sábado, 12 de septiembre de 2009

El legado de doña Emeteria Valencia en el Señor del Hospital

Un personaje que fue fundamental en el desarrollo del culto al Señor del Hospital es Doña Emeteria Valencia sin lugar a dudas. En Salamanca contamos con algunos vestigios de esta dama, uno de ellos la placa que en la esquina de Obregón y Guerrero recuerda que fue allí, en lo que fueron en su momento las últimas calles de Salamanca, el lugar donde nació. Otro lo tenemos en la Plazoleta Hidalgo en donde se levantan los obeliscos recordando a los salmantinos ilustres y la calle que lleva su nombre. No debemos de olvidar que el recuerdo más valioso que tenemos en Salamanca es que fue ella, Doña Emeteria Valencia la persona que donó el capital suficiente para la erección del Templo del Señor del Hospital.

De la vida de doña Emeteria, la señora Abigail Carreño, periodista de Celaya nos comenta que “un 3 de marzo, del ya lejano año de 1834, nacía en Salamanca una niña, hija del matrimonio de don Patricio Valencia y doña Guadalupe Ibáñez. Esta niña nació en un humilde hogar de personas muy ricas, pues habiendo sido su padre un humilde labriego, circulaba en aquel tiempo en Salamanca la noticia de que don Patricio encontró rumbo a Santa Cruz de Comontuoso un gran tesoro que se suponía habría sido escondido o por algún hacendado o por algunos bandidos durante la guerra de Independencia. Sea lo que fuere, lo cierto es que don Patricio dejó de ser pobre de la noche a la mañana y empezó comprando propiedades en Salamanca y en Santa Cruz”.

Continúa la señora Carreño de Maldonado: “hemos de agregar que por ahí del año 1855, llegó a Salamanca un joven español de nombre Eusebio González y se empleó con el acaudalado señor don Patricio Valencia, en calidad de cuidador de su ganado. Don Eusebio, aprovechando la época tan inestable en que vivía nuestro país, encontró la forma de hacer buenos negocios, ya feura vendiendo telas, vituallas, ganado, en fin, haciendo diversas operaciones comerciales en donde lograba muy buenas ganancias, además del sueldo que recibía de don Patricio, el que más tarde sería su suegro”.

Hay personas afortunadas en esta vida, sin lugar a dudas uno de ellos fue Patricio Valencia, padre de doña Emeteria, pues de acuerdo a lo que dice la Monografía del Municipio de Comonfort, (desconozco el nombre del autor), fue otro tesoro el descubierto por el padre de doña Emeteria: “El pico de Orizaba (Citlatpetl) de 5757 metros de altura en Veracruz, es el mudo testigo que ha dado la bienvenida a cuantos visitantes llegan a través del Atlántico y al pie de este gigantesco cerro una barranca conocida como Metlac, cruzada hoy por el ferrocarril mexicano y bordeada desde hace siglos por atajos sin número de mulas y burros, por ahí penetró la civilización europea a la Nueva España, por ahí desfilaron frailes y capitanes, soldados y obispos, conquistadores y virreyes, nobles y emperadores y cargamentos de todas clases, con inimaginables riquezas, que en ocasiones llegaron a caer en dicho barranco, lo que ocasionó que se pensara que esta barranca estaba embrujada”.

“Cierto día, llegó procedente de Salamanca, España, don Patricio Valencia con el fin de comprar tabaco y llevarlo en sus mulas a su patria; esto ocurrió continuamente, pero en determinado momento al pasar por la barranca de Metlac, se le cayó una mula con su cargamento de tabaco, lo pensó seriamente y optó por bajar por su carga, ya que la pérdida de la mula era irreparable; al descender escuchó los gritos de un viejecito el cual le indicaba que no siguiera por ese lugar que estaba embrujado, ya que había devorado muchas vidas. Don Patricio no hizo mucho caso y siguió hasta el fondo del abismo en donde se encontró con grandes cantidades de oro, plata, joyas, finísimas ropas, tapices, telas de tisú y escarlata, todo ello amalgamado con esqueletos, podredumbres malolientes y osamentas llenas de barro y moho de quienes tuvieron la desgracia de caer a tan maravilloso lugar. Todo esto hizo que don Patricio Valencia hiciera varios viajes de oro y plata disimulando los bultos con hojas secas de tabaco”.

Esa historia es, sin lugar a dudas una hermosa leyenda que se le atribuye a don Patricio, en esta Monografía que encontré en la Biblioteca Municipal de Comonfort, se menciona que don Patricio era originario de Salamanca, España, siendo esta la primera vez que se dice algo sobre su origen y que da pie a una cierta incredibilidad a tan particular historia. Sea el que sea el origen de la fortuna de don Patricio, lo interesante fue que su yerno con habilidad innata para los negocios supo llevar los telares de la familia Valencia a posicionarlos como los mas grandes de México y su fortuna la mas importante de todo el Bajío durante el convulsionado tiempo de la segunda mitad del siglo XIX.

Es por algo que se le ha dado el título de Benemérita a doña Emeteria y dentro de sus pías obras, además de su valiosísima aportación que hizo al sostener un buen número de escuelas en Salamanca, Celaya, Soria y Salvatierra, donó la cantidad suficiente par que se construyera el templo del Señor del Hospital, encargando en 1887 su diseño al Ingeniero inglés, avecindado en Salamanca, Ernest Barton, logrando la concepción de una magnífica obra usando los conceptos arquitectónicos de moda en ese momento en todo México, especialmente en el Bajío, el Neoclásico. El diseño arquitectónico se hizo, pero la obra nos e realizó en ese momento pues el 25 de Octubre de 1893 muere doña Emeteria en su casa de Celaya. Tres años antes, Ernest Barton, el diseñador, murió en Salamanca víctima de una epidemia de difteria.

Todos los que somos salmantinos y católicos debemos estar muy agradecidos a ambos personajes, especialmente a doña Emeteria Valencia ya que fue ella quien nos legó a todos el Templo, ahora Parroquia y pronto Santuario en donde veneramos al Cristo Negro del Señor del Hospital. Justo recuerdo merece también la otra pía salmantina que aportó fondos para la construcción del Templo, doña Cayetana Gasca, dama de la cual no he logrado aun encontrar nada que nos hable de su vida.

Hemos dicho, casi hasta el cansancio, que el Templo del Señor del Hospital es un verdadero museo, pues bien, ahora complementamos este concepto al presentar aquí las fotografías del plano original del diseño arquitectónico de fachadas principal y lateral realizado por el Ingeniero Ernest Barton en 1887, podemos constatar todo lo aquí escrito, en la leyenda que aparece en el plano, donde nos menciona que es un encargo de Emeteria V. de González.

Los planos se encuentran en buen resguardo en la Notaría Parroquial, agradezco al Señor Cura Alfredo González Vázquez el haberme dado la oportunidad de conocerlos y fotografiarlos.


1 comentario:

  1. Cómo Salmantino te felicito y agradezco por tu Blog y esta investigacion tan interesante, lamentable que la gente no comente tanto, yo investigando acerca de esta Señora llegue a tu blog.

    ResponderEliminar