Recuerdo que hace más de cincuenta años, por el rumbo de la calle Tierra Blanca, por donde está el campo del golf de la Refinería, cuando aun no había reja, mucho menos barda, brotaba de por ahí agua, no era precisamente un ojo de agua, pero yo lo vi, lo recuerdo bien, que el agua abundaba. Hace poco, una amiga, de mi generación me lo reafirmó, pues me dice que a ella le tenían prohibido ir a jugar por ese rumbo porque había siempre agua y lodo. Recuerdo también que oía decir a mi mamá que en Salamanca a los muertos no se les podía enterrar a los tres metros reglamentarios pues si se hacían hoyos de semejante profundidad, ya al segundo metro brotaba agua.
A esto habrá que agregar que, todavía en el siglo XX, en la inundación de 1926, el agua se fue no al río sino a la Charca y que todavía en los años cincuenta el cauce del arroyo de San Antonio seguía funcionando, aunque con poca agua. Todo esto lo que nos indica es que había, efectivamente, abundancia de agua en Salamanca, sí, pero eso en tiempos pasados, ahora, con una población cercana (o tal vez ya rebasó) a los 300 mil habitantes y un consumo excesivo de agua y una sequía a la que no se le ve fin, los resultados son estos, como lo vemos en la foto que apenas ayer tomé en el llamado Canal de Sardinas, que no es precisamente el canal sino el drén, pues el que es canal pasa un poco más al oriente y este dren es el que divide la colonia Bellavista de la de Praderas, Reynas y demás.
Leí hace cosa de tres o cuatro meses en un boletín de la Comisión Nacional del Agua que este año de 2015 sería especialmente atípico... y ya lo vimos, lluvias excesivas en mayo y una seca impresionante hasta la fecha. Hoy está la alarma de un huracán en el Pacífico y la misma CNA dijo que nada bueno habrá en diciembre y enero en términos de clima. Un día frío, al otro calor, en partes muy seco y en otras demasiada lluvia. Y lo que ocurre en Salamanca es esto: un arroyo vacío... aun no he ido por el rumbo de Uruétaro, allí vi una vez, hace no muchos años, tal vez tres, que había partes en las que el Lerma no tenía más de diez centímetros de ancho.... eso, eso se llama sequía.
Y ocurrió que ayer, ya en la tarde, fui a caminar por un lado del canal o drén, como gustes llamarlo. Tenía varios meses de no pasar por ahí. Recuerdo que el año pasado. ante la gran alharaca de la Reconfiguración toda la parte que une el oriente de Las Reynas con Infonavit III la habían ya cercado y aplanadoras trabajaban allí, luego el camino al lado del canal lo ensancharon y lo rasparon, quedó transitable pero, ocurrió lo que todos sabemos, la caída del precio del petróleo y los ajustes presupuestales y la cancelación del proyecto de Reconfiguración.
Y cancelado el proyecto, abandonada fue la obra.... ¿qué sigue? no lo sé, pero ese canal de no limpiarse nos puede dar una desagradable sorpresa dentro de poco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario