De que Salamanca ha perdido y sigue perdiendo su patrimonio arquitectónico e histórico desde hace tiempo, de eso no hay duda. Pueden haber docenas de razones pero, al final, ninguna es convincente. Entiendo que, al final, como dicen en los Estados Unidos "business are business", es decir, los propietarios de las fincas del siglo XIX, al adquirirlas por herencia o por compra, lo que buscan es un negocio, hacerlas productivas, por eso se han ido eliminando una a una, todas las magníficas casas que hubo alguna vez, hace un siglo o más, en Salamanca. En la actualidad estas fincas, algunas en ruinas, otras ya totalmente transformadas y divididas nos dicen (a cuenta gotas) que hubo aquí un estilo y características propias que, en la actualidad se volvieron simplemente bodrios que son insultantes a la vista... pero, dicen sus propietarios, producen dinero.
Hubo una vez en México, en el centro del país, en el Bajío y en zonas aledañas, una tradición que era colocar cruces en las esquinas de las casas que, entonces, abarcaban al menos un octavo, tal vez un cuarto, de cada cuadra. Esas cruces eran tan ornamentadas y tan sólidas, como la economía y devoción de cada propietario se lo permitía y se colocaban en la parte alta de la esquina. En Salamanca, (y en muchos lugares) había lugares en los que no se colocaba una cruz, sino una hornacina en la esquina (en Salamanca sobreviven, hasta donde lo he visto, solamente dos de ellas). Tenemos como ejemplo la ciudad de México en donde, en su Centro Histórico, se colocó en cada esquina, en cada casa una hornacina. Aunque en algunas se colocaron cruces.
Esta práctica no era otra cosa que una protección que se buscaba para cada casa, para cada familia, para cada construcción. Y es aquí, en Salamanca, en donde, lamentablemente, todas y cada una de esas cruces "esquineras" fueron perdidas, no ahora, sino hace mucho tiempo.
Tenemos como ejemplo, más propiamente, sobreviven los vestigios de dos de ellas. No de las cruces, sino de las bases en donde estaban colocadas. Ambas están en la calle de Aldama, por el rumbo del mercado municipal, una de ellas la vemos en la primera fotografía en la esquina de Cinco de Mayo con Aldama en donde la peana sobrevive y es más que notorio que sobre ella estuvo una cruz.
Vemos en la esquina Sur-Oriente de de Tomasa Estéves (foto anterior), que sobrevive una peana. Igual estoy exagerando y esto era simplemente un detalle ornamental como remate a la esquina, pero, en base a que en contra esquina de ella existió una cruz que tenemos bien documentada, es por eso que lo digo. Y esta fotografía que ahora ves corresponde al lugar en donde, una vez, existió una de esas cruces. Es la esquina Sur-Poniente de la misma intersección.
Y como en esta vida actual lo que necesitamos son documentos que prueben las cosas, aquí te la presento, esta era la casa que estaba en la esquina de Tomasa Estevez y Aldama, con su cruz "esquinera", misma que, en la actualidad, es esto que verás a continuación:
Bien lo dijo Séneca: "en unas horas se destruye lo que en siglos se construyó".
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