lunes, 11 de enero de 2010

El baile a San Gonzalo, tradición viva en Salamanca, Gto.

Ayer, 10 de enero, una tradición más se realizó en Salamanca: la festividad de San Gonzalo. Este pequeño templo que originalmente fuera la capilla del cementerio del siglo XVIII que allí se encontraba, se dice que “originalmente el populoso barrio de San Gonzalo era conocido como San Juan Chihuahua, ya que en lo que era una capilla de piedras y adobe se veneraba a Nuestra Señora de San Juan Chihuahua…” (1) Esta referencia no bien cimentada nos deja la duda si era esa la veneración o más bien hacia Nuestra Señora de San Juan de los Lagos ya que, hasta donde se sabe, no hay una representación mariana propia de Chihuahua y en donde se ubica el templo de San Gonzalo era ruta, seguramente, de los peregrinos que iba hacia San Juan de los Lagos.


Muchos recordarán que ese era uno de los confines de la ciudad, razón por la cual estaba localizado el cementerio. Recordemos que en el siglo XVIII varias pestes aniquilaron una buena parte de la población y con el fin de evitar más contagios, las exhumaciones se hacían lejos de las zonas pobladas. En el rededor del cementerio había hortalizas que surtían de lechugas, rábanos y zanahorias a Salamanca, de allí que la tradición en el día de la celebración de San Gonzalo fueran estas verduras las que se ofrecieran aderezadas con sal, chile y limón. (2)


Y sucedió ayer aquí, como seguramente sucedió en todo el mundo católico en donde se venera a San Gonzalo de Amarante que la gente fue a visitar al santo para pedir alguna gracia y bailarle, como marca la tradición, la cual se pierde en los tiempos. San Gonzalo nació en la pequeña población de Tagilde, Portugal, en 1186. Como venía de familias acomodadas tuvo la oportunidad de ser educado por un sacerdote, el cual, le inculcó una gran devoción, misma que le creó una fuerte idea a visitar Roma pues tenía la intención de estar cerca de las reliquias de San Pedro y San Pablo, luego de lograrlo continuó su peregrinaje a la tierra santa, más adelante tomó los hábitos y entró en la orden de los predicadores de Santo Domingo. Tiempo después es asignado al monasterio de Amarante, población al sur de su lugar de origen y cercana a Oporto.


Era el siglo XIII, la población más bien escasa con una mortandad elevada debido a las precarias condiciones de higiene que en la época existían conminaba a los jóvenes a casarse y tener hijos, cosa en la que, según cuenta la leyenda, Gonzalo de Amarante participaba al organizar, luego de la misa dominical, reuniones con el fin de que los jóvenes se conocieran para más adelante formar una familia, se dice que en estas reuniones había un baile y esto propiciaba la creación de nuevos matrimonios y, seguramente, más habitantes para la zona. Gonzalo tomó fama como buen casamentero, muere en 1260. Lo de buen casamentero es, tal vez, una variante a la idea que actualmente hay de que San Antonio es el santo de estos menesteres. San Antonio es Franciscano y fue contemporáneo de San Gonzalo ya que vivió de 1195 a 1231. El culto de ambos santos fue introducido en la Nueva España casi simultáneamente.


Ayer pudimos comprobar como esta añeja tradición se sigue dando. Los fieles, no ejecutando precisamente una danza, aunque la música estaba presente, si se movían como péndulos ante la imagen de San Gonzalo. ¿Es esto aceptado por la Iglesia?


Fue en 1822 que el maestro en Teología, Doctor y Catedrático de la Universidad de Guadalajara y Examinador Sinodal de su Obispado, Fray Tomás Antonio Blasco y Navarro escribe su Disertación Apologética del Devoto Baile en Obsequio del Glorioso Taumaturgo San Gonzalo de Amarante. Son en verdad interesantes los conceptos que en ella vierte, los cuales, a pesar de tener casi doscientos años de haber sido escritos, aplican perfectamente a toda duda que en la actualidad tengamos en torno a nuestra fe y la manera de expresarla. Debido a su importancia, transcribo el texto completo. (3)


“Dedicatoria del autor a San Gonzalo, en la que afirma la santidad del baile que los fieles celebraban en su honor, acto de virtud y consuelo para los necesitados que involucraban su auxilio, en contrapartida con los incrédulos que pensaban que tal acto era superstición, escándalo y necedad. Por ello el autor se propone fundamentar la validez religiosa del baile dedicado al santo, patrono de todas las necesidades de los fieles. Expone los siguientes puntos:


1.- La luz natural inclina a los hombres al culto de Dios.

2.- El hombre necesita de la divina revelación para tributar a Dios el debido culto.

3.- Damos a Dios el debido culto con fe, esperanza y caridad.

4.- El culto de los santos no se opone al primer precepto del Decálogo.

5.- La invocación de los santos no es prohibida en el primer precepto del Decálogo.

6.- El uso y la veneración de las sagradas imágenes no repugna al primer precepto del Decálogo.

7.- La veneración de las reliquias y cuerpos de los santos no es repugnante al primer precepto del Decálogo.

8.- El culto que damos a Dios y a sus santos, debe ser interior y exterior.

9.- Los actos exteriores de la religión son la devoción y la oración.


10.- Declárase cuales sean los actos exteriores de religión.

11.- A la religión se opone la superstición y la irreligiosidad y sus especiales.

12.- El acto de bailar considerado en si mismo no se opone a la virtud de la religión.

13.- El acto de bailar puede ser acto de religión.

14.- El acto de bailar ha sido muchas veces acto de religión.

15.- El acto de bailar devotamente ante la imagen de San Gonzalo es acto de religión.

16.- Baile o danza que practican los fieles ante la imagen de San Gonzalo es de tiempo inmemorial.

17.- Es tradición constante e inmemorial de la sagrada Orden de Predicadores que el baile a San Gonzalo se ha practicado en todos los conventos en donde su imagen se venera.

18.- El baile que se practica en obsequio a San Gonzalo ha sido y es agradable a Dios”.


Bajo esta óptica nos queda muy clara la razón y justificación del baile que ayer, como cada año el 10 de enero, los fieles de Salamanca, realizan a San Gonzalo en el templo a él dedicado es una tradición milenaria que sigue viva aquí. No está de más recordar que San Gonzalo de Amarante es el Especial Abogado contra los fríos y hoy, mejor que nunca entendemos el porque. Estamos a 10 grados al mediodía en esta parte del Bajío.




Bibliografía:


1.- Monografía de Salamanca. Guillermo Razo. Editorial Radar. Salamanca, Gto. 1988


2.- Salamanca, recuerdos de mi tierra guanajuatense. José Rojas Garcidueñas. Editorial Porrúa, México, 1974


3.- Catálogo de la Colección Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Luís Olivera López. México, DF. 2006.


Una versión un poco más personal en torno a esta celebración la podrás leer aquí:


http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/01/san-gonzalo-en-salamanca-gto.html



1 comentario:

  1. Tendras alguna foto del Padre Francisco Arreola? si fueras tan amable de poner

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