Hace poco tuve acceso al campanario de la Parroquia de El Señor del Hospital, sentí un mareo al estar a nueve metros de altura y solo pude llegar a la primera parte, a donde nace la cúpula, la cual se ve sencilla por fuera (por cierto, le aniquilaron sus mosaicos verde y blanco que ostentó durante 90 años, no sé el por qué). Como quiera la emoción de estar a esa altura, fue grande, bien pude pensar en el esfuerzo extremo que significó para Candelario Rivas y su hijo José, elaborar la última parte de su encomienda, pintar por dentro la cúpula del Templo de El Señor del Hospital. Si la inseguridad de sentirme a unos metros del suelo sobre las bóvedas fue tal que me hizo temblar las piernas, bien puedo pensar en el esfuerzo que estos dos grandes artistas hicieron para realizar a esa altura la magna obra de la que ahora somos testigos, los medallones que marcan los cuatro ángulos, los cuatro costados del mundo, los cuatro límites de lo material, los cuatro personajes sublimes que forman parte de las bases filosóficas encerradas en el culto a la Santa imagen del Cristo Negro del Señor del Hospital.
1.- Nuestro Señor Jesucristo, coronado de espinas, vistiendo el representativo color morado de la penitencia en su propio Templo.
2.- La Santísima Virgen María, en su representación de la Dolorosa, la madre que sufre por los padecimientos de su Hijo.
3.- San Juan Evangelista, el que por propia palabra de Jesús le es entregado como hijo a su madre, María. Juan, el que escribe sobre su muerte.
4.- María Magdalena, la mujer que simboliza el pecado y el arrepentimiento y, por ende, la gracia a la que pudo llegar.
Es indiscutible que el conocimiento filosófico, teológico y de simbolismos era materia dominada por el Gran pintor Candelario Rivas, conocimiento que supo transmitir a su familia. (qepd).
3.- San Juan Evangelista, el que por propia palabra de Jesús le es entregado como hijo a su madre, María. Juan, el que escribe sobre su muerte.
4.- María Magdalena, la mujer que simboliza el pecado y el arrepentimiento y, por ende, la gracia a la que pudo llegar.
Es indiscutible que el conocimiento filosófico, teológico y de simbolismos era materia dominada por el Gran pintor Candelario Rivas, conocimiento que supo transmitir a su familia. (qepd).
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