jueves, 14 de mayo de 2015

Las raíces salmantinas de Diego Rivera.

   Si un guanajuatense no requiere de presentación alguna ese es, sin lugar a dudas, Diego Rivera. El pintor, el muralista que a muchos fascina y a otros molesta, molesta porque dicen que llegó para agredir los antiguos recintos novohispanos de la ciudad de México con sus pinturas. Para entender bien lo que transmite en su obra es necesario adentrarnos a buena parte de la historia prehispánica, pues hace referencias a distintos hechos y, sobre todo usa muchas simbologías y, en cuanto a colorido (más aun al manejo del color) se refiere, será bueno que, si aun no lo conoces el Museo Dolores Olmedo por los rumbos de Xochimilco, cuando tengas la oportunidad de ir, verás en una de sus  salas la que contiene varios de sus pequeños cuadros que pintó en Acapulco en los que de modo moderno retrata las puestas de sol; frente a ellos entenderás la razón de su grandeza como pintor.

   De Rivera mucho se le conoce por su relación con Frida Kalho, esto más bien es entre aquellos que "pueblean" en domingo y no precisamente que estén muy interesados en escuelas, técnicas y épocas de producción artística. Sabemos que Rivera vivió un tiempo en San Francisco, sabemos que tuvo un enfrentamiento con la Fundación Rockefeller pues "osó" pintar a los personajes simbólicos del socialismo en un sitio paradigma del capitalismo. Sabemos que Rivera es el creador de muchos de los escudos de los Estados de la República Mexicana, en fin, hay mucho más sobre su vida y más aun de su obra, pero esta vez lo que nos interesa es ver la parte genealógica del gran pintor mexicano cuya línea nos lleva, en segunda y tercera generación a Salamanca, sí, a Salamanca, Guanajuato.

   Diego Rivera nació en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886, ese día, de acuerdo al calendario litúrgico es el dedicado a la Purísima Concepción de María, por tanto, manteniendo aquella añeja tradición al niño le ponen por nombre: Diego María de la Concepción Nepomuceno Estanislao. Quizá lo del Nepomuceno sea por la influencia jesuita que hubo en Guanajuato, aunque ya había pasado más de un siglo de la expulsión de los padres de la Compañía de Jesús; el nombre de Estanislao, también asociado a los Jesuitas, seguramente se debe a que ese santo, Estanislao Kotska, está asociado a la idea de que él, presintiendo su muerte, escribe una carta a la Virgen diciendo que le gustaría estar en su presencia durante la festividad de la Concepción. El nombre que nuestro personaje usará, será el de Diego, que lo obtiene porque así se llamaba su padre. José Diego Martín de Jesús Rivera Acosta, su padre, era profesor. Quizá ejercía su magisterio en alguna de las escuelas que los padres jesuitas fundaron en Guanajuato. En la foto vemos a unos gemelos, se trata de Diego y José María, sí, efectivamente Diego Rivera fue cuate... seguro que de allí nace su afición por la historia prehispánica de México.

  La madre de Diego Rivera se llamaba María del Pilar Barrientos Rodríguez. Hay en lagunas páginas web la idea de darle una cierta nobleza al nombre de Rivera al incluir los "de" y, por si ni fuera suficiente lo ponen un doble "y", anotando en su biografía que su nombre completo era el de Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez. Para nuestros fines, los salmantinos, debemos tomar nota en el apellido materno de la madre del pintor: Rodríguez. 

   Padre y madre del pintor eran originarios de la ciudad de Guanajuato. Los abuelos paternos fueron Anastacio Rivera, natural de Puerto Rico, minero de oficio; casado con Inés Acosta, originaria de Guanajuato, Los abuelos maternos fueron Juan Barrientos Hernández, originario de León, Guanajuato, y María Cenobia Nemesia Rodríguez Valpuesta, originaria de Salamanca, Guanajuato, ambos avecindados en Iraputato, Guanajuato al momento de su matrimonio, que fue el 11 de septiembre de 1858, luego se irían a vivir a la ciudad de Guanajuato.

   Encontramos, pues, la línea en los ancestros de Diego Rivera, que nos conduce a Salamanca, y nos lleva al apellido, muy difundido de Rodríguez y otro nada conocido, el Valpuesta. Es así como llegamos la tercera generación del afamado pintor y encontramos a dos salmantinos en sus bisabuelos:

  "Don Ignacio Rodríguez Bela y doña María Gertrudis Valuesta Orozco, casaron en la iglesia parroquial del Señor del Hospital en Salamanca, el 25 de mayo de 1825, fue el padre oficiante el bachiller don Rafael Ramírez. Padrinos Francisco Méndez y María Juana (nota 1). Al márgen: Ignacio Rodríguez con María Gertrudis Balpuesta.

   "Al centro: En el año del Señor de mil ochocientos veinte y cinco, a veinte y cinco de mayo. Habiéndose examinado en la doctrina cristiana y dispuesto sacramentalmente. Yó el Br. D. Rafael Ramírez. Teniente de Cura, casé y velé infacie Eclesie por palabras de presente que hacen verdadero matrimonio a Ignacio Rodríguez. Ciudadano Mexicano originario y vecino de ésta villa hijo legítimo de Mariano Rodríguez y de María Dolores Bela difuntos. Con María Gertrudis Balpuesta y de María Eusebia Orozco que viven fueron sus padrinos Francisco Méndez y María Juana, cónyuges de esta Villa, siendo testigos José María y Antonio Martínez y para que conste lo firme con el Sr. Cura. (Rubrica) Mariano Zozaya (nota 2) (1)

María Cenobia Nemecia Rodríguez Balpuesta, abuela materna de Diego Rivera.

 Igancio Ramón Rodríguez Vela, bisabuelo materno de Diego Rivera.

María Gertrudis Polonia Balpuesta Orosco, bisabuela materna de Diego Rivera.

Los tatarabuelos maternos también fueron originarios y vecinos de Salamanca. Y anotaré, una vez más: las páginas de la Historia de Salamanca están tan llenas de eso, de historia, que tiempo nos faltará para recuperar todo lo que allí se encierra.

Notas:

1.- APSDH Libro de Matrimonios. No. 22 f.82.v
2.- APSDH Libro de Matrimonios de Indios. No. 13 f.132.v

Fuente:

1.- Salceda Andrade, Francisco Javier. Los ancestros de Diego Rivera Barrientos. Boletín del Archivo General del Estado de Guanajuato. No. 29, Enero-Junio 2007. pp.7-17

1 comentario:

  1. Que maravilla saber y conocer mas de nuestra historia, gracias Benjamìn Arredondo. Yo te recomiendo que en tu FB hagas pùblicos tus comentarios, para poder compartrirlos.

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