jueves, 12 de enero de 2017

La tradición de comer lechugas el día de San Gonzalo en Salamanca

  El culto a San Gonzalo llegó a México a través de los Dominicos, esta orden religiosa, llamada de los Predicadores (OP) no tuvo presencia en la región del Bajío, ellos más bien se fueron hacia el sur, Oaxaca, Chiapas y Guatemala son lugares en donde es habitual encontrar un templo en el que se rinda culto a Santo Domingo, Santa Rosa de Lima, principales santo de la orden. San Gonzalo pertenecía a esa orden, de ahí que su hábito sea blanco y negro, característico de los Predicadores.

  San Gonzalo no tiene ese título, es solamente Beato pero, por tradición se le conoce como Santo. La "causa", como se conoce a los procesos de canonización del Vaticano, concluyó hace buena cantidad de siglos, en 1560, cuando se le beatificó, mayores trámites no se siguieron pero aplicando aquello del "vox populi, vox dei", en todo el mundo católico se le dice San Gonzalo, quizá sea por lo complicado que pudiera ser a él como Beato Gonzalo.

   En Salamanca tuvimos presencia de la Orden de San Agustín (OSA), por lo que el culto a San Agustín, San Nicolás Tolentino, Santa Rita y Santa Mónica, entre otros, es normal. Ya que es la "zona de influencia" de la orden. Los cultos que hay localmente, como el de San Pedro, San Antonio, San Juan Bautista, son debido a que ellos conforman, entre otros muchos los santos más "populares" si es que el término aplica para el caso. Del culto mariano ni que decir, sea en la advocación de la virgen de la Natividad, la virgen de Guadalupe o la virgen de la Candelaria, son, digamos, "normales".

  El culto al Señor del Hospital es más que evidente, ya que es la advocación Crística que se venera en la localidad. La de San Bartolomé es, claro está, por ser el Santo Patrón Salamanca. Y lo que hoy nos ocupa, San Gonzalo, esa fue una devoción de alguien que la tenía luego de la guerra de Independencia y que influyó tanto en su barrio que hasta el nombre del templo se ajusto a la del Santo que no lo es oficialmente pues, como ya lo dijimos, es Beato. Nuevamente aplica aquello del "vox populi".

  Fue a mediados del siglo XVIII que, ante el crecimiento poblacional de la villa de Salamanca, que se crean los barrios de Señor de Roque al poniente, San Antonio al norte y Nuestra Señora de San Juan también al norte. Cada una de ellas tendría su propia capilla y sus propios mayordomos que se encargarían de la limpieza, el adorno de flores y velas y ocurría en aquel tiempo que, esos mayordomos prácticamente se apropiaban del inmueble, eso lo pudimos ver con las familias que estaban a cargo de San Antonio en el estudio que hicimos en ocasión del 40° Aniversario de la Parroquia del Sagrado Corazón. Todavía quedan ejemplares a la venta de ese libro, por si estás interesado en adquirirlo.

  Tanto el barrio como la capilla siempre estuvieron registrados como Nuestra Señora de San Juan, nunca se hizo oficial aquello que seguimos repitiendo de "San Juan Chihuahua" eso era una manera de referirse por costumbre al lugar, advocación mariana conocida como "Chihuahua" no existe, por lo tanto es absurdo que alguien se empeñe en referirse al lugar con un nombre que no lo es. La prueba la tendremos, una vez más, el 2 de febrero, cuando se haga misa de función en honor a la Virgen de San Juan de los Lagos, cuya festividad está ligada a la de la Candelaria.

  No voy a "quemar mis cartuchos" antes de tiempo, el nombre de la persona y la fecha en que ocurre, eso lo contaré en el libro que publicaremos próximamente sobre Haciendas de Salamanca en el cual incluimos un análisis exhaustivo de la formación y conformación de la villa que en 1895 adquiere el título de Ciudad de Salamanca.

  Y la fiesta de San Gonzalo se realizó una vez más en el templo a él dedicado pero... ¿te has dado cuenta de que son dos recintos y no sólo uno? digamos que uno es el Templo de San Gonzalo y el otro la Capilla de Nuestra Señora de San Juan, así que, como marca la tradición, llegó la gente a bailarle a San Gonzalo. ¿Por qué se le baila?

  Todo comienza en Portugal, en un pueblo llamado Amarante, en donde el fraile Gonzalo estaba a cargo del templo del lugar, era el siglo XIII, tiempos en que la esperanza de vida difícilmente llegaba a los 40 años, por lo tanto era necesario contraer matrimonio muy joven para procrear suficientes hijos que eran la fuerza motriz de toda labor que entonces se desarrollaba, plena Edad Media.

  Fray Gonzalo, el padre Gonzalo, ayudaba en esto de los nuevos matrimonios organizando bailes en los que presentaba muchachos a las muchachas (o viceversa) todo con el observante ojo de la Iglesia, procuraba que a través del baile se conocieran y formaran una nueva familia, su receta fructifico al grado que, la creencia popular, luego de muchos siglos confundió lo que él Gonzalo de Amarante, portugués hacía, con lo que no hacía otro portugués, San Antonio... y se confundió, quizá por la nacionalidad que el santo casamentero era Gonzalo y no Antonio, además, uno dominico, el otro franciscano.

  El culto a San Antonio fructificó rápidamente en Nueva España, igual ocurrió con el de San Gonzalo solo que, la Iglesia Novohispana, alarmada por los actos inmorales que se cometían al danzar en forma suelta y alegre, prohibió tales festejos... pero, nuevamente recurramos al "vox populi", como la bailada era cosa agradable, alegre y relajante... igual se practicó, al grado tal que, en nuestros días no solo vamos a "bailar a Chalma" sino también el 10 de enero a San Gonzalo.

  Era tradicional que a la fiesta de San Gonzalo se fuera a bailar y, además, a comer todo tipo de hortalizas, especialmente lechugas, rábanos y zanahorias. La razón es una y era muy propia de Salamanca. La capilla de Nuestra Señora de San Juan estaba enclavada en mitad de la zona de huertas que, desde la fundación de la villa hasta mediados del siglo XX funcionaron en Salamanca. En el mapa levantado en 1864 por el ejército francés, invasor en ese momento de México, que ahora ves, podrás reconocer las calles por las cruces que se marcan en donde había un templo, así abajo vemos el Hospital y San Agustín, al centro las Tres Caídas y el Santuario de Guadalupe, no aparece la Parroquia pero la identificamos fácil pues está marcada la plaza al frente de ella. La última calle al norte era la actual Matamoros, luego seguían las huertas, podemos ver en francés "Terre Cultivé", "Jardins", "Mais", "T.C.", y lo que por ahí se cultivaba aun en la primera mitad del siglo XX eran las lechugas, los rábanos y las zanahorias, razón por la cual, en el día de San Gonzalo, eso era lo que se se acostumbraba comer, era una tradición muy, pero muy local.

  Desaparecieron las huertas, desaparecieron al arroyo de San Antonio... la tradición de comer hortalizas en ese día está a punto de fenecer, esta vez solamente vi un puesto en el que vendían lechugas con chile, sal y limón. Y la fiesta estuvo más o menos así:






















1 comentario:

  1. Estimado Benjamín, en el Rancho de Los Cenizos originalmente se veneraba a San Gonzalo, luego fue sustituído por el culto a San Isidro. Hasta este año que algunos habitantes decidieron rescatar el culto a su patrono original con una pequeña fiesta, misa, y música de banda con su respectiva ''bailada''. De las imagenes, a falta de lechugas, rabanos y zanahorias, me quedo con las gorditas de trigo y con las quesadillas.

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