Son ya 450 años los que se cumplen de la llegada del Cristo Negro del Señor del Hospital a Salamanca, pero su historia comienza desde antes. Aquí trataremos de adentrarnos un poco mas allá, a los antecedentes que generarán con el tiempo, la llegada de la imagen y la difusión de su culto en la zona del Bajío
Es en 1521 que los españoles someten al imperio azteca, los templos y sus imágenes son destruidas, la imposición de la religión católica se da y una a una van surgiendo las figuras que irán dando forma a la fe del nuevo pueblo mexicano, con un buen dejo de tradición medieval se van entretejiendo milagros y fantasías, pero desde un principio es la fe inquebrantable de esos primeros mexicanos va surgiendo.
Es en 1521 que los españoles someten al imperio azteca, los templos y sus imágenes son destruidas, la imposición de la religión católica se da y una a una van surgiendo las figuras que irán dando forma a la fe del nuevo pueblo mexicano, con un buen dejo de tradición medieval se van entretejiendo milagros y fantasías, pero desde un principio es la fe inquebrantable de esos primeros mexicanos va surgiendo.
Sala Deprofundis en el Ex - Convento Franciscano de Huejotzingo, Pue., en donde se ven los doce primeros frailes que llegaron a la Nueva España.
Con la venia del Emperador son doce los franciscanos que llegan a iniciar la evangelización de la Nueva España, los llamados doce apóstoles son conducidos por fray Martín de Valencia, y éstos fueron: Francisco de Soto, Martín de Jesús (o de la Coruña), Juan Suárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente (Motolinía), García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, y los frailes legos Andrés de Córdoba y Juan de Palos. Llegan a Veracruz en Mayo de 1524 para iniciar su labor.
Cuenta Bernal Díaz del Castillo (cap.171) que, en cuanto supo Cortés que los franciscanos estaban en el puerto de Veracruz, mandó que por donde viniesen barrieran los caminos, y los fueran recibiendo con campanas, cruces, velas encendidas y mucho acatamiento, de rodillas y besándoles las manos y los hábitos. Los frailes, sin querer recibir mucho regalo, se pusieron en marcha hacia México a pie y descalzos, a su estilo propio. Descansaron en Tlaxcala, donde se maravillaron de ver en el mercado tanta gente, y, desconociendo la lengua, por señas indicaban el cielo, dándoles a entender que ellos venían a mostrar el camino que a él conduce
Es precisamente Fray Antonio de Ciudad Rodrigo a quién se le asigna la región norte de la Ciudad de México, lugar de asentamientos otomí, iniciando su labor en Jilotepec, en el actual Estado de México, punto de partida del “camino real” que unía los centros mineros ya descubiertos en el norte, Guanajuato y Zacatecas, mas adelante se trazaría mas al norte hasta llegar la población mas septentrional de la Nueva España, Santa Fe en el actual estado de Nuevo México.
El camino real conectaba la Ciudad de México con todas las poblaciones mineras del norte de la Nueva España.
Ya cerca de México, como vimos, Hernán Cortes salió a recibirles con la mayor solemnidad. Y los indios se admiraban sobremanera al ver a los españoles más grandes y poderosos besando de rodillas los hábitos y honrando con tanta reverencia a aquellos otros tan pequeños y miserables, que venían, como dice Bernal Díaz del Castillo, «descalzos y flacos, y los hábitos rotos, y no llevaron caballos sino a pie, y muy amarillos». Y añade que desde entonces «tomaron ejemplo todos los indios, que cuando ahora vienen religiosos les hacen aquellos recibimientos y acatos» (cap.171). Esta entrada de los Doce en México, el 17 de junio de 1524, fue una fecha tan memorable para los indios que, según cuenta Motolinía, a ella se refieren diciendo «el año que vino nuestro Señor; el año que vino la fe» (Historia verdadera de la conquista de la Nueva España III,1, 287).
Es hacia 1527 que una segunda venda de Franciscanos incluye a fray Juan de San Miguel, quien auxilia a los tarascos luego del devastador paso de Nuño Beltrán de Guzmán quien meses antes había atacado la zona del actual Michoacán. Luego de aprender la lengua tarasca, fundar los pueblos de Tancítaro y Uruapan, entre otros, instalando escuelas de primeras letras y de música, enseñando artes a los indígenas, defendiéndolos de la opresión ejercida por los conquistadores. Fueron veinte hospitales los que fundó, la peste azotaba la región y diezmaban la población.
Monumento a Don Vasco de Quiroga en Pátzcuaro, Michoacán.
Aquella labor la siguió Don Vasco de Quiroga, extendiéndola generosamente al asentarse en Pátzcuaro, lugar de concentración e importancia para la cultura tarasca, proyectándola hacia una nueva etapa de desarrollo. Funda tres de los hospitales mas importantes de la Nueva España, el llamado Santa Fe de la Laguna, es el que se ubica en Pátzcuaro, su labor continúa por toda la zona asignada, la cual incluyó el actual estado de Guanajuato en donde otros varios hospitales son por él creados, entre ellos los de Salamanca y Acámbaro.
Aquella labor la siguió Don Vasco de Quiroga, extendiéndola generosamente al asentarse en Pátzcuaro, lugar de concentración e importancia para la cultura tarasca, proyectándola hacia una nueva etapa de desarrollo. Funda tres de los hospitales mas importantes de la Nueva España, el llamado Santa Fe de la Laguna, es el que se ubica en Pátzcuaro, su labor continúa por toda la zona asignada, la cual incluyó el actual estado de Guanajuato en donde otros varios hospitales son por él creados, entre ellos los de Salamanca y Acámbaro.
Felicidades por este esfuerzo
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