Dicen que eran 700 los ciclistas que pasaron el miércoles, más o menos al mediodía por Salamanca. No pasaron por el centro, lo hubieran colapsado, sino por la Autopista que igual fue semi-colapsada, 700 bicicletas son un montón, y si aunamos los camiones de servicio que lleva esta peregrinación, aquello se volvió una auténtica romería por los rumbos del rancho de San Jacinto, poco antes de llegar a la caseta de cobro, que fue el lugar en donde los vi. Y si salí a verlos fue porque fueron muchos los claxonasos que se oían y me hizo salir de donde me encontraba para aproximarme a la autopista y comprobar la interminable hilera de ciclistas que iban pasando rumbo a la Basílica de San Juan de los Lagos para ir a ver a la Virgen de San Juan en una de sus dos festividades que cada año se le celebran, la del 2 de febrero y la del 15 de agosto.
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