martes, 29 de diciembre de 2009

Diez Cristos de la Ciudad de México

La ciudad de México al haber sido en la antigua Tenochtitlán la capital del imperio Azteca, para transformarse luego en la capital de la Nueva España y actualmente ser la capital de nuestro país, ha concentrado por lo tanto los distintos poderes e ideas que conforman nuestros sentimientos que, como pueblo, nos identifican. Uno de ellos, el religioso, al asentarse ahí, además de la Catedral Metropolitana, la Basílica de Guadalupe que, sin lugar a dudas, es el recinto católico más venerado de todo México. El Cristo que vemos aquí es el de la propia Basílica de Guadalupe, precisamente el día grande, el 12 de diciembre de 2009. Es de llamar la atención su color, distinto a todos los cristos que a lo largo y ancho del país se veneran, en este caso, su color cobrizo nos identifica plenamente con las razas originales que poblaron nuestra nación.


Esta otra representación del Señor Crucificado la encontramos en la antigua Basílica de Guadalupe, cuya construcción se comenzó en 1695, consagrada en 1709 y declarada Colegiata en 1749, el altar de mármol de Carrara que vemos es donde se expuso durante más de cuatro siglos la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, para el 12 de octubre de 1976 que fue cambiada la Santa imagen a su nuevo recinto, la antigua Basílica inició una profunda restauración para evitar que se siguiera hundiendo, cosa terminada casi en la actualidad, allí fue donde captamos, también el 12 de diciembre del presente año esta imagen.


La impresionante Catedral Metropolitana conserva en el Altar del Perdón, uno de los Cristos más venerados en la ciudad, El Señor del Veneno, de cuya historia ya habíamos hablado anteriormente:

http://elsenordelhospital.blogspot.com/2009/09/el-senor-del-veneno-el-cristo-negro-de.html


Localizado en una de las 16 capillas laterales de la Catedral Metropolitana, encontramos al Señor del Buen Despacho, llamado así por la prontitud en resolver las peticiones que los devotos le hacían, esta capilla es quizá la que guarda más historia, al haber sido dedicada originalmente a San Eloy, o Eligio, el Santo Patrono de los Plateros, el gremio más rico durante los tres siglos de domino hispano. Más de la historia de esta capilla la encontrarás:

http://www.arquidiocesismexico.org.mx/Catedral%20Capilla%20de%20San%20Eligio.html


Otro de los conventos que fueron construidos años más tarde, rumbo poniente, el de San Cosme y San Damián, conservan este excepcional Cristo conocido como El Señor del la Salud, ó Señor de los Dolores, también se le conoce como El Señor del Fuego. De su historia no pude recabar nada. Si quieres saber más de esta Parroquia:

http://www.indaabin.gob.mx/dgpif/historicos/cosme.htm



Es en el Templo de Nuestra Señor de Loreto, en el Centro Histórico de México donde encontramos estos dos Cristos. Construida originalmente como baptisterio del Templo de San Pedro y San Pablo en el siglo XVII, es hasta 1809 que se inicia su reconstrucción ya como templo dedicado a esa advocación Mariana. Al poco de haber sido terminado, debido al peso de su colosal cúpula, diseñada por el más reconocido arquitecto Novohispano, Manuel Tolsá, el templo comenzó a hundirse, siendo en la actualidad más que notorio esta inclinación.


En la capital de la Nueva España se fueron asentando una a una las distintas ordenes religiosas, primero los Franciscanos, luego los Dominicos, más adelante llegarían los Agustinos y los Jerónimos, fueron estos últimos quienes levantaron su convento en lo que en aquél tiempo eran los límites de la ciudad. En la actualidad, desaparecido el convento, el templo de San Lorenzo sigue funcionando, es allí en donde se venera la imagen de Cristo en su advocación del Señor del los Trabajos.


Muy cerca de la Catedral encontramos el Templo de San Agustín con este magnífico Cristo.


Y en los que fueran los confines al oriente de la ciudad en la época colonial, en el barrio de La Merced, encontramos en el Templo de la Soledad este Santo Cristo.

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