Lo de la Trinidad es uno más de esos que la Iglesia cataloga como Misterios, cosas que no se cuestionan se aceptan, se meditan y, en su caso, se viven, son dogmas de fe en los que las preguntas salen de sobra, simplemente no se hacen. Dios es trino y uno. Punto.
"El “Domingo de la Santísima Trinidad” tiene lugar el domingo después de Pentecostés. Esta fiesta comenzó a celebrarse hacia el año 1000, y fueron los monjes los que asignaron el domingo después de pentecostés para su celebración. El Domingo de la Santísima Trinidad fue instituido relativamente tarde, pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra. Celebrar esta solemnidad tiene sentido, puesto que por el Espíritu Santo llegamos a creer y a reconocer la Trinidad de personas en el único Dios verdadero. La Santísima Trinidad es ciertamente un misterio, pero un misterio en el cual nosotros estamos inmersos. Un océano que no podemos esperar abarcar en esta vida".
En Salamanca contamos con un templo dedicado a la Santísima Trinidad, todos lo conocemos pero no todos saben que ese es su verdadero nombre pero si decimos la Parroquia Antigua entonces sí sabemos de cuál estamos hablando. La Parroquia de Salamanca, bien se dedicó al Apóstol San Batolomé y la primera misa se ofició el 1º de enero de 1603, antes de hacer la votación para elegir Regidores, mismos que elegirían a los dos Alcaldes. Un templo, propiamente lo que es un templo no existió hasta 1630 que comenzó a construirse, se dice que fue en 1657 que se concluyó la primera etapa y para 1690 el recito quedó terminado pero sin la fachada que conocemos, esta será construida en el siglo XVIII.
Allí fue la sede de uno de los más célebres curas de Salamanca, Luis Saavedra, el que fuera diputado e industrial. Allí se le ofrecería una misa a Maximiliano en su visita de 1864, y allí habría una solemne ceremonia en 1903 para su consagración, sí, fue hasta ese año que se consagró el templo. Y sería en 1924 que la sede de la Parroquia de San Bartolomé se trasladaría al nuevo templo del Hospital, razón por la cual se le comenzó a llamar “Parroquia Antigua” a la que dejó de serlo.
Por muchos años estaría en el abandono el templo, el magnífico templo, agregaría. Luego ocurrió aquello del conflicto Estado-Iglesia y el templo fue cerrado, se pensó, incluso, en transformarlo en escuela o gimnasio, quizá cancha de basquetbol, por suerte no ocurrió así y el templo, ya bastante deteriorado se abrió de nuevo al culto pero ya con el nombre de Templo de la Santísima Trinidad, pero la gente de Salamanca lo siguió nombrando como la Parroquia Antigua.
Y hoy, 31 de mayo fue su día, el día de la Santísima Trinidad. No hubo cuetes, no habrá castillo, no había música, no hubo la fiesta de barrio. Como quiera, el templo se decoró y afuera hubo la tradicional venta de enchiladas. Y ocurre que, cada día de la Trinidad, fecha movible, por cierto, me acuerdo de mi abuela, y de algo que me llamó enormemente la atención cuando supe eso, que creo te será interesante saberlo, pues no dudo que el caso se haya repetido muchas veces en muchos lugares de México.
Mi bisabuelo materno, Jesús Flores, casa con Rómula Acosta el 16 de febrero de 1864, vivía en el rancho de San Vicente, ubicado al centro de tres grandes haciendas: Cruces al oriente, Buenavista al poniente y Mancera al sur. Tuveiron 5 hijos y a todos les ponen por nombre el de Trinidad, combinado, como se usaba en la época, con varios nombres más: María Petra Trinidad; José María Concepción Trinidad; María Clemencia Juana de la Santísima Trinidad; José María Dimas de Jesús (aquí no hubo Trinidad) y María Norberta Paula de la Santísima Trinidad. Curiosa manera de demostrar la fe, la devoción y la religiosidad.
Regresando al tema de la festividad de hoy, será bueno que nosotros, salmantinos, leamos con mucha atención el siguiente texto que tomo de Wikipedia, pues nos dirá la razón por la cual este próximo miércoles, comenzará la que sin dudas es la celebración religiosa y festiva más importante de Salamanca: la Octava de Corpus; fiesta a la que le hemos nombrado, por tradición "los Gremios", que lo son, pero su significado es muy profundo y muy antiguo.
"Pentecostés (del griego Πεντηκοστή (ημέρα), Pentekosté (heméra) ("el quincuagésimo día") describe la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua y que pone término al tiempo pascual. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34:22), que en sus orígenes tenía carácter agrícola. Se trataba de la festividad de la recolección, día de regocijo y de acción de gracias (Ex 23:16), en que se ofrecían las primicias de lo producido por la tierra. Más tarde, esta celebración se convertiría en recuerdo y conmemoración de la Alianza del Sinaí, realizada unos cincuenta días después de la salida de Egipto. No hay registros de la celebración de esta fiesta en el siglo I con connotaciones cristianas. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de san Ireneo, Tertuliano y Orígenes, a fines del siglo II y principios del siglo III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual. Durante Pentecostés se celebra la venida del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la Iglesia. Por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad. La liturgia incluye la secuencia medieval Veni, Sancte Spiritus".
"El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta semanal judía llamada Shavuot (fiesta de las semanas), durante la cual se celebra el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí. Por lo tanto, en el día de Pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel. En las Iglesias ortodoxas existen además la celebración de las Tres Divinas Personas o de la Santa Trinidad. Las Iglesias occidentales celebran para esta ocasión desde el siglo XIV su propia fiesta llamada Trinitatis (la fiesta de la Santísima Trinidad) una semana después del Pentecostés".
Tu que lees esto, si vives en Salamanca te sugiero te des un tiempo para un día entrar con mucha calma a la Parroquia Antigua y admirar todo lo que allí dentro hay, seguro estoy que te sorprenderás al ir descubriendo cada uno de los detalles que allí se encierran y de su fachada, ni que decir.
Primero la devoción y luego... las enchiladas, esas jamás las perdonaré, luego de una fiesta litúrgica.