Bien sabes que acostumbro ir a toda fiesta patronal que hay en Salamanca, en ocasiones se me complica por lo alejado de la comunidad o por la carencia de servicio público de transporte. Esta vez, caminando, solo crucé la autopista, pues San Jacinto está del otro lado, rumbo norte. Hay algunos puntos por donde se puede cortar camino, claro es que está prohibido (creo) cruzar la autopista a pie, pero, si no es por ahí, la caminata se prolongará media hora. Así que para allá enfilé y no oí, al aproximarme, ni música, ni cuetes, ni la habitual algarabía de una fiesta patronal. Seguí caminando, llegué a la capilla del rancho y... estaba cerrada, no había adornos. ¿Qué pasa?, encontré a un muchacho y le pregunté de la fiesta. Fue ayer me respondió.
Efectivamente, esta vez me equivoqué, quizá debido a que fueron varias fiestas en el santoral católico seguidas que van el 15 de agosto con la Asunción, el 16 con San Roque, el 17 con San Jacinto, que pensé que éste último era el 18. Error no haber consultado en la mañana el Calendario de Galván.
San Jacinto es un santo de la Orden de los Predicadores, es decir, dominico. Nació en Cracovia, predicó en el norte de Europa: Dinamarca, Suecia, Noruega y Escocia; "también su palabra resuena en Rusia, a orillas del Mar Muerto, en Constantinopla, y en Grecia". A México llega, evidentemente, a través de los frailes dominicos que, por cierto, no tuvieron presencia en Guanajuato, como quiera, a Salamanca llegó el culto de San Jacinto ¿cómo? no lo sé. El rancho de San Jacinto es un desprendimiento de la hacienda que originalmente se llamaba San José de las Sardinas. Sardinas, como sobrevivió el nombre, fue dividida, luego de la guerra de Independencia, quizá durante uno de los periodos del dictador Antonio López de Santa Anna, en tres partes, cada una adquirió un nombre distinto, aunque conservó el apelativo Sardinas. De la que quedó como propiamente Sardinas, se desprendió, ya en el siglo XX, el rancho de San Jacinto.
A San Jacinto lo reconoceremos entre los tantos santos existentes, por su hábito dominico blanco y negro, en la mano derecha lleva un ostensorio, es decir, una custodia; en la izquierda la imagen de la virgen María (recordemos que él era de Cracovia que es la actual Polonia, y Polonia, junto con México son países eminentemente marianos.) La razón por la cual los lleva es porque él se dedico a propagar la fe. Quiero pensar que el próximo año, si es que estoy en Salamanca, tendré bien anotada la fecha en que se celebra a San Jacinto.
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