Seguramente te ha tocado ver, y más que ver, oír, el paso de algunos grupos de pericos haciendo su habitual alharaca por distintos rumbos de Salamanca. Yo los he visto muchas veces, sea por el rumbo de Las Reynas, que por Praderas o Bellavista, incluso por el Centro. Pensaba eran esos pericos que lamentablemente son capturados por la huasteca y luego los venden en los mercados del Bajío, y que habían logrado escapar.
Incluso llegué a ver un nido en la antena para las líneas de celulares que hay justo frente al Colegio del Bajío, por donde está el puente peatonal, mismo que no sé si eliminaron o los pericos buscaron mejor sitio para anidar.
El caso es que, hace algunas semanas, caminando por ahí, dentro de la zona urbana, un amigo me pregunta si ya había visto el micro-clima que se daba por ahí. No, le dije, así que apuramos el paso y llegamos a una zona en donde hay pinos que han crecido muy alto y desde que nos aproximábamos oímos esos cantos propios del trópico: varias docenas de pericos habían hecho ya su colonia, abundante ya. Caso insólito a sabiendas de que el aire no es nada sano en Salamanca, pero estas aves lograron adaptarse y se han multiplicado en buen número.
Es hermoso ver la variedad de aves que se ven en Salamanca, por el rumbo del panteón de Las Flores se escuchan cantos variados y maravillos.
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