Esta es una historia, que a diferencia de la mayoría de las que hemos ido conociendo en este espacio, la del señor del Veneno, El Señor de Chalma, el Señor de
La historia que escribe don Jesús López López inicia así: “El siglo XIX principió venturosamente para los habitantes de
Para ubicarnos mejor, es necesario referirnos al Señor de Esquipulas, imagen de Cristo que se ubica en el pueblo del mismo nombre en Guatemala, muy cercano a la frontera con Honduras y es desde su colación en 1595 el más venerado de toda la región Centroamericana. Este Cristo de Esquipulas guarda también su leyenda, ya que fue esculpido en madera de la riquísima región, donde se encuentran las mejores caobas, pero los indígenas querían que fuera de su mismo color, al paso del tiempo con la continua adoración y centenares de velas encendidas, la imagen adquirió un color más oscuro satisfaciendo así la petición original. Así pues, siglos más adelante, a finales de 1804 encontramos a un misterioso español, del cual no se sabe mucho, solo su nombre, Alonso de Velasco, que viviendo en algún sitio de Guatemala, sabía de la existencia de un templo muy venerado en las riquísimas minas de Guanajuato y fue su deseo mandar hacer un réplica de
El profesor López López continua el relato diciendo que “Una calurosa mañana del mes de Mayo de 1805 llegaron al poblado de
La razón por la cual la ruta tomada por Alonso de Velasco desde Guatemala a Guanajuato la hizo a través de Valladolid, así como la razón por la cual “Chema” se encontraba en el Soconusco es un misterio, el caso es que llegando a la antigua Valladolid el español estaba, a pesar de sus 35 años, mal de salud, quizá era la dieta rigurosa y esas mortificaciones al cuerpo que los creyentes de esa época practicaban, le deterioró su fortaleza. Acordaron seguir hasta
Pocos días pasaron y el español sintiendo su próxima muerte hizo un testamento en el cual dejaba todas sus pertenencias a don Agustín, y la caja donde guardaba la imagen la donó al templo del lugar para que la hicieran su Santo Patrono. Falleció auxiliado por los congregatenses y el misterio de este hombre, su origen, su familia, sus razones, se fueron junto con el a la tumba y nunca se supo la razón por la cual se dirigía rumbo al Real de Santa Fe de Guanajuato. De los hechos fue notificado el personaje que desarrollaría, tiempo más tarde, a la comunidad de Moroleón, Fray Francisco Quintana, padre Agustino que se encontraba en Yuriria y de allá llegó para dar fe de los hechos.
Llegado el padre Quintana al actual Moroleón sucede que: “vivamente impresionado el R. padre Quintana ante tan fastuoso acontecimiento declaró a las personas allí reunidas que el advenimiento de aquella augusta imagen de Jesucristo crucificado era patentemente providencial y milagroso, puesto que claramente se veía en tan grato suceso la mano providente de Dios, para que aquella adorable efigie del Redentor quedara en el seno del pueblo de
Todas las fotos corresponden al interior de
Bibliografía:
1.- M.R.P. Fr. Francisco Quintana, datos biográficos. Farmacéutico y Profesor J. Jesús López López. Symbol. Moroleón, Gto. 2010.
2.- Ibid.
3.- Moroleón, tiempo y espacio. Alfonso Ortiz Ortiz. Symbol. Moroleón, Gto. 2008.
4.- M.R.P. Fr. Francisco Quintana…
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