De los sesenta años que tengo de vida, con seguridad recuerdo bien los últimos cincuenta, específicamente relacionados con la fachada del templo de San Agustín, la cual ha pasado del blanco al amarillo y a un tono óxido, creo le llaman, al actual que está por concluirse. Trabajos que son de alta especialidad, que requieren de mucho tiempo y de más dinero que el imaginable. Si a eso agregamos las dimensiones del templo y del ex convento, si aunamos que el templo sigue en servicio, si la Casa de la Cultura instalada en el claustro menor, es del orden municipal; el Centro de las Artes de Guanajuato, instalado en el claustro mayor, dependencia del Instituto Estatal de la Cultura (del orden estatal) y de Conculta (del orden federal), tenemos un grandioso edificio que, desde años antes, comenzó a restaurarse con el programa de Adopte una Obra de Arte, en la que Pemex participó.
Hemos visto desde hace varios meses como ha sido dignificada la fachada del templo más representativo de Salamanca, falta poco para que este completo el trabajo, quizá no coincida con el 400 Aniversario del establecimiento de la Orden de San Agustín, que será el próximo martes 26 de Mayo; como quiera, queda muy poco tiempo para que el templo quede completamente terminado y lo podamos seguir admirando en lo mucho que ofrece, esto en términos de arte pues, San Agustín de Salamanca sigue siendo considerado como la obra máxima del Ultrabarroco en la que fuera la Nueva España.
Las fotografías que ahora comparto, las fui tomando desde Noviembre, cuando la torre oriente comenzó a ser intervenida, a través de ellas, nos daremos cuenta del avance que ha tenido tan importante obra.
Como mero punto de referencia tenemos esta fotografía de los años setenta del siglo XX en donde se aprecia cual era el estado que el templo de San Agustín tenía entonces.
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