Seguro has oído que una de las estancias que había por estos rumbos en el último cuarto del siglo XVI era la de Barahona. Se ha dicho, se ha afirmado que era de los hijos del conquistador, ese conquistador se llamaba Juan de Barahona, pero no se quedó en México, sino que siguió para Guatemala, se dice que junto a Pedro de Alvarado. Él tuvo dos hijos, uno de nombre Juan y el otro Sancho. Un Sancho de Barahona fundó varias poblaciones en Guatemala, con lo que confirmamos que él no atendía su estancia en lo que luego sería Salamanca.
En el escrito que seguramente es de la autoría de Vicente Flores, que relata una leyenda bastante fantasiosa sobre la imagen del Cristo negro que conocemos como El Señor del Hospital afirma que era un tal Ledesma el que administraba la estancia de Barahona y que un tal Marañón era quien conservaba un manuscrito otomí del que hizo una transcripción... cosas poco creíbles.
Fuera de lo que menciona la Merced de Fundación del 16 de agosto de 1602, en ningún documento hemos encontrado algo relacionado a esa estancia, en cambio sí encontramos los datos de la que obtuvo un Sancho de Barahona, quizá el mismo personaje, quizá otro distinto, pero sus propiedades estaban en lo que hoy es el estado de Hidalgo, se habla de un Trapiche en Ticomán, que es en la actual Delegación Gustavo A. Madero, pero nada de una estancia en los Chichimecas Blancos, que era como se refería entonces a la región del Bajío en donde luego se fundaría Salamanca.
Así, pues, ¿dónde quedó el Sancho de Barahona que tuvo la Estancia en lo que luego sería Salamanca?
Este último registro lo debemos analizar. Se expidió 6 años luego de la fundación de Salamanca, y menciona tierras en Atotonilco, por Celaya, y aparece un Sancho de Barahona ya con la categoría de "Don".
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