Ese nombre no es muy común para muchos, antiguamente, cuando la conquista y evangelización de México tomó rumbo norte dentro de los hermosos Cristos traídos de España uno de ellos se llevó al pueblo de Mezquititlán en la zona que actualmente son los Altos de Jalisco.
La veneración que a esa imagen de Cristo era grande, los había en otras regiones de lo que hoy es Jalisco, en Zacoalco, Amacueca y Magdalena pero la ubicación de Mezquititlán, las bondades del clima, la abundancia de agua en sus muchos ojos de donde brotaba permanentemente el agua en la región lo hicieron un lugar con mayor número de habitantes.
Y fue entonces que el milagro se dio cuando por la intervención de la Señora Cihuapilli una vida se salvó, era la hija del cirquero que había caído de un volantín, seguramente durante la afamada feria que en el lugar se celebraba, así el culto del Cristo de Mezquititlán cambió hacia el de la Cihuapilli, representante norteña, en buena medida, de la Tonantzin del Tepeyac.
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