lunes, 8 de marzo de 2010

La veneración de Cristo crucificado

Como bien lo sabemos El Calendario del más antiguo Galván es un fuerte apoyo para recordar las celebraciones que a lo largo del año se celebran, especialmente las religiosas, son ya 184 años de que se publica y en este año, a consecuencia de la elevación del la Parroquia del Señor del Hospital a Santuario Diocesano, lo he leído con mucha más atención que lo normal y me llamó la atención lo que durante la cuaresma va marcando, específicamente los viernes, a excepción del llamado Viernes de Dolores, en los anteriores aparecen marcados como “Celebración Litúrgica” varios Cristos de los que tenemos noticia.


Para entender mejor esto, me apoyaré en lo publicado en el sitio www.conoze.com el cual no explica las razones de esta celebración: “El camino cuaresmal termina con el comienzo del Triduo pascual, es decir, con la celebración de la Misa In Cena Domini. En el Triduo pascual, el Viernes Santo, dedicado a celebrar la Pasión del Señor, es el día por excelencia para la "Adoración de la santa Cruz".


Señor del Veneno en el Altar del Perdón en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.


Sin embargo, la piedad popular desea anticipar la veneración cultual de la Cruz. De hecho, a lo largo de todo el tiempo cuaresmal, el viernes, que por una antiquísima tradición cristiana es el día conmemorativo de la Pasión de Cristo, los fieles dirigen con gusto su piedad hacia el misterio de la Cruz.


Contemplando al Salvador crucificado captan más fácilmente el significado del dolor inmenso e injusto que Jesús, el Santo, el Inocente, padeció por la salvación del hombre, y comprenden también el valor de su amor solidario y la eficacia de su sacrificio redentor”.


El Señor del Rebozo en el Templo de Santo Domingo en la Ciudad de México.


En el citado calendario aparecen las Celebraciones Litúrgicas oficiales en nuestro país, las cuales son las siguientes:


Miércoles de Ceniza:

Señor del Santo Entierro, Tezayuca, Estado de México

Señor del Sacromonte, Amecameca, Estado de México

Señor de Tlapala, La Visitación, Estado de México.


Primer Viernes de Cuaresma:

Señor de Chalma, Chalma, Estado de México.

Señor de la Columna, Juitepec, Morelos.

Santo Cristo de Cuéstala, Guerrero.


Segundo Viernes de Cuaresma:

Señor del Rebozo, Santo Domingo, Ciudad de México.

Señor de la Salud, Metzquititlán, Hidalgo.

Señor del Pueblo, Cuautla, Morelos.

Señor del Perdón, Ixtapan de la Sal, Estado de México.

Señor de Araró, Araró, Michoacán


Tercer Viernes de Cuaresma:

Señor de Tepalcingo, Morelos.


Cuarto Viernes de Cuaresma:

Señor de Miacatlán, Morelos


Quinto Viernes de Cuaresma:

Señor de la Columna, La Profesa, Ciudad de México

Señor del Calvario, Mazatepec, Morelos


Señor de la Columna en La Profesa, Ciudad de México.


Me llama la atención ver que todas estas celebraciones se llevan a cabo en una zona geográfica específica, el valle de Anáhuac. A excepción del Señor de Araró, mismo que anoto porque me tocó participar en ella y me di cuenta que es el segundo viernes de cuaresma cuando se celebra, el resto no engloban más allá que el estado de Guerrero, pero en las inmediaciones del estado de México; quizá exista un calendario de Celebraciones Litúrgicas por cada Arzobispado, eso no lo sé, pero lo averiguaré lo más pronto posible, por lo pronto, continuamos leyendo la interesante explicación que nos da el sitio web mencionado:


Señor del Consuelo en el templo de La Profesa, Ciudad de México.


“Las expresiones de devoción a Cristo crucificado, numerosas y variadas, adquieren un particular relieve en las iglesias dedicadas al misterio de la Cruz o en las que se veneran reliquias, consideradas auténticas, del lignum Crucis. La "invención de la Cruz", acaecida según la tradición durante la primera mitad del siglo IV, con la consiguiente difusión por todo el mundo de fragmentos de la misma, objeto de grandísima veneración, determinó un aumento notable del culto a la Cruz.


Puerta lateral oriente del Templo Expiatorio en Salamanca, arriba del arco podemos ver el “lignum Cruci”, aunque ya cubierto a la mitad en una anterior remodelación.


Hay algo en esto que se menciona aquí, el “lignum Crucis”, el cual, está localizado en el templo del Expiatorio. Sabemos muy bien que a Salamanca no llegó ninguna reliquia de tal dimensión, he oído que en Santa Cruz de Juventino Rosas si existe, pero no lo he comprobado, sí lo vi en el templo de Santa Elena en Puebla, en donde hay un altar en donde existe una cruz en cuyo centro está la reliquia, una de las tres que llegaron a México al principio de la evangelización. Lo que hay en el Expiatorio es la cruz que se interpreta como tal, como “lignum Crucis” y esa la podemos ver en la fachada oriente, la que da hacia la calle de Revolución.


La Cruz Arzobispal, efectivamente, tiene dos travesaños, pero podemos ver un poco más claramente en este acercamiento los brazos que van del segundo travesaño hacia el centro de la misma. Símbolo inequívoco de los Franciscanos, quienes tuvieron a su cargo, en un principio, el Curato de lo que hoy conocemos como Salamanca, Guanajuato.


Hay quien dice que esa cruz es la Cruz Arzobispal, cosa que no es cierto, pues dicha cruz tiene doble travesaño. La que aparece en el Expiatorio tiene doble travesaño en efecto, pero, observando con atención veremos que hay los palos diagonales que van al centro de la cruz, eso, eso el “lignum Crucis”. Lugar en donde hay la dedicación al misterio de la Cruz.



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