En poco acabará el 2016 y antes de que eso ocurra quiero aclarar algo que en este año se dijo que yo dije. Lo del mural hecho en mosaico veneciano en la fachada de la Escuela Artículo 123. La confusión se dio al eliminar una palabra que yo usé que fue influencia, y al eliminarla el sentido de lo publicado cambió drásticamente.
La influencia de Diego Rivera la vi y la sigo viendo en casi todo el concepto desarrollado, uno de ellos es la serpiente, que bien podemos asociar a Quetzalcóatl y que el pintor incluyó en muchas de sus obras.
Diego Rivera, lo sabemos bien, era seguidor de la filosofía socialista, se manifestaba abiertamente como (creo) marxista y en esas tendencias algo que se plasmaba siempre era la presencia del obrero y el campesino, el martillo y la hoz se volvieron símbolo universal y en el mural desarrollado en Salamanca están bien presentes.
Algo que creo refleja aun más la escuela de Diego Rivera son los rostros, especialmente el de la niña con el cabello relamido, como regularmente lo mostraba el pintor, además del ojo alargado. Así pues, todo esto es la influencia a la que me refería.
Y ocurrió que quien diseño el mural se apellidaba, casualidades de la vida, Rivera. Era Rafael Rivera Rivera, contratista de Pemex, originario de Cuernavaca y era contratista, además de CAPFCE, organismo encargado de la construcción de escuelas del Gobierno Federal. En Salamanca ejecutó además de la Escuela Primaria Artículo 123, el Auditorio Lázaro Cárdenas. También construyó unas casas en la calle Guerrero, entre Obregón y Albino García.
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