La idea no era nada nueva, ya se había planteado desde antes de la fundación de la villa, cuando el virrey, Conde de Monterrey, incluye en la merced de fundación la nota de que una presa es requerida para poder irrigar la parte norte; luego se sabrá que la presa costaría la inmensa fortuna (pensando en pesos de oro) de 16,000 de ellos. La presa se trató de construir, pero el proyectó se abandonó. En cambio, al sur, en el brazo de Moreno, del lado oriente y en las inmediaciones de Parangueo, por el poniente, se construirían, más que presas, canales de distribución de las abundantes aguas del río Lerma.
En el norte de Salamanca no se crearía sistema alguno, hasta que, el caudal de un marqués, el de San Clemente, se permite gastar en la construcción de una presa: la de Mendoza, pero esa fue para su propio uso y no el de la comunidad, esto ocurre en el primer cuarto del siglo XVIII. Luego de la intervención francesa y antes del inicio del Segundo Imperio, el encabezado por Maximiliano, la Autoridad Central pide un reporte a la Junta local sobre la situación de aguas, siembras y tierras en la municipalidad de Salamanca. El documento revela una buena cantidad de datos que son dignos de análisis. Habla de la “desidia” de los salmantinos, habla de lo poco que se aprovechaban las bondades de la tierra. Nos dice de lo que se producía y de lo que se podría producir. Los que están interesados en el tema agrícola en la historia de Salamanca disfrutarán mucho la siguiente lectura:
Salamanca, 27 de abril de 1864.-
En contestación a la nota oficial que V.S. se sirve dirigirme con fecha 23 del corriente, nombrándome presidente de la Junta comisionada a informar a su Subprefectura, cuales son los terrenos o propósito para los plantíos de algodón, lino, viñedo y moreras para la cría del gusano de seda: así como que de mejorar es susceptible, digo a su V.S. que asociado a los otros miembros he discutido aquellos puntos, y la resolución unánime queda sujeta a los artículos siguientes:
Primero: por consecuencia de la situación astronómica y grado de latitud en que nos encontramos disfrutando de la zona templada y una pequeña parte de la tórrida, nuestra temperatura es benigna n general, y solo se conocen heladas en Enero y Diciembre cuando el sol está distante de la línea equinoccial.
Segundo: los terrenos son generalmente resecos y muy planos, abrigados entre norte y sur por dos cordilleras de montañas que corren de oriente a occidente y entre los que corre también el río Grande de Lerma. Las tierras que forman este valle de una longitud de 9 leguas y de 4 de ancho son de migajón negro en lo general y de una fertilidad admirable.
Tercero: los frutos que actualmente producen estos terrenos (muy mal cultivados) son el maíz en abundancia, trigo, cebada, frijol, chile, garbanzo, habas y lentejas así como algunas legumbres que se cultivan muy poco por la desidia de los habitantes: lo mismo sucede con los árboles frutales, solo se cultiva la lima dulce que se da en mucha abundancia.
Cuarto: los terrenos que se ha hecho referencia pueden producir el algodón, lino, viñedo (hasta de uva moscatel) gusanos de seda en morera, higos, duraznos, membrillos, anón, chirimoya, aceite de oliva, pera, manzana, capulín, fresa y otras muchas plantas pertenecientes al reino vegetal.
Quinto: para el mejoramiento de los plantíos y legumbres, su consideración y productos abundantes se hace indispensable el regadío y este no lo hay: y por consiguiente es de necesidad una fuerte empresa para explotar los elementos que tenemos a la vista, solo será una grande presa para extraer del río grande a sus correspondientes depósitos, la suficiente cantidad de agua o bien sea la grande presa planteada entre los cerros de la hacienda de Doña Rosa, Ancón y Marigómez, recogiendo la llovediza en aquella rinconada, desde cuyo punto por los grados de nivel que tiene sobre el pilón del valle referido, lo bañaría todo. Los croquis de una y otra presa, presupuesto y pormenores, no rendimos a esa Subprefectura; tanto porque costaría algún dinero y tiempo sus medidas, así como por que no es de la misión de la Junta: y si toca a los ingenieros empleados en el Departamento.
El presidente de la Junta
Coronel de Infantería.
(Rúbrica)
Tomás M. Moreno
Ignacio Machuca
Eduardo Partida (1).
La presa nunca se construyó, quedó solamente como una buena propuesta por parte de las autoridades locales, los recursos eran limitados y las condiciones del país no permitían semejantes gastos. Por un lado estaba la Presidencia itinerante de Benito Juárez, por el otro la presencia de tropas francesas y, al poco de la emisión de esta carta, se instalaría el Segundo Imperio, el de Maximiliano. A esta petición debemos agregar que, para agosto del mismo año, en viva voz se le hizo al Emperador la solicitud de la construcción de un puente sobre el río Lerma, cosa que, bien lo sabemos, no ocurrió.
El mapa que ahora vemos fue elaborado en 1920, luego de medio siglo de que se solicitó la construcción de la tal presa. Vemos algo interesante aquí: la cantidad de arroyos que bajaban de la Sierra de Codornices, justo por la zona mencionada de Doña Rosa, Ancón y Marigómez. No visualicemos la dimensión de esas haciendas como ahora son, sino como eran. En el caso de Doña Rosa y Ancón, sus tierras llegaban hasta más allá de las faldas de la sierra, justo por donde era la bajada de los arroyos, de ahí la idea del proyecto. El mapa nos muestra las cajas de agua que se habían construido, la más grande en Santa Rosa, a la derecha vemos la de San Isidro, la que aparece más arriba no la conozco, intuyo que estaba por el rumbo de Barrón.
Varias veces lo he comentado, lo hago una vez más. Si algo se desarrolló en Salamanca desde su fundación hasta mediados del siglo XX fue el manejo del agua, eso que ahora conocemos como Ingeniería Hidráulica. Testimonios hay muchos, documentos los hay más. Quizá alguno de los salmantinos que están en formación para convertirse en Historiadores le llegara a interesar este tema para desarrollar su tesis. Seguro estoy que haría una buena aportación, no solo a la historiografía local, sino al manejo del agua que en la actualidad es el recurso que comienza ya a escasear y si no tenemos la base histórica, los esfuerzos por almacenaje y distribución no serán del todo los más adecuados. Si algo supieron hacer bien nuestros antepasados, eso fue el manejo del agua.
Fuentes:
1.- AHMS. Gobierno. Agricultura 1864-1938. Caja 8
2.- Mapoteca Orozco y Berra. 21952-CGE-7244-A
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