San Nicolás de Tolentino es uno de los santos agustinos más importantes, y en Nueva España llegó a tener más importancia aun al ser consagrada a su persona la Provincia Michoacana que era enorme, pues no solo abarcaba lo que hoy conocemos propiamente como Michoacán, pues incluía a Guanajuato, parte de San Luis Potosí, Colima y Jalisco. Esta provincia congregaba el territorio del Obispado de Michoacán y el Obispado de Guadalajara. La Nueva España se dividió para los agustinos en dos provincias, al norte la de San Nicolás de Tolentino, al sur la del Santísimo Nombre de Jesús de México.
Es por eso que en la región del Bajío veremos siempre la representación de San Nicolás de Tolentino, del que hay dos maneras, en su iconografía de manifestarlo, una de ellas es con la imagen de un hombre más bien joven, vestido con el hábito agustiniano negro, llevando en una mano un plato con una perdiz o paloma, en la otra lleva el lirio símbolo de la predicación, además su hábito siempre tendrá estrellas. Le excepcional escultura que tenemos en Salamnca así lo muestra, ya perdió el lirio, por cierto.
A San Nicolás de Tolentino se le considera el patrono de los panaderos, esto debido a que, se dice que debido a las fuertes penitencias a que se sometía, al caer en trance dejaba de comer y un día se le apareció la virgen y le dio un pan. Recobrado de sus mortificaciones corporales, le ordenaron, bajo juramento que no podía romper por la regla de obediencia a que estaba sometido, alimentarse. Le presentaron un plato con una perdiz asada, al bendecir el plato, la perdiz (o paloma) recupera la vida y vuela.
Esta escultura que ahora vemos, es una de las dos que sobreviven en la fachada principal. Originalmente hubo seis, cuatro desaparecidas y sin registro alguno que nos diga quiénes estaban allí. Identificamos hace poco a San Juan de Sahagún en una de esas dos esculturas, la del lado derecho y presumimos que esta, al lado izquierdo, es precisamente la del santo que hoy se venera: San Nicolás de Tolentino, ya que conserva esos dos atributos: en su mano izquierda el plato (ya sin la perdiz) y en la derecha toma la posición de portar la vara del lirio. Lo que no me acaba de convencer es que en la cabeza parece ser un tricorino lo que porta, quizá sea solo la tonsura y al verlo desde abajo y a distancia, nos de esa apariencia. Será bueno anotar que el Dr. José de Santiago Silva en el estudio que hizo del templo agustino en su libro de Ediciones la Rana 2004, p.222 identifica a esta escultura como San Agustín, diciendo que lo que porta este "bulto" en en la mano izquierda es una iglesia, atributo que se les asigna a los fundadores de las órdenes religiosas. Me queda la duda.
Hay una representación más de San Nicolás de Tolentino en el templo de Salamanca, se localiza en la torre poniente, pero no he coincidido con un día que tenga buena iluminación natural para poderlo fotografiar. Hay otra manera de representar al santo, misma que no la he visto aquí, en Salamanca, en cambio está en Celaya, Morelia y muchos templos más, como en el de Malinalco, Estado de México, en donde tomé la fotografía que ahora ves, que lo muestra en esas rudas mortificaciones a las que se sometía, portando en su mano izquierda un crucifijo y en la derecha el silicio mortificador.
Será bueno recordar que hoy, 10 de septiembre, día de San Nicolás de Tolentino, la tradición marca el reparto de los llamados "panecillos de San Nicolás", tradición que existe en Salamanca y que trata de sobrevivir. Si has entrado al templo y has visto sin atención los retablos, el de San Nicolás está del lado derecho, antes del espléndido púlpito.
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