosa tradicional pero que, en realidad, no tiene tanto tiempo de haber sido creada por el recordado fray Camilo Montes.

   Vemos ahora, en este otro acercamiento a la fotografía cuarta, que, debajo de una de las quince estaciones colocadas en el interior del templo, aparece de nuevo ese cuadro, como el que está en el retablo de Santa Ana, quizá eran especiales para los ritos de la Semana Santa, pero un dato seguro no lo tengo.


Fuentes:

1.- OAC, Online Archive of California. Collection Guide. D-231.

2.- Eighteenth Century Retables of the Bajío, Mexico: The Querétaro Style
Author(s): Joseph A. Baird
Source: The Art Bulletin, Vol. 35, No. 3, (Sep., 1953), pp. 195-216
Published by: College Art Association
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3047490
Accessed: 26/07/2008 19:12

Hay una edición en español de esa obra bajo el nombre: Los retablos del siglo XVII en el Sur de España, Portugal y México. Traducido por Rebeca Barrera de Fraga, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1987. pp.399-401

sábado, 22 de marzo de 2014

Hacienda de Sotelo: Otra hacienda desaparecida en Salamanca, Guanajuato.

    Esta documentación, como todas las que he hecho de Haciendas de Salamanca, comenzó hace tiempo, hace seis años para ser precisos. El primer dato lo obtuve en el libro de Rojas Garcidueñas un poco antes, en 84, cuando lo leí por primera vez; pero eso no me hizo ponerle la debida atención, luego, cuando La Rana reedito la Geografía Local de Pedro González, fue cuando vi nombres, más de veinte, de las haciendas que sobrevivieron hasta la Revolución. Algunos de esos nombres me parecieron familiares, el de Cerrogordo el más, los otros como que los había escuchado alguna vez. La intriga quedó sembrada y, ante la carencia de más fuentes de información fidedignas, de más libros; fue que decidí que la única manera de saber era, por un lado consultar directamente en el Archivo Histórico Municipal y la otra ir a ver in situ lo sucedido en cada lugar.Además de consultar en las bibliotecas de Guanajuato y en las de Morelia.

    Se antoja increíble que, siendo originario de Salamanca, de pronto tenga que preguntar en dónde queda esto o el otro sitio. A sabiendas de ello me fui a la terminal de autobuses cercana al mercado municipal, sitio en el que salen todos lo autobuses a todos los ranchos de Salamanca, ranchos que, en su mayoría, fueron una vez una próspera hacienda. Pregunto la ruta, el horario, la hora de regreso, trato de recordarlo, mejor lo anoto, organizo el tiempo en base al recorrido que hará el autobús, de ese modo sabré si puedo ver todo lo que quiero ver sin tener que esperar mucho tiempo para el regreso. Me paro en mitad del camión y, cual merolico, pregunto en voz alta: ¿Alguien sabe si hubo una hacienda allí? Me miran, ponen gesto de estar pensando, pero nadie me responde nada. Vuelvo a gritar: ¿Saben si hubo una hacienda, si queda una troje? unos se miran y afirman con la cabeza, entonces me dicen: no, en Soletelo no hubo ninguna hacienda, es el puro rancho.

   Con esa respuesta, que fue negativa, me están afirmando que sí la hubo pero no saben de ella a pesar que allí viven. Igual me ocurrió cuando pretendí llegar a la Hacienda de Charca, que la tenía ya localizada en el mapa satelital y que, con la misma operación en mitad del autobús todos me confirmaron que nunca habían oído mentar a una Hacienda de la Charca. Moraleja: en la mayoría de las ocasiones, las fuentes menos confiables son los propios moradores de los sitios. Así que, yéndonos a las fuentes bien confiables, la primera, son los Libros de Bautismos que hay en el Archivo Parroquial de Salamanca. Por suerte contamos con los servicios de Family Search, que, desde 1964 digitalizaron todos los libros existentes hasta esa fecha. Es allí en donde encontramos la primera mención de la Hacienda de Sotelo, siendo su propietario Francisco de Pantoja. Veremos luego que la familia Pantoja se hace de propiedades en toda la parte sur-este del actual municipio de Salamanca.

   Ya de forma oficial, es decir, dentro de un censo, la primera noticia que se tiene de Sotelo es la del Padrón de la Villa de Salamanca, levantado por el Cura, Br. Jospeh de Solís y Grijalba, a pedido del Obispo de Michoacán, Juan de Ortega Cano Montañez y Patino, que lo fuera de 1682 a 1699. El sitio estaba registrado como Rancho de San Francisco Sotelo y contaba para el 27 de abril de 1683, 29 habitantes, en todo el partido de la villa de Salamanca había 1,467 moradores. (1)

   El siglo XVIII se caracteriza por una gran prosperidad en toda la municipalidad de Salamanca y, en general en todo el Bajío, es cuando se termina el suntuoso decorado del templo de San Agustín, y las haciendas de la región se multiplican generando riqueza a sus propietarios, para el 17 de diciembre de 1754, el cura de la villa, Br. Luis María Fernando Coz y León, elabora un nuevo padrón y cuenta ya un total de habitantes en toda la jurisdicción de 10,252 personas de las cuales 49 viven en la Hacienda de Sotelo que pertenece ya "a varios interesados". (2) Un poco más tarde, en el mismo siglo XVIII, ya con problemas en el virreino, se hace un censo general que da especial énfasis en la relación de propiedades rurales, quizá en vías de la implementación de los Vales Reales de Consolidación, pues a la Intendencia de Guanajuato (3) lel resultado arroja que en Salamanca hay 1 villa, 5 pueblos, 39 haciendas y 54 ranchos. Una de las haciendas de la lista es la de Sotelo.

   Durante la guerra de Independencia, lo hemos dicho muchas veces aquí, Salamanca fue paso de Realistas e Insurgentes, Salamanca tocaba campanas de júbilo para los realistas cuanto estos entraban y tocaba campanas de júbilo cuando los Insurgentes hacían lo propio, es decir, la villa optó por la sana prudencia y no se declaró ni a favor de unos, ni a favor de otros, esto para evitar saqueos, pero esos saqueos se daban en la zona rural. La hacienda de Temascatío, por ejemplo, fue saqueada e incendiada en más de una ocasión tanto por insurgentes como por realistas. El 28 de febrero de 1818, por instrucciones del coronel Antonio Linares, se levanta una relación del estado de las haciendas de Salamanca, se registran un total de 56 incluyendo los ranchos, una de ellas es la Hacienda del Potrero de Sotelo propiedad de don Ramón Guerra, que es encuentra en control de los Insurgentes. (4)

   Del periodo comprendido desde la consumación de la Independencia y los primeros años de la República no hay datos de Salamanca, quizá debido a que el país estaba buscando una organización, ya cuando Antonio López de Santa Anna se había autoproclamado como Alteza Serenísima. Para el último trimestre de 1853 se hace una valuación de las propiedades rústicas por orden del Recaudador Subalterno. Este es uno de los documentos más interesantes con que contamos, pues da todo tipo de datos relacionados a cada propiedad; en el caso de la Hacienda de Sotelo vemos que su dueño era Luis Rosiles, contaba con una superficie de 30 caballerías, equivalentes a 1,283.7 hectáreas. El valor total, incluyendo veinticinco vacas, cinco toros y ochenta cabras era de $11,430.00 pesos. Por extensión Sotelo ocupaba el noveno lugar de 27; por valor era la quinceava. (5)

  Pocos años después, proclamadas las Leyes de Reforma y bajo la ocupación francesa, en Salamanca se levanta un nuevo registro de fincas rústicas, esto con el fin de determinar el porcentaje de aportación que cada una deberá hacer para sostener a una policía rural que se requería dadas las condiciones de inseguridad que se estaban presentado, allí aparecen 68 propiedades, entre ranchos y haciendas, una de ellas la de Sotelo. No vemos cambios, sigue siendo Luis Rosiles su propietario y el valor permanece, 11,430 pesos. (6)

  Terminado el Segundo Imperio, en 1867, comienza la Segunda República, seguirá más de una década de nueva inestabilidad hasta que llega Porfirio Díaz al poder y al poco implantaría la llamada "Pax Porfiriana". El primer censo del porfiriato lo coordina el Dr. Antonio Peñafiel, (7) para 1887 publica los resultados del Estado de Guanajuato, vemos allí que en Salamanca había 1 villa, 2 pueblos, 24 haciendas, y 90 ranchos. Sotelo había perdido, no sé por qué motivo, su calidad de Hacienda y aparece registrado como Rancho, con 218 habitantes. En todo Salamanca había  32,200 pobladores.

   Estaba por concluir el siglo XIX, Porfirio Díaz ordenaba que México mostrara lo mejor de sí en la Exposición Universal de París. Para Guanajuato y, en general para todo México, le rubro de la producción agrícola en sus más de ocho mil haciendas era de suma importancia mostrarlo al mundo, de ese modo se ordena prepara información estadística detallada de todas las haciendas y ranchos mexicanos. Para el caso de Salamanaca son 81 las que aparecen, una de ellas, ya en calidad de rancho es Sotelo, valuada en 24,600 pesos, la extensión sigue siendo la misma.

   De lo ocurrido en el siglo XX, la historia no es precisamente agradable, todos la sabemos ya, en 1910 estalla el movimiento de Revolución, comienzan a sucederse gobiernos, la inestabilidad nuevamente domina a la economía mexicana, viene luego el movimiento Cristero, en muchas haciendas del Bajío hay enfrentamientos, no lejos de Sotelo, en Valtierrilla ocurre la ejecución de un sacerdote, hoy elevado a los altares en calidad e santo. Viene luego el reparto agrario, con el que termina la historia de la gran mayoría de las haciendas en México. En el último Censo de Población, el de 2010, en el rancho de Sotelo la población era de 1,383 personas, según datos del INEGI, y, de ellos, poco, quizá ninguno, sabe que allí hubo hace tiempo una Hacienda.


Fuentes:

1.- ACM (Archivo de la Catedral de Morelia), N.D., S.XVII,  leg.69, 1683, 6fs. Citado por Carillo Cázares, Alberto. Partidos y padrones del obispado de Michoacán 1680-1685. pp.415-427

2.- AGN, (Archivo General de la Nación), Inquisición, vol. 937, fol. 378-384. Citado por González Sánchez, Isabel. El Obispado de Michoacán en 1765. Comité Editorial del Gobierno de Michoacán. Morelia, 1985. pp.302-305.

3.- Castro Rivas, Jorge Arturo y Rangel López, Matilde. Relación histórica de la Intendencia de Guanajuato durante el periodo d 1787-1809. Universidad de Guanajuato. Guanajuato. 1998. pp.162-163

4.- Archivo Histórico Municipal de Salamanca. Gobierno. Censos y Padrones. Caja 84, leg. 1

5.- Ibid. leg. 5

6.- Ibid. Exp.13

7.- Peñafiel, Antonio. Estadística General de la República Mexicana. Ministerio de Fomento, México 1887. pp. 141-149.

jueves, 20 de marzo de 2014

Se puede afirmar que ni en Francia ni en Alemania hay conjuntos más elegantes, atrevidos y completos que estos de San Agustin de Salamanca.

   Una de las razones por las cuales muchos neófitos en el tema de las artes abandonan el interés de seguir profundizando en la Historia del Arte es cuando topan con textos poco ágiles, muy churriguerescos y con dejos de precisión de tal dimensión que, se vuelven tan pesados y difíciles de interpretar y entender, sobre todo de mantener una atención en la lectura que, acaba uno por abandonar el interés. Por fortuna los actuales críticos de arte son amenos y no abusan de sus conocimientos tratando de dar doctas conferencias en cada página que escriben. Como ejemplo de estas escrituras complejas, rebuscadas y tediosas tenemos el siguiente ejemplo que, por mera casualidad encuentro en la biblioteca municipal de Cancún, sitio en el que no sólo viene uno a vacacionar, sino también, a aprender.En esta transcripción que hago de la obra del Arq. Villegas, incluyo algunos enlaces para hacer más entendibles los términos usados.

    "En la iglesia de convento de San Agustín, también en Salamanca, y en los extraordinarios retablos del interior "...la palabra estípite adquiere su última forma; su dibujo imposible ya de perdurar; su disloque total como composición geométrica. Si en el Sagrario de México o en Tepotzotlán, cada uno de los elementos del estípite es perfectamente lógico en su concepción arquitectónica, aquí lo que debería ser tubo se convierte en una calabaza". En el retablo de San José los estípites tienen la composición ornamental complicada que indica De la Maza; la Rocaille es tema importante en ellos. Se consideran aun estípites por el crescendo en volumen y riqueza de la ornamentación simétrica de un eje central, desde su iniciación -no se le puede llamar base propiamente- hasta su termino superior en que hacen de cariátides cabezas de querubines alados -por lo que tampoco pueden llamárseles con propiedad Hermes- que tienen en la cabeza a manera de capiteles sendos canastos entretejidos, cónicos y de gran fondo, que sostienen un entablamento con un pedazo de cornisa que tienen un roleo en un extremo y concluye roto en el otro.

"Estos singulares estípites -un par a cada lado de la parte central-, tienen en sus entrecalles dos nichos que se cubren con dos enormes coronas, que recuerdan las del retablo destruido de San Julián en Sevilla. Sobre los estípites vegetales, y precisamente sobre los roleos, cuyos centros coinciden con los ejes de los apoyos centrales hay dos estípites en el segundo cuerpo, uno a cada lado de la ventana, de tipo Mercurio, atlantes, como saliendo de elegantes floreros y descubriéndose las figuras humanas de un manto; directamente sobre las cabezas tienen sendos entablamentos individuales.

   "El retablo de Santa Ana, del mismo templo salmantino, los estípites son relieves asimétricos con relación a su eje, en los que domina la rocaille con objetos en su parte superior, con capiteles, sosteniendo fragmentos de cornisa. Estos relieves que fueron pensados para servir de pilares rococó, recuerdan los de Cayetano da Costa en Sevilla, cuyos elementos rocaille están abultadísimos, formando apoyos vigorosos y casi exentos, de un barroquismo exuberante, en los retablos de San Salvador y de San José de 1770 a 1762 respectivamente.

   "El arte rococó que en Francia no constituyó un estilo propiamente arquitectónico, ni se manifestó en exteriores sino que tuvo características eminentemente ornamentales en los interiores, en combinaciones asimétricas a base de rocaille se manifiesta exuberante y distinto en el templo de San Agustín llenando el retablo-celosía la rocaille mezclada con los roleos churriguerescos le dan gran carácter a esta obra ornamental y arquitectonicamente admirable y de extraordinaria belleza.

   "Para el estudio particular del estípite son muy interesantes, por todos los conceptos las pilastras, cariátides y Hermes con capitel corinot y con el cuerpo descendente a base de rocaille. Más que una descripción literaria de ellas que por más elocuente resultaría totalmente incompleta, se precisa una buena reproducción, y todavía mejor si se les ve en su sitio armonizado en un conjunto, prodigio de arte y ejecución. Se puede afirmar sin temor a equivocarse que ni en Francia ni en Alemania hay conjuntos rococó más elegantes, atrevidos y completos que estos de San Agustin de Salamanca. (1)

   Así, pues, no lo digo yo, no lo dice nadie de Salamanca que, expresando su cariño a la zona, haga semejante comparación, y semejante afirmación, lo dijo el arquitecto Víctor Manuel Villegas Monroy.

Fuente:

1.- Villegas, Víctor Manuel. El gran signo formal del barroco. Ensayo histórico del apoyo estípite. Gobierno del Estado de México, Toluca. 1993. pp.447-448. La edición original de esta obra fue publicada por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en 1956.

lunes, 17 de marzo de 2014

Pedro González: ¿Cuándo comienza el siglo XX?


"No se desprecie la Historia Eclesiástica,
porque su conocimiento engendra grandes
frutos y su ignorancia errores¨.
Cano - Lugares Teológicos. Lib. 8. Cap. 2.

   Partiendo del que hubiera es algo que ni para que mencionarlo, aun así lo hago. Si hubiera sabido esto que don Pedro González Gasca escribió, no en Salamanca, pero muy cerca de allí, en Valle de Santiago, justo a mitad del año de 1899 cuando había una gran efervescencia en todo el mundo por aquello de que estaba por concluir el siglo XIX y comenzar el XX, pero la interrogante flotaba en el ambiente: ¿realmente comienza el siglo XX en 1900?, eso creo que tu y que yo lo experimentamos en 1999 pero con otro matiz: el electrónico pues se decía que habría un colapso en los bancos, en la torres de control de los aeropuertos y en cientos de sistemas administrativos pues las computadoras no entenderían que el 00 significaba un nuevo año, un nuevo siglo. Nada de eso sucedió, la vida continuó siendo tan normal, del 31 de diciembre de 1999 al 1 de enero de 2000. De eso fuimos testigos; en cambio de lo sucedido cien años atrás, de eso Pedro González dejó una memoria por demás singular en un documento, en un pequeño libro, más bien un folleto que él mismo costeó. Por la importancia que tiene, creo justo difundirlo, es por eso que lo transcribo íntegro:

Cuando comienza el siglo XX.

  "No es a Historia campo de curiosidades solamente, dice el antiguo cronologista Henrique Flores. Si los sucesos no se caracterizan con el tiempo, fácilmente se dar;a la preferencia a lo postremo, como hacer último lo que fue primero.

   "La Historia sin la cronología es como un palacio de gran ámbito, pero que se halla sin ventanas por donde entre la luz: todo será confusión, todo tropiezos: y así erraron los que erraron en el tiempo del Nacimiento de Jesucristo por no saber el orden de los tiempos, porque la crítica o juicio de las cosas pende en mayor parte de la Cronología, como se ve a cada paso en la averiguación de los sucesos".

   "Y preámbulo puede ser para nosotros los párrafos que anteceden, ya que habiéndonos propuesto tratar la cuestión histórico-cronológica del principio del nuevo siglo, tenemos que sostener nuestra tesis fundada en que la Era Vulgar se retrasa un año al Nacimiento de Jesús, preciso es tener por fundamento de la Cronología Histórica en primer lugar, la Era y en segundo los cómputos del tiempo.

   "Hemos señalado en artículos anteriores diversas eras. y ahora debemos establecer la diferencia que existe comenzando a contar en el año en que nació Cristo, con el punto de que parte la Era Vulgar donde hay que distinguir el año propio del Nacimiento, y el año Diocesano o del periodo del Gran Ciclo Pascual.

   "Sabido es que este ciclo lo arregló el inventor de la Era Cristiana, multiplicando 19, número de años del Áureo Número, por 28, transcurso igual del Ciclo Solar; y que la suma de 532 es el número de años en que las fiestas movibles eclesiásticas vuelven a comenzar por iguales días. Por esto es que en la sucesión de los años, la Pascua se va celebrando en 35 días diferentes, de tal manera, que si para calcular un número indefinidos de calendarios, no se toma en cuenta la variación de los días de la Pascua, y la variación de los números de los diversos ciclos que parten de una base, la cual base se funda en el estudio del tiempo medio civil, los cálculos resultarían errados, o pasarían a otra categoría de estudios, que ciertamente no son los que rigen a la Cronología Histórica sino a la Astronómica; llamándose ecuación del tiempo, a la diferencia que resulta entre el año astronómico y el ordinario civil. Nótese la distinta división del círculo en los relojes comunes y en los cronómetros.

   "Pero veamos el principio de la Era y el enlace de ella con algunas otras, y de la vulgar con los diversos ciclos, para que encontremos a los años centenarios, como principio de la cuenta histórica de los siglos.

   "Para saber que año toca en el Periodo Juliano a cualquiera de la Era común, no tienes que hacer más que añadir al que señalares de la Era común, 4713 que medía el Periodo Juliano el año antes del primero de la Era común, y lo que sumasen las juntas, ese es el año en que estás de este periodo. La razón de por qué se darán a este periodo 4713 años antes de la Era Vulgar, que introdujo Dionisio el Exiguo, y no más, ni menos, es, porque el año antes del primero de Christo era el Cyclo Auro I, el Solar 9, la Indicción 3 y solo a este año pueden convenir estos tres y no a otro ninguno, mientras no pasen 532 años, que es el Periodo Victoriano o Cyclo Magno Pascual. El supuesto que la Era Christiana empezó por este año de 4713 como todos suponen, o deben suponer, se sigue, que al cumplir su primer año la Era Cristiana se contaba ya el 4714 y esto se de notar por los que señalan el Nacimiento de Christo, los otros el principio desde donde empieza a contarse.

   "Dionisio (o Beda) que compuso o introdujo el Periodo o Cyclo Magno Pascual de 532 años, lo empezó y debió empezar por esos cyclos 1 y 9, porque los Griegos, de quien él los tomó, empezaron  sus Cyclos, por el de 5777 de la creación del mundo por los Cyclos Auro y del Sol, da el 1 y el 9 y por esto, siendo aquel año 1 Dicolcesiano el que dio principio a los Cyclos, el primero en este cómputo fue el que se escogió por fundamento para señalar de donde debe tomarse el principio de la Era Christiana: y esta es la razón por qué el año en que fue el Nacimiento de Christo, se aneja al de los Cyclos dichos uno y nueve: pues el año de 4713 P.J. no deja en unidad los tres Cyclos, sino en 1, 9 y 3." (1)

  "Cualquiera que sea la Era que haya de referirse a la Vulgar para sentar el punto de partida de la misma, la Era Mundana de los setenta intérpretes, por ejemplo, de 5199 años que usó el Sr. Cordero en su Carta Sincrónica, da el principio de los siglos con los años centenarios; y los acontecimientos así señalados, no dejan duda del de el Nacimiento de Jesucristo.

   "El reputado cronologista D. Lorenzo de Hervás, aceptando igual teoría, lo mismo que nuestros compatriotas D. Manuel Castañeda, D. Manuel Romo y D. Eufemio Mendoza, fundan la Cronología Histórica en el Aureo 1, en el Ciclo Solar 9 y en la Indicción 3; empezando el siglo I por cero, siendo tan explícito el Sr. Hervás sobre este particular, que manifiesta:

   "La cronología universal debe su perfección a la reducción que de las épocas antiguas de los paganos a las sagradas se empezó a hacer por los escritores; y a la introducción o uso del año eclesiástico, que se funda en el ciclo pascual. El uso de este ciclo, que en la historia sagrada asciende hasta el tiempo de Moisés, ha sido siempre objeto de la mayor atención en la Iglesia católica, y últimamente dio motivo a la reforma justa del calendario eclesiástico y profano. (2)

   "Se ha dicho cómo se cambió de Marzo a Enero el principio de los años, aunque no se había expresado que las indicciones inventadas desde la fundación de Roma, Constantino Magno las usará desde el año 312, y que se refiere su comienzo al 1º de Enero, para haber de igualarlas con el principio del calendario civil, y para haber de establecer los Juegos Seculares de los emperadores romanos, juegos que hacían para  cada centenar de los años de Roma, que difieren en n;umero, porque sirvieron con su desorden para contar el primer centenario de la Era Vulgar. De la misma manera, para que se estableciera la fiesta de la Pascua en Domingo y dentro de la luna de Marzo, el Concilio de Nicea, celebrado en el siglo II, estableció que el Patriarca de Alejandría avisara al Papa Romano el día en que se debería celebrarse la Pascua, y que éste comunicara la noticia al orbe por medio de encíclicas; errores que corrigieron Dionisio el Pequeño en el siglo VI y Gregorio XIII, en el XVI,  para fundar esta fiesta en el equinoccio de Marzo justamente, con lo que quedaría corregido el ciclo pascual y por ende, las epactas y cuentas cronológicas de los siglos.

   ¿Pero habremos de citar más historiadores que reconocen, como nosotros, el año de 1900 con el primero de un nuevo siglo?

   "El Papa Bonifacio VIII, a quien tocó despedir al siglo XIII y saludar al siguiente con la instrucción del Jubileo, de cien en cien años, siendo el primero el año de 1300, es otra prueba más de nuestra parte, prueba justificada en la actualidad por el actual Papa Sr. León XIII, al mandar que se verifique el Jubileo Máximo, declarando en conceptuosa bula, (Annum Sacrum) dada en el año de la Encarnación, de 1899, el día 25 de Mayo, al acercarse ya a su término el siglo que ha casi recorrido en su vida, para que tena verificativo en 1900, primer año del siglo XX. (3)

   "Otro festejo que se hizo en la Capital de la República, el 10 de Septiembre que acaba de pasar que tiene por objeto despedir el último año del siglo XIX con una función igualmente religiosa (la Consagración al Corazón de Jesús), nos afirma en nuestra teoría.

   "Acto ninguno religioso podía convenir mejor para cerrar el siglo XIX. Una ojeada basta para medir mejor la oportunidad y trascendencia de este acto pontificio". Y luego, en otro artículo titulado "El gran acto de hoy". Se dice: "Habiédose recibido esa Encíclica -la del 25 de mayo último- después del día señalado por Su Santidad para que se hiciera la Consagración y visto por los Ilmos. Prelados mexicanos que asistieron al Concilio Plenario de la América Latina, obtuvieron del Papa que se dignara conceder que dicha consagración pudiera hacerse con la debida solemnidad hasta el 15 de septiembre..." (4)

   "Pero más todavía: "A iniciativa de la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación se organizará en ésta Capital un gran concruso científico, en el cual tomarán participación las Academias de la Lengua y de Medicina, las Sociedades de Geografía y Estadística, de Ingenieros y Arquitectos, de Historia Natural, el Instituto Bibliográfico, Socidedad "Antonio Alzate" y otras respetables Corporaciones, para discutir las bases de este concurso en la sesión primordial a que convocará la Academia de Jurisprudencia. El objeto de este concurso es saludar a este modo al siglo XX que ya se asoma". (5)

   "Ojala que de esa agrupación de eminencias científicas nacionales, surja la unión de ideas antagónicas, para que, a semejanza de la Sociedad Astronómica de San Petesburgo, que logró la deseada adaptación del calendario gregoriano en Rusia, la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación obtenga, por respetos a la maestra de la vida, el reconocimiento de un punto que los matemáticos han negado, cual es el complemento de la Era que nos rige.

Valle de Santiago, 25 de Octubre de 1899.

Referencias:

1.- Claves de la Cronología. VII. pp. 13-15. Edición XI de 1783.

2.- Historias de la Vida del Hombre. Art V, y 1. p.304

3.- El Nacional. Núm. 83, del 9 del mes actual. (Octubre de 1899)

4.- El Tiempo, del día 10 de Septiembre de 1899.

5.- La Patria, del día 11 del actual.


Fuente:

González Gasca, Pedro. ¿Cuándo comienza el siglo XX? Edición del autor. Valle de Santiago, Guanajuato, 1899. La copia consultada la encontré en el Archivo Histórico Municipal. Caja.

domingo, 16 de marzo de 2014

Hacienda de Cruces, otra de las que desaparecieron en Salamanca, Guanajuato.

   Quizá el origen de la desaparecida hacienda de Cruces esté en una de la primeras estancias de ganado mayor concedidas en la región de la Chichimeca, como se le conocía a lo que hoy es el Estado de Guanajuato a mediados del siglo XVI, esa estancia se ubicaba en la parte centro-poniente del actual Municipio de Salamanca, se llamaba de Marañón, estaba también una de nombre Estancia Vieja, la primera de Antonio Marañón, la segunda del Maese de Roa. Retirado de allí, rumbo sur, cruzando el río Grande, actual Lerma, estaban las otras estancias más conocidas: la de Barahona, la de Mancera y la de Baltierra.

   La primera noticia que encontramos ya con el nombre de Cruces aparece en el Padrón de la Villa de Salamanca levantado por el cura de la villa, el Bachiller Joseph de Solís y Grijalva el 27 de abril de 1683. (ACM, N.D., S.XVII. leg. 69, 1683, 6 fs.). Si bien el dato no es muy preciso, siguiendo un cierto orden en el que aparecen listadas las personas que habitan en cada rancho y hacienda, esto con el fin de llevar un control, por parte de la Iglesia, en cuanto al pago del Diezmo se refiere, podemos deducir que en esa región centro-poniente estaban, de norte a sur: Mendosa con 12 moradores; Sause con 7; Laguna Grande con 4 y el rancho de Domingo García con 13. (1). Aquí veo algo interesante en el nombre de Laguna Grande, parece ser que se refiere a terrenos que se anegaban durante la temporada de lluvias en eso que se conocía como La Charca de Salamanca, no veo otra razón de nombrar así a ese rancho, los nombres en esa época eran bastante lógicos y obvios. Ahora bien, en la historia de Salamanca aparece un Domingo García dos siglos y medio después, era el propietario de la Hacienda de Uruétaro, también lo era de las canoas que cruzaban pasajeros por el río Lerma, pero dudo exista algún parentesco.

   Encontramos en los registros parroquiales una mención del Rancho de las Cruces aun más antigua, se trata del bautizo de un niño mestizo, al que pusieron por nombre Francisco, hijo de Juan Cerrano, mestizo, y de Francisca Ramos, india. Cosa ocurrida el 17 de octubre de 1662. (La copia de este registro la incluyo abajo). Los censos o padrones se siguen levantando con regularidad, pero no siempre nos es posible acceder a esos documentos, sin embargo encontramos que, un siglo después,  ya hay registro de una Hacienda de Santa Anna de las Cruzes con su estancia y arrendatarios al norte de esta cabecera y 110 personas. Aparece también los Ranchos nombrados El Puesto de las Cruzes también al norte dos leguas de ésta cabecera, con 36 personas. (2)

   Las cosas no iban nada bien, más que en México, en España, pues la Corona española se enfrentaba a una guerra intensa con Inglaterra que luego se convertiría en una invasión por parte de Francia que requería de más y más recursos para enfrentarlas, aunado a eso las reformas borbonas trajeron por consecuencia la implementación de los llamados Vales de Consolidación que desataría años más tarde el inicio del movimiento de insurrección. En buena medida, para ir aplanado ese camino, se levanta un censo en la Intendencia de Guanajuato en el cual se da, a detalle todas las fincas rurales existentes en la villa de Salamanca, levantado el 16 de noviembre de 1792, arroja un total de 1 villa, 5 pueblos, 39 haciendas y 54 ranchos. Dentro de esas haciendas aparece la de Cruces. (3). El Bajío se convertiría en el escenario de muchos de los enfrentamientos entre realistas e insurgentes, las haciendas serían saqueadas, quemadas y luego abandonadas muchas de ellas por sus habitantes que se refugiaban en la villa o en otras poblaciones.

   Es así como el 28 de febrero de 1818, sucede la "Instrucsion que da el Ylustre Ayuntamiento de esta Villa al Señor Comandante Gral. Coronel Don Antonio Linares de los Pueblos, Haciendas, ranchos y demás puertos laboríos que comprende su jurisdicsion, con noticia de los que hallan valdios, y de los que estan en giro, sin incluir al Valle de Santiago por que aunque es anexo a esta cabesera, y todo un mismo partido por lo Real, pero en lo respectivo al Diezmatorio es diferente" (4); vemos allí que la Hacienda de Cruces está en propiedad de D. Pedro Otero, y bajo el dominio de los Insurgentes. Antonio Linares, junto a Agustín de Iturbide y Calleja, eran los responsables de la formación de las milicias españolas en la Intendencia de Guanajuato. Aquí me queda la duda si este Pedro Otero es el mismo que más tarde se unió al Ejército Trigarante, quiero pensar que sí, dado que él era originario de Guanajuato y mucha gente de ese real de minas tenía posesiones en el valle norte de Salamanca.

  Tenemos un vacío de información en lo que corresponde al segundo cuarto del siglo XIX, luego de la consumación de la Independencia y de haber estado abandonadas muchas de las haciendas de Salamanca seguramente se presentaron algunos pleitos y reclamos de propiedad de las mismas, esto es una suposición pues datos seguros no tengo.  Pero, ya para 1853, en los últimos tres meses de ese año se levanta un documento que, para quienes estamos interesados en la historia de Salamanca es sumamente importante pues en él se concentra toda la información en cuanto a nombres de Haciendas, sus propietarios, extensiones, tipos de tierras con que contaban, así como equipo, semovientes y construcciones como trojes, norias, casas y presas.

  "En cumplimiento de la orden del recaudador subalterno de contribuciones de Salamanca, he procedido como perito nombrado por la misma, el reconocimiento de la finca que a continuación se espresa pertenecientes a.... y hallo el valor es del que sigue" (5). Eran los tiempos en que Antonio López de Santa Anna se había ya nombrado como "Su Alteza Serenísima", nuevamente como Presidente de la República toma el cargo el 20 de abril de 1853, quizá sea esa la razón por la cual se levanta una censo tan preciso y detallado de las propiedades, tanto urbanas como rurales en Salamanca, era intersante para el Gobierno central tener el dato para de allí basarse en los cálculos de las recaudaciones; es allí que encontramos a la Hacienda de Cruces con 38 caballerías de tierra, siendo su propietario Manuel Domenzáin y el valor de la propiedad ascendía a 32,250 pesos.

  1 caballería de tierra equivale en nuestros días a 42.79.53 hectáreas (6) por lo que, la Hacienda de Cruces tenía una extensión de 1,626 hectáreas. De esas caballerías la mayoría era tierra productiva, de la llamada "tierra negra" un total de 32. Para darnos una idea de la importancia de esta hacienda, al comparar la extensión de las 28 haciendas existentes en 1853, Cruces ocupa el 6to lugar, siendo la mayor Cerrogordo con 95 caballerías seguida de Doña Rosa con 84, Uruétaro con 56, Buenavista con 50 y Mendoza con 45. En cuanto al valor de las mismas, la lista la encabeza Cerrogordo con 96.756 pesos, sigue Temascatío con 61.500, Doña Rosa con 56.000, Buenavista con 50,770, y Mendoza con 38.000, seguía Cruces con 35,250.00

  Un dato relevante es ver los nombres de sus propietarios, en el caso de Cruces quien aparece es Manuel Domenzain. Cerrogordo era de Ramón Muñoz Guijarro, Temascatío y Mendoza de Juan B. Morales y Doña Rosa de Pedro Belaunsarán, este último próspero minero de Guanajuato. Ahora bien, pongamos caso al nombre de Juan B. Morales, todo indica que se trata de el licenciado Juan Bautista Morales, primer gobernador de Guanajuato, el afamado Gallo Pitagórico, quien al poco tiempo se hará propietario de poco más de la cuarta parte de los terrenos de la Hacienda de Cruces. Pero, antes de ir a ese documento, veamos cómo se dividía el total del avalúo hecho por el Recaudador Subalterno de Salamanca.

  La Hacienda de Cruces, para 1853 consistía de 12 caballerías de tierra nera con bordos maltratados; 20 caballerías de tierra negra sin bordos; cuatro trojes de piedra y cal; una casa y una tienda; una noria y un aventadero; dentro de la propiedad estaba el Fuerte de Cruces con sus oficinas muy maltratadas, allí había dos eras y un aventadero, un pozo y, además, 6 caballerías de tierra cerril. Quedo sorprendido al ver que, dentro de la extensión de Cruces estaba ese fuerte, origen de lo que hoy conocemos como Hacienda del Fuerte. Veremos que en los registros y censos posteriores de pronto no volvemos a ver a la Hacienda de Cruces, en cambio comienza a aparecer la Hacienda de el Fuerte, la primera dio origen a la segunda.

  Ha pasado el tiempo, las Leyes de Reforma se han proclamado, en la Batalla de Puebla el Ejército Mexicano ha salido victorioso pero un año despúes comienza la invasión francesa, en un año más, 1864, dará inicio el Imperio de Maximiliano, el gobierno de Juárez se vuelve itinerante y, el 1 de diciembre de ese año se levanta en Salamanca un Padrón de fincas rústicas. Allí vemos que la Hacienda de Cruces se ha desmembrado ya, aparecen cuatro propietarios, tres de ellos con el mismo apellido Domenzain -Manuel, Benito y María- cada uno de ellos con la misma extensión y valor de su propiedad 2,467.00 pesos; hay un cuarto propietario, Juan Morales, su porción valuada en 2,800.00 pesos.

  Podemos situar entre 1864 y 1887 la desaparición de la Hacienda de Cruces, sería bueno encontrar el documento que nos diga la fecha precisa. Para 1886-88 se publica el primer gran censo del porfiriato, es el Dr. Antonio Peñafiel (7) el encargado de realizarlo, poco a poco se va integrando la información estadística de México, se van publicando en libros, uno por cada Estado del país esos valiosos números. En el caso de Guanajuato es en 1887 que se da a conocer, y allí, dentro del Partido de Salamanca vemos que la composición era de 1 villa, 2 pueblos, 24 haciendas, y 90 ranchos. Ya no está en la lista de haciendas la de Cruces, tampoco en la de ranchos, en cambio aparece el Rancho Del Fuerte con 144 habitantes. El total de pobladores de la municipalidad era entonces de 32 200.

  En el porfiriato se privilegia la información estadísica, continuamente hay conteos de población y censos cada cinco años, en 1895 se levanta el que sería el antecedente a los actuales Censos Generales de Población y Vivienda que tenemos establecidos cada diez años. Los números en Salamanca son de: una ciudad; 1 pueblo; 4 congregaciones, 23 haciendas y varias decenas de ranchos (el número de ranchos aun no lo tengo preciso). Dentro de las haciendas nuevamente aparece la de Las Cruces, con tan solo 46 habitantes, el número más bajo de todas las 23 haciendas. Y aparece ya, registrada como Hacienda la de El Fuerte, con 275 habitantes.

  Y contamos con un documento más. Se trata del primer censo del siglo XX, el de 1900, pero no  es el censo general, sino del censo que la Comisión Mexicana para la Exposición Universal de París de 1900 solicita al Gobierno de Guanajuato, en el cual se hace un minucioso informe de los ranchos y haciendas de cada municipalidad del Estado, elaborado el 5 de septiembre de 1899. (8) Allí no aparece la Hacienda de Cruces, tampoco el Rancho de Cruces, en cambio aparece ya la Hacienda de El Fuerte como la más importante del municipio, con un total de 9,345 hectáreas y un valor de 137,581.63 pesos; dentro de El Fuerte se engloba a las haciendas de Ancón, Doña Ros y Zapote. Cruces se volverían, luego de la Reforma Agraria y los repartos ejidales, el nombre de algunos ranchos de la zona poniente de Salamanca, en donde hace mucho floreció una gran hacienda que ese nombre llevo: el de Cruces.

  Al recorrer buena parte de lo que fueran los terrenos de la Hacienda de Cruces, solamente localicé estas trojes en el total abandono.

  Este es el Rancho de Cruces.

  El Canal de Coria, del que podemos decir se trata de la columna vertebral para surtir agua a toda la zona norte del municipio de Salamanca, esta toma es justo por su paso en el rancho de Cruces. No lejos de allí alcazamos a ver los trabajos de la Autopista Salamanca-León.

  Y de la Hacienda de Cruces, no queda mucho, en ocasiones ni el recuerdo...

  Fue muy placentero caminar por un lado del canal de Coria, hasta llegar a la carretera a la Ordeña, en donde esperé el autobús que me llevara de regreso a Salamanca.

 Parte de los datos del Censo de 1895.

Este es el primer registro de Bautismo en donde aparece una persona avecindada en Las Cruces, del 27 de abril de 1683.


Fuentes:

1.- Carrillo Cázares, Alberto. Partidos y Padrones del Obispado de Michoacán, 1680-1685. El Colegio de Michoacán. Zamora, 1996. pp. 415-427.

2.- González Sánchez, Isabel. El Obispado de Michoacán en 1765. Comité Editorial del Gobierno de Michoacán, Morelia, 1985. p.304.

3.- Castro Rivas, Jorge Arturo. Rangel López, Matilde. Relación histórica de la Intendencia de Guanajuato durante el periodo de 1787-1809. Universidad de Guanajuato, Guanajuato. 1998. pp.162-163.

4.- Archivo Histórico Municipal de Salamanca. Gobierno. Censos y padrones. Caja 84, 1818-1895, leg. 1.

5.- Archivo Histórico Municipal de Salamanca, Gobierno. Censos y padrones. Caja 84, 1818-1895, leg. 5.

6.- Castro, Lorenzo. The Republic of Mexico. Thompson & Moreau Printers. New York, 1882.

7.- Peñafiel, Antonio. Estadítica General de la República. Tomo VII, Estado de Guanajuato. Ministerio de Fomento, México, 1887, p.141-145.

8.- Archivo Histórico Municipal de Salamanca. Caja 272. Estadísticas.