Fue ayer, 30 de Septiembre que tuvimos la primera presentación del libro que, con motivo del 40 Aniversario de la Parroquia del Sagrado Corazón se ha publicado por iniciativa del párroco, Monseñor Gerardo Velázquez con la finalidad de dejar constancia de lo sucedido no solo en las cuatro décadas que la Parroquia tiene funcionando, sino desde que la idea se concibió, hace más tiempo, cuando fue levantada, en lo que fuera una bodega, la capilla de la colonia que aun no se llamaba Bellavista.
Volvimos a formar equipo en Raíces, para la creación del libro, Rosa María Rojas, Dulce Cuevas y un servidor nos dimos a la tarea de escudriñar archivos parroquiales, archivos personales, papeles viejos, acudir a bibliotecas y Archivos Históricos en Salamanca, Guanajuato, Morelia, Ciudad Altamirano y casi llegamos a Zihuatanejo, todo con el fin de localizar la información fidedigna que nos diera lugares, fechas, nombres de la vida de un gran personaje que, aunque solo vivió diez años en Salamanca, dejó profunda huella: el padre Rafael Campuzano.
La parte histórica la desarrollamos en este libro haciendo reseña de cómo llegó la religión a esta parte del Bajío, cuáles fueron los templos que se fueron levantando y llegamos a un punto del que pocas veces se ha hablado en los libros de Salamanca: el desarrollo del Barrio de San Antonio que, en buena medida, fue el punto de partida de lo que hoy es la Colonia Bellavista y el norte de la ciudad, dicho coloquialmente, de las vías del tren pa'llá.
En este trabajo tuvimos la oportunidad de corroborar, una vez más, que la Historia de Salamanca se ha contado apenas someramente y que nos queda mucho por investigar. La idea principal, ante el enorme crecimiento que Salamanca ha tenido en las última décadas, las nuevas generaciones y los medios de comunicación que contamos en la actualidad, es de dejar constancia de testimonios de gente que en los años 50 era joven y que ahora, la memoria no es del todo buena; quisimos aprovechar justo la oportunidad de rescatar testimonios de vida, de cuando Salamanca dio el giro de ser una ciudad netamente agrícola a una ciudad industrial.
El esfuerzo de nueve meses de trabajo (toda una gestación) rinde frutos ahora que vemos el libro muy bien impreso, con fotos restauradas en las que van apareciendo muchas personas conocidas, la mayoría en sus años mozos y que ahora, la segunda o tercera generación de ellos son los que conforman la parte pujante de nuestra ciudad: los jóvenes. Y va dirigido, en buena medida a ellos este libro: para que la memoria quede y todo eso que nosotros, la generación anterior, vivimos.
Al final de la presentación uno de los asistentes hizo un comentario. Comentario que me llevó a una reflexión, utilizó una palabra contundente: fundidor. Y sí, sí que lo fue pues comenta esta persona cuyo nombre desconozco, es el cuarto en la foto. El padre Campuzano fue el fundidor, fue el crisol en dónde se fundió la sociedad de Salamanca con "los Petroleros", gracias a él, concluyeron la rencillas que entre unos y otros había y surgió esto que hoy es Salamanca.
Definitivamente todo lo que vertimos en el libro nos hace reflexionar en muchas cosas, nos hace ver la sociedad que somos, el conglomerado de gentes que ahora convivimos en esto que cada día es más grande y que se llama Salamanca. El libro está ya a la venta en la Librería del Sagrado Corazón, en la esquina de Árbol Grande con Tenixtepec.
No hay comentarios:
Publicar un comentario