Ahora estamos en Hidalgo esquina con Tomasa Estévez, esa casa es ahora una tienda de telas y nos encontramos que también había allí un comedor con las dos ventanas y la puerta central. Si caminamos por Juárez en su cuadra más comercial, la que va de Zaragoza a Tomasa Estévez y ponemos atención veremos que la zapatería Flexi tiene arcos en su interior, un poco más adelante, frente al jardín, en donde hay ahora otra tienda de telas sobreviven allí este detalle tan característico de la arquitectura civil del Bajío.
Volvemos nuevamente a esa tienda de productos chinos baratos y notamos que no solo son las dos ventanas y la puerta central las que existen, sino los arcos que formaron en algún momento el patio central... en ese sitio fue donde existió a mediados del siglo XIX uno de los mesones que albergaban a los viajeros de la Diligencia que venía de México y continuaba a Lagos... esos son ya solo recuerdos.
Desgraciadamente estas auténticas maravillas arquitectónicas ya nadie las reconoce ni les pone la mínima atención, es por eso que mencioné lo dicho por Goethe, de ver lo que conocemos solamente... tú que has pasado por ahí te has dado cuenta de su existencia? o eres de los que ven lo que conoce solamente? y dime otra cosa, verdad que Séneca tenía absoluta razón con lo de la destrucción de las ciudades.
En Salamanca, que ya se cumplieron 409 años de su fundación, no se cuantas horas faltan para su destrucción. Del patrimonio que existía, solo hay ahora, desafortunadamente, vestigios... eso es triste.
me gustan mucho las construcciones antiguas, aunque no se como se les llame hasta ahora, como ejemplo los que he leido en tu blog, asi como los estilos churrigueresco neoclasico modernista etc etc
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