A Salamanca el culto a San Lorenzo mártir no llegó. Siendo él de los primeros santos de la Iglesia, de esa llamada Iglesia Primitiva su veneración y por lo tanto su nombre forma parte de una buena cantidad de barrios de la Ciudad de México, de pueblos en el Estado de México, Tlaxcala, Puebla y Morelos, que fue la región en donde se dio la primera evangelización, por Guanajuato, hasta donde buenamente sé, no hay rancho alguno que lleve por nombre el de San Lorenzo, en cambio, más al norte del país San Lorenzo está presente pues existe una asociación de él, por la fecha de su veneración que es el 10 de agosto, con la fiesta de la Vendimia, entonces por Parras, Coahuila es el santo patrono y allí es la sede de la productora de vinos Casa Madero.
A San Lorenzo lo distinguimos con facilidad porque su atributo es una parrilla, en donde dice la leyenda fue martirizado al ponerlo a fuego lento, tan lento que (sigue contando la leyenda) les dijo a sus sicarios que le dieran vuelta porque ese dado de su cuerpo estaba ya bien tostado. A este San Lorenzo lo vemos retratado en un altar de ánimas que está dedicado a la Preciosa Sangre de Cristo, que es la imagen central del cuadro, a la derecha es dónde aparece el santo español originario de Huesca.
Esta es la pintura completa, se trata de una "Devoción" mandada hacer por el que fuera el mayordomo y sacristán el templo del Hospital, actual Expiatorio, Gaspar de los Reyes Martín, en 1800. La pintura fue concluida el primero de Agosto, quizá fue develada un día como hoy, 10 de Agosto, de 1800, por ser el día del santo, pero más bien, la razón por la cual aparece allí es otra. Dado que esta es una pintura de Ánimas, y las ánimas están en el purgatorio, que no es otra cosa que el Infierno, allí lo que hay es lumbre, fuego, llamas, y esa es la idea que se asocia a San Lorenzo por el tipo de martirio que tuvo, pero la cosa va más allá, pues siendo su fecha de celebración un día como hoy, en el que (al menos aquí en Salamanca) la temperatura está verdaderamente infernal, entendemos mejor la razón de la parrilla pues, en buena medida, todos estamos siendo rostizados, más aun en el norte, en donde hace aun más calor que aquí, en el Bajío. A esta pintura, si aun no la has visto, te sugiero vayas al Expiatorio y la analices con mucha calma pues está llena de simbolismos.
Debajo, sobre nubes, custodiando a Jesucristo aparece, a la izquierda el arcángel San Rafael, lo reconocemos por el pescado que lleva en una mano y el bastón de peregrino en la otra. A la derecha está otro arcángel, San Gabriel, con la azucena que es su atributo.
La presencia franciscana está en Salamanca prácticamente antes de la fundación oficial de la villa, no es de extrañarnos que en esta Devoción aparezca él salvando con su cordón a las ánimas en pena del Purgatorio.
Al centro, en la parte alta, aparecen las Tres Personas, que no es otra cosa que la Santísima Trinidad, si comparas este altar de ánimas con el de San Agustín, verás, entre otros detalles que aquí las Tres Personas están vestidas completamente de blanco, símbolo de la pureza. En el de San Agustín aparece cada una de color distinto, Dios Padre en azul, representando el agua; Dios Hijo en rojo, que es la sangre o el vino y Dios Espíritu Santo en blanco. Seguramente sabes que al momento de consagrar se está invocando, precisamente a estas Tres Personas, razón por la cual se mezcla el agua con el vino.
Este es San Rafael. Su nombre quiere decir Dios sana, razón por la cual está considerado este arcángel como un médico, en este caso está sanando a las ánimas del purgatorio para que sean rescatadas por San Francisco.
Esta pintura, elaborada en 1800, mantiene toda la tradición gráfica de la época virreinal en cuanto a la manera de representar a las ánimas del purgatorio, en el cual igual hay moros (hay un moreno) que reyes (lo identificamos por la corona) que papas (lo identificamos por la corona pontifical) que letrados (lo identificamos por el tricornio) que sacerdotes (lo identificamos por el tonsurado de la izquierda), que mujeres, que hombres, y todos están allí. Te sugiero que luego de observar esta pintura, vayas a San Agustín y notarás exactamente lo mismo.
Este es el arcángel Gabriel, el mensajero de Dios, quizá sea la razón de su presencia en esta pintura que él sea quién está avisando a las ánimas del purgatorio que han sido ya salvadas. La Iglesia era muy clara, el que no reza y el que no mantiene toda las órdenes que ella marca, el padecimiento en el purgatorio sería total, de allí ese continuo temor hacia la muerte y más que a la muerte a los padecimientos del Infierno. Razón por la cual la asistencia a cada misa, la confesión cada viernes primero, y la comunión correspondiente tenían un valor, un valor en días... en el mismo cielo. Increíble, pero así funcionaban las cosas en esa época. Había misas que valían por 10 000 días de "vida eterna".
En la parte alta, debajo de las Tres Personas y custodiando aparece, en perfecto balance, hombres y mujeres. Recordemos que antes del Concilio Vaticano II los hombres se sentaban del lado izquierdo y las mujeres de lado derecho. Pues bien, en el cuadro vemos del lado derecho a la Santísima Virgen, debajo de ella, a los doce Apóstoles. San Pedro, a la izquierda con las llaves. San Pablo a la derecha con la espada.
Mientras que, del lado izquierdo está Señor San José y, debajo de él, las Once Mil vírgenes, encabezadas, claro es, por Santa Úrsula.
Fascinante... ¿no lo crees?
Esta pintura fue rescatada gracias a la buena administración que el Padre Alfredo González tuvo en su administración a, frente del Curato de Salamanca.
A San Lorenzo se le hace una gran fiesta en Florencia, Italia; ver aquí.
Las Fiestas de San Lorenzo en Madrid, aquí.
Fiestas de San Lorenzo en Tarapacá, Chile.
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