Fue en 1976 cuando José López Portillo tomó posesión de la Presidencia de la República, su discurso fue por demás célebre. Y celebres serían muchos otros discursos en los que incluía frases de un triunfalismo tal que nos hizo pensar que el petróleo sería la solución a los problemas y carencias del pueblo mexicano. De hecho el lema de su campaña fue “la solución somos todos”.
Una de las frases que pasaron a la historia (negra) de México fue, además de la del perro, la que debemos analizar con detenimiento: "Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia." Lo dijo porque entonces se descubrió Cantarell y se presupuestó una cantidad tal de barriles de petróleo que pondrían a México dentro de los diez países con mayores ingresos en todo el mundo. La realidad fue otra, si eres joven, ahora la padeces, si eres de mi generación recordarás que desde ahí desapareció aquello del 12.50 x 1 y comenzamos a conocer la devaluación del peso.
En buena medida esa “abundancia”, que venía del petróleo, se vio reflejada en Salamanca, no sé exactamente cuando ocurrió, pero fue en ese sexenio 1976-82 cuando se ideó abastecer de gas a todas las casas de la Colonia Bellavista mediante un sistema de tuberías subterráneas de la que nos queda el vestigio de los respiraderos por varias de las esquinas de la mencionada colonia. Quizá las has visto, o tal vez ni las has notado pero ahí están, recordándonos de los excesos que se vivieron en aquellos años “dorados” para algunos, terribles, para otros.
Habrá que ponerle atención a la idea original que hubo en 1949 para diseñar la Bellavista. Los espacios estaban muy bien pensados, la amplitud de las calles se adelantaban a su momento, dos calles se volverían ejes de toda la población de Salamanca, Tenixtepec de norte a sur y Faja de Oro de oriente a poniente. Las dimensiones de cada propiedad eran excepcionales, quedan algunos ejemplos aun de las primeras casas. Eso lo comentaremos en otra ocasión, lo que hoy nos ocupa, por si no sabías por qué hay tantos “bastones” de fierro por ese rumbo, ahora ya lo sabes, eran respiraderos. Por cierto, el sistema nunca se puso en operación.
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