lunes, 28 de julio de 2014

El día en que se proclamó a un Presidente de la República en Salamanca: Sobre la Constitución nada. Sobre la Constitución, nadie.

   Complicado es entender como se fueron dando las sucesiones presidenciales en México a lo largo del siglo XIX. Sabemos bien que Guadalupe Victoria fue el primer Presidente de la República, que hubo un Presidente que once veces fue proclamado como tal, ese fue Antonio López de Santa Anna, el fue apenas el cuarto de la larga lista. Vendría luego Benito Juárez, que fue el Presidente de la República número 26, Porfirio Díaz sería el número 33. Entre estos dos últimos, hubo uno de efímero paso por la silla presidencial, él fue José María Iglesias, que se proclamó Presidente de la República aquí, en Salamanca, en 1876, fue tan corta su presidencia que no encontramos actos sobresalientes en sus dieciséis días de mandato, entre el 20 de noviembre y el 6 de diciembre de ese año. Leemos en José Rojas Garcidueñas que:

   "El Movimiento político “legalista”, que otros llamaron “decembrista” y otros “iglesista”, acontecido en 1876, tuvo estos antecedentes y hechos que, en muy reducida síntesis, fueron los siguientes: el gobierno del Presidente don Sebastián Lerdo de Tejada, en el año de 1876 se mostraba, por muy diversas causas, cada vez más débil y finalmente entró en estado de crisis cuando el Presidente decidió reelegirse para seguir ocupando la Presidencia de la República en el periodo de 1876 a 1880. Entonces se formaron tres grupos políticos: el lerdista, que apoyaba la reelección: el de los militares, encabezados por el general Porfirio Díaz que, por el Plan de Tuxtepec y el de Palo Blanco, desconocieron al Presidente Lerdo de Tejada y se lanzaron a un movimiento armado para substituirlo; un tercer grupo se formó en torno al señor licenciado don José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia el cual, previniendo las irregularidades y vicios que tendrían las elecciones que debían celebrarse en junio y julio de ese año, se preparó a declararlas inexistentes, con lo cual, al terminar el periodo legal de Lerdo de Tejada el 30 de noviembre, por precepto de ley la Presidencia recaería en el presidente de la Suprema Corte Lic. José María Iglesias. Mientras la revolución de Tuxtepec se robustecía y avanzaba desde Oaxaca, y en México había gran agitación y sesiones tormentosas en la Cámara y hasta en la Suprema Corte, el licenciado Iglesias se dispuso a culminar el movimiento que él con sus partidarios preparaba.

   El día 1º de octubre de 1876, salió de su casa y se escondió en la de Guillermo Prieto, en Tacubaya, y al día siguiente ambos se fueron a Toluca; de allí salieron, con el Gral. Felipe Berriozábal el día 15; cruzaron parte de los Estados de México, Michoacán y Guanajuato y la noche del 22 llegaron a Molino de Sarabia, de donde enviaron aviso al gobernador de Guanajuato, Gral. Florencio Antillón, quien apoyaba al movimiento legalista. La siguiente etapa debería haber sido a Guanajuato pero no fue así, sino que el lugar donde tuvo que ir y permanecer algunos días fue Salamanca"

    “Después de una peregrinación de ocho días, en la que no faltaron incidentes de toda clase... llegamos el 22 de Octubre a las doce de la noche al Molino de Sarabia. Aunque al principio habíamos pensado detenernos en Celaya, no lo permitió la presencia allí de una fuerza federal.” “El Molino de Sarabia, propiedad de Don Justo L. Carresse... estaba administrado por Don José M. López... No habiendo tiempo que perder, al día siguiente de nuestra llegada, en la mañana del 23 salieron de Sarabia para la ciudad de Guanajuato, los señores Berriozábal y Alvarez Rul en carruaje particular y con las precauciones propias de una misión reservada. Eran necesario entenderse sin demora con el General Antillón, para saber de una manera definitiva a qué atenerse sobre la cooperación del floreciente Estado que gobernaba.”. “Los viajeros llegaron a Guanajuato en la madrugada del 24. Tuvieron sus dificultades para penetrar en la ciudad, por lo intempestivo de la hora en que se presentaban. Franqueado el paso, Berriozábal habló detenidamente con Antillón, lo encontró dispuesto a formalizar su compromiso, y llevó instrucciones para que de Sarabia nos trasladásemos a la Penitenciaría de Salamanca, donde iría a conferenciar conmigo el Gobernador de Guanajuato.” (1)

   José María Iglesias estaba hospedado en el Molino de Sarabia que entonces era parte de la municipalidad de Salamanca, el que se haya hospedado allí fue caso fortuito, lo hizo debido a que su destino era Guanajuato y, en Celaya se encontraba el ejército federal, su llegada fue el 22 de octubre de 1876, para el día 24 se entrevista en la Penitenciaría de Salamanca con el Gobernador del Estado, Florencio Antillón. El 26 “se expidió el decreto que reconocía como válida la reelección de Lerdo de Tejada como presidente de la República”. El 28 se publica el documento conocido como Manifiesto  “y apareció expedido en Salamanca por ser en realidad en ese día y en ese lugar en donde se expidió con carácter oficial” (Iglesias; 1987:84). El escrito comienza: “Sobre la Constitución nada. Sobre la Constitución nadie”. El 31 de octubre Iglesias sale del Molino de Sarabia rumbo a Guanajuato. En resumen, José María Iglesias estuvo solamente unas horas en Salamanca, en la tarde del 24 de octubre de 1876, su pernocta del 22 al 30 lo fue en el Molino de Sarabia.

   Porfirio Díaz desconocerá la proclamación de Iglesias como Presidente de la República y creará un gobierno paralelo en esos 16 días, y lanzará su Plan de Tuxtepec. Juan Nepomuceno Méndez será nombrado Presidente de la República el 6 de diciembre, el 17 de febrero, de 1877 cederá la silla presidencial a Porfirio Díaz, dando así inicio al periodo de la Historia de México conocido por Porfiriato.

Fuentes:

Rojas Garcidueñas, José. Salamanca. Recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1982.

Guzmán López, Miguel Ángel. La participación del gobierno del estado de Guanajuato en el movimiento decembrista de 1876. Editorial La Rana. Guanajuato, 1999.


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