Andar en las fiestas de Salamanca en ocasiones no es nada fácil, por un lado hay poca difusión de ellas, especialmente en las comunidades rurales, por el otro el acceso no es regularmente fácil, considerando que, en mi caso, no tengo vehículo, así que hay que llegar en servicio público y, en días como el de hoy, feriado, domingo 1° de enero, que no hay servicio de autobuses la cosa se complica aun más. Sin embargo para allá nos vamos, caminando...
Son varias las fiestas que hay en 1°de enero, una de ellas en el rancho del Divisador, a la que ya fuimos hace un par de años. La otra es en La Labor de Valtierra, dedicada a un Cristo y a la que hoy nos dirigimos en a la del rancho del Cuicillo, dedicada al Señor de la Piedad que ahí se venera.
Fueron casi dos horas de caminata para llegar al lugar, enfilando por la Clouthier, que luego se convierte en la carretera a La Ordeña para que, llegando al rancho de Guadalupe, doblar al oriente y hasta no topar con el Canal de Coria llegamos al rancho, en las faldas del cerro Gordo que gordo no se ve pues lo vemos de lado.
Fue justo por el rumbo de Bachachanes que topé con varios jinetes que se agrupaban, luego, con la respectiva música de banda entraron en marcha al rancho para rendir su veneración al Señor de la Piedad.
Habría carreras de caballos, Primeras Comuniones y su respectiva Feria, la comunidad estaba volcada en el día de fiesta más grande que ahí hay, al ir caminando por sus empinadas y empedradas calles era por una, otra, y otra casa más que se preparaban para la comida, comida en grande, según pude darme cuenta pues, a medida que me aproximaba al centro del rancho, más y más casas estaban ya listas para la gran comida que habría luego de la celebración eucarística.
Varias niñas ataviadas con sus grandes vestidos blancos tope por el camino, veía que todos vestían sus galas, no es para menos, es el día de fiesta en el Cuicillo.
La venta habitual de las festividades estaba ya armada, así como los juegos y la banda comenzaba a llegar, en la noche habrá baile.
La duda que me surge es cómo llegó aquí la veneración del Señor de la Piedad, siendo que en el Divisador, uno de los ranchos más antiguos de Salamanca, mantienen allí el culto a esta advocación de Cristo... culto que establecía, en el llamado "vetus ordo" (culto antiguo) el día 1° del año, dedicado al Espíritu Santo y que con el tiempo ("novo ordus") pasó a la veneración de la Virgen María. Es de ahí que en muchas comunidades del centro de México las fiestas a Cristo son el 25 de diciembre, el 1° de enero o en los días posteriores.
Así que, el rancho engalanado, se disponía a celebrar a su Santo Patrono en su día de fiesta más grande de todo el año.
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