Cristos de pasta de caña de maíz, siguen siendo una tradición de Guadalajara, Jalisco.
Las esculturas en caña de maíz constituyen un patrimonio precioso y original de México, ya que reflejan el proceso de evangelización de la Nueva España y el mestizaje artístico, religioso y tecnológico que tuvo lugar en la época colonial entre europeos e indígenas.
Según los cronistas, los indígenas desarrollaron la técnica original de las figuras de pasta de maíz en Michoacán. Hubo también manufacturas en Xochimilco y otros lugares del centro del país, desde donde se distribuían al resto de México, llegando a España y, posiblemente, a otros lugares de América. Se hicieron durante toda la época virreinal, en los siglos XVI, XVII y XVIII. Hubo escultores de renombre entre los que destacan los diversos miembros de la familia De la Cerda. Se destinaban al culto, generalmente en iglesias, conventos, capillas y otros recintos religiosos donde todavía continúan en uso. Hoy también forman parte de colecciones particulares y de museos.
Las esculturas en caña de maíz constituyen un patrimonio precioso y original de México, ya que reflejan el proceso de evangelización de la Nueva España y el mestizaje artístico, religioso y tecnológico que tuvo lugar en la época colonial entre europeos e indígenas.
Según los cronistas, los indígenas desarrollaron la técnica original de las figuras de pasta de maíz en Michoacán. Hubo también manufacturas en Xochimilco y otros lugares del centro del país, desde donde se distribuían al resto de México, llegando a España y, posiblemente, a otros lugares de América. Se hicieron durante toda la época virreinal, en los siglos XVI, XVII y XVIII. Hubo escultores de renombre entre los que destacan los diversos miembros de la familia De la Cerda. Se destinaban al culto, generalmente en iglesias, conventos, capillas y otros recintos religiosos donde todavía continúan en uso. Hoy también forman parte de colecciones particulares y de museos.
Cristo de Sangre en Torrijos, Toledo, España.
En particular, Pátzcuaro es el corazón de la zona lacustre, uno de los puntos que más identifican al estado de Michoacán, ya que fue el principal centro religioso prehispánico, pues decían sus antiguos habitantes que ahí estaba la puerta del cielo por donde descendían y subían los dioses. En el año de 1540, Don Vasco de Quiroga trasladó de Tzintzuntzan a Pátzcuaro el Obispado de Michoacán, otorgándole a la ciudad la categoría de capital de Michoacán.
Fue ahí que se produjeron infinidad de imágenes de pasta de caña de maíz, tanto para las iglesias como para las procesiones que se realizaban en las calles durante los días de la Semana Santa. Cuentan los cronistas que eran tan abundante la producción que se exportaban a España, dicho comercio dio fama a los talleres de Pátzcuaro debido a la perfección y belleza de las esculturas, las cuales eran a escala humana. Se comenta que “Tata” Vasco al regreso de su segundo viaje a España trajo a dos escultores que tenían altos conocimientos en este tipo de arte, lo hizo con el fin de fundar una escuela para aprovechar los conocimientos tarascos en la técnica y arte de la escultura sobre madera.
Otro Cristo de pasta de caña de maíz lo encontramos en el Señor del Perdón en Zapotiltic, Jalisco.
El historiador del siglo XVIII, Matías de la Mota Padilla, oriundo de Guadalajara, Jal., dice que: “Luis de la Cerda fue el mas famoso escultor que a este reino llegó de Europa, fue el primer maestro de donde se ha derivado de padres a hijos, el que es hoy un oficio común entre los indios de la Sierra de Michoacán”.
Un distinguido jalisciense, nacido en el siglo XX en Tuxpan, Monseñor Luis Enrique Orozco Contreras cuenta como era la elaboración de la pasta de caña de maíz de la siguiente forma: “La pasta con que se elaboraban los ídolos se preparaba cortando las cañas de maíz ya secas, se hervían en agua con hierbas venenosas para matar las polillas, vueltas a secar al sol, les despendían la corteza y extraían solo la médula, la cual molían cuidadosamente antes de reducirla a polvo; estando bien martajada la caña, la mezclaban con la goma de una begonia de orquídea llamada en tarasco Tatzigui. Enseguida se ponían a cocer los bulbos de esta planta en agua; en este proceso, se desprendía la goma que era elemento aprovechable. De esa mezcla resultaba una pasta manejable, ligerísima y de gran duración”.
El historiador del siglo XVIII, Matías de la Mota Padilla, oriundo de Guadalajara, Jal., dice que: “Luis de la Cerda fue el mas famoso escultor que a este reino llegó de Europa, fue el primer maestro de donde se ha derivado de padres a hijos, el que es hoy un oficio común entre los indios de la Sierra de Michoacán”.
Un distinguido jalisciense, nacido en el siglo XX en Tuxpan, Monseñor Luis Enrique Orozco Contreras cuenta como era la elaboración de la pasta de caña de maíz de la siguiente forma: “La pasta con que se elaboraban los ídolos se preparaba cortando las cañas de maíz ya secas, se hervían en agua con hierbas venenosas para matar las polillas, vueltas a secar al sol, les despendían la corteza y extraían solo la médula, la cual molían cuidadosamente antes de reducirla a polvo; estando bien martajada la caña, la mezclaban con la goma de una begonia de orquídea llamada en tarasco Tatzigui. Enseguida se ponían a cocer los bulbos de esta planta en agua; en este proceso, se desprendía la goma que era elemento aprovechable. De esa mezcla resultaba una pasta manejable, ligerísima y de gran duración”.
Estupenda foto de la Hermandad de la Pasión en Córdoba, España nos muestra al Cristo de Gracia que fue hecho en Puebla y llevado para su veneración en este lugar de Andalucía
Este es un interesantísimo sitio que nos muestra como son las tradiciones andaluzas en torno a la Semana Santa y otras festividades.
http://www.cristodegracia.es/
Este es un interesantísimo sitio que nos muestra como son las tradiciones andaluzas en torno a la Semana Santa y otras festividades.
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Excelente artículo, felicidades!
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