lunes, 16 de agosto de 2010

Dos pinturas del siglo XVIII sobre San Agustín en su templo de Salamanca

Para adquirir una apenas ligerísima idea del valor que las ideas de san Agustín tuvieron en la humanidad, especialmente en el mundo Católico, leemos lo siguiente: “La iconografía suele representar a san Agustín con u libre en la mano y con el corazón inflamado: el libro representa la ciencia; el corazón en llamas, el amor. Amor y ciencia fueron en Agustín bienes inseparables. Además de ser doctor de la Iglesia ha sido llamado “doctor universal” y “doctor de la Gracia”. Su influencia en el campo de la religión es tan extraordinaria como el de su filosofía y la política…” (1)


Hace algunos meses, seis para ser precisos, fueron entregadas tres obras totalmente restauradas que forman parte del patrimonio artístico que el templo de San Agustín de Salamanca tiene. Quizá, dado el lamentable acontecimiento del robo que sucedió en el otro templo salmantino, El Santuario del Señor del Hospital, la visita a la sacristía se vuelva aun más restringida y no podamos admirar directamente estas manifestaciones artísticas que nos invitan a la reflexión.


En la numerosísima obra de san Agustín aparecen continuamente frases que nos impactan por su sencillez y profundidad, de ellas hay dos que, en lo personal me parecen de una fortaleza única:


No busques que dar, date a ti mismo.


La medida del amor es el amor sin medida.


“La iconografía clásica nos ha acostumbrado a imaginarnos a Agustín con un rostro de facciones occidentales, báculo y la mitra y hábito pontifical. Sin embargo, este retrato no es fiel a la realidad. Agustín era africano; había nacido el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste, hoy Souk Ahras, pequeño núcleo urbano de Numidia, la cual corresponde casi por completo a la actual Argelia. Era pues, de raza bereber, aunque ciudadano romano. Su mismo apellido, Aurelius, demuestra que sus antepasados habían adquirido la ciudadanía romana después del edicto de Carcalla del año 212”. (2)


Pararnos frente a estas dos pinturas que aquí te comparto y las varias que en el recinto agustino de Salamanca existen es adentrarnos a la profundidad del tema espiritual y a la representatividad que cada cuadro encierra y que nos muestra facetas de la vida del Obispo de Hipona. El verlo en una biblioteca en donde los ángeles del cielo acomodan su obra nos da fe de lo mucho que él escribió y que le dio un lugar especial en la historia del Catolicismo, ubicándolo dentro de los cuatro doctores de la iglesia más importantes de un total de 33 que obtuvieron el título.


Ambrosio, Jerónimo, Gregorio, son ellos los otros tres de los cuatro pilares de los que, en buena medida, se asienta la filosofía de la Iglesia y, como San Agustín de Salamanca es una clara muestra iconográfica de estos valores, vemos en las pechinas del templo, el retrato de estos cuatro doctores, ellos te los compartiré próximamente. Ahora sigamos disfrutando de estos lienzos.


La idea de María, su Inmaculada Concepción y la Virginidad, es una idea que a lo largo de su vida va desarrollando a profundidad. Leemos en el Sermón 188 de san Agustín: “…Celebramos; pues, con gozo el día en que María dio a Luz al Salvador, la casada, al creador del matrimonio; la virgen, al príncipe de las vírgenes; ella virgen antes del matrimonio, virgen en el matrimonio, virgen durante el embarazo, virgen cuando amamantaba…”


Y dentro de la explosión de ideas en torno a María, san Agustín la incluye como principio y fin de la misma tierra. En el Sermón 189 encontramos que “…maravilloso fue su nacimiento. ¿Qué hay más maravilloso que el parto de una virgen? Concibe y es virgen; da a Luz y sigue siendo virgen. Fue hecho de aquella a la que el hizo; le aportó la fecundidad sin quitarle la integridad. ¿De dónde procede María? De Adán. Y Adán ¿de dónde? De la tierra. Si Adán procede de la tierra y María de Adán, también María procede de la tierra. Si María es tierra, reconozcamos lo que cantamos: la verdad ha brotado de la tierra…”


Y san Agustín explota dándonos una reflexión que en intensa poesía nos invita a reflexionar, especialmente a los creyentes, especialmente a los que vivimos en esta parte del Bajío y que fuimos agredidos al ver profanado el recinto en donde el Cristo Negro del Señor del Hospital es venerado, hace precisamente una semana.


TARDE TE AMÉ


Tarde te amé, belleza infinita tarde te amé, tarde te ame belleza siempre antigua y siempre nueva!


Y supe, Señor que estabas en mi alma y yo estaba fuera, así te buscaba mirando la belleza de lo creado.


¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame, tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Señor tu me llamaste, tu voz a mi llegó, curando mi sordera con tu luz brillaste cambiando mi ceguera en un resplandor,

¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame, tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Tú estabas conmigo, mas yo buscaba fuera y no te encontraba, era un prisionero de tus criaturas, lejos de Ti.


¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame, tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Hasta mí, ha llegado el aroma de tu gracia, por fin respiré, Señor yo te he buscado, siento hambre y sed, ansío tu paz.


¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame, tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.


Es mucho el arte que podemos ver en Salamanca, solo que, ahora que tenemos los medios de comunicación adecuados para difundir las joyas que aquí se guardan nos encontramos en el momento justo de cerrar puertas, de ver a nuestro rededor quién viene y con que intención viene. Es lamentable que los recintos sacros hayan sido también ya violentados, esto nos limita en mucho el gusto por admirar las artes, por entender los simbolismos que allí se encierran… ha pasado una semana de que el recinto del Señor del Hospital fue ensuciado. En Salamanca eso nos duele.


Fuente:


1 y 2. Ghilardi Agostino. San Agustín. Colosos de la Historia. Promociones Editoriales Mexicanas. México, 1981.


Si te interesa el tema de los Doctores de la Iglesia y la idea de la Purísima Concepción, entra aquí:

Descargar - Iconografía de los Padres de la Iglesia en torno a la ...


Un estudio de representaciones medievales en La Ciudad de Dios de San Agustín, está aquí:


http://www.raco.cat/index.php/Dart/article/viewFile/100051/150834




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