martes, 26 de agosto de 2014

San Bartolomé vs San Agustín, en busca del Patronazgo en Salamanca.

   El pasado domingo fue la misa, Misa de Función, como marca la antigua tradición al ser una misa de importancia, fue en honor a San Bartolomé, el Santo Patrono de Salamanca que, por varios motivos, año con año va cayendo en el olvido. Salamanca no es el único caso en México que, habiéndosele asignado un determinado Santo como Patrono de la ciudad, villa o pueblo, las costumbres y el tiempo los van cambiando. Un ejemplo: León, Guanajuato, en donde su Santo Patrono es San Sebastián, pero muchos afirman que es Nuestra Señora de la Luz. Podríamos seguir enumerando los casos pero a lo que nos enfocaremos es a lo sucedido en Salamanca.

   Ocurrió que en 1602, cuando ya se le había asignado un nombre y una categoría a lo que sería la Villa de Salamanca, el aviso de esta autorización del virrey a los españoles para que se congregaran en un paraje cercano al Río Grande, el paraje tenía por nombre referencial el de San Bartolomé, incluso, en documentos de mediados del siglo XVII, cuando la villa de Salamanca tenía ya 50 años de haber sido fundada se anota a este río, el que ahora conocemos como Lerma, con el nombre del Río de San Bartolomé. Y ocurrió en aquel 1602, que el aviso de la autorización llega justo el día (o en todo caso la víspera) del mencionado Apóstol, cuya festividad es el 24 de Agosto. Y, casualidades de la vida, el español ¿o era criollo? que encabeza la lista de solicitantes para la nueva poblazón era el de Bartolomé, Sánchez Torrado sus apellidos.

   Y ocurrió que, doce años después, llegaron los padres agustinos y fundaron su casa en Salamanca. Esa casa se volvió en imponente construcción que incluía un elaborado templo barroco, un convento dividido en dos secciones, con un claustro menor y uno mayor y un proyecto de la Universidad Agustiniana. Obvio es pensar que para lo agustinos no hay día más grande en el año que el día de San Agustín, obispo de Hipona, que es el 28 de Agosto, justo cuatro días luego de San Bartolomé. Así que los habitantes tenían dos grandes, enormes, solemnes celebraciones en menos de una semana: el 24 la del Santo Patrono de la Villa, el 28 la del Santo Fundador de la Orden de San Agustín. 

   Pero las cosas no terminan allí, la historia es un poco complicada. Pues, cuenta la tradición, que el Martes Santo de 1560 ocurrió un milagro en una capilla, ubicada en la -dicen- Estancia de Barahona, dedicada a la Asunción de María, y ese milagro fue que el Cristo Negro, el que algunos identifican como el de los Agonizantes, apareció clavado en la tierra a poca distancia de donde había sido depositado para su custodia en señal de que ese era el sitio en donde quería quedarse. La capilla se convirtió en la del Hospital de Indios y surgió entonces el nombre de El Señor del Hospital.

   Ese Cristo se volvió tan venerado que, para finales del siglo XIX, ocupaba el 5º sitio en la lista de los principales lugares de veneración y peregrinaje en el país luego del Tepeyac, San Juan de los Lagos, Chalma y Zapopan. Y desde antes, estaba ya establecida la Fiesta Patronal de Salamanca, esa era durante la Semana Santa. ¿Por qué la fiesta patronal no se hacía en Agosto 24 para el Santo Patrono de la Villa?

   Pues creo yo, que porque la sociedad salmantina estaba ya dividida desde finales del siglo XVIII, y tenían como veneración al Señor del Hospital los varios pueblos de indios que había en rededor: San Pedro, San Antonio, Nativitas, Señor de Roque y San Juan de la Presa. Como misa para atender dada su solemnidad, por criollos y españoles, era la de San Agustín, ¿por qué digo esto?

   Porque una de las curiosidades que he visto en los libros parroquiales de Salamanca (los digitalizdos por Family Search) es que ya desde finales del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII) cuando ocurría un bautizo del hijo de uno de los personajes principales de la sociedad salmantina, este, era anotado por mano, en ocasiones, del Padre Prior Agustino, lo cual era toda una distinción, en términos sociales... y así, poco a poco, se le fue dando la espalda a San Bartolomé, al grado tal que hubo una época en la que, prácticamente se había borrado su solemnidad del calendario local. Y acaba de ocurrir la misa de San Bartolomé, y ya casi tenemos la de San Agustín.

   Y, en lugar de lamentarnos, estimados salmantinos, por que no nos congratulamos en tener varios patronazgos y rescatamos uno más, uno que sí está totalmente perdido, que fue a quién se consagró la fundación del convento agustino: San Juan de Sahagún, santo patrono, por cierto, de la Salamanca original, la Salamanca de España.


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