Suele suceder que hasta que los problemas nos afectan es cuando les tomamos importancia. Tal es el caso de lo sucedido hace apenas 72 horas aquí en Salamanca: el robo de la corona al Señor del Hospital, que una vez sabida la desagradable noticia, nos damos cuenta del enorme problema que el robo de arte sacro ha generado en México. Sí, una calamidad más nos afecta. Sabemos del narcotráfico, lo vemos, lo sentimos, de eso da puntual cuenta la prensa escrita, la hablada y la televisada. El robo de arte sacro, a decir de
Apenas hace poco, doce días antes del robo, en la ciudad de México esto era lo que se decía: “
Ya desde años anteriores aparecía en la prensa nacional sobre robos, especialmente en los estados de Puebla y Tlaxcala, lugar de gran abundancia de obras artísticas del siglo XVI y XVII, en donde los ladrones, “sobre pedido” realizaban los robos, esto para no arriesgar nada, sabiendo que una pintura o escultura de tales características solo interesarían a un coleccionista, especialmente a uno que pueda afrontar la suma de dinero que ese tipo de obras llegan a costar en el mercado negro. Apenas en junio del 2009 en Michoacán, lugar que se vio fuertemente afectado por el robo de arte sacro pusieron los focos rojos sobre la problemática.
En
Al comenzar este mes de agosto, se daba cuenta, también en la prensa nacional, que unos ladrones especializados en arte sacro habían sido capturados en la ciudad de México junto a las obras “pedidas” por coleccionistas
Pero si hay rateros profesionales que han encontrado en el arte sacro la fuente de su latrocinio, peor aun, de sus sacrilegios, es porque hay los compradores. En una interesante nota que publicó El Universal en junio de 2008, se daba cuenta de que estas obras robadas iban a dar a los Estados Unidos, lo dice de esta manera: “En los estados de Arizona, California, Nuevo México y, en menor medida, Texas, se da un mercado con gran interés por el arte religioso mexicano. No tengo pruebas, pero entre muchos ricos estadounidenses –sajones- es una moda el Mexican Ranch Style, y es una paradoja: odian a los mexicanos que se brincan para ir a trabajar allá, pero adoran la cultura mexicana. Se construyen sus casas como las del siglo XVIII o del XVII mexicanos, y para que sean más increíbles necesitan objetos originales, no copias. Esa gente exige cuadros originales. Eso no quita que mucha gente del propio México los compre”. (3)
Fue en septiembre del 2009 en una reunión celebrada en Guadalajara con distintas autoridades de países latinoamericanos preocupados en la conservación de arte y avalados por
Desafortunadamente esto entra ya en el pasado, en el “hubiera”. Lo sucedido en Salamanca nos debe llevar a una profunda reflexión a pensar y sobre todo, a planear las estrategias adecuadas para que este tipo de cosas no sucedan. Si los valores cívicos, morales se ven ya perdidos, con esto vemos que nada detiene el interés de ciertas personas por hacerse de dinero de la forma más fácil y ruin: robando.
Y si a esto le agregamos el concepto de lo que es un sacrilegio, es decir, una profanación a algo que va mucho más allá del valor que en pesos y centavos puedan tener las cosas, esta vez se está robando algo que pertenece a la conciencia, al respeto, a lo sagrado, a algo que es intangible y que por lo tanto difícilmente podrá ser reemplazado.
Si te interesa leer las notas completas, entra aquí:
1.-
http://www.jornada.unam.mx/2010/07/29/index.php?section=cultura&article=a03n3cul
2.-
http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2009/06/22/index.php?section=cultura&article=020n1cul
3.- El Siglo de Torreón, 28 de junio, 2008
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/360971.el-robo-de-arte-sacro-de-lo-amateur-a-lo-prof.html
4.- El Informador. Guadalajara, 29 de septiembre, 2009.
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